(Aflige el curso del olvido, la irreversibilidad del tiempo. Sé que la he estado olvidando, siento cómo he ido olvidando partes de su rostro, de su cuerpo, de su voz, de su subjetividad, de lo que pude entender de sus sentimientos, del humor, del placer que nos dimos, de lo que vivimos. Todo eso está ocurriendo, a cada instante.)
Siento que algo cae y sigue cayendo, algo se sigue borrando. Y entonces queda un rastro, un resto, una cosa informe e intangible y eso duele. Los recuerdos se vuelven sin rostro, sordos y sórdidos. Y es lamentable.