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Se asomó a aquellas aguas
de piedra.
Se vio inmovilizado,
hecho piedra. Se vio
rodeado de aquellos
que fueron carne suya,
que ya eran piedra yerta.
Fue como si las horas,
ya piedra, aún recordaran
un estremecimiento.
  La piedra no sonaba.
Nunca más sonaría.
No podía siquiera
recordar los sonidos,
acariciar, guardar,
consolar...
  Se asomó al borde mudo
de aquel mundo de piedra.
Movió sus manos y gritó de espanto.
Y aquel sueño de piedra
no palpitó. La voz
no resonó en aquel
relámpago de piedra.
Fue imposible acercarse
a la espuma de piedra,
a los cuerpos de piedra
helada. Fue imposible
darles calor y amor.
  Reflejado en la piedra
rozó con sus pestañas
aquellos otros cuerpos.
Con sus pestañas, lo único
vivo entre tanta muerte,
rozó el mundo de piedra.
El prodigio debía
realizarse. La vida
estallaría ahora,
libertaría seres,
aguas, nubes, de piedra.
  Esperó, como un árbol
su primavera, como
un corazón su amor.
  Allí sigue esperando.
En el alba de callados venenos
amanecemos serpientes.

Amanecemos piedras,
raíces obstinadas,
sed descarnada, labios minerales.

La luz en estas horas es acero,
es el desierto labio del desprecio.
Si yo toco mi cuerpo soy herido
por rencorosas púas.
Fiebre y jadeo de lentas horas áridas,
miserables raíces atadas a las piedras.

Bajo esta luz de llanto congelado
el henequén, inmóvil y rabioso,
en sus índices verdes
hace visible lo que nos remueve,
el callado furor que nos devora.

En su cólera quieta,
en su tenaz verdor ensimismado,
la muerte en que crecemos se hace espada
y lo que crece y vive y muere
se hace lenta venganza de lo inmóvil.

Cuando la luz extiende su dominio
e inundan blancas olas a la tierra,
blancas olas temblantes que nos ciegan,
y el puño del calor nos niega labios,
un fuego verde cerca al henequén,
muralla viva que devora y quema
al otro fuego que en el aire habita.
Invisible cadena, mortal soplo
que aniquila la sed de que renace.

Nada sino la luz. No hay nada, nada
sino la luz contra la luz rabiosa,
donde la luz se rompe, se desangra
en oleaje estéril, sin espuma.

El agua suena. Sueña.
El agua intocable en tu tumba de piedra,
sin salida en su tumba de aire.
El agua ahorcada,
el agua subterránea,
de húmeda lengua humilde, encarcelada.
El agua secreta en su tumba de piedra
sueña invisible en su tumba de agua.

A las seis de la tarde
alza la tierra un vaho blanquecino.
Vuelan pájaros mudos, barro helado.
Arrasen nubes crueles el cielo sin orillas.

Pero en la noche el agua gime.
Un cielo de metal
oprime pecho y venas
y tiembla en el ahogo el horizonte.
El agua gime entre sus negros hierros.
El hombre corre de la muerte al sueño.

El henequén vigila cielo y tierra.
Es la venganza de la tierra,
la mano de los hombres contra el cielo.
¿Qué tierra es ésta?,
¿qué extraña violencia alimenta
en su cáscara pétrea?
¿qué fría obstinación,
años de fuego frío,
petrificada saliva persistente,
acumulando lentamente un jugo,
una fibra, una púa?

Una región que existe
antes que sobre el mundo alzara el aire
su bandera de fuego y el agua sus cristales;
una región de piedra
nacida antes del nacimiento mismo de la muerte,
una región, un párpado de fiebre,
unos labios sin sueño
que recorre sin término la sed,
como el mar a las lajas en las costas desiertas.

La tierra sólo da su flor funesta,
su espada vegetal.
Su crecimiento rige
la vida de los hombres.
Por sus fibras crueles
corre una sed de arena
trepando desde sótanos ciegos,
duras capas de olvido donde el tiempo no existe.

Furiosos años lentos, concentrados,
como no derramada, oculta lágrima,
brotando al fin sombríos
en un verdor ensimismado,
rasgando el aire, pulpa, ahogo,
blanda carne invisible y asfixiada.
Al cabo de veinticinco amargos años
alza una flor sola, roja y quieta.
Una vara ****** la levanta
y queda entre los aires, isla inmóvil,
petrificada espuma silenciosa.

Oh esplendor vengativo,
única llama de este infierno seco,
¿tanta fiebre acallada,
surge en tu llama rígida, desnuda,
para cantar, sólo, tu muerte?
¡Si yo pudiera,
en esta orilla que la sed ilumina,
cantar al hombre que la habita y la puebla,
cantar al hombre que su sed aniquila!

Al hombre húmedo y persistente como lluvia,
al hombre como un árbol hermoso y ultrajado
que arranca su nacimiento al llanto,
al hombre como un río entre las llamas,
como un pájaro semejante a un relámpago.
Al hombre entre sus fines y sus frutos.

Los frutos de la tierra son los fines del hombre.
Mezcla su sal henchida con las sales terrestres
y esa sal es más tierna que la sal de los mares:
le dio Adán, con su sangre, su orgulloso castigo.

¡Si pudiera cantar
al hombre que vive bajo esta piel amarga!
El nacimiento,
el espanto nocturno,
la vasta mano que puebla y despuebla la tierra.

Entre el primer silencio y el postrero,
entre la piedra y la flor,
tú caminas. Te ciñe un pulso aéreo,
un silencio flotante,
como fuga de sangre, como humo,
como agua que olvida.

Llamas petrificadas te sostienen.
Caminas entre espadas,
casi invisible
bajo el temblor del cielo liso,
con un paso, un solo paso tierno,
un leve paso de animal que huye.

Tú caminas. Tú duermes. Tú fornicas.
Tú danzas, bebes, sueñas.
Sueñas en otros labios que prolonguen tu sueño.

Alguien te sueña, solo.
Tu nombre, polvo, piedra,
en el polvo sediento precipita su ruina.

Mas no es el ritmo oscuro del planeta,
el renacer de cada día,
el remorir de cada noche,
lo que te mueve por la tierra.
¡Oh rueda del dinero,
que ni te palpa ni te roza
y te deshace cada día!

Ángel de tierra y sueño,
agua remota que se ignora,
oh condenado,
oh inocente,
oh bestia pura entre las horas del dinero,
entre esas horas que no son nuestras nunca,
por esos pasadizos de tedio devorante
donde el tiempo se para y se desangra.

¡El mágico dinero!
Invisible y vacío,
es la señal y el signo,
la palabra y la sangre,
el misterio y la cifra,
la espada y el anillo.

Es el agua y el polvo,
la lluvia, el sol amargo,
la nube que crea el mar solitario
y el fuego que consume los aires.
Es la noche y el día:
la eternidad sola y adusta
mordiéndose la cola.

El hermoso dinero da el olvido,
abre las puertas de la música,
cierra las puertas al deseo.
La muerte no es la muerte: es una sombra,
un sueño que el dinero no sueña.

¡El mágico dinero!
Sobre los huesos se levanta,
sobre los huesos de los hombres se levanta.

Pasas como una flor por este infierno estéril,
hecho sólo del tiempo encadenado,
carrera maquinal, rueda vacía
que nos exprime y deshabita,
y nos seca la sangre,
y el lugar de las lágrimas nos mata.

Porque el dinero es infinito y crea desiertos infinitos.
Dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.

Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.

Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.

Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.

Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...
un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre:
                          un caminar tranquilo
de estrella o primavera sin premura,
agua que con los párpados cerrados
mana toda la noche profecías,
unánime presencia en oleaje,
ola tras ola hasta cubrirlo todo,
verde soberanía sin ocaso
como el deslumbramiento de las alas
cuando se abren en mitad del cielo,

un caminar entre las espesuras
de los días futuros y el aciago
fulgor de la desdicha como un ave
petrificando el bosque con su canto
y las felicidades inminentes
entre las ramas que se desvanecen,
horas de luz que pican ya los pájaros,
presagios que se escapan de la mano,

una presencia como un canto súbito,
como el viento cantando en el incendio,
una mirada que sostiene en vilo
al mundo con sus mares y sus montes,
cuerpo de luz filtrada por un ágata,
piernas de luz, vientre de luz, bahías,
roca solar, cuerpo color de nube,
color de día rápido que salta,
la hora centellea y tiene cuerpo,
el mundo ya es visible por tu cuerpo,
es transparente por tu transparencia,

voy entre galerías de sonidos,
fluyo entre las presencias resonantes,
voy por las transparencias como un ciego,
un reflejo me borra, nazco en otro,
oh bosque de pilares encantados,
bajo los arcos de la luz penetro
los corredores de un otoño diáfano,

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño en esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños,

tu falda de maíz ondula y canta,
tu falda de cristal, tu falda de agua,
tus labios, tus cabellos, tus miradas,
toda la noche llueves, todo el día
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho
hunde raíces de agua un árbol líquido,

voy por tu talle como por un río,
voy por tu cuerpo como por un bosque,
como por un sendero en la montaña
que en un abismo brusco se termina,
voy por tus pensamientos afilados
y a la salida de tu blanca frente
mi sombra despeñada se destroza,
recojo mis fragmentos uno a uno
y prosigo sin cuerpo, busco a tientas,

corredores sin fin de la memoria,
puertas abiertas a un salón vacío
donde se pudren todos los veranos,
las joyas de la sed arden al fondo,
rostro desvanecido al recordarlo,
mano que se deshace si la toco,
cabelleras de arañas en tumulto
sobre sonrisas de hace muchos años,

a la salida de mi frente busco,
busco sin encontrar, busco un instante,
un rostro de relámpago y tormenta
corriendo entre los árboles nocturnos,
rostro de lluvia en un jardín a oscuras,
agua tenaz que fluye a mi costado,
busco sin encontrar, escribo a solas,
no hay nadie, cae el día, cae el año,
caigo con el instante, caigo a fondo,
invisible camino sobre espejos
que repiten mi imagen destrozada,
piso días, instantes caminados,
piso los pensamientos de mi sombra.
piso mi sombra en busca de un instante,

busco una fecha viva como un pájaro,
busco el sol de las cinco de la tarde
templado por los muros de tezontle:
la hora maduraba sus racimos
y al abrirse salían las muchachas
de su entraña rosada y se esparcían
por los patios de piedra del colegio,
alta como el otoño caminaba
envuelta por la luz bajo la arcada
y el espacio al ceñirla la vestía
de una piel más dorada y transparente,

tigre color de luz, pardo venado
por los alrededores de la noche,
entrevista muchacha reclinada
en los balcones verdes de la lluvia,
adolescente rostro innumerable,
he olvidado tu nombre, Melusina,
Laura, Isabel, Perséfona, María,
tienes todos los rostros y ninguno,
eres todas las horas y ninguna,
te pareces al árbol y a la nube,
eres todos los pájaros y un astro,
te pareces al filo de la espada
y a la copa de sangre del verdugo,
yedra que avanza, envuelve y desarraiga
al alma y la divide de sí misma,

escritura del fuego sobre el jade,
grieta en la roca, reina de serpientes,
columna de vapor, fuente en la peña,
circo lunar, peñasco de las águilas,
grano de anís, espina diminuta
y mortal que da penas inmortales,
pastora de los valles submarinos
y guardiana del valle de los muertos,
liana que cuelga del cantil del vértigo,
enredadera, planta venenosa,
flor de resurrección, uva de vida,
señora de la flauta y del relámpago,
terraza del jazmín, sal en la herida,
ramo de rosas para el fusilado,
nieve en agosto, luna del patíbulo,
escritura del mar sobre el basalto,
escritura del viento en el desierto,
testamento del sol, granada, espiga,

rostro de llamas, rostro devorado,
adolescente rostro perseguido
años fantasmas, días circulares
que dan al mismo patio, al mismo muro,
arde el instante y son un solo rostro
los sucesivos rostros de la llama,
todos los nombres son un solo nombre,
todos los rostros son un solo rostro,
todos los siglos son un solo instante
y por todos los siglos de los siglos
cierra el paso al futuro un par de ojos,

no hay nada frente a mí, sólo un instante
rescatado esta noche, contra un sueño
de ayuntadas imágenes soñado,
duramente esculpido contra el sueño,
arrancado a la nada de esta noche,
a pulso levantado letra a letra,
mientras afuera el tiempo se desboca
y golpea las puertas de mi alma
el mundo con su horario carnicero,

sólo un instante mientras las ciudades,
los nombres, los sabores, lo vivido,
se desmoronan en mi frente ciega,
mientras la pesadumbre de la noche
mi pensamiento humilla y mi esqueleto,
y mi sangre camina más despacio
y mis dientes se aflojan y mis ojos
se nublan y los días y los años
sus horrores vacíos acumulan,

mientras el tiempo cierra su abanico
y no hay nada detrás de sus imágenes
el instante se abisma y sobrenada
rodeado de muerte, amenazado
por la noche y su lúgubre bostezo,
amenazado por la algarabía
de la muerte vivaz y enmascarada
el instante se abisma y penetra,
como un puño se cierra, como un fruto
que madura hacia dentro, echa raíces,
crece dentro de mí, me ocupa todo,
me expulsa el follaje delirante,
mis pensamientos sólo son sus pájaros
su mercurio circula por mis venas,
árbol mental, frutos sabor de tiempo,

oh vida por vivir y ya vivida,
tiempo que vuelve en una marejada
y se retira sin volver el rostro,
lo que pasó no fue pero está siendo
y silenciosamente desemboca
en otro instante que se desvanece:

frente a la tarde de salitre y piedra
armada de navajas invisibles
una roja escritura indescifrable
escribes en mi piel y esas heridas
como un traje de llamas me recubren,
ardo sin consumirme, busco el agua
y en tus ojos no hay agua, son de piedra,
y tus pechos, tu vientre, tus caderas
son de piedra, tu boca sabe a polvo,
tu boca sabe a tiempo emponzoñado,
tu cuerpo sabe a pozo sin salida,
pasadizo de espejos que repiten
los ojos del sediento, pasadizo
que vuelve siempre al punto de partida,
y tú me llevas ciego de la mano
por esas galerías obstinadas
hacia el centro del círculo y te yergues
como un fulgor que se congela en hacha,
como luz que desuella, fascinante
como el cadalso para el condenado,
flexible como el látigo y esbelta
como un arma gemela de la luna,
y tus palabras afiladas cavan
mi pecho y me despueblan y vacían,
uno a uno me arrancas los recuerdos,
he olvidado mi nombre, mis amigos
gruñen entre los cerdos o se pudren
comidos por el sol en un barranco,

no hay nada en mí sino una larga herida,
una oquedad que ya nadie recorre,
presente sin ventanas, pensamiento
que vuelve, se repite, se refleja
y se pierde en su misma transparencia,
conciencia traspasada por un ojo
que se mira mirarse hasta anegarse
de claridad:
                  yo vi tu atroz escama,
melusina, brillar verdosa al alba,
dormías enroscada entre las sábanas
y al despertar gritaste como un pájaro
y caíste sin fin, quebrada y blanca,
nada quedó de ti sino tu grito,
y la cabo de los siglos me descubro
con tos y mala vista, barajando
viejas fotos:
                    no hay nadie, no eres nadie,
un montón de ceniza y una escoba,
un cuchillo mellado y un plumero,
un pellejo colgado de unos huesos,
un racimo ya seco, un hoyo *****
y en el fondo del hoy los dos ojos
de una niña ahogada hace mil años,

miradas enterradas en un pozo,
miradas que nos ven desde el principio,
mirada niña de la madre vieja
que ve en el hijo grande su padre joven,
mirada madre de la niña sola
que ve en el padre grande un hijo niño,
miradas que nos miran desde el fondo
de la vida y son trampas de la muerte
-¿o es al revés: caer en esos ojos
es volver a la vida verdadera?,

