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Marian Jan 2014
~-English-~

The Beauty Of Flowers (Multiple Tankas I)

A field of tulips
Is where I laid down to sleep
And dream a sweet dream
Dew sparkled on the tulips
And fell upon my fair cheeks

In the shady woods
Ladyslipper Orchids grow
Near a babbling brook.
Yellows and Pinks standing tall
With ferns spreading all around.

Beside the ocean
The hibiscus are blooming
Such a sweet perfume
Lingers on the salty breeze
Such beautiful rainbow hues

Snowdrops are the first
To appear blooming in frost
Pure white heads nodding.
Cold hardy and full of life,
They offer a hope of Spring.

Beside the farmhouse
Gardenias are blooming
White satin blossoms
Their perfume is breathtaking
Rain-washed petals of fragrance

~Timothy & Marian~


~-French-~

La beauté des fleurs (plusieurs Tankas je)

Un champ de tulipes
Est où j'ai prévue de dormir
Et un doux rêve
Rosée brillait sur les tulipes
Et tomba sur mes joues justes

Dans les bois ombragés
Ladyslipper orchidées poussent
Près d'un petit ruisseau.
Jaunes et roses debout
Avec fougères répand tout autour.

À côté de l'océan
L'hibiscus sont en fleurs
Tel un doux parfum
S'attarde sur la brise salée
Ces teintes belle arc-en-ciel

Perce-neige est les premiers
À comparaître fleurissant en gel
Têtes blanches pures hochant la tête.
Résistantes au froid et pleine de vie,
Ils offrent un espoir de printemps.

À côté de la ferme
Gardénias sont en fleurs
Fleurs de satin blancs
Leur parfum est à couper le souffle
Pétales restés du parfum

*~ Timothy et Marian ~
Another Dad and Daughter collaboration.
Hope you enjoy! :)
© Timothy 10 January, 2014.
© Marian 10 January, 2014.
Jude kyrie Nov 2015
Tonight the softness of the air
touches my skin gently.
Like once your fingertips did.
The air blooms
with moonlight and Jasmine.
A breeze touches the flowers
one by one
Roses Dahlias Carnations
night stock and Gardenia.
Ahh Gardenia your favorite.

I close my eyes
in my mind my senses
bring you here to me.
You are wearing the gown
that once we were married in.
Your lips so red
and eyes so inviting.

I touch you long flowing hair
I can feel the softness of you
even in my mind.
You reach up and
unfasten the ribbons
that hold it.

it flows like a storm
over my bare chest.
Outside I can hear
the ****** of your laughter
like a sweet night song.

But it is only the
windchimes
that you loved.
bringing me back
to the empty heart
That only you could fill.
un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre:
                          un caminar tranquilo
de estrella o primavera sin premura,
agua que con los párpados cerrados
mana toda la noche profecías,
unánime presencia en oleaje,
ola tras ola hasta cubrirlo todo,
verde soberanía sin ocaso
como el deslumbramiento de las alas
cuando se abren en mitad del cielo,

un caminar entre las espesuras
de los días futuros y el aciago
fulgor de la desdicha como un ave
petrificando el bosque con su canto
y las felicidades inminentes
entre las ramas que se desvanecen,
horas de luz que pican ya los pájaros,
presagios que se escapan de la mano,

una presencia como un canto súbito,
como el viento cantando en el incendio,
una mirada que sostiene en vilo
al mundo con sus mares y sus montes,
cuerpo de luz filtrada por un ágata,
piernas de luz, vientre de luz, bahías,
roca solar, cuerpo color de nube,
color de día rápido que salta,
la hora centellea y tiene cuerpo,
el mundo ya es visible por tu cuerpo,
es transparente por tu transparencia,

voy entre galerías de sonidos,
fluyo entre las presencias resonantes,
voy por las transparencias como un ciego,
un reflejo me borra, nazco en otro,
oh bosque de pilares encantados,
bajo los arcos de la luz penetro
los corredores de un otoño diáfano,

