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Nació
la palabra en la sangre,
creció en el cuerpo oscuro, palpitando,
y voló con los labios y la boca.

Más lejos y más cerca
aún, aún venía
de padres muertos y de errantes razas,
de territorios que se hicieron piedra,
que se cansaron de sus pobres tribus,
porque cuando el dolor salió al camino
los pueblos anduvieron y llegaron
y nueva tierra y agua reunieron
para sembrar de nuevo su palabra.
Y así la herencia es ésta:
éste es el aire que nos comunica
con el hombre enterrado y con la aurora
de nuevos seres que aún no amanecieron.

Aún la atmósfera tiembla
con la primera palabra
elaborada
con pánico y gemido.
Salió
de las tinieblas
y hasta ahora no hay trueno
que truene aún con su ferretería
como aquella palabra,
la primera
palabra pronunciada:
tal vez sólo un susurro fue, una gota,
y cae y cae aún su catarata.

Luego el sentido llena la palabra.
Quedó preñada y se llenó de vidas.
Todo fue nacimientos y sonidos:
la afirmación, la claridad, la fueza,
la nagación, la destrucción, la muerte:
el verbo asumió todos los poderes
y se fundió existencia con esencia
en la electricidad de su hermosura.

Palabra humana, sílaba, cadera
de larga luz y dura platería,
hereditaria copa que recibe
las comunicaciones de la sangre:
he aquí que el silencio fue integrado
por el total de la palabra humana
y no hablar es morir entre los seres:
se hace lenguaje hasta la cabellera,
habla la boca sin mover los labios:
los ojos de repente son palabras.

Yo tomo la palabra y la recorro
como si fuera sólo forma humana,
me embelesan sus líneas y navego
en cada resonancia del idioma:
pronuncio y soy y sin hablar me acerca
el fin de las palabras al silencio.

Bebo por la palabra levantando
una palabra o copa cristalina,
en ella bebo
el vino del idioma
o el agua interminable,
manantial maternal de las palabras,
y copa y agua y vino
originan mi canto
porque el verbo es origen
y vierte vida: es sangre,
es la sangre que expresa su substancia
y está dispuesto así su desarrollo:
dan cristal al cristal, sangre a la sangre,
y dan vida a la vida las palabras.
Krusty Aranda Nov 2016
Tu cuerpo dibuja las olas en la arena
Tus caderas van y vienen con un ritmo interrumpido por la espuma del mar
Tus labios tan salados como el agua en la que nado
Tu canto irreal como las sirenas de leyenda
Tus manos me aprehenden como el pulpo a su presa
Tus piernas me envuelven como el alga al coral

Navego lentamente hacia mar abierto
Atrás quedó la seguridad de la bahía
Yo capitán y tú tormenta
Azotas mi navío con violencia
Me lanzas a las frías e imperdonables aguas de tu océano
Atrás quedó la seguridad de la bahía
El agua de tu **** inunda mis sentidos y ahoga mi conciencia
Naufrago

