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Robert Evenson Aug 2017
Liliana,
¿está mal que esté celoso del vaso que toca tus labios lucios? o el sol de la mañana que acaricia tu suave piel?
¿es incorrecto que soy celoso del viento de la tarde que suavemente mueve su pelo sedoso?
Y la música que penitrates tu alma?
Es malo que estoy celoso del espejo que ve y refleja tus ojos como la luz de la luna sobre un mar en calma?
¿está mal que esté celoso de la ropa que abraza tu cuerpo como me gusta hacer? O la música que llena tu alma con pasión?
¿es incorrecto que soy celoso del gatito que le hace sonreír? ¿y la almohada que acuna suavemente tu cabeza mientras sueñas?
¿está mal que estoy celoso de aquellos que pueden escuchar la música encantadora que es su voz? ¿o aquellos que pueden ver la forma en que camina con elegancia como una princesa en una película?
¿es incorrecto que en su ausencia parezco a un barco sin un timón? ¿o que te echo tanto de menos es como un dolor físico?
Si todos estos sentimientos están equivocados nunca voy a ser correcto, porque las palabras en este poema nunca puede ser suficiente para decirte cuánto te amo.
Ileana Payamps Sep 2017
Aveces tomamos decisiones rapidas
Y la mayoria de veces,
Esas decisiones son malas.
Aveces decimos cosas sin pensar
Y la mayoria de veces
Lo que decimos es lo incorrecto.
Aveces saltamos a conclusiones
Y la mayoria de veces
Son conclusiones incorrectas.
Aveces queremos consolar a esa persona especial
Y brindarle palabras de aliento
Pero la mayoria de veces
Lo queremos hacer en el momento equivocado.
Entonces...
Aveces es mejor no decidir,
no pensar,
no inventar,
no querer.
Aveces es mejor callar.
Vanilla Dec 2018
¿Estoy en el mal por amarte?
¿Por pensar en ti y en tu belleza?
¿Estaré yo incorrecto por anhelarte tanto?

Am I wrong for wanting to wake up by your side in the morning?
For being so infatuated with you?

Todo le que tengo es tuyo
Y soy capas de darte más
Pero necesitamos tiempo
ahora solo hay que esperar
Nicole Dec 2018
Era marzo del 2014 y yo tenía una maleta llena de sueños, unos cuantos cortes en el brazo y ojos llenos de lágrimas. Me aferraba al alma de una persona que no me enseño quién era en realidad hasta que sus cadenas atravesaban mi pecho y respirar dolía. Cada paso, cada palabra, cada mirada, dolía. Era marzo del 2014 y estaba viva por que bueno, así lo quizo la vida. Y la vida es divertida por que te pone a las personas correctas en el momento incorrecto y de la forma más extraña posible. Como cuando lo conocí, tenía lentes redondos, ojos tan verdes que podías ver todo tu dolor en ellos pero él no se lo imaginaba, pequeños puntitos en el rostro que él detestaba pero a mí me parecían interesantes, y brazos que nunca acababan. Todo empezó así, derrepente. Era marzo del 2014 y en un solo período académico me contó todo. Desde lo que quería ser, lo que no, lo que quería que los demás supieran y descifre lo que no. Poco a poco, como quitandole los petalos a una rosa y con el pasar los meses conocí a la verdadera persona que querría por el resto de mi vida.

Era marzo del 2015 y yo lo único que quería era morir. Otra vez. Todo empezo de nuevo y estaba aprisionada en una paralela a la avenida Arequipa entre un espejo roto y alguien que me decía que me amaba pero, siempre había un pero.
+ "Me volvió a botar de su casa"
- "Lárgate de ahí, Nicole, por favor vete"

Pero no me fuí.
Con puntos y comas, y ortografía y sonrisas y llantos y abrazos perfectos.

Era julio del 2015 y estaba por morirme. Cerca. Me acuerdo que un día solamente no pude y me senté en medio de la Avenida Larco a llorar. Solo a llorar. Y me tomo de la mano y me dijo "Vamos".
Y esa vez si fuí.
Y todo estuvo bien.

+ "No puedo"
- "Si puedes, ya voy"

Y venía. Y vino cada vez, cada momento, cada llanto. Respondió cada llamada, cada mensaje.