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño en esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños,

tu falda de maíz ondula y canta,
tu falda de cristal, tu falda de agua,
tus labios, tus cabellos, tus miradas,
toda la noche llueves, todo el día
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho
hunde raíces de agua un árbol líquido,

voy por tu talle como por un río,
voy por tu cuerpo como por un bosque,
como por un sendero en la montaña
que en un abismo brusco se termina,
voy por tus pensamientos afilados
y a la salida de tu blanca frente
mi sombra despeñada se destroza,
recojo mis fragmentos uno a uno
y prosigo sin cuerpo, busco a tientas,

corredores sin fin de la memoria,
puertas abiertas a un salón vacío
donde se pudren todos los veranos,
las joyas de la sed arden al fondo,
rostro desvanecido al recordarlo,
mano que se deshace si la toco,
cabelleras de arañas en tumulto
sobre sonrisas de hace muchos años,

a la salida de mi frente busco,
busco sin encontrar, busco un instante,
un rostro de relámpago y tormenta
corriendo entre los árboles nocturnos,
rostro de lluvia en un jardín a oscuras,
agua tenaz que fluye a mi costado,
busco sin encontrar, escribo a solas,
no hay nadie, cae el día, cae el año,
caigo con el instante, caigo a fondo,
invisible camino sobre espejos
que repiten mi imagen destrozada,
piso días, instantes caminados,
piso los pensamientos de mi sombra.
piso mi sombra en busca de un instante,

busco una fecha viva como un pájaro,
busco el sol de las cinco de la tarde
templado por los muros de tezontle:
la hora maduraba sus racimos
y al abrirse salían las muchachas
de su entraña rosada y se esparcían
por los patios de piedra del colegio,
alta como el otoño caminaba
envuelta por la luz bajo la arcada
y el espacio al ceñirla la vestía
de una piel más dorada y transparente,

tigre color de luz, pardo venado
por los alrededores de la noche,
entrevista muchacha reclinada
en los balcones verdes de la lluvia,
adolescente rostro innumerable,
he olvidado tu nombre, Melusina,
Laura, Isabel, Perséfona, María,
tienes todos los rostros y ninguno,
eres todas las horas y ninguna,
te pareces al árbol y a la nube,
eres todos los pájaros y un astro,
te pareces al filo de la espada
y a la copa de sangre del verdugo,
yedra que avanza, envuelve y desarraiga
al alma y la divide de sí misma,

escritura del fuego sobre el jade,
grieta en la roca, reina de serpientes,
columna de vapor, fuente en la peña,
circo lunar, peñasco de las águilas,
grano de anís, espina diminuta
y mortal que da penas inmortales,
pastora de los valles submarinos
y guardiana del valle de los muertos,
liana que cuelga del cantil del vértigo,
enredadera, planta venenosa,
flor de resurrección, uva de vida,
señora de la flauta y del relámpago,
terraza del jazmín, sal en la herida,
ramo de rosas para el fusilado,
nieve en agosto, luna del patíbulo,
escritura del mar sobre el basalto,
escritura del viento en el desierto,
testamento del sol, granada, espiga,

rostro de llamas, rostro devorado,
adolescente rostro perseguido
años fantasmas, días circulares
que dan al mismo patio, al mismo muro,
arde el instante y son un solo rostro
los sucesivos rostros de la llama,
todos los nombres son un solo nombre,
todos los rostros son un solo rostro,
todos los siglos son un solo instante
y por todos los siglos de los siglos
cierra el paso al futuro un par de ojos,

no hay nada frente a mí, sólo un instante
rescatado esta noche, contra un sueño
de ayuntadas imágenes soñado,
duramente esculpido contra el sueño,
arrancado a la nada de esta noche,
a pulso levantado letra a letra,
mientras afuera el tiempo se desboca
y golpea las puertas de mi alma
el mundo con su horario carnicero,

sólo un instante mientras las ciudades,
los nombres, los sabores, lo vivido,
se desmoronan en mi frente ciega,
mientras la pesadumbre de la noche
mi pensamiento humilla y mi esqueleto,
y mi sangre camina más despacio
y mis dientes se aflojan y mis ojos
se nublan y los días y los años
sus horrores vacíos acumulan,

mientras el tiempo cierra su abanico
y no hay nada detrás de sus imágenes
el instante se abisma y sobrenada
rodeado de muerte, amenazado
por la noche y su lúgubre bostezo,
amenazado por la algarabía
de la muerte vivaz y enmascarada
el instante se abisma y penetra,
como un puño se cierra, como un fruto
que madura hacia dentro, echa raíces,
crece dentro de mí, me ocupa todo,
me expulsa el follaje delirante,
mis pensamientos sólo son sus pájaros
su mercurio circula por mis venas,
árbol mental, frutos sabor de tiempo,

oh vida por vivir y ya vivida,
tiempo que vuelve en una marejada
y se retira sin volver el rostro,
lo que pasó no fue pero está siendo
y silenciosamente desemboca
en otro instante que se desvanece:

frente a la tarde de salitre y piedra
armada de navajas invisibles
una roja escritura indescifrable
escribes en mi piel y esas heridas
como un traje de llamas me recubren,
ardo sin consumirme, busco el agua
y en tus ojos no hay agua, son de piedra,
y tus pechos, tu vientre, tus caderas
son de piedra, tu boca sabe a polvo,
tu boca sabe a tiempo emponzoñado,
tu cuerpo sabe a pozo sin salida,
pasadizo de espejos que repiten
los ojos del sediento, pasadizo
que vuelve siempre al punto de partida,
y tú me llevas ciego de la mano
por esas galerías obstinadas
hacia el centro del círculo y te yergues
como un fulgor que se congela en hacha,
como luz que desuella, fascinante
como el cadalso para el condenado,
flexible como el látigo y esbelta
como un arma gemela de la luna,
y tus palabras afiladas cavan
mi pecho y me despueblan y vacían,
uno a uno me arrancas los recuerdos,
he olvidado mi nombre, mis amigos
gruñen entre los cerdos o se pudren
comidos por el sol en un barranco,

no hay nada en mí sino una larga herida,
una oquedad que ya nadie recorre,
presente sin ventanas, pensamiento
que vuelve, se repite, se refleja
y se pierde en su misma transparencia,
conciencia traspasada por un ojo
que se mira mirarse hasta anegarse
de claridad:
                  yo vi tu atroz escama,
melusina, brillar verdosa al alba,
dormías enroscada entre las sábanas
y al despertar gritaste como un pájaro
y caíste sin fin, quebrada y blanca,
nada quedó de ti sino tu grito,
y la cabo de los siglos me descubro
con tos y mala vista, barajando
viejas fotos:
                    no hay nadie, no eres nadie,
un montón de ceniza y una escoba,
un cuchillo mellado y un plumero,
un pellejo colgado de unos huesos,
un racimo ya seco, un hoyo *****
y en el fondo del hoy los dos ojos
de una niña ahogada hace mil años,

miradas enterradas en un pozo,
miradas que nos ven desde el principio,
mirada niña de la madre vieja
que ve en el hijo grande su padre joven,
mirada madre de la niña sola
que ve en el padre grande un hijo niño,
miradas que nos miran desde el fondo
de la vida y son trampas de la muerte
-¿o es al revés: caer en esos ojos
es volver a la vida verdadera?,

¡caer, volver, soñarme y que me sueñen
otros ojos futuros, otra vida,
otras nubes, morirme de otra muerte!
-esta noche me basta, y este instante
que no acaba de abrirse y revelarme
dónde estuve, quién fui, cómo te llamas,
cómo me llamo yo:
                              ¿hacía planes
para el verano -y todos los veranos-
en Christopher Street, hace diez años,
con Filis que tenía dos hoyuelos
donde veían luz los gorriones?,
¿por la Reforma Carmen me decía
"no pesa el aire, aquí siempre es octubre",
o se lo dijo a otro que he perdido
o yo lo invento y nadie me lo ha dicho?,
¿caminé por la noche de Oaxaca,
inmensa y verdinegra como un árbol,
hablando solo como el viento loco
y al llegar a mi cuarto -siempre un cuarto-
no me reconocieron los espejos?,
¿desde el hotel Vernet vimos al alba
bailar con los castaños - "ya es muy tarde"
decías al peinarte y yo veía
manchas en la pared, sin decir nada?,
¿subimos juntos a la torre, vimos
caer la tarde desde el arrecife?,
¿comimos uvas en Bidart?, ¿compramos
gardenias en Perote?,
                                  nombres, sitios,
calles y calles, rostros, plazas, calles,
estaciones, un parque, cuartos solos,
manchas en la pared, alguien se peina,
alguien canta a mi lado, alguien se viste,
cuartos, lugares, calles, nombres, cuartos,

