Irrita la garganta y daña el hígado, que bastante ya se ha visto machacado por años de prácticas funestas.
El más ****** líquido, encuentra camino en mi esófago, repleto de falsas esperanzas, va camino abajo y patea mis entrañas encargándose de dejar escapar la cordura.
Menos por menos es más, y aquello que te vuelva inestable en una casa sin columnas ni vigas, seguro te hará sentir a salvo.
Fuerte aroma y tacto cuestionable, aunque lo conozcas desde siempre, todas las veces se siente como el primer beso pero con mordida.
Como champaña descorchada, hace florecer cualquier pensamiento, entre palabras que escapan a duras penas de la lengua envenenada y adormecida.
El que lo niegue no lo ha probado, y si lo probó y lo negó, tiene ante usted a un ángel limpio y puro, puesto que ésta es la poción de los pisoteados.