Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
dead0phelia Oct 2022
se chegar perto demais pode ser que você veja a cicatriz no meu rosto de quando eu era pequena e gostava de pular em cacos de vidro porque achava tão bonito ver o brilho dos caquinhos verdes contra a luz do sol
se chegar perto demais pode ser que você veja a pintinha que tenho no meu rosto e que odeio porque é a mesma da minha mãe e eu não gosto de ter nada dela em mim
pode ser que veja uma menininha sentada no canto da sala lendo um livro sozinha e fingindo não se importar com os gritos que derrubavam as paredes
se chegar muito perto pode achar a adolescente que transava com os caras mais velhos da escola na tentativa de realocar os proprios caquinhos com sangue
se chegar muito perto pode ser que descubra que ja pensei um milhão de vezes em envenenar um monte de gente que me fez mal
se chegar perto assim pertinho vai ver que é tudo encenação
e que na maioria das vezes
calculo tudo o que eu to fazendo
como se eu tivesse um roteiro o tempo todo em mãos
e quando eu danço de olhos fechados é porque eu tô me observando de fora e ditando o ritmo dos meus próprios pés
se chegar muito perto pode ser que veja
que eu não sou de verdade
que nem sequer existo
se chegar muito perto vai ver
dentro dos meus olhos preso na retina
o terror que eu tenho de ser descoberta
e por isso
mantenho distância
Wörziech May 2014
Mil-réis entre réis pagos pelo algodão e pelo o material sinteticamente enfadonho – ambos traçados na sala abafada em que, agora, a escuridão de frequência vibrante busca-me, parado, observando o sangue que segue, que traça, desenha os seus próprios afluentes em uma elaborada figura de empalhamento. Tropeço por entre galhos, perco um ou outro membro e abro os olhos. Agora, veja! Eles estão lá! Meus membros estão lá! Mas atente-se! Aquele, meio torto, veja-o com perfeição.
Digo, eram meus. Sim, pois agora a este outro pertence.  Está lá, na poça de meu sangue, com a minha própria estrutura, o que parece ter sido um simpático palhaço. Confirmo aquela minha primeira impressão: empalhado palhaço. Agora há algo dentro daqueles membros. Definitivamente há! Até vejo alguma perenidade por entre as articulações, à mostra - resultado de um trabalho mal feito pelo meu próprio líquido vermelho intenso.
Depois de muito apreciar minhas partes nunca tão bem aproveitadas, vejo algo mais além - vejo asas! Inicialmente, um âmago bastante ridículo e tedioso - mas observando mais atentamente, percebo profundamente que aquela minha obra orgânica possui, como verdadeira essência, o plano mais ao fundo, que não só se colocava de forma discreta, como aspirava se esconder do foco do olhar, retirando nitidez que a ele é supostamente é inerte. Percebi a explicação para minha atrapalhada e inconsciente criação. Humano algum será capaz de apreciá-la como eu aprecio. Amo-a agora como amo a morte! E morta está minha obra, afastada para sempre de mim. Assim como os meus olhos e libido.

*É um sangue amaldiçoado aquele que escorrera de mim, seria está a plausível explicação? Sequer traçara ele uma imagem de uma mecânica funcional.
Cantar a ese gigante soberano
Que al soplo de su espíritu fecundo
Hizo triunfar el pensamiento humano,
Arrebatando al mar un nuevo mundo;
Cantar al que fue sabio entre los sabios,
Cantar al débil que humilló a los grandes,
Nunca osarán mi lira ni mis labios.
Forman su eterno pedestal los Andes,
El Popocatepelt su fe retrata,
Las pampas son sus lechos de coronas,
Su majestad refleja el Amazonas,
Y un himno a su poder tributa el Plata.

No es la voz débil que al vibrar expira,
La digna de su nombre; ¿puede tanto
La palabra fugaz?... ¿Quién no lo admira?
La mar, la inmensa mar, ésa es su lira,
Su Homero el sol, la tempestad su canto.