Madrid, 1937,
en la Plaza del Ángel las mujeres
cosían y cantaban con sus hijos,
después sonó la alarma y hubo gritos,
casas arrodilladas en el polvo,
torres hendidas, frentes escupidas
y el huracán de los motores, fijo:
los dos se desnudaron y se amaron
por defender nuestra porción eterna,
nuestra ración de tiempo y paraíso,
tocar nuestra raíz y recobrarnos,
recobrar nuestra herencia arrebatada
por ladrones de vida hace mil siglos,
los dos se desnudaron y besaron
porque las desnudeces enlazadas
saltan el tiempo y son invulnerables,
nada las toca, vuelven al principio,
no hay tú ni yo, mañana, ayer ni nombres,
verdad de dos en sólo un cuerpo y alma,
oh ser total...
                      cuartos a la deriva
entre ciudades que se van a pique,
cuartos y calles, nombres como heridas,
el cuarto con ventanas a otros cuartos
con el mismo papel descolorido
donde un hombre en camisa lee el periódico
o plancha una mujer; el cuarto claro
que visitan las ramas del durazno;
el otro cuarto: afuera siempre llueve
y hay un patio y tres niños oxidados;
cuartos que son navíos que se mecen
en un golfo de luz; o submarinos:
el silencio se esparce en olas verdes,
todo lo que tocamos fosforece;
mausoleos del lujo, ya roídos
los retratos, raídos los tapetes;
trampas, celdas, cavernas encantadas,
pajareras y cuartos numerados,
todos se transfiguran, todos vuelan,
cada moldura es nube, cada puerta
da al mar, al campo, al aire, cada mesa
es un festín; cerrados como conchas
el tiempo inútilmente los asedia,
no hay tiempo ya, ni muro: ¡espacio, espacio,
abre la mano, coge esta riqueza,
corta los frutos, come de la vida,
tiéndete al pie del árbol, bebe el agua!,

todo se transfigura y es sagrado,
es el centro del mundo cada cuarto,
es la primera noche, el primer día,
el mundo nace cuando dos se besan,
gota de luz de entrañas transparentes
el cuarto como un fruto se entreabre
o estalla como un astro taciturno
y las leyes comidas de ratones,
las rejas de papel, las alambradas,
los timbres y las púas y los pinchos,
el sermón monocorde de las armas,
el escorpión meloso y con bonete,
el tigre con chistera, presidente
del Club Vegetariano y la Cruz Roja,
el burro pedagogo, el cocodrilo
metido a redentor, padre de pueblos,
el Jefe, el tiburón, el arquitecto
del porvenir, el cerdo uniformado,
el hijo predilecto de la Iglesia
que se lava la negra dentadura
con el agua bendita y toma clases
de inglés y democracia, las paredes
invisible, las máscaras podridas
que dividen al hombre de los hombres,
al hombre de sí mismo,
                                      se derrumban
por un instante inmenso y vislumbramos
nuestra unidad perdida, el desamparo
que es ser hombres, la gloria que es ser hombres
y compartir el pan, el sol, la muerte,
el olvidado asombro de estar vivos;

amar es combatir, si dos se besan
el mundo cambia, encarnan los deseos,
el pensamiento encarna, brotan alas
en las espaldas del esclavo, el mundo
es real y tangible, el vino es vino,
el pan vuelve a saber, el agua es agua,
amar es combatir, es abrir puertas,
dejar de ser fantasma con un número
a perpetua cadena condenado
por un amo sin rostro;
                                    el mundo cambia
si dos se miran y se reconocen,
amar es desnudarse de los nombres:
"déjame ser tu puta", son palabras
de Eloísa, mas él cedió a las leyes,
la tomó por esposa y como premio
lo castraron después;
                                    mejor el crimen,
los amantes suicidas, el incesto
de los hermanos como dos espejos
enamorados de su semejanza,
mejor comer el pan envenenado,
el adulterio en lechos de ceniza,
los amores feroces, el delirio,
su yedra ponzoñosa, el sodomita
que lleva por clavel en la solapa
un gargajo, mejor ser lapidado
en las plazas que dar vuelta a la noria
que exprime la sustancia de la vida,
cambia la eternidad en horas huecas,
los minutos en cárceles, el tiempo
en monedas de cobre y mierda abstracta;

mejor la castidad, flor invisible
que se mece en los tallos del silencio,
el difícil diamante de los santos
que filtra los deseos, sacia al tiempo,
nupcias de la quietud y el movimiento,
canta la soledad en su corola,
pétalo de cristal es cada hora,
el mundo se despoja de sus máscaras
y en su centro, vibrante transparencia,
lo que llamamos Dios, el ser sin nombre,
se contempla en la nada, el ser sin rostro
emerge de sí mismo, sol de soles,
plenitud de presencias y de nombres;

