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S I N Dec 2019
En garde, grim reaper, Thou art
No match for me; the shade from thine
Wings will not cover my sun; I will not
Succumb to the swath of thy honed scythe;
Thy bony fingers shall not clasp my heart
And rip it from my breast, crushing ribs
And tearing skin to flakes and *****; I will
Not be an addition to thy pendants in
Thy closet; my life is mine and no one
Else’s; I did not choose to come to this
World and now thou sayest that I am no
Master upon my demise either; abyssward
From whence thou crawlest every time I
Charge thee to betake and lurk there in
Fear every time I stride by lest thy Perdition
Desirest thou to find; corrugate and shrink
And be no more thou foul fiend and dwelt
In the most far and unattainable nooks of
Visible universe and beyond and further
To be a stain no more upon the surface of
Elysium; and dare not to come back for
Swear I on the graves of all befallen that
No more shall crumble and resident the soil
To be a feast for worms and maggots;
No more shall deadmen walk; no more
Shall nooses be tighten and edges sharpen; No more shall battlecries of
Chief-tans resonant through the air
By the reverberations amplifying only
More and corrupting everything that it touches;
No more I say nor evermore nor e’en
A hundred nor a thousand years hereafter
Shalt thou straddle thy stallion and ride
With thy kin leaving nothing ye-after but
Decadence and misery and gloom; no
More shall I be the slave to thy sway; no more
Shall thou reapest the spikes of the field
Of Mankind; so hence I banish thee and
Willing to vow to defy every siege thou
Mayest plot; for to defend those of
A-kin to me is my holy duty that I
Determine to accomplish despite all
Thy charges; so ready to prepare
Thyself, Angel of Death, and come
And get what thou deservest from
The hand that wields the flaming sword,
For thy own death shall the very last  be
Bendito sea Dios, porque inventó el silencio,
y el chirrido de la chicharra,
y el lagarto de fastuoso traje verde,
y la brasa hipnotizadora
(horizontal crepúsculo pudo haberla llamado
don Pedro Calderón de la Barca en el declive del Barroco).
Bendito sea Dios que inventó el agua
el agua sobre todo.

Bendito sea Dios porque inventó el amanecer
y el balido que lo poblaba.
Ahora vuelvo a escuchar aquella melodía.
El arroyo arpegiaba sobre cantos rodados,
hacía el contrapunto.
Suena el concierto en mi memoria.
O puede que se trate
de una música diferente:
la que escuchó, primero, entre los arrayanes de Granada
Federico García Lorca,
y luego aquí, rescatada,
en Columbia University.

Bendito sea Dios que inventó los prodigios
que contaba mi padre
perfumado de espliego y de tomillo.
Eran historias de ciudades mágicas
en las que el agua circulaba
por venas de metal, agua caliente y fría
(nos lo contaba al borde del regato,
helado en el invierno, seco en estío:
«Venga, a lavarse, coño, guarros».
Y obedecíamos).

Bendito sea Dios que inventó la cabra -la cabra
que rifaba por los pueblos-
mucho antes que Pablo Picasso,
con barriga de cesto de mimbre
y tetas como guantes de bronce.
Maldito sea Dios porque inventó el estaño
parpadeante del olivo,
ramas y tronco de Laoconte,
y aquella sombra trágica de catafalco y oro:
un rayo congelado en la mano siniestra
y en la diestra un crepúsculo.
Maldito sea Dios porque inventó a mi padre
colgado de una rama del olivo
poco después de recogerse la aceituna.
No puedo perdonárselo.
Pero eso fue más tarde.
Antes fueron los niños.
Bendito sea Dios que inventó aquellos niños,
vestidos como príncipes o pájaros.
Con voces de cristal, «Papá», decían a su padre.
Bendito sea Dios por inventar una palabra
milagrosa, jamás oída,
y su padre correspondía
con vaharadas de ternura.

Maldito sea Dios, porque yo quise
arrezagarme en la ternura
pronunciando la mágica palabra
entonces descubierta. «¿Papá?» «Mariconadas,
si te la vuelvo a oír te llevas una hostia».

Bendito sea Dios porque inventó los años,
1970, 1980, 1990...,
inventó el fuego, el oro viejo
de los arces de otoño,
y estos ríos profundos como penas,
largos como el olvido o el recuerdo,
hospitalarios, generosos,
por los que la ciudad va navegando
hasta la mar, que es el morir.