Cuando cual buzo audaz, mi pensamiento
Penetra del pasado en las edades,
Y mira bajo el ancho firmamento
De América las vastas soledades:
El inca dando al sol culto ferviente,
El araucano indómito y bravío,
El azteca tenaz que afirma el trono,
Adunando al saber el poderío:
¡A cuántas reflexiones me abandono!...
Todas esas sabanas calentadas
Por la luz tropical, llenas de flores,
Con sus selvas incultas, y sus bosques
Llenos de majestad; con sus paisajes
Cerrados por azules horizontes,
Sus montes de granito,
Sus volcanes de nieve coronados,
Semejando diamantes engarzados
En el esmalte azul del infinito;

Las llanuras soberbias e imponentes,
Que puebla todavía
En la noche sombría
El eco atronador de los torrentes;
Los hondos ventisqueros,
Las cordilleras siempre amenazantes,
Y al aire sacudiéndose arrogantes,
Abanicos del bosque, los palmeros;
No miro con mi ardiente fantasía
Sólo una tierra virgen que podría
Ser aquel legendario paraíso
Que sólo Adán para vivir tenía;
Miro las nuevas fecundantes venas
De un mundo a las grandezas destinado,
Con su Esparta y su Atenas,
Tan grande y tan feliz como ignorado.
Para poder cantarlo, busca el verso
Una lira con cuerdas de diamante,
Por único escenario el Universo,
Voz de huracán y aliento de gigante.

Que destrence la aurora
Sus guedejas de rayos en la altura:
Que los tumbos del mar con voz sonora
Pueblen con ecos dulces la espesura:
Que las aves del trópico, teñidas
Sus alas en el iris, su contento
Den con esas cadencias tan sentidas
Que van de selva en selva repetidas
Sobre las arpas que columpia el viento.
Venid conmigo a descorrer osados
El velo de los siglos ya pasados.

Tuvo don Juan Segundo
En Isabel de Portugal, la bella,
Un ángel, que más tarde fue la estrella
Que guió a Colón a descubrir un mundo.
El claro albor de su niñez tranquila
Se apagó en la tristeza y en el llanto.
En el triste y oscuro monasterio
Donde, envuelta en el luto y el misterio,
Fue Blanca de Borbón a llorar tanto.
Allí Isabel fortaleció su mente,
Y aquel claustro de Arévalo imponente
Fe le dio para entrar al mundo humano,
Dio vigor a su espíritu intranquilo,
Fue su primer asilo soberano,
Cual la Rábida fue primer asilo
Del Vidente del mundo americano.
Muerto Alfonso, su hermano,
En el convento de Ávila se encierra,
Y hasta allí van los grandes de la tierra,
Llenos de amor, a disputar su mano.
Ella da el triunfo de su amor primero
A su igual en grandeza y en familia,
Al que, rey de Sicilia,
Es de Aragón el príncipe heredero.
A tan gentil pareja
Con ensañado afán persigue y veja
De Enrique Cuarto la orgullosa corte;
Pero palpita el alma castellana
Que de Isabel en la gentil persona,
Más que la majestad de la corona,
Ve la virtud excelsa y soberana.
La España en Guadalete decaída,
Y luego en Covadonga renacida,
No vuelve a unirse, ni por grande impera,
Hasta que ocupa, sin rencor ni encono,
De Berenguela y Jaime el áureo trono,
El genio augusto de Isabel Primera.
Grande en su sencillez, es cual la aurora
Que al asomarse, todo lo ilumina;
Humilde en su piedad, cual peregrina
Va al templo en cada triunfo, y reza, y llora;
Nada a su gran espíritu le agobia:
Desbarata en Segovia
La infiel conjuración: libra a Toledo,
Fija de las costumbres la pureza,
El crimen blasonando en la nobleza
Castiga, vindicando al pueblo ibero:
Por todos con el alma bendecida,
Por todos con el alma idolatrada,
Rinde y toma vencida,
Edén de amores, la imperial Granada.
Dejadme que venere
A esa noble mujer... Llegóse un dia
En que un errante loco le pedía,
Ya por todos los reyes desdeñado,
Buscar un hemisferio, que veía
Allá en sus sueños por el mar velado.
No intento escudriñar el pensamiento
Del visionario que a Isabel se humilla.
¿La América es la Antilla
En que soñó Aristóteles? ¿La
Atlántida
Que Platón imagina en su deseo,
Y menciona en su diálogo el Timeo?
¿Escandinavos son los navegantes
Que cinco siglos antes
De que el insigne genovés naciera,
Fijo en Islandia su anhelar profundo,
Al piélago se arrojan animados,
Y son por ruda tempestad lanzados
A la región boreal del Nuevo Mundo?...
¡Yo no lo sé! Se ofusca la memoria
Entre la noche de la edad pasada;
Sólo hay tras esa noche una alborada:
Isabel y Colón: ¡la Fe y la Gloria!
¡Cuántos hondos martirios, cuántas penas
Sufrió Colón! ¡El dolo y la perfidia
Le siguen por doquier! ¡La negra envidia
Al vencedor del mar puso cadenas!
Maldice a Bobadilla y a Espinosa
La humanidad que amamantarlos plugo...
¡El hondo mar con voz estrepitosa
Aun grita maldición para el verdugo!
El mundo descubierto,
A hierro y viva sangre conquistado,
¿Fue solamente un lóbrego desierto?
¿Vive? ¿palpita? ¿crece? ¿ha progresado?
¡Ah sí! Tended la vista... Cien naciones,
Grandes en su riqueza y poderío,
Responden con sonoras pulsaciones
Al eco tosco del acento mío.
El suelo que Cortés airado y fiero,
Holló con planta osada,
Templando lo terrible de su espada
La dulzura y bondad del misionero,
Cual tuvo en Cuauhtemoc, que al mundo asombra
Tuvo después cien héroes: un Hidalgo,
Cuya palabra sempiterna vibra;
Un Morelos, en genio esplendoroso;
¡Un Juárez, el coloso
Que de la Europa y su invasión lo libra!
Bolívar, en Santa Ana y Carabobo,
Y en Ayacucho Sucre, son dos grandes,
Son dos soles de América en la historia,
Que tienen hoy por pedestal de gloria
Las cumbres gigantescas de los Andes.
¡Junín! el solo nombre
De esta epopeya mágica engrandece
El lauro inmarcesible de aquel hombre,
Que un semidiós al combatir parece.
Sucre, Silva, Salom, Córdoba y Flores,
Colombia, Lima, Chile, Venezuela,
En el Olimpo para todos vuela
La eterna fama, y con amor profundo
La ciñe eterna y fúlgida aureola:
¡Gigantes de la América española,
Hoy tenéis por altar al Nuevo Mundo!
Ningún rencor nuestro cariño entraña:
Del Chimborazo, cuya frente baña
El astro que a Colombia vivifica,
A la montaña estrella,
Que frente al mar omnipotente brilla,
Resuena dulce, sonorosa y bella
El habla de Castilla:
Heredamos su arrojo, su fe pura,
Su nobleza bravía.