sigo mi desvarío, cuartos, calles,
camino a tientas por los corredores
del tiempo y subo y bajo sus peldaños
y sus paredes palpo y no me muevo,
vuelvo adonde empecé, busco tu rostro,
camino por las calles de mí mismo
bajo un sol sin edad, y tú a mi lado
caminas como un árbol, como un río,
creces como una espiga entre mis manos,
lates como una ardilla entre mis manos,
vuelas como mil pájaros, tu risa
me ha cubierto de espumas, tu cabeza
es un astro pequeño entre mis manos,
el mundo reverdece si sonríes
comiendo una naranja,
                                    el mundo cambia
si dos, vertiginosos y enlazados,
caen sobre la yerba: el cielo baja,
los árboles ascienden, el espacio
sólo es luz y silencio, sólo espacio
abierto para el águila del ojo,
pasa la blanca tribu de las nubes,
rompe amarras el cuerpo, zarpa el alma,
perdemos nuestros nombres y flotamos
a la deriva entre el azul y el verde,
tiempo total donde no pasa nada
sino su propio transcurrir dichoso,

no pasa nada, callas, parpadeas
(silencio: cruzó un ángel este instante
grande como la vida de cien soles),
¿no pasa nada, sólo un parpadeo?
-y el festín, el destierro, el primer crimen,
la quijada del asno, el ruido opaco
y la mirada incrédula del muerto
al caer en el llano ceniciento,
Agamenón y su mugido inmenso
y el repetido grito de Casandra
más fuerte que los gritos de las olas,
Sócrates en cadenas (el sol nace,
morir es despertar: "Critón, un gallo
a Esculapio, ya sano de la vida"),
el chacal que diserta entre las ruinas
de Nínive, la sombra que vio Bruto
antes de la batalla, Moctezuma
en el lecho de espinas de su insomnio,
el viaje en la carreta hacia la muerte
-el viaje interminable mas contado
por Robespierre minuto tras minuto,
la mandíbula rota entre las manos-,
Churruca en su barrica como un trono
es
(1)

This is the sea, then, this great abeyance.
How the sun's poultice draws on my inflammation.

Electrifyingly-colored sherbets, scooped from the freeze
By pale girls, travel the air in scorched hands.

Why is it so quiet, what are they hiding?
I have two legs, and I move smilingly..

A sandy damper kills the vibrations;
It stretches for miles, the shrunk voices

Waving and crutchless, half their old size.
The lines of the eye, scalded by these bald surfaces,

Boomerang like anchored elastics, hurting the owner.
Is it any wonder he puts on dark glasses?

Is it any wonder he affects a black cassock?
Here he comes now, among the mackerel gatherers

Who wall up their backs against him.
They are handling the black and green lozenges like the parts of a body.

The sea, that crystallized these,
Creeps away, many-snaked, with a long hiss of distress.

                (2)

This black boot has no mercy for anybody.
Why should it, it is the hearse of a dad foot,

The high, dead, toeless foot of this priest
Who plumbs the well of his book,

The bent print bulging before him like scenery.
Obscene bikinis hid in the dunes,

******* and hips a confectioner's sugar
Of little crystals, titillating the light,

While a green pool opens its eye,
Sick with what it has swallowed----

Limbs, images, shrieks.  Behind the concrete bunkers
Two lovers unstick themselves.

O white sea-crockery,
What cupped sighs, what salt in the throat....

And the onlooker, trembling,
Drawn like a long material

Through a still virulence,
And a ****, hairy as privates.

                (3)

On the balconies of the hotel, things are glittering.
Things, things----

Tubular steel wheelchairs, aluminum crutches.
Such salt-sweetness.  Why should I walk

Beyond the breakwater, spotty with barnacles?
I am not a nurse, white and attendant,

I am not a smile.
These children are after something, with hooks and cries,

And my heart too small to bandage their terrible faults.
This is the side of a man:  his red ribs,

The nerves bursting like trees, and this is the surgeon:
One mirrory eye----

A facet of knowledge.
On a striped mattress in one room

An old man is vanishing.
There is no help in his weeping wife.

Where are the eye-stones, yellow and valuable,
And the tongue, sapphire of ash.

                (4)

A wedding-cake face in a paper frill.
How superior he is now.

It is like possessing a saint.
The nurses in their wing-caps are no longer so beautiful;

They are browning, like touched gardenias.
The bed is rolled from the wall.

This is what it is to be complete.  It is horrible.
Is he wearing pajamas or an evening suit

Under the glued sheet from which his powdery beak
Rises so whitely unbuffeted?