Al despuntar el alba estás tú
Etérea en mi soledad
Efímera en esencia
Eterna en alta mar
Adiós, pero conmigo
serás, irás adentro
de una gota de sangre que circule en mis venas
o fuera, beso que me abrasa el rostro
o cinturón de fuego en mi cintura.
Dulce mía, recibe
el gran amor que salió de mi vida
y que en ti no encontraba territorio
como el explorador perdido
en las islas del pan y de la miel.
Yo te encontré después
de la tormenta,
la lluvia lavó el aire
y en el agua
tus dulces pies brillaron como peces.
Adorada, me voy a mis combates.
Arañaré la tierra para hacerte
una cueva y allí tu Capitán
te esperará con flores en el lecho.
No pienses más, mi dulce,
en el tormento
que pasó entre nosotros
como un rayo de fósforo
dejándonos tal vez su quemadura.
La paz llegó también porque regreso
a luchar a mi tierra,
y como tengo el corazón completo
con la parte de sangre que me diste
para siempre,
y como
llevo
las manos llenas de tu ser desnudo,
mírame,
mírame,
mírame por el mar, que voy radiante,
mírame por la noche que navego,
y mar y noche son los ojos tuyos.
No he salido de ti cuando me alejo.
Ahora voy a contarte:
mi tierra será tuya,
yo voy a conquistarla,
no sólo para dártela,
sino que para todos,
para todo mi pueblo.
Saldrá el ladrón de su torre algún día.
Y el invasor será expulsado.
Todos los frutos de la vida
crecerán en mis manos
acostumbradas antes a la pólvora.
Y sabré acariciar las nuevas flores
porque tú me enseñaste la ternura.
Dulce mía, adorada,
vendrán conmigo a luchar cuerpo a cuerpo
porque en mi corazón viven tus besos
como banderas rojas,
y si caigo, no sólo
me cubrirá la tierra
sino este gran amor que me trajiste
y que vivió circulando en mi sangre.
Vendrás conmigo,
en esa hora te espero,
en esa hora y en todas las horas,
en todas las horas te espero.
Y cuando venga la tristeza que odio
a golpear a tu puerta,
dile que yo te espero
y cuando la soledad quiera que cambies
la sortija en que está mi nombre escrito,
dile a la soledad que hable conmigo,
que yo debí marcharme
porque soy un soldado,
y que allí donde estoy,
bajo la lluvia o bajo
el fuego,
amor mío, te espero,
te espero en el desierto más duro
y junto al limonero florecido:
en todas partes donde esté la vida,
donde la primavera está naciendo,
amor mío, te espero.
Cuando te digan «Ese hombre
no te quiere», recuerda
que mis pies están solos en esa noche, y buscan
los dulces y pequeños pies que adoro.
Amor, cuando te digan
que te olvidé, y aun cuando
sea yo quien lo dice,
cuando yo te lo diga,
no me creas,
quién y cómo podrían
cortarte de mi pecho
y quién recibiría
mi sangre
cuando hacia ti me fuera desangrando?
Pero tampoco puedo
olvidar a mi pueblo.
Voy a luchar en cada calle,
detrás de cada piedra.
Tu amor también me ayuda:
es una flor cerrada
que cada vez me llena con su aroma
y que se abre de pronto
dentro de mí como una gran estrella.
Amor mío, es de noche.
El agua negra, el mundo
dormido, me rodean.
Vendrá luego la aurora,
y yo mientras tanto te escribo
para decirte: «Te amo».
Para decirte «Te amo», cuida,
limpia, levanta,
defiende
nuestro amor, alma mía.
Yo te lo dejo como si dejara
un puñado de tierra con semillas.
De nuestro amor nacerán vidas.
En nuestro amor beberán agua.
Tal vez llegará un día
en que un hombre
y una mujer, iguales
a nosotros,
tocarán este amor, y aún tendrá fuerza
para quemar las manos que lo toquen.
Quiénes fuimos? Qué importa?
Tocarán este fuego
y el fuego, dulce mía, dirá tu simple nombre
y el mío, el nombre
que tú sola supiste porque tú sola
sobre la tierra sabes
quién soy, y porque nadie me conoció como una,
como una sola de tus manos,
porque nadie
supo cómo, ni cuándo
mi corazón estuvo ardiendo:
tan sólo
tus grandes ojos pardos lo supieron,
tu ancha boca,
tu piel, tus pechos,
tu vientre, tus entrañas
y el alma tuya que yo desperté
para que se quedara
cantando hasta el fin de la vida.

Amor, te espero.
Adiós, amor, te espero.
Amor, amor, te espero.
Y así esta carta se termina
sin ninguna tristeza:
están firmes mis pies sobre la tierra,
mi mano escribe esta carta en el camino,
y en medio de la vida estaré
siempre
junto al amigo, frente al enemigo,
con tu nombre en la boca
y un beso que jamás
se apartó de la tuya.
Wörziech May 2013
Este insólito e inaudito conjunto de explosões atemporais,
inobservável a longas distâncias,
é, factualmente, o tecelão da portentosa dimensão da mente.

Abundantes vozes desnorteadas,
obscuras e perturbadoras, nela se fazem existir.

São vozes que são sentidas,
vozes sombrias que escrevem.
Vozes pelas quais fui, eu próprio, desenhado.

