She goes a-skipping,
Wandering, wandering,
Valencia, Oh Valencia,
Why do you trim your garden so?
Those thorns are part of nature’s haven,
Can’t you see those roses are plastic sown?

Valencia, Oh Valencia,
You need not be so ill and old,
Those faces come the ‘morrow,
Say their prayers and then fade away.

Valencia, Oh Valencia,
Why these days are wasted hurting for?
The paper cuts be rimmed with golden,
Flakes aren’t real just painted so.

Valencia, Oh Valencia,
Now you’re aged and wisdom grown,
If only you could see these tales weren’t meant for hearts
That wild and strong.

The flames of Valencia
Rips through my veins
His colors course
Through the dreams
In my eyes…
Astounding architectures
Along his streets
I gathered….
Whispering expressive
Spanish songs,
In the core of my ears…
Inside a taxi cab..
Running  wild
Unmindful,
My heart soaring
Like the taps of
The feet of
A flamenco dancer…..
Wrapping my very soul
With eclectic passions
Rhythm and rhymes
Church bell that chimes
Carelessly,
Impatiently
He moves his fingers in a dance
….and
To me,
It is a caress,
that leads me to a trance…..

With a  soft cry of passion
I walked the streets
Of Valencia
Like a woman
Possessed…
With his glory
With his story
Loving minute after
Minute
Of his magnificence  and wonder…
Never wanting to leave
his Mediterranean shores…..

Sights and sounds of Valencia…….
With his pious ,stately cathedrals
Where I knelt in awe
Before the ******
Vowing to return,

A hungry kiss upon his cheek
Shall I plant before I go...
This I promise and this I know….

Valencia…..in my heart
You will always stay…
In fervent wishes,
This, I truly  pray….

Helo, helo por do viene   el moro por la calzada,
caballero a la jineta   encima una yegua baya,
borceguíes marroquíes   y espuela de oro calzada,
una adarga ante los pechos   y en su mano una azagaya.
Mirando estaba Valencia,   como está tan bien cercada:
-¡Oh, Valencia, oh Valencia,   de mal fuego seas quemada!
Primero fuiste de moros   que de cristianos ganada.
Si la lanza no me miente,   a moros serás tornada;
aquel perro de aquel Cid   prenderélo por la barba,
su mujer, doña Jimena,   será de mí cautivada,
su hija, Urraca Hernando,   será mi enamorada,
después de yo harto de ella   la entregaré a mi compaña.
El buen Cid no está tan lejos,   que todo bien lo escuchaba.
-Venid vos acá, mi hija,   mi hija doña Urraca;
dejad las ropas continas   y vestid ropas de pascua.
Aquel moro hi·de·perro   detenédmelo en palabras,
mientras yo ensillo a Babieca   y me ciño la mi espada.
La doncella, muy hermosa,   se paró a una ventana;
el moro, desque la vido,   de esta suerte le hablara:
-Alá te guarde, señora,   mi señora doña Urraca.
-Así haga a vos, señor,   buena sea vuestra llegada.
Siete años ha, rey, siete,   que soy vuestra enamorada.
-Otros tantos ha, señora,   que os tengo dentro en mi alma.
Ellos estando en aquesto   el buen Cid que se asomaba.
-Adiós, adiós, mi señora,   la mi linda enamorada,
que del caballo Babieca   yo bien oigo la patada.
Do la yegua pone el pie,   Babieca pone la pata.
Allí hablará el caballo   bien oiréis lo que hablaba:
-¡Reventar debía la madre   que a su hijo no esperaba!
Siete vueltas la rodea   alrededor de una jara;
la yegua, que era ligera,   muy adelante pasaba
hasta llegar cabe un río   adonde una barca estaba.
El moro, desque la vido,   con ella bien se holgaba,
grandes gritos da al barquero   que le allegase la barca;
el barquero es diligente,   túvosela aparejada,
embarcó muy presto en ella,   que no se detuvo nada.
Estando el moro embarcado,   el buen Cid que llegó al agua,
y por ver al moro en salvo,   de tristeza reventaba;
mas con la furia que tiene,   una lanza le arrojaba,
y dijo: -Recoged, mi yerno,   arrecogedme esa lanza,
que quizás tiempo vendrá   que os será bien demandada.