They propped his jaw with a book until it stiffened
And folded his hands, that were shaking:  goodbye, goodbye.

Now the washed sheets fly in the sun,
The pillow cases are sweetening.

It is a blessing, it is a blessing:
The long coffin of soap-colored oak,

The curious bearers and the raw date
Engraving itself in silver with marvelous calm.

                (5)

The gray sky lowers, the hills like a green sea
Run fold upon fold far off, concealing their hollows,

The hollows in which rock the thoughts of the wife----
Blunt, practical boats

Full of dresses and hats and china and married daughters.
In the parlor of the stone house

One curtain is flickering from the open window,
Flickering and pouring, a pitiful candle.

This is the tongue of the dead man:  remember, remember.
How far he is now, his actions

Around him like living room furniture, like a décor.
As the pallors gather----

The pallors of hands and neighborly faces,
The elate pallors of flying iris.

They are flying off into nothing:  remember us.
The empty benches of memory look over stones,

Marble facades with blue veins, and jelly-glassfuls of daffodils.
It is so beautiful up here:  it is a stopping place.

                (6)

The natural fatness of these lime leaves!----
Pollarded green *****, the trees march to church.

The voice of the priest, in thin air,
Meets the corpse at the gate,

Addressing it, while the hills roll the notes of the dead bell;
A glittler of wheat and crude earth.

What is the name of that color?----
Old blood of caked walls the sun heals,

Old blood of limb stumps, burnt hearts.
The widow with her black pocketbook and three daughters,

Necessary among the flowers,
Enfolds her lace like fine linen,

Not to be spread again.
While a sky, wormy with put-by smiles,

Passes cloud after cloud.
And the bride flowers expend a freshness,

And the soul is a bride
In a still place, and the groom is red and forgetful, he is featureless.

                (7)

Behind the glass of this car
The world purrs, shut-off and gentle.

And I am dark-suited and still, a member of the party,
Gliding up in low gear behind the cart.

And the priest is a vessel,
A tarred fabric, sorry and dull,

Following the coffin on its flowery cart like a beautiful woman,
A crest of *******, eyelids and lips

Storming the hilltop.
Then, from the barred yard, the children

Smell the melt of shoe-blacking,
Their faces turning, wordless and slow,

Their eyes opening
On a wonderful thing----

Six round black hats in the grass and a lozenge of wood,
And a naked mouth, red and awkward.

For a minute the sky pours into the hole like plasma.
There is no hope, it is given up.
Hal Loyd Denton Apr 2012
My fair Guinevere
The very name Guinevere sends me through time and space to another world with a thrill in my heart


Like no other well there was a time when I was six I think I will stop by there on my way back to reality
Back then a coloring book and eight crayons could fix big hurts like the time my uncle slammed the car

Door on my fingers as we started into a tavern I guess at first it was unbelief although a six year old has
A great imagination but seeing the door completely closed and my fingers in there something really

Wild and then the crushing excrutating pain my uncle whirled around and saw what happened now
I wasn’t being mercenary well first I didn’t know what that word meant must have something to do with

Machinery but I did know I was going to gain because my uncle was a crane operator I did know he
Didn’t operate on cranes like the one the Cranes potato chip bag but here goes larceny I think that’s

Like black licorice it gets all over kids faces in adults it just gets all over them it depends on how much
You pay they say crime doesn’t pay well larceny does but after you do it you have to run real fast or

Something well back at the car outwardly it was all I could do to hold on sloopy but inside don’t judge
Me but I was singing a ditty it went like this my uncle has got money and he feels almost as bad as I

Do look out world I see a coloring book a coming that was just an aside to make a point about hurts
I was about to run head on into one you ever had a hurt to last over forty plus year’s bee stings wont

Do it scraped knees heal but lose your heart at six and you’re a goner what did Rick say in Casablanca
Of all the juke joints in the world why did she have to come in this one why was she born one street over

When I was six and she was eighteen black hair the whitest skin Oh god you must got distracted you just
Kept adding more pretty did you know pretty can hurt I think most can I know Geri does she suffered

Through a beautiful summer she says the three of us didn’t even know her at the pool more important
My best friend Jerry that she had a crush on didn’t know her either I know her now and we are deeply

Connected by that summer and her heart of pain she knows what I Speak of when I make mention of
My fair Guinevere is she a legend in the court of King Arthur if you could see in my heart I wrote a piece

About music it says the Wolfman’s got your ears Johnny Mercer brings tears all through the years
Touché my knight angel that’s what I call her I will tell you why in minute did she make the flowers