¡caer, volver, soñarme y que me sueñen
otros ojos futuros, otra vida,
otras nubes, morirme de otra muerte!
-esta noche me basta, y este instante
que no acaba de abrirse y revelarme
dónde estuve, quién fui, cómo te llamas,
cómo me llamo yo:
                              ¿hacía planes
para el verano -y todos los veranos-
en Christopher Street, hace diez años,
con Filis que tenía dos hoyuelos
donde veían luz los gorriones?,
¿por la Reforma Carmen me decía
"no pesa el aire, aquí siempre es octubre",
o se lo dijo a otro que he perdido
o yo lo invento y nadie me lo ha dicho?,
¿caminé por la noche de Oaxaca,
inmensa y verdinegra como un árbol,
hablando solo como el viento loco
y al llegar a mi cuarto -siempre un cuarto-
no me reconocieron los espejos?,
¿desde el hotel Vernet vimos al alba
bailar con los castaños - "ya es muy tarde"
decías al peinarte y yo veía
manchas en la pared, sin decir nada?,
¿subimos juntos a la torre, vimos
caer la tarde desde el arrecife?,
¿comimos uvas en Bidart?, ¿compramos
gardenias en Perote?,
                                  nombres, sitios,
calles y calles, rostros, plazas, calles,
estaciones, un parque, cuartos solos,
manchas en la pared, alguien se peina,
alguien canta a mi lado, alguien se viste,
cuartos, lugares, calles, nombres, cuartos,

Madrid, 1937,
en la Plaza del Ángel las mujeres
cosían y cantaban con sus hijos,
después sonó la alarma y hubo gritos,
casas arrodilladas en el polvo,
torres hendidas, frentes escupidas
y el huracán de los motores, fijo:
los dos se desnudaron y se amaron
por defender nuestra porción eterna,
nuestra ración de tiempo y paraíso,
tocar nuestra raíz y recobrarnos,
recobrar nuestra herencia arrebatada
por ladrones de vida hace mil siglos,
los dos se desnudaron y besaron
porque las desnudeces enlazadas
saltan el tiempo y son invulnerables,
nada las toca, vuelven al principio,
no hay tú ni yo, mañana, ayer ni nombres,
verdad de dos en sólo un cuerpo y alma,
oh ser total...
                      cuartos a la deriva
entre ciudades que se van a pique,
cuartos y calles, nombres como heridas,
el cuarto con ventanas a otros cuartos
con el mismo papel descolorido
donde un hombre en camisa lee el periódico
o plancha una mujer; el cuarto claro
que visitan las ramas del durazno;
el otro cuarto: afuera siempre llueve
y hay un patio y tres niños oxidados;
cuartos que son navíos que se mecen
en un golfo de luz; o submarinos:
el silencio se esparce en olas verdes,
todo lo que tocamos fosforece;
mausoleos del lujo, ya roídos
los retratos, raídos los tapetes;
trampas, celdas, cavernas encantadas,
pajareras y cuartos numerados,
todos se transfiguran, todos vuelan,
cada moldura es nube, cada puerta
da al mar, al campo, al aire, cada mesa
es un festín; cerrados como conchas
el tiempo inútilmente los asedia,
no hay tiempo ya, ni muro: ¡espacio, espacio,
abre la mano, coge esta riqueza,
corta los frutos, come de la vida,
tiéndete al pie del árbol, bebe el agua!,

todo se transfigura y es sagrado,
es el centro del mundo cada cuarto,
es la primera noche, el primer día,
el mundo nace cuando dos se besan,
gota de luz de entrañas transparentes
el cuarto como un fruto se entreabre
o estalla como un astro taciturno
y las leyes comidas de ratones,
las rejas de papel, las alambradas,
los timbres y las púas y los pinchos,
el sermón monocorde de las armas,
el escorpión meloso y con bonete,
el tigre con chistera, presidente
del Club Vegetariano y la Cruz Roja,
el burro pedagogo, el cocodrilo
metido a redentor, padre de pueblos,
el Jefe, el tiburón, el arquitecto
del porvenir, el cerdo uniformado,
el hijo predilecto de la Iglesia
que se lava la negra dentadura
con el agua bendita y toma clases
de inglés y democracia, las paredes
invisible, las máscaras podridas
que dividen al hombre de los hombres,
al hombre de sí mismo,
                                      se derrumban
por un instante inmenso y vislumbramos
nuestra unidad perdida, el desamparo
que es ser hombres, la gloria que es ser hombres
y compartir el pan, el sol, la muerte,
el olvidado asombro de estar vivos;

amar es combatir, si dos se besan
el mundo cambia, encarnan los deseos,
el pensamiento encarna, brotan alas
en las espaldas del esclavo, el mundo
es real y tangible, el vino es vino,
el pan vuelve a saber, el agua es agua,
amar es combatir, es abrir puertas,
dejar de ser fantasma con un número
a perpetua cadena condenado
por un amo sin rostro;
                                    el mundo cambia
si dos se miran y se reconocen,
amar es desnudarse de los nombres:
"déjame ser tu puta", son palabras
de Eloísa, mas él cedió a las leyes,
la tomó por esposa y como premio
lo castraron después;
                                    mejor el crimen,
los amantes suicidas, el incesto
de los hermanos como dos espejos
enamorados de su semejanza,
mejor comer el pan envenenado,
el adulterio en lechos de ceniza,
los amores feroces, el delirio,
su yedra ponzoñosa, el sodomita
que lleva por clavel en la solapa
un gargajo, mejor ser lapidado
en las plazas que dar vuelta a la noria
que exprime la sustancia de la vida,
cambia la eternidad en horas huecas,
los minutos en cárceles, el tiempo
en monedas de cobre y mierda abstracta;

mejor la castidad, flor invisible
que se mece en los tallos del silencio,
el difícil diamante de los santos
que filtra los deseos, sacia al tiempo,
nupcias de la quietud y el movimiento,
canta la soledad en su corola,
pétalo de cristal es cada hora,
el mundo se despoja de sus máscaras
y en su centro, vibrante transparencia,
lo que llamamos Dios, el ser sin nombre,
se contempla en la nada, el ser sin rostro
emerge de sí mismo, sol de soles,
plenitud de presencias y de nombres;

sigo mi desvarío, cuartos, calles,
camino a tientas por los corredores
del tiempo y subo y bajo sus peldaños
y sus paredes palpo y no me muevo,
vuelvo adonde empecé, busco tu rostro,
camino por las calles de mí mismo
bajo un sol sin edad, y tú a mi lado
caminas como un árbol, como un río,
creces como una espiga entre mis manos,
lates como una ardilla entre mis manos,
vuelas como mil pájaros, tu risa
me ha cubierto de espumas, tu cabeza
es un astro pequeño entre mis manos,
el mundo reverdece si sonríes
comiendo una naranja,
                                    el mundo cambia
si dos, vertiginosos y enlazados,
caen sobre la yerba: el cielo baja,
los árboles ascienden, el espacio
sólo es luz y silencio, sólo espacio
abierto para el águila del ojo,
pasa la blanca tribu de las nubes,
rompe amarras el cuerpo, zarpa el alma,
perdemos nuestros nombres y flotamos
a la deriva entre el azul y el verde,
tiempo total donde no pasa nada
sino su propio transcurrir dichoso,

no pasa nada, callas, parpadeas
(silencio: cruzó un ángel este instante
grande como la vida de cien soles),
¿no pasa nada, sólo un parpadeo?
-y el festín, el destierro, el primer crimen,
la quijada del asno, el ruido opaco
y la mirada incrédula del muerto
al caer en el llano ceniciento,
Agamenón y su mugido inmenso
y el repetido grito de Casandra
más fuerte que los gritos de las olas,
Sócrates en cadenas (el sol nace,
morir es despertar: "Critón, un gallo
a Esculapio, ya sano de la vida"),
el chacal que diserta entre las ruinas
de Nínive, la sombra que vio Bruto
antes de la batalla, Moctezuma
en el lecho de espinas de su insomnio,
el viaje en la carreta hacia la muerte
-el viaje interminable mas contado
por Robespierre minuto tras minuto,
la mandíbula rota entre las manos-,
Churruca en su barrica como un trono
es
Nicole May 2015
Tengo un corazón de piedra latente,
que se agrieta cada vez
que lo azotan contra el suelo.

Tengo un corazón de piedra latente,
que extrañamente sus pulsaciones crecen
cuando mis sentimientos por ti
trato de desvanecer.

Tengo un corazón de piedra latente,
que daría lo que fuera
para que su corriente sanguínea
no se desbalancee.

Tengo un corazón de piedra latente,
que a pesar de las caídas
se fuerza por mantener vivo
el cuerpo en el que habita.

Tengo un corazón de piedra latente,
que se polvoriza por querer estar
junto a ese corazón de acero,
pero conoce que no es pertinente.
La luz devasta las alturas
      Manadas de imperios en derrota
      El ojo retrocede cercado de reflejos

      Países vastos como el insomnio
      Pedregales de hueso

      Otoño sin confines
      Alza la sed sus invisibles surtidores
      Un último pirú predica en
el desierto

      Cierra los ojos y oye cantar la luz:
      El mediodía anida en tu
tímpano

      Cierra los ojos y ábrelos:
      No hay nadie ni siquiera tú mismo
      Lo que no es piedra es luz


Como las piedras del Principio
Como el principio de la Piedra
Como al Principio piedra contra piedra
Los fastos de la noche:
El poema todavía sin rostro
El bosque todavía sin árboles
Los cantos todavía sin nombre

Mas ya la luz irrumpe con pasos de leopardo
Y la palabra se levanta ondula cae
Y es una larga herida y un silencio sin mácula


    La alegría madura como un fruto
    El fruto madura hasta ser sol
    El sol madura hasta ser hombre
    El hombre madura hasta ser astro
    Nunca la luz se repartió en tantas luces
    Los árboles las calles las montañas
    Se despliegan en olas transparentes
    Una muchacha ríe a la entrada del día
    Es una pluma ardiendo el canto del canario
    La música muestra sus brazos desnudos
    Su espalda desnuda su pensamiento desnudo
    En el calor se afila el instante dichoso
    Agua tierra y sol son un solo cuerpo
    La hora y su campana se disuelven
    Las piedras los paisajes se evaporan
    Todos se han ido sin volver el rostro
    Los amigos las bellas a la orilla del vértigo
    Zarpan las casas la iglesia los tranvías
    El mundo emprende el vuelo
    También mi cuerpo se me escapa
    Y entre las claridades se me pierde
    El sol lo cubre todo lo ve todo
    Y en su mirada fija nos bañamos
    Y en su pupila largamente nos quemamos
    Y en los abismos de su luz caemos
    Música despeñada
    Y ardemos y no dejamos huella
Pedro Salinas  Jun 2017
Cero
Invitación al llanto.  Esto es un llanto,
      ojos, sin fin, llorando,
escombrera adelante, por las ruinas
        de innumerables días.
Ruinas que esparce un cero -autor de nadas,
obra del hombre-, un cero, cuando estalla.
Cayó ciega.  La soltó,
la soltaron, a seis mil
metros de altura, a las cuatro.
¿Hay ojos que le distingan
a la Tierra sus primores
desde tan alto?
¿Mundo feliz? ¿Tramas, vidas,
que se tejen, se destejen,
mariposas, hombres, tigres,
amándose y desamándose?
No. Geometría.  Abstractos
colores sin habitantes,
embuste liso de atlas.
Cientos de dedos del viento
una tras otra pasaban
las hojas
-márgenes de nubes blancas-
de las tierras de la Tierra,
vuelta cuaderno de mapas.
Y a un mapa distante, ¿quién
le tiene lástima? Lástima
de una pompa de jabón
irisada, que se quiebra;
o en la arena de la playa
un crujido, un caracol
roto
sin querer, con la pisada. 
Pero esa altura tan alta
que ya no la quieren pájaros,
le ciega al querer su causa
con mil aires transparentes.
Invisibles se le vuelven
al mundo delgadas gracias:
La azucena y sus estambres,
colibríes y sus alas,
las venas que van y vienen,
en tierno azul dibujadas,
por un pecho de doncella.
¿Quién va a quererlas
si no se las ve de cerca?
Él hizo su obligación:
lo que desde veinte esferas
instrumentos ordenaban,
exactamente: soltarla
al momento justo.                                   Nada.
Al principio
no vio casi nada.  Una
mancha, creciendo despacio,
blanca, más blanca, ya cándida.
¿Arrebañados corderos?
¿Vedijas, copos de lana?
Eso sería...
¡Qué peso se le quitaba!
Eso sería: una imagen
que regresa.
Veinte años, atrás, un niño.
Él era un niño -allá atrás-
que en estíos campesinos
con los corderos jugaba
por el pastizal.  Carreras,
topadas, risas, caídas
de bruces sobre la grama,
tan reciente de rocío
que la alegría del mundo
al verse otra vez tan claro,
le refrescaba la cara.
Sí; esas blancuras de ahora,
allá abajo
en vellones dilatadas,
no pueden ser nada malo:
rebaños y más rebaños
serenísimos que pastan
en ancho mapa de tréboles.
Nada malo.  Ecos redondos
de aquella inocencia doble
veinte años atrás: infancia
triscando con el cordero
y retazos celestiales,
del sol niño con las nubes
que empuja, pastora, el alba.
 
