Cuando la noche es gris y fría,
te espero como esperaría
un atardecer colorido cada día.
Cuando la montaña se vuelve traicionera,
me aferro a ti como a una piedrita
que me ayudará y salvará mi vida.
Pero cuando esta ciudad se vuelve demasiado exigente,
¿serán nuestro amor el teatro
al final de cada agotador mes?
Y cuando la vida se vuelve
demasiado implacable,
¿sería este hogar el confesionario
o la iglesia al fin de cada semana horrible?
Pero cuando la música se detenga
y todo deje de ser divertido,
¿me seguirás abrazando,
manteniéndome a salvo del frío?
Y cuando el telón cae
y el escenario se oscurece,
¿te quedarás aquí conmigo
hasta que veamos el amanecer?
Flamenco, teatro, Manila, et cetera...