Contigo quiero algo más que ****.
No hablo de las flechas de Cupido
ni de ambiguos amores baratos,
claro está.
Me refiero a noches de desvelo
donde amanece doliendo el cuerpo
pero el corazón late feliz,
y osado.
Al libre albedrío del placer
fornido, recíproco y travieso,
que saca a relucir tus demonios
de ninfa.