Mientras,
detrás de tanta blancura
en la Tierra -no era mapa-
en donde el cero cayó,
el gran desastre empezaba.Muerto inicial y víctima primera:
lo que va a ser y expira en los umbrales
del ser. ¡Ahogado coro de inminencias!
Heráldicas palabras voladoras
-«¡pronto!», «¡en seguida!», «¡ya!»- nuncios de dichas
colman el aire, lo vuelven promesa.
Pero la anunciación jamás se cumple:
la que aguardaba el éxtasis, doncella,
se quedará en su orilla, para siempre
entre su cuerpo y Dios alma suspensa.
¡Qué de esparcidas ruinas de futuro
por todo alrededor, sin que se vean!
Primer beso de amantes incipientes.
¡Asombro! ¿Es obra humana tanto gozo?
¿Podrán los labios repetirlo?  Vuelan
hacia el segundo beso; más que beso,
claridad quieren, buscan la certeza
alegre de su don de hacer milagros
donde las bocas férvidas se encuentran.
¿ Por qué si ya los hálitos se juntan
los labios a posarse nunca llegan?
Tan al borde del beso, no se besan.
Obediente al ardor de un mediodía
la moza muerde ya la fruta nueva.
La boca anhela el más celado jugo;
del anhelo no pasa.  Se le niega
cuando el labio presiente su dulzura
la condensada dentro, primavera,
pulpas de mayo, azúcares de junio,
día a día sumados a la almendra.
Consumación feliz de tanta ruta,
último paso, amante, pie en el aire,
que trae amor adonde amor espera.
Tiembla Julieta de Romeos próximos,
ya abre el alma a Calixto, Melibea.
Pero el paso final no encuentra suelo.
¿Dónde, si se hunde el mundo en la tiniebla,
si ya es nada Verona, y si no hay huerto?
De imposibles se vuelve la pareja.
¿Y esa mano -¿de quién?-, la mano trunca
blanca, en el suelo, sin su brazo, huérfana,
que buscas en el rosal la única abierta,
y cuando ya la alcanza por el tallo
se desprende, dejándose a la rosa,
sin conocer los ojos de su dueña?
¡Cimeras alegrías tremolantes,
gozo inmediato, pasmo que se acerca:
la frase más difícil, la penúltima,
la que lleva, derecho, hasta el acierto,
perfección vislumbrada, nunca nuestra!
¡Imágenes que inclinan su hermosura
sobre espejos que nunca las reflejan!
¡Qué cadáver ingrávido: una mañana
que muere al filo de su aurora cierta!
Vísperas son capullos. Sí, de dichas;
sí, de tiempo, futuros en capullos.
¡Tan hermosas, las vísperas!
                                                          ¡Y muertas!¿Se puede hacer más daño, allí en la Tierra?
Polvo que se levanta de la ruina,
humo del sacrificio, vaho de escombros
dice que sí se puede.  Que hay más pena.
Vasto ayer que se queda sin presente,
vida inmolada en aparentes piedras.
¡Tanto afinar la gracia de los fustes
contra la selva tenebrosa alzados
de donde el miedo viene al alma, pánico!
Junto a un altar de azul, de ola y espuma,
el pensar y la piedra se desposan;
el mármol, que era blanco, es ya blancura.
Alborean columnas por el mundo,
ofreciéndole un orden a la aurora.
No terror, calma pura da este bosque,
de noble savia pórtico.
Vientos y vientos de dos mil otoños
con hojas de esta selva inmarcesible
quisieran aumentar sus hojarascas.
Rectos embisten, curvas les engañan.
Sin botín huyen. ¿Dónde está su fronda?
No pájaros, sus copas, procesiones
de doncellas mantienen en lo alto,
que atraviesan el tiempo, sin moverse.
Este espacio que no era más que espacio
a nadie dedicado, aire en vacío,
la lenta cantería lo redime
piedras poniendo, de oro, sobre piedras,
de aquella indiferencia sin plegaria.
Fiera luz, la del sumo mediodía,
claridad, toda hueca, de tan clara
va aprendiendo, ceñida entre altos muros
mansedumbres, dulzuras; ya es misterio.
Cantan coral callado las ojivas.
Flechas de alba cruzan por los santos
incorpóreos, no hieren, les traen vida
de colores.  La noche se la quita.
La bóveda, al cerrarse abre más cielo.
Y en la hermosura vasta de estos límites
siente el alma que nada la termina.
Tierra sin forma, pobre arcilla; ahora
el torno la conduce hasta su auge:
suave concavidad, nido de dioses.
Poseidón, Venus, Iris, sus siluetas
en su seno se posan.  A esta crátera
ojos, siempre sedientos, a abrevarse
vienen de agua de mito, inagotable.
Guarda la copa en este fondo oscuro
callado resplandor, eco de Olimpo.
Frágil materia es, mas se acomodan
los dioses, los eternos, en su círculo.
Y así, con lentitud que no descansa,
por las obras del hombre se hace el tiempo
profusión fabulosa.  Cuando rueda
el mundo, tesorero, va sumando
-en cada vuelta gana una hermosura-
a belleza de ayer, belleza inédita.
Sobre sus hombros gráciles las horas
dádivas imprevistas acarrean.
¿Vida?  Invención, hallazgo, lo que es
hoy a las cuatro, y a las tres no era.
Gozo de ver que si se marchan unas
trasponiendo la ceja de la tarde,
por el nocturno alcor otras se acercan.
Tiempo, fila de gracias que no cesa.
¡Qué alegría, saber que en cada hora
algo que está viniendo nos espera!
Ninguna ociosa, cada cual su don;
ninguna avara, todo nos lo entregan.
Por las manos que abren somos ricos
y en el regazo, Tierra, de este mundo
dejando van sin pausa
novísimos presentes: diferencias.
¿Flor?  Flores. ¡Qué sinfín de flores, flor!
Todo, en lo igual, distinto: primavera.
Cuando se ve la Tierra amanecerse
se siente más feliz.  La luz que llega
a estrecharle las obras que este día
la acrece su plural. ¡Es más diversa!El cero cae sobre ellas.
Ya no las veo, a las muchas,
las bellísimas, deshechas,
en esa desgarradora
unidad que las confunde,
en la nada, en la escombrera.
Por el escombro busco yo a mis muertos;
más me duele su ser tan invisibles.
Nadie los ve: lo que se ve son formas
truncas; prodigios eran, singulares,
que retornan, vencidos, a su piedra.
Muertos añosos, muertos a lo lejos,
cadáveres perdidos,
en ignorado osario perfecciona
la Tierra, lentamente, su esqueleto.
Su muerte fue hace mucho.  Esperanzada
en no morir, su muerte. Ánima dieron
a masas que yacían en canteras.
Muchas piedras llenaron de temblores.
Mineral que camina hacia la imagen,
misteriosa tibieza, ya corriendo
por las vetas del mármol,
cuando, curva tras curva, se le empuja
hacia su más, a ser pecho de ninfa.
Piedra que late así con un latido
de carne que no es suya, entra en el juego
-ruleta son las horas y los días-:
el jugarse a la nada, o a lo eterno
el caudal de sus formas confiado:
el alma de los hombres, sus autores.
Si es su bulto de carne fugitivo,
ella queda detrás, la salvadora
roca, hija de sus manos, fidelísima,
que acepta con marmóreo silencio
augusto compromiso: eternizarlos.
Menos morir, morir así: transbordo
de una carne terrena a bajel pétreo
que zarpa, sin más aire que le impulse
que un soplo, al expirar, último aliento.
Travesía que empieza, rumbo a siempre;
la brújula no sirve, hay otro norte
que no confía a mapas su secreto;
misteriosos pilotos invisibles,
desde tumbas los guían, mareantes
por aguja de fe, según luceros.
Balsa de dioses, ánfora.
Naves de salvación con un polícromo
velamen de vidrieras, y sus cuentos
mármol, que flota porque vista de Venus.
Naos prodigiosas, sin cesar hendiendo
inmóviles, con proas tajadoras
auroras y crepúsculos, espumas
del tumbo de los años; años, olas
por los siglos alzándose y rompiendo.
Peripecia suprema día y noche,
navegar tesonero
empujado por racha que no atregua:
negación del morir, ansia de vida,
dando sus velas, piedras, a los vientos.
Armadas extrañísimas de afanes,
galeras, no de vivos, no de muertos,
tripulaciones de querencias puras,
incansables remeros,
cada cual con su remo, lo que hizo,
soñando en recalar en la celeste
ensenada segura, la que está
detrás, salva, del tiempo.¡Y todos, ahora, todos,
qué naufragio total, en este escombro!
No tibios, no despedazados miembros
me piden compasión, desde la ruina:
de carne antigua voz antigua, oigo.
Desgarrada blancura, torso abierto,
aquí, a mis pies, informe.
Fue ninfa geométrica, columna.
El corazón que acaban de matarle,
Leucipo, pitagórico,
calculador de sueños, arquitecto,
de su pecho lo fue pasando a mármoles.
Y así, edad tras edad, en estas cándidas
hijas de su diseño
su vivir se salvó.  Todo invisible,
su pálpito y su fuego.
Y ellas abstractos bultos se fingían,
pura piedra, columnas sin misterio.
Más duelo, más allá: serafín trunco,
ángel a trozos, roto mensajero.
Quebrada en seis pedazos
sonrisa, que anunciaba, por el suelo.
Entre el polvo guedejas
de rubia piedra, pelo tan sedeño
que el sol se lo atusaba a cada aurora
con sus dedos primeros.
Alas yacen usadas a lo altísimo,
en barro acaba su plumaje célico.
(A estas plumas del ángel desalado
encomendó su vuelo
sobre los siglos el hermano Pablo,
dulce monje cantero).
Sigo escombro adelante, solo, solo.
Hollando voy los restos
de tantas perfecciones abolidas.
Años, siglos, por siglos acudieron
aquí, a posarse en ellas; rezumaban
arcillas o granitos,
linajes de humedad, frescor edénico.
No piso la materia; en su pedriza
piso al mayor dolor, tiempo deshecho.
Tiempo divino que llegó a ser tiempo
poco a poco, mañana tras su aurora,
mediodía camino de su véspero,
estío que se junta con otoño,
primaveras sumadas al invierno.
Años que nada saben de sus números,
llegándose, marchándose sin prisa,
sol que sale, sol puesto,
artificio diario, lenta rueda
que va subiendo al hombre hasta su cielo.
Piso añicos de tiempo.
Camino sobre anhelos hechos trizas,
sobre los días lentos
que le costó al cincel llegar al ángel;
sobre ardorosas noches,
con el ardor ardidas del desvelo
que en la alta madrugada da, por fin,
con el contorno exacto de su empeño...
Hollando voy las horas jubilares:
triunfo, toque final, remate, término
cuando ya, por constancia o por milagro,
obra se acaba que empezó proyecto.
Lo que era suma en un instante es polvo.
¡Qué derroche de siglos, un momento!
No se derrumban piedras, no, ni imágenes;
lo que se viene abajo es esa hueste
de tercos defensores de sus sueños.
Tropa que dio batalla a las milicias
mudas, sin rostro, de la nada; ejército
que matando a un olvido cada día
conquistó lentamente los milenios.
Se abre por fin la tumba a que escaparon;
les llega aquí la muerte de que huyeron.
Ya encontré mi cadáver, el que lloro.
Cadáver de los muertos que vivían
salvados de sus cuerpos pasajeros.
Un gran silencio en el vacío oscuro,
un gran polvo de obras, triste incienso,
canto inaudito, funeral sin nadie.
Yo sólo le recuerdo, al impalpable,
al NO dicho a la muerte, sostenido
contra tiempo y marea: ése es el muerto.
Soy la sombra que busca en la escombrera.
Con sus siete dolores cada una
mil soledades vienen a mi encuentro.
Hay un crucificado que agoniza
en desolado Gólgota de escombros,
de su cruz separado, cara al cielo.
Como no tiene cruz parece un hombre.
Pero aúlla un perro, un infinito perro
-inmenso aullar nocturno ¿desde dónde?-,
voz clamante entre ruinas por su Dueño.
Mujer de un funcionario romano,
recorriste la tierra
-sombra suya- de Gades a Palmira.
Soles distintos te doraron,
maduraron tu piel, fueron dejando
seco tu corazón.

                    Cómo sería tu cabeza, tu mano,
lo que fue carne tibia, vestidura del alma
y luego piedra silenciosa...
Ahora la mano ya no está en la piedra.
Y la cabeza fue limada, desfigurada y corroída
por el agua que la albergó durante siglos.
¿Cómo serías? Imagino que el escultor,
sumiso a los clientes, las rutinas,
los tópicos vigentes en la Roma de los Césares,
copió de ti la apariencia banal.
¿Serías verdaderamente
-no quedan rasgos que dejen comprobarlo-
matrona dura que mandaba sus hijos a la guerra,
que prefería muertos valerosos,
soledad y desolación,
antes que amor, calor y compañía de cobardes?
¿O tu rostro impasible
revelaría otra verdad?

Ahora no tienes ojos,
ni siquiera de piedra,
para que en ellos se refleje y cante el mar,
el mismo que rompía en tus ojos humanos
y te vestía de llamas azules.
(A la orilla del mar ocurriría aquel amor).

Un legionario, un soñador, un triste,
a la orilla del mar... Y le decías:
«Ráptame, llévame contigo, da a mi vida
sentido y esperanza, olvido y horizonte,
dale vida a mi vida». (El fingiría indiferencia
cuando subías con ofrendas al templo.

Y te abrazaba, enloquecía, te daba vida y muerte
cuando estabas con él a solas.)
El día que marchaste, dócil al lado de tu esposo,
a otro sol y otra tierra del Imperio,
lloró desconsolado el que era fuerza tuya.
Te hizo un collar de lágrimas
el que bebió tus lágrimas.
(Esto debió de suceder en la Imperial Tarraco).

Ahora no tienes ojos, ni siquiera de piedra.
El mar y el tiempo los borraron.
(Dentro del mar se pudriría aquel amor).
Sólo te queda la impasibilidad con que te imaginaron
para edificación y pasmo de los hombres.

Jamás podrá la piedra
albergar un soplo de vida.
Y entonces, dónde ha ido tanta vida,
dónde está tanta vida que la piedra no puede contener,
no puede imaginar y transmitir.
Tanta vida que fue la salvadora
del olvido y la nada, ¿habrá muerto contigo?
Cómo puede morir lo que fue vida.
Quién puede asesinar la vida.
Quién puede congelar en estatua una vida.

Qué hay en común entre este bulto
-pliegues rígidos y elegantes,
rostro esfumado, manos mutiladas-
y aquella estatua de ola tibia,
aquel pequeño sol poniente,
aquel viento de carne pálida,
aquella arena palpitante,
aquel prodigio de rumores:
o que tú fuiste un día,
lo que eres para siempre en un punto del tiempo y del espacio,
en el que escarbo inútilmente
con el afán de un perro hambriento.
Pablo Neruda  Jun 2017
El pueblo
De aquel hombre me acuerdo y no han pasado
sino dos siglos desde que lo vi,
no anduvo ni a caballo ni en carroza:
a puro pie
deshizo
las distancias
y no llevaba espada ni armadura,
sino redes al hombro,
hacha o martillo o pala,
nunca apaleó a ninguno de su especie:
su hazaña fue contra el agua o la tierra,
contra el trigo para que hubiera pan,
contra el árbol gigante para que diera leña,
contra los muros para abrir las puertas,
contra la arena construyendo muros
y contra el mar para hacerlo parir.

Lo conocí y aún no se me borra.

Cayeron en pedazos las carrozas,
la guerra destruyó puertas y muros,
la ciudad fue un puñado de cenizas,
se hicieron polvo todos los vestidos,
y él para mí subsiste,
sobrevive en la arena,
cuando antes parecía
todo imborrable menos él.

En el ir y venir de las familias
a veces fue mi padre o mi pariente
o apenas si era él o si no era
tal vez aquel que no volvió a su casa
porque el agua o la tierra lo tragaron
o lo mató una máquina o un árbol
o fue aquel enlutado carpintero
que iba detrás del ataúd, sin lágrimas,
alguien en fin que no tenía nombre,
que se llamaba metal o madera,
y a quien miraron otros desde arriba
sin ver la hormiga
sino el hormiguero
y que cuando sus pies no se movían,
porque el pobre cansado había muerto,
no vieron nunca que no lo veían:
había ya otros pies en donde estuvo.

Los otros pies eran él mismo,
también las otras manos,
el hombre sucedía:
cuando ya parecía transcurrido
era el mismo de nuevo,
allí estaba otra vez cavando tierra,
cortando tela, pero sin camisa,
allí estaba y no estaba, como entonces
se había ido y estaba de nuevo,
y como nunca tuvo cementerio,
ni tumba, ni su nombre fue grabado
sobre la piedra que cortó sudando,
nunca sabia nadie que llegaba
y nadie supo cuando se moría,
así es que sólo cuando el pobre pudo
resucitó otra vez sin ser notado.

Era el hombre sin duda, sin herencia,
sin vaca, sin bandera,
y no se distinguía entre los otros,
los otros que eran él,
desde arriba era gris como el subsuelo,
como el cuero era pardo,
era amarillo cosechando trigo,
era ***** debajo de la mina,
era color de piedra en el castillo,
en el barco pesquero era color de atún
y color de caballo en la pradera:
cómo podía nadie distinguirlo
si era el inseparable, el elemento,
tierra, carbón o mar vestido de hombre?

Donde vivió crecía
cuanto el hombre tocaba:
La piedra hostil,
quebrada
por sus manos,
se convertía en orden
y una a una formaron
la recia claridad del edificio,
hizo el pan con sus manos,
movilizó los trenes,
se poblaron de pueblos las distancias,
otros hombres crecieron,
llegaron las abejas,
y porque el hombre crea y multiplica
la primavera camino al mercado
entre panaderías y palomas.

El padre de los panes fue olvidado,
él que cortó y anduvo, machacando
y abriendo surcos, acarreando arena,
cuando todo existió ya no existía,
él daba su existencia, eso era todo.
Salió a otra parte a trabajar, y luego
se fue a morir rodando
como piedra del río:
aguas abajo lo llevó la muerte.

Yo, que lo conocí, lo vi bajando
hasta no ser sino lo que dejaba:
calles que apenas pudo conocer,
casas que nunca y nunca habitaría.

Y vuelvo a verlo, y cada día espero.

Lo veo en su ataúd y resurrecto.

Lo distingo entre todos
los que son sus iguales
y me parece que no puede ser,
que así no vamos a ninguna parte,
que suceder así no tiene gloria.

Yo creo que en el trono debe estar
este hombre, bien calzado y coronado.

Creo que los que hicieron tantas cosas
deben ser dueños de todas las cosas.

Y los que hacen el pan deben comer!

Y deben tener luz los de la mina!

Basta ya de encadenados grises!

Basta de pálidos desaparecidos!

Ni un hombre más que pase sin que reine.

Ni una sola mujer sin su diadema.

Para todas las manos guantes de oro.

Frutas de sol a todos los oscuros!

Yo conocí aquel hombre y cuando pude,
cuando ya tuve ojos en la cara,
cuando ya tuve la voz en la boca
lo busqué entre las tumbas, y le dije
apretándole un brazo que aún no era polvo:

«Todos se irán, tú quedarás viviente.

Tú encendiste la vida.

Tú hiciste lo que es tuyo».

