Las primaveras en mi vida
últimamente duran poco,
y no ha llegado la lluvia
que pueda borrar las huellas
de todos mis tropiezos.

Mi camino debe ser bastante estrecho.
Veintitrés años tropezando
con la misma piedra.

Decido entregar mi cariño
para terminar siempre herido.

Hay una espada clavada en mi pecho
y mientras más intento sacarla
más me lastimo yo mismo.

¿Debería dejarla ahí?.

A veces duele menos la soledad
que los disgustos
que me atropellan luego.

Victoria, que nombre.
Corto y poderoso
Tanto como usted ,
Tanto como su sonrisa.

Me gustaria que me ayudara,
A sacarla de mi corazon.
Ya he aprendido la leccion,
Pero no dejo de mirarla.

No es mi amor,
Nunca lo sera .
He entendido eso
Pero mi corazon aun arde
Cuando pasa cerca de mi.