Grow no but when she walked that’s where she walked in my heart paths lined with gardenias over
Head was my beloved Magnolia she wore garland to me it said I love you this was the lie I told

Because I knew it could never be and then in my world fate stepped in with a pain that made fingers
In a car door feel no more than a love tap I guess it was puppy love maybe so but I know I was one

Love sick hound I wiped a single tear from my face with the finger I type with so just one more is added
To the endless stream that started when through her bedroom talking to her friends I heard her say

She was getting married can a six year old love, kneel over me as she did my crying brought her outside
To my side this time her voice of cooing wouldn’t send me home to dream beautiful dreams of her

I wish dad was drunk maybe hell razing would have disturbed the pain somewhat yes I got up from
The tear stained spot at that instant it became sacred and for ever more she became truly my fair

Guinevere as with sir Lancelot the triangle of love was created that knight but the fallen wasn’t a knight
Who fell among thorny roses of romantic pain no just a child that rode a romantic stallion before

He should have I guess I’m still on his back we ride many a night I call to her through the dark
But only one visit could my night angel give I will ride on God promises love beyond and no one will

Have a heart of deadest stone window window my fleshly heart you destroyed so on my way home
Through the darkness in her yard I picked up this stone it works fine it is her memorial it is always with
Me if you want to know her name it s in the song Abilene

Why I wrote this as I said in the other piece Keats said beauty never fades into nothingness and he said
It has quality and even curative powers to lessen pain for others she is in pain with life changes this
Was written to relieve her of her burden and pay on the debt I owe her when she left the laughter of
Friends And knelt by a love sick child thats all I can do and I do it often maybe through this we can return
Just briefly to our sweet summer time of long ago
The human sacrifices begin at noon. I must hurry to prepare the ruins.

Good: The pyramids retain their purity of line; the hieroglyphs balance out the skulls, more or less. Let us say, oh, two to one.

A Diego Rivera mural stretches from wall to wall of the Mayan ball court. (Are those blues really from nature?)

Heads will roll! I predict.

I need more coffee — any style. Bring me the big, steaming bowls of France that you must slurp two-handedly. Bring me the tiny espresso shots of Italy, bitter and inadequate, always calling for another cup.

Bring me café in an ornamental Mexican jar painted in bright ochres and reds. Set it on a geometrically designed serape with just a hint of purple on the fringe.

I will sop up the last drop of caffeine with my tortilla, while dining room tables multiply like serpents.

I must hurry. The sacrifices begin at noon.

Already, the humidity clings to my skin like a cheap cologne.

How stupid of me not to have worn a white linen suit, huaraches, and a Panama hat  (straw, of course).

In any case, I am the expert. My art criticism begins now.

Rivera’s human figures roll in a wave of revolutionary fervor: too rounded, too cherubic, too pastel. Industry, agriculture, fraternity, socialism. Hand me the hammer. But no bare *******, as in Delacroix’s Liberty Leading the People.

A careless oversight. ****** always adds a pleasant focal point to a painting.

Suddenly, bad news breaks. The sacrifices have been called off; the ballplayers  have converted to Communism. Viva la revolución!

                                                 + + +

Frida Kahlo twirls her mustache to match the flair of Salvador Dali’s.

Her heart flutters for the Spanish surrealist, who has bug-eyes only for Gala.

Kahlo deigns to paint his portrait, which turns out to be another of her
 self-portraits. So many selves. So many portraits.

This one sports ample ****** hair and a monkey on her shoulder, who leans across to eat the gardenia behind her right ear. Or is it a carnation? Ah, carnations only calcify into clichés. Let us call it a hibiscus, and be done with it.

(Still, are those lurid colors from nature?)

I must hurry. The exhibition will begin at 2 a.m., the hour when all the wine shops close, and the retablos disappear from the churches. No respect for authority after la revolución. Only the self, the self. Always the self.

Kahlo twists her mustache into a braid for her next self-portrait: Liberty Leading the Mexican People. She squeezes into an orthopedic corset, bare-breasted.

I pull out my droopy Dali watch to eye the time. The hands cross at midnight.

I must hurry. Yet Kahlo insists I sit.

She paints my portrait with a spike through my spine, a shattered pelvis, and partial paralysis of the legs. I can no longer walk a straight line.

She thinks I am she, in trousers. The self, the self. Always the self.

My moustache grows heavier than hers, however, and I painstakingly pluck out the unibrow.