Por eso nadie se moleste cuando
parece que estoy solo y no estoy solo,
no estoy con nadie y hablo para todos:

Alguien me está escuchando y no lo saben,
pero aquellos que canto y que lo saben
siguen naciendo y llenarán el mundo.
Solent in Expiationem Animarum

Saint John the Apostle says: “Zefián, the computer of the Duoverse of the Verthian world, indicates the order of his creation of the world, according to the transcendental plant living matter, in the interstices of time itself that exists within sidereal time. Noting that matter and time, is governed by all mythological beings in a compartment with monotheism, will be defined by atavistic laws, which are the deity of the intense hiding place of procreation, endowing great contextual residences, for habitat and a world in which larger non-residential scales, which go from passerby between the lines of time, and cosmological phenomena, which in the Duoverse face vicissitudes of the stars and their physicality added to the arcs of memory and emotions. Thus the main task of how the structure of experience surpasses consciousness, to novelize the orthogonal movements of the Universe, but in a Vernarthian world with great explorations of matter, which are quantified and volatilized in the field of its ethereal existence. The laws will be governed by your Zefian computer, describing codes that will verify the fulfillment of pivots in the reactions of the universe, but with refractions when reasoning about the consummate phenomenon. Starting from here in the experienced biology that will overcome the laws of physics, since its value is above the limits that allow the bold line of gravity that bounces in the lines of time, and its distances promoting more discretion when resisting threats. of a possible tiring case, a product of some relative dominance not included in all worlds with each other, in some case that does not rescue us from loss of links of some omitted sidereal reminiscence, attracting us to a universe governed by hemicycles of merely material particles, and not existential biological ones. The dimensions emerge from the beginning of the same universe, but more delayed from the interval and the second limit of the space that rests, to inaugurate the one that comes. Being the orbit of translation twice rotating towards the sun, but nth times rotating on itself, to go out to another stellar dimension not present. Its geometry will be from the intendancy of the resumption of Cinnabar in Tsambika and Helleniká, to later cancel each other out, making their integration in Patmos, on the coast of Skalá, with curvatures that validate the nullity of successive expirations of material lives, between spiritual expirations alive.


Duoverso is born and will be reborn, every time the years are subject to the loss of everything quantifiable and not, under the light that will be lit on all the darkness, Zefián being, in paronymy in which they lack to appropriate the support and merit of to have it absorbed in the tabernacle of Vas Auric, in the privilege of nothingness itself and nobody, adding itself in what is preserved of the physical support of itself. For just sidereal speed, in which it will have to travel on its same axis of rotating time on itself, in paradoxical of the One-dimensional Beams, these coexisting with the same low and high universes, reconverted into angelic vital luminances, creating orbits and optics in the visions of Christian temporality. By empowering them to enable them in the overexcited that derive disorders of intermittency of memory and physics of time, to reinsert themselves in the sequence that inhabits the residual of the speed of the Beam, as a Theo-Philosophical entity, of cellular multiplicity or cells of seasonality. of retrograde times, for the independence of temporality, under the regime of the past made up of an unbelievable yesterday. Overcoming the conserved immediacy of conviction in the One-dimensional Beams (Kafersesuh), it is observed denser when every mortal admits to being due to integrating and later brooding, dissecting organic matter into inorganic matter, suspended in the richness of a world of Faith and Prayer, of the most anti-gregarious desert and lost in the world, but supported by hollow walls, which do not exist in Vernarthian emotional matter.

The movements being physical, they take us on conjectured layers to discern their magnitude, emphasizing the rigor of their measurement on us, instead, the ambivalence of Zefian, delivers in both chromatic the Dark and White Duoverse, under the reference of the behavioral alternations of the Diospyros, source of the arboreal, for the procreation granted in the hands of Leiak. Relying on this equational exercise, with less time to design for its genealogy, but rather on its apocalypse, reinstalled in abolished primary unknown spaces, to have it once again in the light of consciousness, recognized as an inert matter of the past, but living off the immanent eternity of nebulae that personalize the earring of the Caltrop, taking temporality, but not snatching any hand to tear it from his own.

Vernarth says: “In the rhetoric of the Universe-Duoverse theorem, it is worth noting the past with entity, present and future also, connected to the time of Verthian inspiration, Holderlin-Heidegger, on issues of physical habitability, as a complement to the entity, which anticipates the present/future in the vicinity of death in the past and future, but tangentially in lively whims of existentialism-mortality, for a way of being rented out at death, as a way of being, dwelling in death itself and in the act of embodiment having existed, but with its own mandate after having been rented. The Vernarthian World appears in this current, prolonging existence from non-existence, granting complementarity of more past existence, before an unlived death. Ontologically, This theory stems from the One-Dimensional Beams of Kafersesuh, in Ein Karem. Essentially Christian, as the matrix of existence between Ein Karem (Nativity of the Messiah) and Gethsemane, as an interconnection of materiality in metaphysical reflections, a product of the immaterial of life not lived, as an urgent sacrilegious death, and of the anticipated dimension of the life process- death-life of Christian Messianism.

Vernarth says: "with the slaves in my disparate hands, one picked up what the other was carrying. With my right hand, I took the Duoverso, and with the other my porter; I held my reins on the maxims of Elpenor, before falling to the cliff. One naughty day but with the worst pain in my chest, I went to see him in his room, and I structured him as an immortal, at the time of forming the world, "knowing not even being part of an identity" favoring him to be part of me. combustion and ignition due to the friction of the Universe on the Duoverse. Such was that fearlessness and affordability that it decorated me with unexpected tears of belonging by imprisoning me with superfluous boastfulness. But his courage will be mine, and he will have to anticipate being in the middle of grace, as in Gaugamela wounding my two hearts, one deleterious and the other not..., verbatim saying:

Says the Carrier: “I have to agree to your mandate my lord Vernarth, I have arranged my emetic knights to take him to the empyrean, more remote at nightfall. I know that my own death will also take him, for we are double lives loving death, which falls on a night given to the seventh Falangist soldier. In the midst of souls already disheartened by the misfortune of life, in the figure of eternal death that refuses to receive us discouraged "

Vernarth says: "I do not know if I am or will be brave, because I have forgotten to die, rather I do not know what it is ?, but in the midst of the horses and the hosts of the block, from the anvil of Gaugamela that I have not felt it again..., which is death after feeling my hands and legs severed, but not felt when appropriating some amputee. I know that among the Hypaspists we used umpteenth arrows to mobilize their war apparatus 665, but from the wasteland jump we gathered the delirium of the Falangist command in the Seleucid 666 row, rather detached from every man, in a substantial way in favor of the Alexandrian life, "Of course he was already in the hands of eternity, which hurts more than the tip of an arrow, even being unfaithful to his mortality"

and not in the Universe chained to its fractality, rather of its present-present of the new universe for those who make it negative of itself, towards a clone and neatness, granting it recklessness, who continues to sweep its entity, its dimension, its space, the distances, the matter to receive it in their being. Vernarth, besieges the discursive thinking, under the tides of the tenements and the fears of late emotionality, changing to all the best heroics of the follow and all the experiences of harassing flat lights of the target, in the necropolis that speak resurrected, not being chimera in the best leisure districts live, but immortal of a district..., with steps to constitutive slogans of "succumbed cities, but..., with eternity", connoting after all abolished transference, in eternity present between two beings of mortal rank, the Carrier and Vernarth, Vernarth and Heidegger, but here the last one bringing him the closest radiogram between expiration and eternity, with significant death (End and chaos) and eternity (creation), in the limbo-purgation ratio, as the source of the potion. His total contention and affinity in Heidegger's dialectic, passing through a moment that marks his reincarnation, in the rambling of finite eternity, moving away from Vernarthian ontological and metaphysical reasoning. It was attached magnetic in the Universe, feverish kiss in ambitions of the temporal Being, as substantial of perpetual objectivity towards the unworthy survivor of the Vernarthian theories. So far no similarity is compared to whoever wants it or not, it is part of any estimate or spreadsheet of a complex Duoverse, Within the emerging frontis of progeny, there are ranks derived towards the first to form compound swaths of shelters in the Camels Gigas, who from Jerusalem escorted them with their plantar consciences to Ein Karem, then returning to Gethsemane, to finish in the port of Jaffa. Originally arranged by the children of Israel and the strongholds; Vernarth, Saint John the Apostle, Eurydice, Raeder, and Petrobus with animality, Etréstles, and Kanti, to finally mention King David, who goes to his catafalque before leaving for Jaffa, to return winds to Patmos. Of this primogeniture, the legatee is Vernarth, being presented as co-first-born by giving his portion to Saint John the Apostle, for trust assets of the benefit of a third party for both, and granting the patriarchal and reimbursement to each of his inheritances, being of expeditious aim the liberation of the world that lodged them not authentically in the mediocrity of ascendant ancestors. This prerogative will be decisive to define the dimension of the Duoverse and the One-dimensional Beams as consanguinity, simultaneous nascent and mortal worldview, to radiate them in the beams that support the universe, and from this same, they are transferred to the vision of child-man, child-cherub., for the purpose of defining the Universe-Duoverse physically composed of four areas of its consistency. Time, Being, Divinity and the Four Wings of the Cherubim, as a concept of biodiversity in Lepidoptera, Bumblebees, Bees, Wasps, and Fireflies as tetra-winged animal entities, originating the warnings and impositions in cardinals and poles of their primogeniture, rising from chaos, up to now as mandatory Duoverso, constituting the alpha world, rising of the Animalia and the intermediate visions of the heights that guide the material essences of the imperishable spiritual elemental and structural physics. Being ineffable matter, in the stars that prostrate itself, before each pause of advent and of creations that ****** other creative flashes, in pursuit of a gnoseological doctrine, as a slavish instant, ending in another for the study of the meaning of conceiving in the diligently part of a new world, on the borders of the unknown and of repelled nothingness, suspecting itself in the living artery of nihilistic nothingness, without leaning towards nonexistence that endorses it, or perhaps from a twin Duoverso univitelino in the chaos of unfertilized nature..., rather empowered to the first heir by the law of the Messiah district. Allow yourself, in this way, in the face of this premise and history, to continue and be part of an establishing whole, looking for God in a new world and universe as well..., but shaking before the nothingness that sustains it, as a basic knowledge of value and of immobile Faith. The hypothesis Prosapy-Centric, defines blood lineage unifying the Duoverso as follows:

a)Eternal Existentialism:

He talks about how compassionate creation is and its factotum, that it will be better that way. At the entrance to the Vernarth mouth, within its buccal cubic meters, the Zig Zag Universe, the promoter that caused the Duoverse, broke out. Here your thoughts of eternity are born; not from your brain and discernment, psyche or mind. It exists in a present that will be distributed without end or beginning, in the holistic of the anticipated existence of the being itself, so that everything holistically arises from the mouth of Vernarth, becoming the light of his luminance-ejector thought, being in some way the Zigzag universe that emerges from the outgoing access of its mouth and that manifests itself in some change of quantum physics in a state of hyper-connectivity and always present. The Zig Zag, coexists in eclectic variability of angles, creating regularities in its time and displacement. For the sake of results and translational parallelism as a promoter of the Duoverse, based on the holistic that brings together the effect of the word-fact, but eminently aimed at the morphology of extra language of intellect, rather in the kinetics of the language of human zigzag and physical-material, typical in various line segments of lightning and space storms, resembling his lost and bleeding soul in full battle at the site of Arbela. The other meaning is his salvation from the Council of Patmos, being already Installed in the Eclectic and invisible portal of the Evangelist of Saint John, levitating in his sacred basaltic cavern in Katapausis, in the Patmos archipelago (Koumeterium Messolonghi, Chapter 16 / page 114. Editorial Palibrio- USA). They would find themselves in communion with the archaean clan, which would resemble its proper ectoplasm; thus each one forming a unique part in the masonry dictated to redirect them towards their messianic labors at this stage of the ascension. Vernarth; is aware that he will have to enter the cave, after having ceased his work on standby for three months. He continues to fester in myriad wars and parapsychological regressions, he will remain in a daze to dedicate himself to the beautiful landscapes open towards a horizon..., a neighbor to Palaeolithic and astronomical painting. In the flashes of mathematical prayer, you will capture the spiritual intensity that inspired Saint John to build the temple near his cave of the Apocalypse on the island of Patmos. The saint appears only on certain days looking at him from afar to encourage him in his progress..., Portal Eclectic and invisible is the facet of the face of light, after the invisible that manages to be appreciated with the principle of transferring its connectivity of the immaterial with the material, but done in the finished quality of "Merciful", deriving everything in what supports the splendor of the facts and their objective analysis, by no means the same, because the Zigzag universe, originates theory or thoughts from the perspective of external language and integrally unites it through the optimal results, always imponderable and categorical to follow them and attract them to eternal spiritual good. Being exhaustive of the fact of action, although it is subdivided into executability..., it will continue to be timeless, therefore eternal, in the hands of a universe of thick eternity and stationary death.

The final communion of Zig Zag with the Duoverse, will make this key momentum to replace the Universe of the former Vernarthian world, for inflections of the continuous present, more in the distance of the limits that have to originate than by a simple gesturing stupidity of disbelief, abounding more than a universe that is created in eternity, and that will never again resurface as a physical dimension. The successive potentiality of this theory of holism subtracts actions and not facts, since it always culminates in the limit of infinity, always beginning and never-ending, to then restart in a present that is reintegrated into the access of the oropharyngeal and non-cerebral embouchure, since it has of limiting itself in its shock and subsequent confusion of language-emotion and feeling, to change all eternal emotion, always going hand in hand with the unequivocal and assertive light,

b) Being Universal multi-evocation:

Over Rhodes the auroras could be seen retreating, to attract the new luminances crossing between the atmospheres of the ancient worlds, with stars that were ordered among others, descending at great speed from the Universe, fascinating all Greece, coming from celestial bodies that brought from great Relative distances and proximity between the Duoverso and its satellite widening, allowing to grant subsistence, and routes to the nascent species of the Vernarthian sub-mythology. The Sabbath energy Light is overbreathed repair; here Saint John the Apostle influences through the conduit of the Cinnabar towards the Light of the Mashiach, with the intemperance of life on drops of crystallized water as gifts of Taphoric Light, with synoptic signs of transformation of all the green grass growing like a beard on the slopes of the Willows, where Saint John the Apostle goes back to prayer prayers; so such in repetitive sentences and prayers towards the Universe, which were falling as it was on Mount Tabor in the Transfiguration. All this in the fervor of the willow chins that fell from the galaxies, with their cascades one after another in orderly colophons of fervor making the sky a great source of Moshaic and Elijah voices. (Moses and Elijah) to Christianize the holy oils of the radiant glory of the Universe that was complemented by the Heliac Ortho that was appreciated in different coefficients according to this new position of the parameter of Greece, observed from the Constellation of Pisces, being symbolized as piece as SOS, since Eratosthenes tells us about the fish that saved Derceto (Goddess of Assyrian mythology), after falling into a large lagoon. Seeing therefore in the sky as Fum Al Samakah, Arabic for “snout of the fish” (or Fomalhaut star from the Greek translation). Pisces being bright and of the great dimension to mold it as a whole iris, which was rooted from the formal pelagic accent, towards a spectral affinity of the Duoverse, like leaves of Willow temperatures, on the reflection of the Multi-evocation. For antithetical referendum of the Pleiades between light-years that diminish behind the stars of the magnetic field and its exo-planet. It is necessary to consider that in the wisdom of God, there would be his ordering conscience, on each constellation, and then detach itself before each other that guards each one in centuries of light-years, and in each one of the children as light-years of millions, but of numerical present time quantum; that is to say, all translation on average over ups and downs of spatiality and in remote ages, to zero or from null numerals in the integrality of millions of non-existent light-years, but accumulated and equidistant between the Universal Being and Multi-evocation. An example of cartographic observation shows us Greece at Latitude 39.074208 and Longitude 21.824312, influencing the Duoverse as a complement to the rise of Greece with the latitude of the Heliac Ortho, being Sirius eleven days after the Ekadashi and eleven days before the other at 10 °, Maximizing the light herbalism of the unconscious, to systematize the rise of the Universe imbuing Greece. Refulgent and small electromagnetic systems, led by the Divinity, are freeing themselves of all the units that bind in the minimal Units that can expand with the apostolic energy, rather than a trans-human receiver, in blocks of circulation of waves, related to a Defined spatiality, divine and with its own energy of opening of small worlds of provision of light, and radiation emitted by the deleterious convex of invisible essences in properties that are released from overflowing stagnations of creation, and from the skylights that are more distant than the wavelengths than from a breath of Demiourgy in the chemistry of all multidimensional hyper-existential between frequencies of energy widely displaceable by lines of how many..., in static energy of rest. Ultra colors intensify on the coasts of Rhodes, as a sulfur photoelectric effect of Cinnabar, formalizing mechanics in those sedimentary particles, which undulate in anticipation of the precise amalgamation of both universes, evolving towards the matrix of origin of physical and non-biological state and period, but of eternal divine inspiration, from the mouths of Vernarth, as a resurrected Being electro vigorous, dwelling spacious and sinuosities of curvature and psychic spiraling, The Vernarthian nature will call this phenomenon the Son, since it is the similarity of the halo in the Taphoric Light and in its effect of the baptismal of this Christian Universe called Duoverse, in accordance with the presence of Saint John the Apostle light, among the attending raptor niveous. strangers, arrival-departure and between the nebula of pendency in the nimbus gaseous clouds of fields that mutually heard each other recognizing each other..., leaving only Saint John the Apostle in the perfection of the sky as a universal and Duoversal shadow, first of all being of light being baptized, crucified and risen-ascended, in the metaphysical transfer of his body, as a universal body, as a quantum point between the earth and the sky, between the universe and the Duoverse as a complement of gaseous and spiritual atmospheric earth. Ministering in the judicious and prophetic occlusion, being a juridical part among the myriad bundles of Constellar Pisces that supported the transfigured and converted prophets, before a brand new universe, "Duoverso", witness to the amazement at the proximity of the multi-evoked Universal Being.