E criado para navegar,
parti para o mar em busca das partes que me faltavam em terra firme.

Fragmentado,
nas mais diversas ilhas - paradisíacas e apocalípticas -,
nas profundezas e no horizonte azul,
busco, ainda hoje, estilhaços e peças escassas perdidas;

Cotidianamente,
ao acercar da noite,
os sons de batalha tendenciosamente indicam direções para não seguir,
e ainda que mantenha sem medo o controle das velas,
os ventos insistem em dizer aonde ir...

Pois que seja! "Navegarei com todos eles!"

'Placebo ou morte?'
O que minha tripulação anseia não importa,
ela tampouco existe.

Nesta irremediável transposição constante de caminhos,
sem o reconhecimento de qualquer lógica postulável,
oscilante, transgrido e navego ainda por mares intergaláticos.

E nesta imensidão extraordinariamente escura do cosmos,
carregando a experiência daqueles oceanos pesados e profundos,
me encontro a observar, sempre ao longe, uma fagulha,
ínfimo ponto que se faz visível.

Em sua direção,
continuo a jornada do pouco infindável
dessa dimensão que permanentemente remanesce como o desconhecido.

O mais próximo e o maior ângulo possível
para apreciar esse pontual, eterno e único nascer da super nova,
eu encontrarei.
Voy a contarte en secreto
quién soy yo,
así, en voz alta,
me dirás quién eres,
quiero saber quién eres,
cuánto ganas,
en qué taller trabajas,
en qué mina,
en qué farmacia,
tengo una obligación terrible
y es saberlo,
saberlo todo,
día y noche saber
cómo te llamas,
ése es mi oficio,
conocer una vida
no es bastante
ni conocer todas las vidas
es necesario,
verás,
hay que desentrañar,
rascar a fondo
y como en una tela
las líneas ocultaron,
con el color, la trama
del tejido,
yo borro los colores
y busco hasta encontrar
el tejido profundo,
así también encuentro
la unidad de los hombres,
y en el pan
busco
más allá de la forma:
me gusta el pan, lo muerdo,
y entonces
veo el trigo,
los trigales tempranos,
la verde forma de la primavera
las raíces, el agua,
por eso
más allá del pan,
veo la tierra,
la unidad de la tierra,
el agua,
el hombre,
y así todo lo pruebo
buscándote
en todo,
ando, nado, navego
hasta encontrarte,
y entonces te pregunto
cómo te llamas,
calle y número,
para que tú recibas
mis cartas,
para que yo te diga
quién soy y cuánto gano,
dónde vivo,
y cómo era mi padre.
Ves tú qué simple soy,
qué simple eres,
no se trata
de nada complicado,
yo trabajo contigo,
tú vives, vas y vienes
de un lado a otro,
es muy sencillo:
eres la vida,
eres tan transparente
como el agua,
y así soy yo,
mi obligación es ésa:
ser transparente,
cada día
me educo,
cada día me peino
pensando como piensas,
y ando
como tú andas,
como, como tú comes,
tengo en mis brazos a mi amor
como a tu novia tú,
y entonces
cuando esto está probado,
cuando somos iguales
escribo,
escribo con tu vida y con la mía,
con tu amor y los míos,
con todos tus dolores
y entonces
ya somos diferentes
porque, mi mano en tu hombro,
como viejos amigos
te digo en las orejas;
no sufras,
ya llega el día,
ven,
ven conmigo,
ven
con todos
los que a ti se parecen,
los más sencillos,
ven,
no sufras,
ven conmigo,
porque aunque no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia dónde vamos,
y es ésta la palabra:
no sufras
porque ganaremos,
ganaremos nosotros,
los más sencillos,
ganaremos,
aunque tú no lo creas,
ganaremos.
Cordas soltas de uma língua, sedenta de sabor de saliva,
Cordas das amarraras verdes, do barco que eu navego,
Os serões de cordas amordaçando, uma vida decisiva,
Perderam-se entre os ramos do futuro, que eu pego!

Vejo-te pegar nas cordas da minha vida, que me orientam,
Não és fútil ao pensar que elas não funcionem como marioneta,
Dás-me alento, e o teu toque equilibrado, meus ideais afinam,
O teu jeito de combinar os gestos, não são de uma paixoneta!