Hasta que todo se empezó a desmoronar en su propia vida. Y empezaron a crecer los petalos de las rosas otra vez y yo ya no podía sacarlos. Las espinas no me dejaban por que me hacía daño y no quiero sangrar más.

Era un par de días antes de mi cumpleaños en el 2017. Y llego a mí con una mirada que nunca me voy a olvidar, y lo supe. Y lo sabía. Y lo dijo. Y sentí como su mundo se venía abajo, y con el de él el mío y en ese momento prometí que nunca dejaría que se sienta como yo me sentí aquel invierno del 2013 cuando compararme con hormigas era mi mayor ocupación e imaginaba como deshacerme de ellas.
Pero, una vez más, falle.

Y en el invierno del 2018 me di cuenta que no podía seguir tapando el sol con un dedo y que no podría, nunca, ayudarlo como él me ayudo. Nunca podría dar tanto. Y no es por que yo no quiera. Es por que esa vez, cuando dejó de comer 1 semana y me echaron la culpa me di cuenta que diga lo que diga, haga lo que haga, siempre habrá una parte del él que nunca podría encontrar. Una parte de él que no deja ver, la misma que no lo deja llorar frente a mí, incluso ahora. Ahora que ya lo sé todo...

Y esta vez ya no fuí.
Era noviembre del 2018 y me dí cuenta que lo amo de la manera más sincera posible y que daría mi vida entera por que sea la persona más feliz del mundo. Por que incluso si yo nunca podré serlo, me gustaría que goze de la felicidad completa, exquisita y verdadera. Que sea libre como las plantas que cultiva y las historias de las que tanto habla, y muy pocos escuchan. Me gustaría que se de cuenta de que no todos sus amigos lo son en realidad y que el dolor es real y nunca va a poder escapar. Que lo sienta, y no lo reprenda. Que entienda que está bien sangrar, está bien llorar, esta bien sentir frente a las personas. Que encerrarse y encadenarse a otros está mal y yo lo aprendí de la peor manera. Me gustaría que sepa que yo sé, yo entiendo, yo comprendo. Y me gustaría que sepa que sí, que siempre y que nunca. Que aveces y que algunas veces.
Pero siempre, siempre.
Eis um dia que nasceu ele e a fé de acreditar que o bem é o desígnio da sua vida nasceu também com ele.
Nos vários propósitos de cada um chegou o desígnio de mudança, que afinal outrora já por ela se suplicava.
O facto é que realmente o mundo e o homem perderam a consciência e todos os valores que nos faziam querer em sermos verdadeiros e de verdade morreram.
Na verdade, talvez este seja agora um desafio diferente. O tempo e a fome haviam crescido de tal ordem que a mudança desejada pedia luxúria, extravagância de afetos ocos e imbecilidade. Porém a mudança chegou.
Todos este cérebros de superioridade, incalculavelmente desvanecidos se deram conta de um problema quase comum. No entanto navegam-se mares, percorrem-se montanhas para perceber que o ditado amor que temos por as coisas que dizemos nossas tem de facto mais valor que a vida do corpo e também da alma de alguns. Tanto paço para estas cabeças ocas perceberem que temos de servir-nos do que abusamos tratar como nosso do que nem é de todos.
Bem seria acreditar que se devia assumir a posição de tratarmos o problema comum. Ligar os cérebros no tratamento desta doença vitoriosa.
O mal é sermos coniventes com ela e acreditamos que estamos a comandar esta geringonça global.
Vamos sofrer uma goleada histórica.
Muito me espanta, bons comportamentos de gente honesta, experimentado no caminho certo.
O que eu espero agora é que a consciência da soberania se não perca nos senhores definidos e intitulados sobramos. Não são grupos separatistas que vencerão está guerra. Quem irá vencer esta guerra é a natureza que criamos, ou tenhamos de vir a criar.
Estamos muito longe do mundo certo, e de início escolhemos o caminho mais longo do sentido incorrecto.
Obrigado aos que nos fazem acreditar mas ninguém pode carregar esta cruz sozinho.
Protejam-se e sejam solidários independentemente do desfecho.
Bem hajam
Autor: António Benigno
Código de autor: 2020.03.20.18.03..22.33.03.01

— The End —