c) Reflection space (Light-matter)

The Duoverse having been pulled from its entrails from Vernarth's mouth, and objectual free fall is noticed after disengaging from the quantum Universe, rather than an elusive cacophony that unfolds separated from their bodies in all dimensions, except Vernarthian time, Alluding to the stoning him so that he ignores himself in agony and returns to look for him to revive him as Space-Light, in the presence of matter reflected from himself, which will unfold throughout the Hellenic Panagias, from Kímolos to Tsambika, to make the curves the direct passage that once again bends time towards a fragmented dimensionality. Barefoot was the apostle with Vernarth in the three quarters of the axioms and algorithms, where the conceptuality would overcome the low calculation of what was already ministered by them. Creating space for lapses in dreams of the Stairs, with steps of Topaz, in this particular case of Saint John the Apostle, "seeing open skies and angels of God go up and down on the son of man." Here some sidereal Solar gleams are illuminated that have nights for a sunny day, Vernarth resting on the side of the Monastery with a stone on its head and dozing to dream like Etréstles in the Hexagonal Baptistery of the Shepherds in Ein Karem, but of the compact sweetness of the famous luminous Cinnabar ascending vertically where the Yahvic Being, who was presented to him as the Abrahamic patriarchate nexus. Endowing him with celestial dreams about stones that inherit west and east towards the north noon, in space of hallucinations of Jacob's subconscious, for the satisfaction of the luminous pictorial ligament. Thus, a timid but decisive reflex pointer of space and reflection is detected, which includes fragments of spectrum and tonalities of a machine unconscious, to raise the Duoverse in a depressive day of the scathing moment.

d) Physical energy (molecular entropy)

From the bases of Theoskepasti, the physical system emerged in two sums after the movements of the pendular censers that exceed the elliptical of the Cinnabar and the potential of the ejectable force field, for ductility of its forces that emanated from the triad with the archpriest, helping him Etréstles and Kanti, who would take them to the Hellenika Necropolis. They make of their golden bodies the ephemeral speed mechanized in the originality of the homily system, to break in the guardian friction of the gravitational axial of the body of Light of the cinnabar, which received the sulfur kinetics of the defective organic matter that was wrapped in a bizarre alloy of sulfur light, and in all the forces gathered, not rubbing with the cinnabar obelisk, already invaded by the energy that made it superficial, between the shell of the Panagia Theoskepasti covering and the strange normality that made them physical-organic. No scrubbing would continue the movement of the fleeting angle of the anvil of Hephaestus, but the static on the surface, lay unchanged before the forces of the back and forth of the molecules that sank late, shooting from the pendular area of his bowl and then starting with full power for new angles that will take advantage of the mechanics of the forge and the friction clean and **** before the joint, and the resistance of the reactivation of the second period of the movement, to forward them to Tsambika in the response signal. Quantifying later between the inferiority and the intangible shock reaction in the light radiosities of the cinnabar re imparted towards Rhodes, forming resistance, but with immanent entropy, with a high degree of fineness, in such a way that once the conservation rays are fired, the response to Rhodes will come from Kímolos with the particles and combustions of sulfurous gas and mercury, generating entropy of two quantum and physical times between the Dodecanese and Cyclades, knowing that the inert matter is inactivated alive, thus envisioning the contingent presence of iron in the geology of both islands, with more than eighty percent, and of gravitating oxygen for the Vas Auric and its materialization, as a ****** impression reducing its physical dimension and enlarging its water content in pelagic beings of the Aegean. This would suggest the homogeneity of both island territories, appease the conception of substitutions that frolic from north to south, to break their normal balance, depleting what is island land towards oceanic land. In this way they will be mixed entropically for a new generation of fertile life that balances in chaos, already in the hands of Saint John the Apostle and Vernarth, in the main nave of the Monastery that seemed to oscillate atomized and vanished, but then atomically restructured, slyly dividing the canons of traditional entropy, and making it disproportionate to the biodiversity ordering of the sterile and the fertile, reordering itself as a mutable force excluding the reality of act-effect, invested in the integrity of life-death-life, as a molecular target in a double physical dimensional unit, making the prospective universe by splitting from any other format, to become another and another physical dimension. Universe-Duoverse, they shake like two spheres, almost joining each other, but separating into heterogeneous classics, as a panegyric, under the invocation of Conviction and Faith. The universes self-recomposed and redistribute themselves before our eyes, but before the consistent devotion of this homily, it makes them astonishing and phenomenal (everything that happens is recomposed - if the tree fractures, but then it straightens re-fractured, before our eyes being recomposed). Thus the chaos of the Universe is resolved, appropriating a new sequence of continuous creation, starting from the same creative property, but of molecular entropy, almost in adverse defect, but of constriction of the yielded body, to be incorporated into the Cinnabar beam of light. dynamic, generating ignition at the ends of each part of the structure obelisk, in order to release and stimulate on the absorbent..., of the Hexagonal Birthright in Tsambika,

e) One-Dimensional Beams

From the hexagon, everything is dimensioned on the peaks that can be seen in the starry nights from the curved kilometers of Bethlehem. Everything goes on top of the desert mountains and valleys, above the vagaries of climatic heights, and landslides of an entire believing community and its followers. In twelve advancing camels, of which the first six are exclusive to the Birthright, and then the seventh Giga camel is from King David of Bethlehem.

The beams are the architectural support portion of the physical-ethereal God and of his ethereal-physical word, supposedly of advent in grazing of the hardwoods, and the secret anomalies of a new Aramaic message, anticipating the vigor of insects and birds that were grouped together. in the journey that goes back and forth. The Beams are stars of heaven sustained by the Cherubim and the Archangels, through the paths of conversion and the support of the Christian time; haughty and implacable hegemony for the propaedeutic of phylogeny, but more on the very chemistry of creation carrying its winged Lepidoptera tetra, pheromones, and the obfuscation of an elemental nascent child in his own evangelical philosophy from an inter-sword dimensionality, and of the gloom of a manger shouted Kafersesuh, before compendiums of two pyramidal landmarks of inflection of his word in created animals, in the affinities of the world and the Animalia, personalizing shepherds carriers of pollinations, totalizing the generational of the language that is concealed so far, as well as the turns in the musks, and their legitimacies from the Baptistery of the Shepherds in Ein Karem, parabolizing their nomenclature and Polygonia of a child made man, already coexisting! but representing himself as a lifeless man in the fullness of a child of a distinguished canon. and his legitimacies of the Baptistery of the Shepherds in Ein Karem, already coexist! but representing himself as a lifeless man in the fullness of a child of a distinguished canon, that followed him towards the superlative moment of the bending near him, twisting and changing squeezable pressure in the cords that forged his path, towards the cornices and trusses of the upper celestial vault, where the shed of doubts was next to the Cherubs. Giving mechanics to the prism that arched the beams in the horizontal lines, taking them towards the amplitude of other lines, which remained solid before the variation, suspecting mutating to one of sudden two-dimensionality. The sections of the timber framework, which looked fatigued before the primary classification, which showed the attitude of the little Messiah, taking out effulgence from its beams, and rolling on other pillars, postponing the vectors of the tangential, contributing bits in rhomboid specialties, that blurred the cylinders of amplitude and field of vision of all those who remained in their nativity. Making diametrical glances so as not to be distracted and adore him with a broad and rectilinear heart, in transversal visualizing for all, the one-dimensional crossed wood, which in its geometry schematized letters and numbers of kabbalah, which differ in dissimilar resistance of Christic ambivalence, as a forerunner of martyrdom. on the wooden cobblestone of Golgotha. This presaged capacities to read them in the Torah and Zohar, gathering everything in a whole, in those vivid tormenting lapses that he felt in advance, as reversible entropy, turning their substance to prepare them for the day of an abolished martyrdom. Making diametrical glances so as not to be distracted and adore him with a broad and rectilinear heart, in transversal visualizing for all, the one-dimensional crossed wood, which in its geometry schematized letters and numbers of kabbalah, which differ in dissimilar resistance to Christic ambivalence, like the anticipation of martyrdom on the wooden cobblestone of Golgotha. This presaged capacities to read them in the Torah and Zohar, gathering everything in a whole, in those vivid tormenting lapses that he felt in advance, as reversible entropy, turning their substance to prepare them for the day of an abolished martyrdom. which differ in dissimilar resistance to Christic ambivalence, like the anticipation of martyrdom on the wooden cobblestone of Golgotha? This presaged capacities to read them in the Torah and Zohar, gathering everything in a whole, in those vivid tormenting lapses that he felt in advance, as reversible entropy, turning their substance to prepare them for the day of an abolished martyrdom, pigeonholed him towards a pre-existing Hellenistic aspect in characteristics of patronage as a representative figure of a male, and a lady of Ptolemaic Egypt in great iconic religiosity, coexisting as a priestess of a female order in the Greek protocols with him. Becoming inseparable in the preeminence of mother and son, as unilateral gender, and of substantial element for the social and political order that reigned in the ancient era. Laying here the unilateral gender indispensable for the social and political order, which is substantiated at the dawn of the empires of all the time, and the patriarchal society? Symbolically Joshua in this cogitabundant providence, adds the feminine value in the society in the Kafersesuh's outlet of the Judah manger, dispensing mainly to women, A great Zohar light, gathered all towards a whole in those errors that Joshua felt in advance, as reversible entropy, giving back his wise existence to prepare them for the day of his sacrifice. Pre Existing in catharsis and substance of divinity connected with the phylogenetic species, classifying up to an Aramaic pontificate of pheromones settled in the lithospheric site of Gethsemane, in a biological sense and in close coincidence in lapse wading, or the phenomenological simultaneity of Eukaryota and Glaucophyta until late Animalia, giving relation parental in characters of the vibrational timbre of the Beams, and its atavistic pedestal, readapting in evolutionary ellipticals of winged tetra species. Allowing to change the ancestral linguistic accouterments in processes of redesigning the divine genetic historical tree and increasing anomalies in the human earthly culture, and not human anthropomorphic in a reviving profanity of fruitive frequency amplitudes, for those who resort to it, monopolizing and synchronous in diachronicity of their specimens. The lights of Joshua's gazes are the Light of Christian Life and Time, in the entity of Joshua born and bloodless from the nature of Child-Man, but of mortal design in the same compulsion to see the luminescence of life in the manger Kafersesuh and only incorporeal unity. Being in exemption from Ego with its structure of living child and dead man, he rushes rebellious and ostentatious in the architecture of the One-dimensional Beams, yielding the glimpse of the aforementioned progenitor "Eye versus Eye", seeing himself like this..., son hovering in the arteries of a Universal-Duoversal life, from a single dimension of cyclical one-dimensional length, encompassing conjecture and biological, the symbolic-allegorical conception of extreme co-divinity, as an exclusive precept of the delicate infinity of the Being of a Messiah, with paraphrases or glosses of Aramaic exegetical affinity, tracing from a linguistic period. Here are the contortions of the Olive Tree Berna, transfigured into everlasting orality and refractory syllable, to incubate eternal rabbinic gifts of perpetual reluctance, beyond the reach of the ego-annihilating will and of apathetic, inert ultra-affections and of miraculous phenomena.

f) Hexagonal Birthright

Civilization has an arched inflection in its regency at the head of the favorable family caste in the blessing, whose hiding place will have to be entrusted to a clan, having to make inquiries that formerly only related to consanguineal minorities from the same family trunk, thus protecting the pantries and accessories in warfare to consolidate the economy, and invigorate its commercial coffers. The land would be and would be an essential partition insignia for the legitimate transmission of epochs and inter-seasons, which received them from its descendants for representation of geomorphological heraldry, given in its regional condition. In the noise of the seventh seal, heaven was silent for half an hour and the seven angels stood before God, and they gave seven trumpets, the other is to appear in front of the altar with a golden censer, to compile it in other prayers in all the saints, on the golden altar that was in front of and in front of the throne - And from the hand of the angel the smoke from the incense with the prayers of the saints - And the angel took the censer, and filled it with the fire of the altar, and threw it to the earth; and there was thunder, and voices, and lightning, and an earthquake - And the seven angels who had the seven trumpets got ready to blow them - The first angel sounded the trumpet, and there was hail and fire mixed with blood, which were thrown upon the earth ; and a third of the trees were burned up, and all the green grass was burned up - The second angel sounded the trumpet, and like a great mountain burning with fire it was hurled into the sea; and a third of the sea was turned to blood - And a third of the living creatures that were in the sea died, and a third of the ships were destroyed - The third angel sounded the trumpet, and a great star fell from heaven, burning like a torch, and it fell on a third of the rivers, and on the springs of the waters - And the name of the star is Wormwood. And the third part of the waters became wormwood, and many men died because of those waters because they became bitter - The fourth angel sounded the trumpet, and the third part of the sun, and the third part of the moon, and the third part of the stars were smitten, so that a third of them would be dark, and there would be no light in the third part of the day, and also at night - And I looked, and I heard an angel fly through the midst of heaven, saying with a loud voice: !!

"Being in six instants at the Golden Gate of Jerusalem with Saint John the Apostle, they reordered the majority for a protected subordination in the minor family descended from the eldest son, for the purpose of sustaining them to reach the possession of their theological morphology, in this door, being the only one that will remain closed…, until the second coming of the Messiah. The scheme of the camelids in their osteometry tells us that their heads before Advent! Distorted their calypso lights on the surface of their skeletons, locking the jaws of other camelids, thus bypassing the Apostle's strap, which through the foramen of the supraorbital, thickened the strides that pretended immobile before the opening of the Golden Door. Of course, they were prisoners of their self-denial for the length of their footsteps to the rhythm of the sensitive skulls, In the fourth camel Raeder, he cleared the margins that allowed them to increase their attempts to withdraw them from the golden doors, but the dislocation of the orbits of their ocher eyes, denoted their holes in the condylar fossa, distancing the vicinity of the Tehillim advocated by King David in the Seventh Seal of a stuck Giga Camel. The metric form innovates them of ubiquity, for omnipresence in the camels before the gates, and after the gates, thus leaving the site of the eighth gate, deserting the camels behind the gates and arcades pointing to the old cemetery. of the prophecies that Elijah holds, and in procuring generational stoning of inter camelids, which would be channeled into twelve plus another dozen, but behind all, appearing to be six, later joining King David, who would provide the parallelism of the Seventh Seal. This caravan was numbered from one to six, saving the vertices of the Golden Gate that joined modestly at the odd vertices, under the odd cross of the same vertex, which made the equilateral coherent according to the three angles where Vernarth and Etréstles went, and then joined other pairs of vertices in a crucified chain in the flat and secondary complementarily of the seventh angel, but with epilogue character of the Seventh Seal. Thus it would be numbered according to the Gigas Camels, the Golden Gate, governing them for a family of six family angles and a seventh seal, for the performance of the family sustenance of primogeniture in the reinsertion of Saint John the Apostle, since he was banished by Emperor Domitian. Making themselves succulent of the gold of the Seventh Seal, on the collective unconscious of the first-born, for the good of the sub-genitor son. Here the indication goes for the purpose of populating the consecration of granting greater goods to those who second and could lead forces of abandonment and secular sedentary, for the need to welcome sacrifices of goodness and preferences of lay annoyance and earthly secular strengthening. The kinetics would move the six numbered over the vertices of the Sun in three bevels, joining the pairs in vertices covered in the circumscribed mesh of vehemence, which is impacted with the solid Golden Gate of Jerusalem, depositing the concentric radii of the polarized magnet on the struts of the camel of the central ram, for the affinity of the contraption of a trajectory for all Judah, in six predestined latitudes to Ein Karem, in the Hexagonal Baptistery of the Shepherds".

