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Llueve en el mar:
al mar lo que es del mar
y que se seque la heredad.

¿La ola no tiene forma?
En un instante se esculpe
y en otro se desmorona
en la que emerge, redonda.
Su movimiento es su forma.

Las olas se retiran
-ancas, espaldas, nucas-
pero vuelven las olas
-pechos, bocas, espumas-.

Muere de sed el mar.
Se retuerce, sin nadie,
en su lecho de rocas.
Muere de sed de aire.
Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!
¿Decís que la rima ya ha muerto, y que es ruido
De compás monótono, muy fuerte al oído,
Y que rotos ritmos son música interna
Para los arcanos del alma moderna?

¿Música? Mas cuándo lo que no es eufónico
Por suerte ha dejado de ser inarmónico?

Descoyuntamientos y palabrería,
No serán ni han sido jamás Poesía.
Es a sus dominios áspera la ruta,
Y todo el que quiera, su don no disfruta.
Y así como el mármol a cincel se labra,
Al esfuerzo nacen idea y palabra.
Siempre el arte es largo. Poeta o artista
No con bagatelas el lauro conquista.

Grautier dijo: «Calce la Musa un estrecho
Coturno». Y os digo, que el píe que no es hecho
A molde no holgado, rehúya la ordalia
Del verso, y que lleve más libre sandalia.

Dejad a la Musa su veste radiosa:
Las trabas del verso no tiene la prosa.
¿Y cuándo el desorden, la no coherencia,
Han sido armonía y han sido cadencia?

«Son cosas sutiles, son matices trémulos»,
Decís, «y vosotros que sois nuestros émulos
No entendéis».
                                    Es cierto. Jamás lo estrambótico
Entendemos, menos lo insulso o caótico.

¿Que usáis simbolismos? Lo diáfano es norma:
Jamás lo que el hombre retuerce o deforma.
¿Queréis que os comprendan?  Sed siempre muy claros:
Que brillen los versos cual mármol de Paros,
Y en ellos, la rima cual oro en la jagua,
O rosa de fuego temblando en el agua;
Y como el poema del BJiin cruza Elsa,
Que siga la Musa radiante y excelsa,
Dejando cual huella de luz vivos rastros,
Y orladas las sienes en polvo de astros.

Ícaro, atrevido, vio vano su anhelo....
Si no tenéis alas no intentéis el vuelo.
Quedaos en tierra si la fuerza os falta.
Es duro el ascenso. La cumbre es muy alta.
Poesía es Arte, del Arte la cima,
Y la estrofa es alma, y es ritmo y es rima.
Verdad que las reglas son difícil aula,
Mas falta no hace que entréis a la jaula;
Y de Arte y de numen al soplo y al toque
Tan sólo ha surgido la estatua del bloque.
Amor, llegado que hayas a mi fuente lejana,
cuida de no morderme con tu voz de ilusión:
que mi dolor oscuro no se muera en tus alas,
que en tu garganta de oro no se ahogue mi voz.

              Amor -llegado que hayas
              a mi fuente lejana,
              sé turbión que desuella,
              sé rompiente que clava.

              Amor, deshace el ritmo
              de mis aguas tranquilas:
sabe ser el dolor que retiembla y que sufre,
sábeme ser la angustia que se retuerce y grita.

              No me des el olvido.
              No me des la ilusión.
Porque todas las hojas que a la tierra han caído
me tienen amarillo de oro el corazón.

              Amor -llegado que hayas
              a mi fuente lejana,
              tuérceme las vertientes,
              críspame las entrañas.

Y así una tarde -Amor de manos crueles-,
arrodillado, te daré las gracias.
Con el viento en la popa, bajo azul cristalino,
y huyendo entre los mástiles el faro hora tras hora,
de la costa de Egipto partió  al rayar la aurora,
de su barco orgulloso y favorable sino.

Ya no verá en sus días el muelle Alejandrino.
En la desierta arena, la arena  bullidora,
abrió su sepultura tormenta  asoladora.
El viento allí retuerce un arbusto marino.

En el pliegue más hondo de movediza duna,
En noche sin aurora, sin astros y sin luna,
¡que al fin en paz eterna repose el navegante!