¡Oh, España! juzgo mengua
Lanzarte insultos con tu propia lengua;
Que no cabe insultar a la hidalguía.
En nombre de Isabel, justa y piadosa,
En nombre de Colón, ningún agravio
Para manchar tu historia esplendorosa
Verás brotar de nuestro humilde labio.
¡A Colón, a Isabel el lauro eterno!
Abra el Olimpo su dorada puerta,
Y ofrezca un trono a su sin par grandeza:
Resuene en nuestros bosques el arrullo
Del aura errante entre doradas pomas:
Las flores en capullo
Denles por grato incienso sus aromas:
El volcán, pebetero soberano,
Arda incesante en blancas aureolas,
Y un himno cadencioso el mar indiano
Murmure eterno con sus verdes olas...
El universo en coro
Con arpas de cristal, con liras de oro,
Al ver a los latinos congregados,
Ensalce ante los pueblos florecientes
Por la América misma libertados,
Aquellos genios, soles esplendentes
De Colón e Isabel, y con profundo
Respeto santo y con amor bendito,
Libre, sereno, eterno, sin segundo,
Resuene sobre el Cosmos este grito:
¡Gloria al descubridor del Nuevo Mundo!
¡Gloria a Isabel, por quien miró cumplida
Su gigantesca empresa soberana!
¡Gloria, en fin, a la tierra prometida,
La libre y virgen tierra americana!
OL3
Veja você como o tempo passa correndo
Como se fosse Ontem que nos conhecemos e hoje somos melhores amigos
Veja você como as coisas ******>Enquanto você não podia, eu queria
Hoje você pode mas nem faz tanta questão
Os motivos para nosso distanciamento eu não sei
Eu sei os da nossa reaproximação
Não sei por que você se foi
Mas sei porque voltou
As cicatrizes não somem
Mas podem ser disfarçadas
Agora está livre...
Livre e feliz fazendo o que sempre quis
Como um pássaro que sobrevoa o céu azul
Pena que uma decisão pode fazer o céu ficar escuro
E uma tempestade estará prestes a acontecer
E ninguém pode decidir
Apenas você.
Sinto vontade de ver o meu País viver,
Como sinto vontade de ver as pessoas sonhar,
Desejo diariamente ver a submissão morrer,
E mais desejo que a perspicácia possa vingar!

Quero mesmo ver o meu país mudar,
Que todas as contas sejam transparentes,
Quero um país com cidadãos coerentes,
Sem rótulos, sem necessidade de catalogar!

Todos sejam cidadãos de primeira linha,
Que acordem em cada dia com vontade de vencer,
Que se veja o esforço de todos a aparecer,
Enfim, um Portugal digno que a todos convinha!

Que todos os angariados milhões sejam prosperidade,
Sejam semeados em benefício e para todos nós,
Se invista sobretudo nos valores da boa seriedade,
Na transparência leal de todos com todos nós!