O calor do carinho que me dás, é transpiração de amor na cama,
O amor dos teus dias, são raios de vida, que regeneram meus desafios,
Uma palavra tua, um carinho teu, é como água que sacia minha fama,
O teu olhar atento, sob meus anseios, são como metais halogéneos!

És a corrosão para os ferrugentos jumentos, instalados em galhardia,
Cuidas-me do meu ser como do teu, e de minha vida, dando-lhe liberdade!
Contigo a transpiração do meu caminho, não me assusta nem me é fantasia,
É real, tu és bela e tornaste-me magnificamente de bem, com a verdade!

Sentir-te respirar confortavelmente, é o meu maior objectivo,
Verificar cuidadosamente cada poro teu e senti-lhe o cheiro a vida,
Conduzir os meus sonhos no teu carro da felicidade, é agressivo,
Metas são fins, nosso destino é conduzido por longa vida dividida!

E assim, revelo ao mundo, o teu nome, maravilhoso ser de mulher fatal,
O teu constante conforto, com que deliro, é agora muito e meu afinal!
Patrícia os meus sonhos e os teus, são agora o meu diário mundial!
Autor: António Benigno
Código de autor: 2013.08.03.02.14
Victor Marques Dec 2012
Sou Eu…

Procuro um produto acabado ou inacabado,
Sinto um dado já passado.
Sem perícia, engenho ou norte,
Sou fruto do amor e sorte.

Em mim sinto furacões adormecidos,
Fascinado pelo paraíso dos sentidos,
Navego no oceano de um novo mundo,
Conchas num mar sem fundo.

Histórias bonitas e trocas de olhares,
Sentir odores alegres, peculiares.
Me apaixonam as flores primaveris,
Sou aquilo que Deus criou e Quis.

Victor  Marques
Rui Serra Jan 2014
Só, navego num oceano vazio. Com ela, mergulho no meu mais íntimo e sigo em frente. Descubro o meu eu, e recordo dias passados, onde a alegria brotava em mim, como a seiva brota do pinheiro.
Numa noite de trovoada em que tinha por companheiro o vento, perdi-me. Se me voltar a encontrar serei de novo feliz.
Rui Serra Feb 2014
Abri agora os olhos
uma luz
extremos
o desconhecido

tenho medo

sinto-me confuso
ao andar

estou só
ou isso penso

objectivo
neblina

navego nas lágrimas

saio
refugio-me
dor interior
inveja do pobre
confusão na alma
subconsciente perverso

riso

recordo a dor
que como dor permanece

obstáculo
anseio
ritual
sacrifício " tédio "
desespero.
Rui Serra May 2014
Lá fora
o vento,
Uma vida
Uma alma
E um dia
eu serei livre
Para lá do oceano
eu vou
no mar
eu navego
E eu vou brincar
contigo esta noite
E tu serás livre.
Luís Mar 2017
Navego neste mar
sozinho
mas acompanhado sonho
sonho em ser algo melhor
pois nada perco em sonhar
dizias que sonho demasiado
talvez fosse o meu problema
mas nunca os te disse
e assim aqui estou eu a escrever-te um poema
talvez fosse pelo medo que te destruísse
Pois sonhava e tu estavas nele
agora vejo-te feliz
mas no meu sonho não acabavas com ele.
Victor Marques Mar 2023
A noite vem com seu silêncio em demasia,
Gritando ao luar pela luz do dia.
A vida perde sentido por vezes  sem querer,
Acordo com o aroma do amanhecer.
Amar com gratidão sol que queima desejos,
Amor da alma, dos teus beijos.


Ouvir regatos que levam pouca água,
Amar com leveza e sem mágoa.
Sentir a noite que procura ser suave,
Penando por amor  feito ave,
Cruzando o céu aberto da minha liberdade .

Noite de adorno, de enfeite,
Luar onde meu ser se deite.
Caminhos cruzados do olhar,
Ser Terra,  céu e mar.
Num barco sem velas navego,
E assim ao mundo me entrego.


Victor Marques


Amor, cego,  ave

— The End —