Piedad ¡oh Mar! ¡oh Tierra! para su Sombra os pido,
y en la playa que cubre sus despojos amante,
¡oh Tierra, sele blanda!  y  ¡oh Mar, no le hagas ruido!
Es un horror sin nombre y un silencio profundo
el día del pecado se amortajaba el mundo;
y Adán, tras de cerrarse la puerta del Edén,
viendo que Eva lloraba, dijo: -«No temas, ven,
acércame tus labios y penetra en mi amor,
y ofrécele a mi carne toda tu carne en flor.
Ven y oprime mi pecho con tu pecho agitado,
y aprende a amar la vida renovando el pecado.

»¿Ves? Todo nos rechaza. Toda la creación
repudia nuestro crimen, vibra de indignación:
Dios retuerce los árboles con cólera funesta,
como un vaho de fuego que cruza la floresta,
y hace brotar volcanes y desborda los ríos;
los astros se estremecen llenos de escalofríos,
y el trueno y el relámpago turban la paz del cielo.
Vamos... ¿Qué importa? Desata como un velo
sobre el cuerpo desnudo tu hermosa cabellera;
que arda el bosque a tu paso, que la espina te hiera,
que el sol queme tu espalda, que te injurien los nidos,
que el animal salvaje te acuse con rugidos,
y que al ver como sangras en el zarzal, después
se enmarañen serpientes hambrientas a tus pies…

»Y no importa, no importa, pues si el amor te llena
se ilumina el destierro, se perfuma la arena;
y yo no puedo nada con este Edén perdido,
pues me lo llevo todo con tu cuerpo querido.

»Y aunque Dios destruyera la flor, el viento, el mar,
todo renacería cantando en tu mirar;
todo; rosas y estrellas; árboles y montañas,
pues la vida infinita florece en tus entrañas;
y, si las cosas mueren en torno a tu belleza,
tú eres más poderosa que la Naturaleza,
ahora que ya pecaste, ahora que eres mujer.

»Bendito aquel momento cuando vi amanecer
la vida en tu pecado y el amor en tu crimen.
Ahora que Dios nos odia, los besos nos redimen;
y, al amarte en la tierra, y al besarnos los dos,
¡la Tierra es más que el Cielo y el Hombre es más que Dios!»
Leydis Sep 2017
There are many shades of truths,
absolute truths and truthful lies.
All black, all white,
grey matters in all its shades,
but, I am a strange mortal,
I seek red..,
The color of fire,
of the blood that raises my desire,
the energy that I transfer as my hips sway,
the war I begin with myself when you are away,
the dangers of my feral passion,
the strength I beckon to calm my ravenous anxiety,
the power I ooze as I step into a burning fire,
the determination in rendering you slave to my desires.
Shades matter but I prefer the intensity I perspire,
the rate in which my respiration raises my blood pressure
as I contort my body into surrender.

Red,
the color of passion,
a poets choice of poison,
the color I bled as I laid these verses,
the signature ink in the best kisses,
the color of silver linings,
as I bathe in all the shades of this desire…
of whatever kind of love this is,
whether is ephemeral or everlasting.
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La verdad viene en diferentes matices,
hay verdades absolutas
y
mentiras verdaderas.
Esta el *****
y
los tonos blancos.

Todas las tonalidades son importantes,
pero, yo soy un ser extraño,
persigo todas las tonalidades del color rojo.
El color del fuego,
de la sangre que provoca mi deseo,
la energía que transfiero cuando mis caderas se contonean,
la guerra que empiezo conmigo misma cuando estás ausente,
los peligros de mi felina y salvaje pasión,
la fuerza que requiero para calmar mis ansias,
el poder que supuro cuando entro en ese ardiente fuego,
la determinación en hacerte esclavo de mis deseos.

Los matices son importantes,
pero yo prefiero;
la intensidad que transpiro al mirarte,
la manera en que mi respiración eleva mi presión,
mientras se retuerce mi cuerpo,
queriendo evitar rendirme a esa esplendorosa manera
en la cual sorbas los néctares de mi colorada entrega.

Rojo,
el color de la pasión,
el veneno preferido de los poetas,
el color que sangraba al plasmar estos versos,
la tinta en la firma de los mejores besos,
el color de las aberturas pasionales,
donde me baño en todas las tonalidades de un deseo indomable...
no importa como resulte ser este amor…
sea efímero o transcienda eternidades.

LeydisProse
9/14/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Mikaela L Jun 2021
Caigo,
Modo torbellino,
El aire presiona mi piel,
La lastima,
Me retuerce,
Caigo a un agujero infinito,
Veo a mi otra yo,
Arriba,
Contenta,
Me mira y se despide.

— The End —