With symmetrical scrupulousness at a certain time, the rounded bisector of the psychic lines of the peritoneum fold of the solitary flanks of the Camels Gigas, towards a vocal peritoneum set six times more than a seventh, was estimated, in the apothem of the two-dimensional figure of the Febo hexagon angel, with less centrality, for the foundation of the Apostle and Vernarth, regulating them by points and sides, on the perpendicular bezels, prostrating towards a more orthodox and straight line, mutinying with radials phases on the bisector..., giving a quotient of odd numbers, which cut the first round of anointing, among all those that were retained in the daydreams of catching them for involuntary deaths. From Gaugamela's stratagem, three thousand muscular Hetairoi descended, towards the implantation of heart nuclei in the camelids, on the Susa Gate and the oblique break marching towards the war site, creating a fissure between camels, and the sphinx of Alexander the Great breaking into the Left-wing of the Golden Gate. This was the casuistry of Vernarth's psychic advance impetus, who once was at the precise moment of stalking, hypnotizing the gap of the Achaemenides, but unaware of that mechanical moment, persists in going after the Giant Camels. He guided them with his right hand to both sides, equipped with heart irons that exorbitated the whispering of his pectoral canals, interrupting the dawn of the Cinnabar, with the antigen readjusting the hinges of the door before falling untimely. Vernarth, with his sinister, calls upon the Hindu family who tried to open the breach of Alexander with his Macedonian baggage, thus preventing him from lying in the reliquary in contrition towards Vernarth himself. The infamous moment must have passed through the swords of some who resisted when fleeing from the held Golden Gate, giving up the rear of Vernarth with the camels recovered and saved from the abandonment of their afflicted hearts, resigning themselves with empty hands and with an outpouring of victory, but with two units confronted in his Portal of Imagination.

g) Reflection temporality

In cavern series, the lava was converted into cations of hydronium, in underground pits that glowed in Tsambika's temporality when the homily was officiated. Some pieces and calcareous boulders rotated random by the humid and dark narrowness of the subterranean reflection, having lived in the heavenly paradise that formed them by the volcanic tube and its syngenetic, by the erosion of the subsoil of Rhodes. The speculative rock icons expired of the symptoms, with albuminous cliffs of the genetics of the Theoskepasti chapel, Etréstles carried under his arm the expiration contract of the Universe, to deliver it with his signature, for the dimensional transfer will. Everything flourished with attractive mineralization systematizations, under an astral posology, In the cognitive, Kanti memorized his wanderings in Crete, imagining his physical body united with his mind on the paths of the shoulder of his ancestry, with batches of clockwork that went and passed through his physiognomic, bathing with the piece wind, but also with the hard shoulder that came straight towards him, showing him new encephalic pathways, which surrendered in epistemological globes, but levitating in excess of the hard shoulder and the unknowns, for states of temporality that became mentalized in pursuit of a supra desire..., disease or typologies long-standing who used the supposed ontological formalization, gave functioning the property of body with the memory of advanced towards a new Duoversality. The officialization of Ars Choralis, is solemnized for processes of emotional property; In this way the cave of Being and its Temporality is made haughty, self-isolating for intra-cave investigations, as corollaries and agility in those who yearned for identity, being able to attach themselves to deities in dozens of epicenes, which would be from tens to ten, thus being seventy tens and a half, which would be seventy-five of the seven tens, and of the unconscious of the syntagm that Etréstles carried away, separating the syntactic of the Vas Auric hypothesis, so that they coexist..., although the pestilential decays before the rolled-up syntactic of Kanti's head. Untreated and conscious-unconscious to his instinct, resorting and harassing the procedural bars, of the Ergo Sum parameter. The temporality of reflection, In momentum ac Diadem, it shone from the third trumpets of the Seventh Seal to the potential of the twilight corrodes and their regions that made the shoulder of the shoulder the awareness of temporality reflected in required dismayed collectivities, to transcribe exhortations to the behavioral pattern of the temporality of love Faust. Little remains immobile, little drive when two masses of consciousness withdraw to the storehouses of the Universe, already advantageous of their exhaustion, but inheriting them in precipitous emotions towards the pre-consciousness factors in the heights of the mountains of Crete and Kímolos.

Kanti the steed says: “Deus Nostri Pontificatus Annis et ad eum, God is my pontificate and my way to Him…, Adonis in the relative absence of credit, before Ephebos with absolute deafness, surprising me here in the Diospyros and neuro archetype flight. I ride farther than my physical-emotional, contributing in the micro-fusions of the tubules, in quantum, and interacting with the fineness of the minuscule substance, within themselves. Almost injuring the storms that vibrate in the mine of a risk prop of a steed, in pursuit of a trance that only ends up being the architect and augur of knowledge..., of when and where it agonizes more than once, but within the limit of the Duoverse crushed at his own peril, continually evaluating himself to transfer a genetic force into my hooves of solid steel, but ornamental and of Reflected Temporality.


h) Expansion and Aramaic Taxonomy

Organic taxonomy, as a pre-ordering order, classifies the harmlessness of language before the invasion of Alexander the Great. Although there were implosions of the Greek language, its transboundary taxonomy would be shifted towards Judea. Pre cited is its variant pharyngolaryngeal tracheo, in this assertiveness and occasionality, it predisposes emphasis on orthographic rather than phonetic incidents, citing Galilea as a precursor of the Aramaic and taxonomic thesis of Gethsemane, prior to its expansive conventionalism of enrapturing her in her differentiation, and in the expansive hotbeds necessary to channel the basic axons of commerce, between antiquity under the prerogative of supplied ethics and pre-classified inputs, such as food and geographic furnishings of economic arts, as well as, the syntax of words that could have curvature and geometry in the forms or linear designs of the time. Any letter could be interpreted as a physiognomic form or as tools of manifest imperialism, coexisting execrable or blessed as languages or keys of immunological communication, with symbolisms of languages spoken in rituals of systematization, and of obfuscation of a metaphysical Messiah, always an angel, for when this is the case. In other words, the water speaks to him in dialects and adults with an oriental language, appearing cryptic in the appointments that are related to the language of the great Extra Universal heritage.
Vernarth's Aramaic is an ***** composed of valuation graduation and generational expansion, opening evolutions combined with the matrix of “Ethereal Spatiality”, towards a channel or rib with a common end in what is done on the margin of Faith. and it is predestined on the basis of object and substance, as a regulatory organism, for groupings of species within the biological language or not, as well as in the fissure of a Cladia of lichen fungi, forming the optics of expression as spelling and not as a utilitarian concept. Amplifying what a camel is; this is how it is importunate, being its **** consensus with the "S" backward in a perfect camelid, the "T" also being a perfect Cobra approaching the three S's of the Syriac Aramaic alphabet. The “Y with L fused” of the Aramaic alphabet with a large elephant, and finally the “H” as a pelican simile, like the pelagornithids or Pelagornithidae, fossilized in the emotional collective of rock tribes, progressing from elephants, camels or pelicans in the search for a literate language and consonant shapes that are attributed to their jaws and pharyngolaryngeal substrates..., observing long vowels, as in the language of an organic universal alphabet. The matrix is timeless, branching out of the mechanics of natural and phenomenal selections, if it is metaphysical or is contributing Demiourgy on the infinity of the encodings or depending on the size of its geo-referencing, it will contribute energy exchanges with predictive purposes of information of orders, and adaptations of the calcified scientific space, Vernarth, dives into the ponds or Naídes of the Aegean and survives, just when the networked volcanoes were swallowing all the seas in the world. It braced being only part of the laps of the sea, tattooing with its gaze the chthonic nymphs, before envious and backsword ogres with gills, which multiplied more than any myth-poetic. Its power of convergence is inhibited by the poetic myths of primordiality and of cosmology as a natural branch in nautical miles traveled by its arms, without knowing who crossed them, survivor, in its advance, and treasuring the arm plunges on and under the scalded clay objects, perhaps as implantation of the muddy and hyper-flood lexicon, empowering itself in its translation from Syria to Patmos, and from linear B Mycenaean to Syriac Aramaic languages,


i)Sub - Verthian Mythology (Camera Obscura)

Adhered to the ancient parallels of the cult, the mythology of Horcondising lashes out. Stale and axiomatic source of pragmatic and rational earth that emanates from this constrained fusion of the Universe in the metamorphosis of Duoverso-Horcondising. Social and genealogical plates date more than seven hundred years from Lombardy and northern Venice in Italy, Spain, and France. The mission of the Horcondising is the transhumant myth, and Chaos of the ancestral family cenacle, in view of a family rule, succeeding in continuous litanies that consecrate rites beyond genetic archaeological death. The consolation of souls will revive and will be under the edict of the Sub-mythology in repose landing in successive parapsychological regressions, which will speak of deaths suffered at the edge of their test tube lives, Under the mythology, there is the sub-fable, prone to boundaries where the statement innovates the entire structure of hermeneutics, as a written notification and complacent verb, for lords of the grass and granaries of granaries, narrating myth-stories in messes of revived verbality. Thus in Rhodes and Patmos, Andronicus of  Rhodes will guard the doorway of his hobbies again, so that these disciplines are conducive to sponsorships of words under reasons of a nature concerning Saint John the Apostle risen in flesh and spirit, in contrast to the conclusions of the reason to leave breathless the destiny that the just cheer and disapproval of diction of not certain science, under ships that cover the commendable salvation in exegetical storms that go from a liberated shelter, as well as in what differs from the et Grammatica institutione arithmetica in that each one writes what it understands, and adds what humanistically makes existence in a biblical alphanumeric dimension, from the imaginary in some of its leaders such as Zefián, Borker, Leiak, Kaitelka, in Hyperdisis and the Zig Zag Universes. Making the mythical an ensemble with deities that rule the infinite, achieving more secular religiosities than in a radius of religion, founded by characters that are already pagan mythology. This is the raison d'être of the sub-mythology, which springs from one already narrated and rationalized, but in the contradiction of what underlies under the very observance that unites itself, forging itself creditor of very new myths within others, with characters that have never been or have been parasitizing on another source of cognition. Thus becoming extensive and prolonged in its passage liers sumptuousness of other arcane myths, within the same ones that inhabit the mythological lie, without blemish from veracity belonging to the living-lie in pursuit of a dead-truth. Even if it is in this way or hermeneutic method, continue to beat and go to meet the Castellar Imaginary del Horcondising and the Camera Obscura, which always live and revive in the sub-imagination, but from a mythical truth in a regime of multitudinous voice. and myth-poetics.

From the sooty Camera Obscura the spindle was obtained over the diameters of each edge, Vernarth of the same chaos, converged from the square but not the spherical world, from this sooty box together with his master Zefián, who polished and shot vines of light over the projection of the same box, and of the quantum ark on the acropolis of Leiak, simulating entelechy in its projection with the ultraviolet light of light similar to the earth, but not square, rather appearing to be a square sphere. After repeated intervals, Vernarth opened the slits of his hands, also hollowed, here other globules appeared but not spheroids, rather quadrilaterals at the end of the third phase in the last three series that showed the complete reflection of a tiny world, that just clamored for amnesty as a matter that had been beginning to form with another factor on a large scale, from this fractality that would appear as Vernarthian sub-mythology. Camera Obscura, in a combination with twelve atomic masses, stands out starting in the irradiation of sexagesimal nomenclature; imagining fractionality between sixty microseconds to sixty in the hexagonal polygon of the Primogeniture and the Baptistery of Ein Karem. Being used in the elevations of the stars and the Heliac Ortho of dawn, which would find the black box that was nailed in its twelve apostolate angles. The whole times were divided into more exact numbers that surrounded him in his Camera Obscura doing trigonometry with other rectangles of three equilateral, making multiples of twelve on the line of the hypotenuse of sixty, dividing by the hexagonal, which is the angular line of the six sides of progression of the Duoverse becoming a spheroid square, for an analogy of Hexagonal Birthright with the multiple of twelve for the sake of the Giant Camels, leading them to the obfuscation of the Horcondising fused with the Duoverse, by means of Pi (π), in the diameter equidistant between the Universe and the Duoverse disintegrated in two by the concentric radius of both geometric units. In the same way, Vernarth multiplied the existence of his new sexagesimal world in nths by sixty followed by infinite numbers of zeros, canceling the radical time of the masses of anodyne particles. The corondels or watermarks, overflowed with all the irregularities of the system, showing the decimal after the comma.


j)Verthian Apostolic Conception - Kashmar

Vernarth, was in Sardinia in the megalithic complexes Nuraga when he conceived his apostolate as a messenger, biologically entrenched in the taxonomic stasis, with a merely profane and urban framework. Whose classification he would transmit to his relatives after long periods in Macedonia, sailing and doing his falconry and philosophical avant-garde chores with Aristotle, in a laxity that invited him after long rejoices to record and sculpting messages with the doves of his village. Near Pella, in the central region of Macedonia, where his general Alexander the Great resided, south of the Axio River, his abode was nomadic and was on a hill near the lakes and mountains surrounded by Greco-Barbarian inhabitants, tracing the Chalkidian league., after the Peloponnesian War. He was in great campaigns in the former Pella, His will as an artist is precisely to be an apostolate of a thought that would intersect with the Yahwist gift to an apostolate of the Apostle Matías, whose connection would provide his transliteration of the post-mortuary link of the Jesus of Nazareth, replacing Judas Iscariot, due to his apostasy. Vernarth, distressed by this episode, became Commander of Alexander the Great, lying already primitive in his ranks of Hetairoi, transcending over the scourge of Judas Iscariot, to face in the arena of Pella. In a reverie near the Thermaic Gulf, he genuflected under the sacrosanct trees near some illustrious Kashmar Cypresses, channeling his furious and tramontane spiritual into the gulf, to take him out of a banal summer in the transition of an immolated soul, and make him walk for thirty days barefoot, without sweet potatoes in his hands to ego stone him, only naming him slavish stubble of the crops in the deleterious nesting places of the Ravens of Kashmar, bidding him so that his blood is ****** by the heels of the rooted trees of Thor forest, usurping his "Gift of Iahvé ”In dishonor of its Hebraic appellation, for the onomatopoeic of its rhetoric, resulting from the feckless roar of black lineage, which will emanate from the mouth of the Aulos, whistling inside the Cobra. In the aforementioned link, the group of twelve was recomposed, being in the gulf and in the incidences of the re-indoctrination of the twelve apostolates, he is with his prayer and atonement in the mystical character for the community worshiping the Kashmar; which roots hardened towards the silent immolation portent as Judas entered the black night, for excessive twists of the bifurcations, intertwining with the Beams of the Thermaic cliff, like a lynx observing the height and its prominence in that of Judas dwindling over the stained areas of hell..., thus its remains were scattered by the synod of bustard birds in the sprayed sky of globular creation, faded by conclusive hordes of the late Neolithic Druid and by the deity Belinus, with ingots of sooty petrified poplar from Hecate boiling in the Underworld. We shoveled over the holm oak groves and their trees, sacralizing their factotum after the ritual of the sanctuary of the thus his remains were scattered by the synod of bustard birds in the sprinkled sky of globular creation, faded by conclusive hordes of the late Neolithic Druid and by the deity Belinus, with ingots of Hecate's sooty petrified poplar boiling in the Underworld. We shoveled over the holm oak groves and their trees, sacralizing their handyman after the ritual of the sanctuary of the thus his remains were scattered by the synod of bustard birds in the sprinkled sky of globular creation, faded by conclusive hordes of the late Neolithic Druid and by the deity Belinus, with ingots of Hecate's sooty petrified poplar boiling in the Underworld. We shoveled over the Holm oak groves and their trees, sacralizing their handyman after the ritual of the sanctuary of the Dodona, in uniformity towards a murmur in the leaves from oak in the spell of man towards an oracle, to consummate it with the mendicant count of the Ziziphus Spina-Christi; hawthorn of the crown of Jesus but with implants of Kashmar, on the crown of Judas already immolated.