Bendito sea Dios que inventó libros sabios.
Se daba nombre en ellos
a lo que antes no lo tenía.
Bendito sea Dios porque inventó licenciaturas
masters, campus con risas y con marihuana,
laboratorios y celebraciones
con cantos en latín, gaudeamus igitur, ,
todo situado en niveles distintos del tiempo.

Bendito sea Dios que inventó la memoria
y que inventó el silencio de este lugar aséptico,
y las venas metálicas ocultas
en las que el agua espera
unas manos liberadoras que les devuelvan su canción.
Ahora sé que mi padre está vengado.
Mi padre, descolgado del olivo
pronuncia con mis labios las palabras totémicas,
y se estremece este recinto sagrado.
«Coño, joder, carajo, a lavarse la cara, hostias».
Y abro los grifos, lavabos, duchas, retretes,
se desbordan las aguas que él soñaba
en la choza de adobe y paja
cantan la gloria de la recuperación,
y mi padre navega por las aguas,
le provoco, gritándole desconsolado.
«¡Papá!». «Mariconadas», me contesta.
ahogado, recuperado,
navegante por los canales de oro,
vivo ya para siempre.
d3x Oct 2014
Que mejor que estar a tu lado, pegadita junto a ti y sentirte respirar, dime tu, que mejor que eso?
Nada se compara. Dejame ahi, no me levantes, y si lo vas hacer, que sea con un simple beso y una enorme caricia. Una enorme pa' que me despiertes, pa' darte un enorme beso y asi, quien se pegue a mi, seas tu. Pegate, con calma, no hay nada de prisa. Tengo el tiempo que quieras, el tiempo que necesites. Toma todo el que quieras pero pegate, hazme sentirte, mas alla de sentirte respirar, sentir tu calor. Ese calorcito que solo yo provoco al darte un simple beso, besame y hazme sentir asi. Cero miedo, cero prisa. Tomando nuestro propio tiempo, en nuestro propio mundo. Besame suavecito, cosa de que poquito a poquito, vayas bajando. Despacio con ternura y con cautela. Que tus ricas manos vayan tocando cada parte de mi piel, cada parte de mi ser. Baja, continua. Dejame dejar este escrito aqui, pa' terminar lo que viene ahora...que deleite.
Leydis Jun 2017
¿Qué te digo, que te escribo?
¿Cómo poner en verso este sentimiento que por ti siento?
¿Qué poeta invoco para que me ayude a componerte las más bellas letras?
Una poesía que contenga consonantes que te lleguen al alma!
¿Cómo se describe lo indescriptible?
¿Lo que no tiene historia, lo que nunca ha existido?
¿Cómo describo tus besos si nunca en ellos me he perdido?
¿Cómo describo que el toque de tus manos incinera las partes más frías de mí?
¿Cómo hablo de la libertad de tu amor si estoy presa en él?
¿Cómo dirijo la pluma, con que tinta la escribo?
¡Te he conjugado verbos con más letras que el alfabeto chino!

Como decirte que los dioses de la antigua Grecia
se han unido en Santorini, solo para demandarle al Mar Egeo,
que te detengas a escuchar las olas de mi mar que anhelan atarse a tu destino.
Que así como ese maremoto provoco la erupción de su caldera,
tú por ende, uses mis caderas para que fluya esta erupción ardiente en tu entrega.

¿Qué serenata te ofrezco si donde vivo no habitan ruiseñores?
Más tengo una inmensa necesidad de cantarte, de decirte con la melodía de mis besos;
que te quiero,
que me enterneces,
que me apeteces,
que este amor por ti cada vez más crece.

Que eres el agua que hidrata mi ser.
La pasión realizada en hombre.
El hombre que florece mi esperanza en el amor.
Que tu sonrisa es igual a la sensación del ciego que ve por primera vez-irreal.
Que el sonido de tu voz, es entender por qué Dios creo el mundo.
Que el brillo de tus ojos, traspaso las venas de mis miedos y por siempre las neutralizo.

¿Dime, que te digo?
¿Dime, como te lo escribo?
¿Dime, como te conquisto?
¿Dime, como te miro?

¿Cuál poeta invoco para que me ayude a escribirte la mejor poesía?

¡Si tú eres la mejor poesía!!!!!

LeydisProse
5/22/2017
https://m.facebook.com/LeydisProse/
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— The End —