Observar el amanecer es como mirar tus ojos, emocionante, cálido y brillante.
Tocar tus manos es un delirio, un deseo por cumplir.
Sentir tu calor es algo que deseo vivir.
Pensar en ti como algo más para mí es un delito,
imaginarnos juntos, una condena al infinito.
El saber que no eres real me pone mal,
verte en carne y hueso es lo único que puedo desear
en mi plano material.