No pensé jamás encajar tan bien
en el refugio enternecedor de tus brazos,
en unos besos amielados
por el néctar del basto deseo,
que hace temblar a la soledad.
O adentrarme en un laberinto
lleno de trampas sinuosas y lúbricas,
hasta que tu piel ardiente
se escurrió morosa bajo mis sábanas,
provocando estremecimiento.
No pensé hallar sosiego en el confort
que la vida me brindaba,
ni sentirme tan enfermo de ti,
que eras la cura de mis desavenencias.
Hasta que te ausentaste para siempre.
La lucha intensa entre querer olvidar y necesitar a la misma persona, se ha vuelto más caótico para mí que las riñas por el poder jerárquico entre mi mente y mi corazón. Valoren siempre a quienes tienen a su lado y dense a ustedes mismos otra oportunidad de amar, porque no se vuelve a encontrar dos veces a la misma persona, es algo que se aprende muy tardíamente, cuando ya no hay chance para arrepentimientos