Vernarth walked alone through the inlet of Skala, on Patmos, when he had to undertake a trip to Judah, even so, he also walked bi-location in the inlet of Sardinia, after being in the megalithic complex Nugarhe, Vernarth, Etréstles, and Walekiria, they approach matching Tuscany. Once they were instantiated in Sardinia, a coastal sailboat transported them in the middle of a stormy day, it was a great happy day to arrive in La Spezia. Here they parked at night following the Liturgy, standing out those that coincided with Lent of Holy Week, where one day they were seen talking with Petrarca and Laura de Noves. The olive trees keep pietism with the phantasmagoria of the Kashmar, who made the double murmur of the spell of the Duoversal man. Always in Tuscany, the tracks below the garden have been occupied, which has a distant view of the roofs and towers of Florence. The monumental fountain set on a steep hill on a side flank of the garden terrace has a seated god flanked by lions in relief of stucco from a niche decorated with pebble mosaics and padded masonry. " Here at the Verbena of a long feast day, all together with Vernarth get drunk with Corinth Wine, which they brought and did not stop swinging to the rhythm of the music that made them foresee multi-existence beyond limitless sensibilities, turning their role closer to from the instigated destiny to Patmos in the hands of the original Duoverso with translation, rotation and Duoversal Theurgic orbit, for the spell-dogmatic invoking ultra-sensory powers of angels and gods, in order to signify with his country land near Pella,

k)Fractality and Spirit-Cinnabar Dynamics

In the black camera obscura, certainly connected blues made other dark holographic areas that were enlarged super connected to the optical perspective, conceiving of the infinity of a luminescence that was fractalized, the black-blue pre-existing towards the Z pattern = Exp (Z / OB ^ 4), what is the equivalent to the set of the Bernese Olive Tree Rapa, on the border of its Lipogenesis, which would appear in the chromatic version and final maturity of the olive tree, for the fractal exponential of Z =; where all the points of the complex plane Z = (OB, iy) are iterated in the corresponding function Olives Berna in a set of IY, and in all the iterations where an arbitrary constant (Cx, iCy) is added Cinnabar in lines of orthogonal sets X and Y, in such a way that the choice of the constant "seed" will determine the unique shape of the profile and the color of the fractal, once the chromatic pattern has been defined. In the paradigms shown in this continuation, a constant has been chosen, as it will only produce divergence and will have been qualified with the escape velocity algorithm, to contract exact self-similarity stratagems in this, which is the most restrictive type of car. -similarity; requiring the fractal to appear identical at different scales.

The holistic spórtula of the Cinnabar in some pecuniary exercises, are impelled for a tacit and absent society, in Every night beginning at dawn, everyone retreats and the Cinnabar appears like a kaleidoscope apostolizing in glorious joy, where the Aramaic synergy between the Garden of Olives and Gethsemane, is concatenated with the entirety of the Phylogenetic species with the homily in Tsambika and Theoskepasti, such as the new relationship of the link between species that were improper and endemic to the region near the stable in Bethlehem de Kafersesuh, to be inter-inseminated in the banks of the slopes of Gethsemane, in such a way, that the linguistics would begin to be absorbed in Joshua, and it would go for a closer shortcut towards the classification of the traditional and omnipotent variants, which migrated through the Olives to renew and preserve the Aramaic or Aramaic languages, from a shared origin now, for the omnipotent salvific languages that were to be addressed in Gethsemane. Once starting the splendor in the city of the eight gates, and from such interference, involve the Lepidoptera taxon, inseminating the populations of organisms related to lexicons to shed life and language,

l)Vas Auric – Cinnabar (Φ)

The pecuniary prerogative of spórtula, makes the Vas Auric and the Mandylion its residence, tending towards an algebraic sense of the two diametral in a cross by the perpendicular, towards the tension of the shortest segment by the long, tracing a circumference of radius and a half. Homologating in the interposed eclipse of the golden or golden number, for the divine proportion in consequence of irrational fractioning numbers. Shortening the passage of the algebraic numbers with the infinite decimal towards the Cinnabar with seven arches in parentheses reflecting in the partition of the apse in both temples of the homily, making the period of antiquity, files registered in mega center of the quantum memory of Cinnabar, before disrupting the genesis of the Duoverso.

The First Treatise of the Vas Auric fell into the hands of Vernarth, one day of heavy plutonium sheets en masse of the golden number. The vertical avalanche was segmented when the dichotomy of another line that collided with the segments was not altered, or rather omitted by certain temporary blindness of the Duoverso world that it just boasted. Compositions of number Z are made, and subdivision in its cinematographic optics, divided into two slow shots of a small element that became part of the controversy of Vas Auric as a medallion and Auric as Mystic Gold, with distribution laws.

"Zeus wakes up shaky, full of headache saturated in Pro-headache Herbs
Jophiel is speaking this time in the Kabbalistic Torah language...
with its golden commoner and super zone of Organikon Sorousliston Papadikon….
secular music that supplies Zeus with protein albumin,
to make him more human... Zeus accepts Jophiel placing him in his discernment
over the house of Jophiel; divine island to throw cartomancy...
bring the second ray to the Sahasrara on his crown,
pacified love that is the suspicious and risky loser of everything...
risk in the head, especially when condemnation is born!

And the floristics, over the stolon of the veins, moves synchronously with the prolongations, speeds, and acceleration of the emancipated leaves of the first order of the upper crown, up to the lower ones, thickening the golden spirals of a certain type of inflorescence, confining the umbilical zones of Vernarth, and the plantar area of its feet between three and more than a hundred steps that come from certain metamorphoses, creating peduncular areas, acting as a support for Vernarth and its Elder areas, brought from the Bumodos stream, after a string therapy, creating psychic supports to endorse globalized neuralgic. Understanding that the line of his neuralgia oscillates the greater analog of the Messiah in the cross pierced by the Hastae Praetorian, in the most remote of the elliptical of pain, reduplicated by accumulated energy, almost like mystical suffocation. On the part of the growth of the tangent in growth and of the evolution of the reflection, where the attenuation of the opposite effect is unleashed, allowing convalescence zones in signs of propeller blades around the Vas Auric, crossing vertical and horizontal beams of lights, in search of Light Angled and refractory solar, for the palfrey of the Kanti Steed, abstracted from excessive rain, which uncrossed the tempos of the aura of the organic and aerial underground, towards the duplicity of curves of the multi-cloned numbers and angered by their industrious dynamics of skewed movement, towards the effective solar..., tending to the effects of successive trends of the vaporous numeral of Vas Áurico Cinnabar.

m) Psychic Trisomy

The species and somatic acquired deposits of DNA spirals, given their characteristics, will make transformations in more than one cellular taxon for a homologous pair. Here Kaitelka the whale down from Sub-Mythology, will circle in the Baltic Sea, compromising neuralgia in it as a superfluous essence due to its trisomy, making a comparison with psychic trisomies that Vernarth suffered at least four times a month, from the first and eleventh day, after his parapsychological regressions when he sailed over abysses and anesthetized zones on glacial plankton in the North Sea. Kaitelka individualized her cellular regressions, becoming a prehistoric cetacean and when she lagged beyond or before her creation, she transferred psychic trisomies due to her twenty-one chromosome. Kaitelka's karyotype was directed towards the crease of her eyes, due to an infection in the area of her basal inter fins, which disturbed her heart rate in a short interval where Poseidon magnified her coefficient in high amplitude, after being inseminated in a tempered state and gifted as a Super Goddess. Kaitelka in nativity in the transversal valleys sailed in the air atmospheres of Hyperdisis, and she was always seen in the company of Leiak; the omnipresent and vague spirit of the watery ductile dancer, living on the liquefied element with his astringent slimy chin..., seeing him with his grotesque back-breaking swampy lines between knuckles, and hedges of tricks collected before the first station, in one of the first of the three Remaining nights before reaching Joshua de Piedra del Horcondising volcano, that upset her heart rate in a brief interval where Poseidon magnified her coefficient in high amplitude, after being inseminated in a moderate state and gifted as a Super Goddess. About seven hundred meters high she becomes Kaitelka Down godmother, adding the psychic chromosome twenty-two that contracts in the connection with Vernarth, in the extravagant massifs when in the autumn afternoons they collect Ceratocystis fagacearum Fungi, and irradiating them with insects such as the borers. When   Kaitelka recovers its chromosome by detraction in the natural selection of Trisomy, express is spilling on the dry and gelatinous Laurus leaves of all its dead cells, which are promptly seeped from the retracted membranes in frank adhesion, causing regeneration of the disease. After wanderings and ringed symptoms of lesson in the atmosphere of the ecstatic Horcondising, the wooly will be magnanimous and challenged from the chromosome spilled in the emulsion, is contained in the alpha proteins in the transverted Vernarth genome, as a warned whole and abundantly diploid, before reaching the lethal processes of reciprocal adversity, both as a zoo-anthropoid or a triple zoo-anthropoid-botanical effect. Pre-Existing Kaitelka Down with forty-two chromosomes (22 pairs) and the Lepidoptera Agrodiaetus (134 pairs), in its haploid, that is, half remains vitalizing between two species of the sub-mythological world, and in its psychic cellular compound, and later implant it in germ cells for the effect of Venarthian ambivalent psychic transmission and vice versa. By discard, there are four fewer chromosomes than the hommo sapiens and 222 less than the Lepidoptera Agrodiaetus, for a meta sense of flourishing with the power of Poseidon, brother of Zeus, Meta sense and discernment, encephalic they will be cogitated by conscious where their sensory cognitive is interrupted, towards an unconscious through the photons of hypocaloric temperature, to define in the prehistoric psychological memory of their psychic, more than random brain, coexisting of habeas corpus content and remote brain energy, before the magistracy and power of Poseidon that confines him. Graduated from southern impassable seclusion, their memory is isolated in their E-Cloud. Namely; stored in electromagnetic and electrophysiological stimuli, incontinent and weighted in the square miles of floating Poseidon outbursts, in the category of super cetacean down, with only four meager chromosomes from the remnants of the human procedural genome. The trisomy field, On the fourth of August of the year of the Lord, 1617, when Klauss Rittke was cleaning the main stained glass window of the Cathedral of Avignon, he heard heated dialogues between a Friar and a Gentleman, who was once an assistant to the clergy. Klauss could come closer and listen to their conversation more clearly, until the Friar Andrés Panguiette, babbling, demanded of Raymond Bragasse indulgence or one or the other. (Compendium of Marielle Quentinnais). Relating in its narrative evolution, about some Albigenses of this work set in Avignon, time of the Antipopes, crossing with the psychic waves that have just been mentioned, and of prophecies of who precisely Guillaume Bélibaste was born into a Cathar family. Having noted that 1321 in 296 years apart from Marielle Quentinnais, it takes place in Carcassonne on the same day as Bélibaste was executed, given his licentious life breaking Cathar dogmas, incriminating himself with civilians from the region, marrying women in exile, etc., was condemned by the Holy Inquisition, where many were purged for the sole fact of holding biblical books in their abode. Among the flames of his bonfire the prophecy of the laurel will be homologated, whose shadow will fall on the centuries to come. Note the coincidence 3, 700 years ago, where the first signs of life were appreciated on our planet and in the Hylates Forest in Cyprus (700, 000 thousand souls) in the imprint that unifies the Christian scrolls, blowing gold dust on Walekiria's hair..., and being liberated, as a tantric body of physicality. No one spoke, not even the 700, 000 thousand souls who also claimed to be liberated (Vernarth, page 313 - paragraph 2). And finally the seventh portion of the sea, with Poseidon. Here the Psychic numeral of Vernarth and Kaitelka coincide, who appears with the laurel of Guillaume de Bélibaste after almost seven hundred years, facing the unification of the prophecy of the Laurel, whose shadow will hover over the centuries to come. Templars, perfect bone Hommes and Cathars meet, in this historical feat, through the secret path safe from traitors and conspirators thanks to the most surprising allies. Bélibaste's fast-paced story will allow us to get closer to the most unknown ceremonies and rituals of his confession, showing us his revelations in the flames and turning green in the Laurel of 1321 in sync with 2021. Given the little and nothing that exists of the revealing enthronement and the psychic environment, it should be noted that historical facts fly like pollen, with the waves in their same vibrations of the aeolian autogyro. This entails physical vibrational material, which is in every corner of existentialism, without beginning or end, only rewinding through the infinite axon of karma and samskara, for physical-ecological convulsed means and intermediates, in revealing semblances of the primitive psychic field before us, like the Aspís Koilé, as a shield or as an omnidirectional parabolic antenna, bringing us events after events that strangely interchange phases, and intertwined efforts over time in quantum physics and subsequent biophysical changes in the genome chain, especially in its Psychic Trisomy.

to be continued...
DUOVERSE
Pablo Neruda  Jun 2017
Epitalamio
Recuerdas cuando
en invierno
llegamos a la isla?
El mar hacia nosotros levantaba
una copa de frío.
En las paredes las enredaderas
susurraban dejando
caer hojas oscuras
a nuestro paso.
Tú eras también una pequeña hoja
que temblaba en mi pecho.
El viento de la vida allí te puso.
En un principio no te vi: no supe
que ibas andando conmigo,
hasta que tus raíces
horadaron mi pecho,
se unieron a los hilos de mi sangre,
hablaron por mi boca,
florecieron conmigo.
Así fue tu presencia inadvertida,
hoja o rama invisible
y se pobló de pronto
mi corazón de frutos y sonidos.
Habitaste la casa
que te esperaba oscura
y encendiste las lámparas entonces.
Recuerdas, amor mío,
nuestros primeros pasos en la isla:
las piedras grises nos reconocieron,
las rachas de la lluvia,
los gritos del viento en la sombra.
Pero fue el fuego
nuestro único amigo,
junto a él apretamos
el dulce amor de invierno
a cuatro brazos.
El fuego vio crecer nuestro beso desnudo
hasta tocar estrellas escondidas,
y vio nacer y morir el dolor
como una espada rota
contra el amor invencible.
Recuerdas,
oh dormida en mi sombra,
cómo de ti crecía
el sueño,
de tu pecho desnudo
abierto con sus cúpulas gemelas
hacia el mar, hacia el viento de la isla
y cómo yo en tu sueño navegaba
libre, en el mar y en el viento
atado y sumergido sin embargo
al volumen azul de tu dulzura.
Oh dulce, dulce mía,
cambió la primavera
los muros de la isla.
Apareció una flor como una gota
de sangre anaranjada,
y luego descargaron los colores
todo su peso puro.
El mar reconquistó su transparencia,
la noche en el cielo
destacó sus racimos
y ya todas las cosas susurraron
nuestro nombre de amor, piedra por piedra
dijeron nuestro nombre y nuestro beso.
La isla de piedra y musgo
resonó en el secreto de sus grutas
como en tu boca el canto,
y la flor que nacía
entre los intersticios de la piedra
con su secreta sílaba
dijo al pasar tu nombre
de planta abrasadora,
y la escarpada roca levantada
como el muro del mundo
reconoció mi canto, bienamada,
y todas las cosas dijeron
tu amor, mi amor, amada,
porque la tierra, el tiempo, el mar, la isla,
la vida, la marea,
el germen que entreabre
sus labios en la tierra,
la flor devoradora,
el movimiento de la primavera,
todo nos reconoce.
Nuestro amor ha nacido
fuera de las paredes,
en el viento,
en la noche,
en la tierra,
y por eso la arcilla y la corola,
el barro y las raíces
saben cómo te llamas,
y saben que mi boca
se juntó con la tuya
porque en la tierra nos sembraron juntos
sin que sólo nosotros lo supiéramos
y que crecemos juntos
y florecemos juntos
y por eso
cuando pasamos,
tu nombre está en los pétalos
de la rosa que crece en la piedra,
mi nombre está en las grutas.
Ellos todo lo saben,
no tenemos secretos,
hemos crecido juntos
pero no lo sabíamos.
El mar conoce nuestro amor, las piedras
de la altura rocosa
saben que nuestros besos florecieron
con pureza infinita,
como en sus intersticios una boca
escarlata amanece:
así conocen nuestro amor y el beso
que reúnen tu boca y la mía
en una flor eterna.
Amor mío,
la primavera dulce,
flor y mar, nos rodean.
No la cambiamos
por nuestro invierno,
cuando el viento
comenzó a descifrar tu nombre
que hoy en todas las horas repite,
cuando
las hojas no sabían
que tú eras una hoja,
cuando
las raíces
no sabían que tú me buscabas
en mi pecho.
Amor, amor,
la primavera
nos ofrece el cielo,
pero la tierra oscura
es nuestro nombre,
nuestro amor pertenece
a todo el tiempo y la tierra.
Amándonos, mi brazo
bajo tu cuello de arena,
esperaremos
cómo cambia la tierra y el tiempo
en la isla,
cómo caen las hojas
de las enredaderas taciturnas,
cómo se va el otoño
por la ventana rota.
Pero nosotros
vamos a esperar
a nuestro amigo,
a nuestro amigo de ojos rojos,
el fuego,
cuando de nuevo el viento
sacuda las fronteras de la isla
y desconozca el nombre
de todos,
el invierno
nos buscará, amor mío,
siempre,
nos buscará, porque lo conocemos,
porque no lo tememos,
porque tenemos
con nosotros
el fuego
para siempre.
Tenemos
la tierra con nosotros
para siempre,
la primavera con nosotros
para siempre,
y cuando se desprenda
de las enredaderas
una hoja
tú sabes, amor mío,
qué nombre viene escrito
en esa hoja,
un nombre que es el tuyo y es el mío,
nuestro nombre de amor, un solo
ser, la flecha
que atravesó el invierno,
el amor invencible,
el fuego de los días,
una hoja
que me cayó en el pecho,
una hoja del árbol
de la vida
que hizo nido y cantó,
que echó raíces,
que dio flores y frutos.
Y así ves, amor mío,
cómo marcho
por la isla,
por el mundo,
seguro en medio de la primavera,
loco de luz en el frío,
andando tranquilo en el fuego,
levantando tu peso
de pétalo en mis brazos,
como si nunca hubiera caminado
sino contigo, alma mía,
como si no supiera caminar
sino contigo,
como si no supiera cantar
sino cuando tú cantas.
Este campo fue mar
de sal y espuma.
Hoy oleaje de ovejas,
voz de avena.