António Benigno
Código de Autor: 2015012923340101
Rui Serra Jul 2014
Jorge abriu a porta do alfarrabista e um cheiro húmido invadiu-lhe a mente.
- Boa tarde. Bradou uma voz rouca do seu interior.
- Boa tarde.
- Então o que o traz aqui?
- Procuro um conto.
- Sim, mas de que tipo?
- O que procuro deve ter cem palavras.
- Que especificidade.
- Pois sim, tem alguma coisa?
- Huummm, deixe ver.
- Agradeço que veja se não tem por ai algum guardado.
O livreiro abriu a gaveta e retirou do seu interior o palavómetro. E após algumas medidas, eis que surge um conto, assim como este, com cem palavras, nem uma a mais, nem uma a menos.
hi da s Jan 2018
penso sobre mim o tempo todo que acho que é doença esse fascínio. muito embora saiba que deveria me amar antes de todo mundo, devo admitir que passo horas contemplando minhas criações vestindo apenas um óculos transparente desprovida de roupa íntima. gosto de pensar que preencher todos os espaços vai me trazer paz e de alguma forma que não poderia explicar, a sensação que tanto procuro sentir mas nunca consegui alcançar. é como se eu fosse uma conta matemática que tive dificuldade de entender na quarta série [e ainda não entendo]: gostaria de saber como resolvê-la só não sei como. acho brega todos os meus sentimentos  íntimos que envolvem apenas o eu. mas ao mesmo tempo os aprecio, os amo, os idolatro, os venero! veja bem, escrevo todas essas palavras pra quem? pra mim mesma! pra alimentar a fome que tenho de mim, da minha própria vontade de possessão. é um absurdo pensar agora em deixar pra trás tudo isso e deletar as emoções e as vontades e o calor que minha pele sente pela minha pele. nunca duvidei do meu amor por mim mesma. esse que falei a pouco que é grande demais e não cabe aqui. preciso preencher tudo. esse quadrado branco todo sobre mim. sobre o quanto eu sou apaixonada por mim. quanto eu pagaria pela minha estátua? se um dia descobrir que existe uma outra eu: me apaixonaria por ela também? me questiono e procuro letras que juntam palavras simpáticas pra me fazer sentir melhor sobre isso, apesar de saber que independente do que mostre ou não, nada vai mudar.

um dia eu estava transando na frente do espelho
e só conseguia olhar pra mim.
transando comigo mesma, sentindo arrepios na pele completamente apaixonada pelo reflexo nu com os seios em movimento e a boca ofegante.
gozei porque era eu ali no espelho.
só li verdades
hi da s Oct 2017
toda vez que ela levanta, ela cai.
tais cansada? vive perguntando pra si mesma.
pois a vida responde mais grossa que atendente mau humorado.
não adianta chorar menininha, ninguém vai sentir pena dessas lágrimas que não aquietam.
basta! cozinhe umas batatas, amasse-as e faça um purê. mas veja, amassa bem forte. com toda força que puderes. dizem - mas só dizem mesmo - que quanto mais forte mais dor e menos sofrimento.
ficar pelos cantos da parede cantando não vai te levar nem pra frente nem pra trás.
lamento informar meu anjo, é que não existe mesmo jeito.
negócio é fingir que não vê.
tuas mãos tão bem amarradas. sentes?
dói, né? é pra doer mesmo.
vais chorar de novo? uma pena.
a garota tinha talento até, pena que não pode ficar pro café com biscoitos.
quando senti pena do meu fracasso
João Rebocho Jan 2018
Arregaço as mangas largas e ensopadas
Do mar bravo que as molhou,
Volto para a areia,onde o sol
Aquece os grãos,
E fez acelerar o passo
De quem por lá andou.

Todas as manhãs,o mar traz ao de cima
Espuma,algas e saudade.
Corto as mangas da minha velha camisa
Para ver se a água gelada não me adoece,
E desajeitado, cortei a vaidade.

Agora só molho os meus magros braços,
E ao olhar para o mar vejo-te atrás de mim,
A tentar puxar-me para a areia porque
Na água, somos o espelho da saudade e de quem morre ao não saber pôr um fim.

Resisto como resistem as pernas de um pescador na corrente do mar,
Mas aflito e sem forças afogo-me, e deixo-me levar.
Deixei a minha velha camisa na areia
Para se me vieres ver, o meu cheiro possa contigo andar.

Pode ser que na próxima maré
O meu corpo ao de cima possa vir.
Se estiveres na nossa praia
Pode ser que te veja a sorrir.

— The End —