But I adore her monkey, with his close-set eyes. He eats a carnation for penance each morning, then primps before the mirror. The self, the self. The primate self.

More bad news: Dali cancels the exhibition. He has been demoralized by the retablos, which radiate beauty in six dimensions: height, breadth, length and the omnipresence of the Holy Trinity.

A genuine milagro: The streets fill with gardenias and hibiscus. The Mayan ballplayers convert to Catholicism.

A white skeleton dances with Kahlo in the moonlight. He wears her leather-and-steel braces.

No matter. I am the art critic, and I declare all Mexican colors indigenous, naturalistic, and caffeinated. Then I turn out the dining room lights.

A starry, starry night. The humidity sinks into the cenote.

Tomorrow, I shall buy a monkey and teach it to paint. All colors from nature, of course.
This is an imaginative riff based on a trip to the Yucatan Peninsula. It's also a poem where the reader has to judge whether the speaker of the poem, the "I", is the author. I'll leave the answer to you. It helps to know the works and ****** portraits of Mexican muralist Diego Rivera, Mexican self-portraitist Frida Kahlo, who was impaled and had her pelvis shattered in a bus accident, and the Spanish Surrealist painter Salvador Dali. You can Google all of them.
brooke  Sep 2014
Goldenrod Girl.
brooke Sep 2014
they say you should
fear flowers for they
grow in adversity,
adapt, and face
the sun, and
when we
were little
we ****** on
the stems of gardenias
like honeybees with our
nimble, sticky fingers. And
today I learned to ride a bike
with no hands and a sweat
plastered shirt clinging to
my spine, so, instead,

shouldn't you be afraid of me?
(c) Brooke Otto 2014
The best mistake I ever made
Was opening that tattered black book

There I sat in a pub
On a mission to forget the world

6 or 7 drinks in
and a bartender all to happy
To pour what ever the roulette produced

thumb, thumb, flip
flip flip

Stop

Category is shots

To the new friend next to me
"why yes, I am to get **** faced"

"oh, you came here for just an occasion"
"well dear sir if you are brave enough next ones on me"

"Hot ****!" he exclaimed

As I close my eyes and say a silent prayer

I slowly count 4 pages
and place my finger on the page

I call Gwendolyn over and request
With eyes closed the item of my demise

"***!"
She cried

"I love ya but I won't do that to you"

I slurily open my eyes and focus

MEXICAN BLACK JACK

1 part tequila
2 parts whiskey
151 floater

"Double Shot"

I think out loud

whats a lil' ta'****-ya?

vhiskey? bah.

151 it's just a floater ppppssssshhhhhhh

After a few minutes of convincing
With many a hoot and holler
From my new friends

She takes my keys and reluctantly agrees
Even kindly offers me a chaser and some limes

I will not forsake the liquor gods

Ever get a whiff of turpentine and diesel?
Well that could be gardenias compared to this.

I sit in silence sniffing it
eyes closed lapping at it with my nostrils

I look over at my new buddy
"well chuckles it's now or never ready for this lil' endeavor?"

"Well ****" he muttered "I'm a man of my word"

"to life" I exclaimed

head back as that little bit of ******
started it's course
over my tongue into the throat
(why are my sinus' burning?)
don't breath boy
(you know better)
don't
you

eyes pop
and just on cue
flame ever rendering flames

I'm not blind
I'm not blind
I'm not blind

ok I was just squinting
really hard

I look over and my new friend
is now drinking my free chaser.

my game my pain...

Hey Sven leh's go again...

It's a good thing she loves me
I complain to no one

if she hated me I don't think I'd drink here.

2
hours and
4
shots later

I needed a nap good thing the loo was warm

I salute you Sir BlackJack and when I call your name
It's never in vain
Jenn Gardner Jun 2011
I’m lost amidst the closets of curiosities,
Trapped within the fibres of a page.
Desperately humming lackluster songs of
Redemption.

Straining my eyes to see into the dark,
Scanning subconscious horizons in search
Of the rocky cove where the sun will be.
Reborn.

My fingers are bleeding from trying to grasp.
The peonies and gardenias in my skull,
Losing my grip on the garden in my mind.
Shrieking.

Obscure obscenities as the angels stand and
Stare. Nonconformity has eternally failed me.
Garden nymphs move their wooden mouths.
Whispering.

Songs of sorrow and the skies.
Constructing.
Oddly-shaped windows of eternal insignificance.

— The End —