Más que tierra eres cielo,
campo nuestro.
Puro cielo sereno...
Puro cielo.

¿De tu origen marino no conservas
más caracol que el nido del hornero?

No olvides que el azar hinchó sus velas
y a través de otra mar dio en tus riberas.

Ante el sobrio semblante de tus llanos
se arrancó la golilla el castellano.

Tienes, campo, los huesos que mereces:
grandes vértebras simples e inocentes,
tibias rudimentarias,
informes maxilares que atestiguan
tu vida milenaria;
y sin embargo, campo, no se advierte
ni una arruga en tu frente.

Ya sólo es un silencio emocionado
tu herbosa voz de mar desagotado.

¡Qué cordial es la mano de este campo!

Sobre tu tersa palma distendida
¡quién pudiese rastrear alguna huella
que revelara el rumbo de su vida!

Tus mismos cardos, campo, se estremecen
al presentir la aurora que mereces.

Une al don de tu pan y de tu mano
el de darle candor a nuestro canto.

¿Oyes, campo, ese ritmo?
¡Si fuera el mío!...
sin vocablos ni voz te expresaría
al galope tendido.

Estas pobres palabras
¡qué mal te quedan!
Pero qué quieres, campo,
no soy caballo
y jamás las diría
si tú me oyeras.

Por algo ante el apremio de nombrarte
he preferido siempre galoparte.

Ritmo, calma, silencio, lejanía...
hasta volverte, campo, melodía.

Sólo el viento merece acompañarte.

¿No podrá ni mentarse tu presencia
sin que te duela, campo, la modestia?

Eres tan claro y limpio y sin dobleces
que el vuelo de una nube te ensombrece.

¡Hasta las sombras, campo, no dan nunca
ni el más leve traspiés en tu llanura!

¿Cómo lograste, campo tan benigno,
asistir a los cruentos cataclismos
que describen tus nubes
y ver morir flameantes continentes,
inaugurarse mares,
donde jóvenes islas recalaban
en bahías de fuego,
con el vivo y remoto dramatismo
que recuerdan tus cielos?

Al galoparte, campo, te he sentido
cada vez menos campo y más latido.

Tenso y redondo y manso,
como un grávido vientre
virgen campo yacente.

Sin rubores, ni gestos excesivos,
-acaso un poco triste y resignada-
con el mismo candor que usan tus chinas
y reprimiendo, campo, su ternura,
-más allá del bañado, entre las parvas-
se te entrega la tarde ensimismada.

Pasan las nubes, pasan
-¿Quién las arrea?-
tobianas, malacaras,
overas, bayas;
pero toditas llevan,
campo, tu marca.

Dime, campo tendido cara  al cielo,
¿esas nubes son hijas de tu sueño?...

¡Cómo no han de llorarte las tropillas
de tus nubes tordillas
al otear, desde el cielo, esas praderas
y sentir la nostalgia de sus yerbas!

Lo que prefiero, campo, es tu llaneza.

Ya sé que tierra adentro eres de piedra,
como también de piedra son tus cielos,
y hasta esas pobres sombras que se hospedan
en tus valles de piedra;
pero al pensarte, campo, sólo veo,
en vez de esas quebradas minerales
donde espectros de muías se alimentan
con las más tiernas piedras,
una inmensa llanura de silencio,
que abanican, con calma, tus haciendas.

En lo alto de esas cumbres agobiantes
hallaremos laderas y peñascos,
donde yacen metales, momias de alga,
peces cristalizados;
peto jamás la extensa certidumbre
de que antes de humillarnos para siempre,
has preferido, campo, el ascetismo
de negarte a ti mismo.

Fuiste viva presencia o fiel memoria
desde mi más remota prehistoria.

Mucho antes de intimar con los palotes
mi amistad te abrazaba en cada poste.

Chapaleando en el cielo de tus charcos
me rocé con tus ranas y tus astros.

Junto con tu recuerdo se aproxima
el relente a distancia y pasto herido
con que impregnas las botas... la fatiga.

Galopar. Galopar. ¿Ritmo perdido?
hasta encontrarlo dentro de uno mismo.

Siempre volvemos, campo,
de tus tardes con un lucero humeante...
entre los labios.

Una tarde, en el mar, tú me llamaste,
pero en vez de tu escueta reciedumbre
pasaba ante la borda un campo equívoco
de andares voluptuosos y evasivos.

Me llamaste, otra vez, con voz de madre
y en tu silencio sólo hallé una vaca
junto a un charco de luna arrodillada;
arrodillada, campo, ante tu nada.

Cuando me acerco, pampa, a tu recuerdo,
te me vas, despacito, para adentro...
al trote corto, campo, al trotecito.

Aunque me ignores, campo, soy tu amigo.

Entra y descansa, campo. Desensilla.
Deja de ser eterna lejanía.

Cuanto más te repito y te repito
quisiera repetirte al infinito.

Nunca permitas, campo, que se agote
nuestra sed de horizonte y de galope.

Templa mis nervios, campo ilimitado,
al recio diapasón del alambrado.

Aquí mi soledad. Esta mi mano.
Dondequiera que vayas te acompaño.

Si no hubieras andado siempre solo
¿todavía tendrías voz de toro?

Tu soledad, tu soledad... ¡la mía!
Un sorbo tras el otro, noche y día,
como si fuera, campo, mate amargo.

A veces soledad, otras silencio,
pero ante todo, campo: padre-nuestro.

"No eres más que una vaca -dije un día-
con un millón de ubres maternales"...
sin recordar -¡perdona!- que enarbolas
entre el lírico arranque de tus cuernos
un gran nido de hornero.

"Si no tiene relieve, ni contornos.
Nada que lo limite, que lo encuadre;
allí... a las cansadas, un arroyo,
quizás una lomada..."
seguirán -¡perdonadlos!- murmurando,
aunque tu inmensa nada lo sea todo.

Comprendo, campo adusto, que sonrías
cuando sólo te habitan las espigas.

Aunque no sueñen más que en esquilmarte
e ignoren el sabor de tus raíces,
el rumbo de tus pájaros,
nunca te niegues, pampa, a abrir los brazos.
Has de ser para todos campo santo.

Al verte cada vez más cultivado
olvidan que tenías piel de puma
y fuiste, hasta hace poco, campo bravo.

No te me quejes, campo desollado.
Cubierto de rasguños y de espinas
-después de costalar entre tus cardos-
anduve yo también desamparado,
con un dolor caballo en las costillas.

Recuerda que tus nubes se desangran
sin decir, campo macho, ni palabra.

Son tan grandes tus noches, que avergüenzan.

Si los grillos dejasen de apretarle
una sola clavija a tu silencio,
¿alcanzarías, campo, el delirante
y agudo diapasón de las estrellas?

Hasta la oscura voz de tus pantanos
da fervor a tu sacro canto llano.

¡Qué buenos confesores son tus sapos!

Nada logra expresar, campo nocturno,
tu inmensa soledad desamparada
como el presentimiento que ensombrece
el insomne mugir de tus manadas.

Vierte, campo, sin tregua, en nuestras
venas la destilada luz de tus estrellas.

Tu santa luna, campo solitario,
convierte nuestro pecho en un hostiario.

Déjanos comulgar con tu llanura...
Danos, campo eucarístico, tu luna.

¿A qué sabrán tus pastos
cuando logren, por fin, domesticarte
y en vez de campo potro desbocado
te transformes en campo endomingado?

Cómo ríen tus sapos, tus maizales,
con dientes de potrillo,
del candor con que todas tus ciudades,
no bien salen del horno,
ya ostentan capiteles, frontispicios,
y arquitrabes postizos.

Sólo soportas, campo, los aleros
que aconsejan vivir como el hornero.

Te llevé de la mano
hacia aldeas y rutas patinadas
por leyendas doradas;
pero tú sonreías, campo niño,
y yo junto contigo...
siempre, siempre contigo
campo recién nacido.

Tantos viejos modales resobados
y tanta historia
con tantas mezquindades,
desde la ausencia, campo, musitaban
tus ingenuos yuyales.

-¡Qué tierras sin aliento! -balbuceabas-.
Sólo produce muertos...
grandes muertos insomnes y locuaces
que en vez de reposar y ser olvido
desertan de sus tumbas, vociferan,
en cada encrucijada,
en cada piedra.
Los míos, por lo menos, son modestos.
No incomodan a nadie.

Y el eco de tu voz, entre las ruinas:
"Dadle muerte a esos muertos", repetía.

¿Dónde apoyarnos, campo?
¡Ni una piedra!
Nada que indique el rumbo de tus huellas.
Persiste, campo nada, en acercarnos
la ocasión de perdernos... o encontrarnos.

Gracias, campo, por ser tan despoblado
y limpito de muertos,
que admites arriesgar cualquier postura
sin pedirle permiso a los espectros.

Muchas gracias por crearnos una muerte
de tu mismo tamaño y tan perfecta
que no deja ni el rastro de una huella.

Y mil gracias por darnos la certeza
de poder galopar toda una vida
sin hallar otra muerte que la nuestra.

Con sólo descansar sobre tu suelo
ya nos sentimos, campo, en pleno cielo.

-"¿Y si en vez de ser campo fuera ausencia?"
-"En mí perduraría tu presencia."

Espera, campo, espera.
No me llames.
¿Por qué esa voz tan negra,
campo madre?

-"¿Es tu silencio mar quien me reclama?"
-"Ven a dormir a orillas de mi calma."

Tú que estás en los cielos, campo nuestro.
Ante ti se arrodilla mi silencio.
Octavio Paz  Jun 2017
Salamandra
Salamandra
                        (negra
armadura viste el fuego)
calorífero de combustión lenta
entre las fauces de la chimenea
-o mármol o ladrillo-
                                          tortuga estática
o agazapado guerrero japonés
y una u otro
                      -el martirio es reposo -
impasible en la tortura.

                                            Salamandra
nombre antiguo del fuego
y antídoto antiguo contra el fuego
y desollada planta sobre brasas
amiante amante amianto

Salamandra
                        en la ciudad abstracta
entre geometrías vertigiosas
-vidrio cemento piedra hierro-
formidables quimeras
levantadas por el cálculo
multiplicadas por el lucro
al flanco del muro anónimo
amapola súbita

                              Salamandra
garra amarilla
                            roja escritura
en la pared de sal
                                  garra de sol
sobre el montón de huesos

Salamandra
                        estrella caída
en el sinfín del ópalo sangriento
sepultada
bajo los párpados del sílex
niña perdida
en el túnel del ónix
en los círculos del basalto
enterrada semilla
                                  grano de energía
dormida en la médula del granito

Salamandra
                      niña dinametera
en el pecho azul y ***** del hierro
estallas como un sol
te abres como una herida
hablas como una fuente

Salamandra
                        espiga
hija del fuego
espíritu del fuego
condensación de la sangre
sublimación de la sangre
evaporación de la sangre

Salamandra de aire
la roca es llama
                              la llama es humo
vapor rojo
                  recta plegaria
alta palabra de alabanza
exclamación
                      corona de incendio
en la testa del himno
reina escarlata
(y muchacha de medias moradas
corriendo despeinada por el bosque)

Salamandra
                      animal taciturno
***** paño de lágrimas de azufre
(Un húmedo verano
entre las baldosas desunidas
de un patio petrificado por la luna
oí vibrar tu cola cilíndrica)

Salamandra caucásica
en la espalda cenicienta de la peña
aparece y desaparece
breve y negra lengüeta
moteada de azafrán

                          Salamandra
bicho ***** y brillante
escalofrío del musgo
devorador de insectos
heraldo diminuto del chubasco
y familiar de la centella
(Fecundación interna
reproducción ovípara
las crías viven en el agua
ya adultas nadan con torpeza)

Salamandra
Puente colgante entre las eras
puente de sangre fría
eje del movimiento
(Los cambios de la alpina
la especie más esbelta
se cumplen en el claustro de la madre
Entre los huevecillos se logran dos apenas
y hasta el alumbramiento
medran los embriones en un caldo nutricio
la masa fraternal de huevos abortados)

La salamandra española
montañesa negra y roja

No late el sol clavado en la mitad del cielo
no respira
no comienza la vida sin la sangre
sin la brasa del sacrificio
no se mueve la rueda de los días
Xólotl se niega a consumirse
se escondió en el maíz pero lo hallaron
se escondió en el maguey pero lo hallaron
cayó en el agua y fue el pez axólotl
el dos-seres
                        y "luego lo mataron"
Comenzó el movimiento anduvo el mundo
la procesión de fechas y de nombres
Xólotl el perro guía del infierno
el que desenterró los huesos de los padres
el que coció los huesos en la olla
el que encendió la lumbre de los años
el hacedor de hombres
Xólotl el penitente
el ojo reventado que llora por nosotros
Xólotl la larva de la mariposa
del doble de la Estrella
el caracol marino
la otra cara del Señor de la Aurora
Xólotl el ajolote

                            Salamandra
dardo solar
                    lámpara de la luna
columna del mediodía
nombre de mujer
balanza de la noche.
(El infinito peso de la luz
un adarme de sombra en tus pestañas)

Salamandra
                      llama negra
heliotropo
                    sol tú misma
y luna siempre en torno de ti misma
granada que se abre cada noche
astro fijo en la frente del cielo
y latido del mar y luz ya quieta
mente sobre el vaivén del mar abierta

Salamandria
saurio de unos ocho centímetros
vive en las grietas y es color de polvo

Salamandra de tierra y de agua
piedra verde en la boca de los muertos
piedra de encarnación
piedra de lumbre
sudor de la tierra
sal llameante y quemante
sal de la destrucción
y máscara de cal que consume los rostros

Salamandra de aire y de fuego
avispero de soles
roja palabra del principio

La salamandra es un lagarto
su lengua termina en un dardo
su cola termina en un dardo
Es inasible Es indecible
reposa sobre brasas
reina sobre tizones
Si en la llama se esculpe
su monumento incendia.
El fuego es su pasión es su paciencia

Salamadre                           Aguamadre

— The End —