Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Caminas adentro de ti mismo y el tenue reflejo serpeante que te conduce
    no es la última mirada de tus ojos al cerrarse ni es el sol tímido golpeando tus párpados:
    es un arroyo secreto, no de agua sino de latidos: llamadas, respuestas, llamadas,
    hilo de claridades entre las altas yerbas y las bestias agazapadas de la conciencia a obscuras.
    Sigues el rumor de tu sangre por el país desconocido que inventan tus ojos
    y subes por una escalera de vidrio y agua hasta una terraza.
    Hecha de la misma materia impalpable de los ecos y los tintineos,
    la terraza, suspendida en el aire, es un cuadrilátero de luz, un ring magnético
    que se enrolla en sí mismo, se levanta, anda y se planta en el circo del ojo,
    géiser lunar, tallo de vapor, follaje de chispas, gran árbol que se enciende y apaga y enciende:
    estás en el interior de los reflejos, estás en la casa de la mirada,
    has cerrado los ojos y entras y sales de ti mismo a ti mismo por un puente de latidos:
                                  EL CORAZÓN ES UN OJO.

    Estás en la casa de la mirada, los espejos han escondido todos sus espectros,
    no hay nadie ni hay nada que ver, las cosas han abandonado sus cuerpos,
    no son cosas, no son ideas: son disparos verdes, rojos, amarillos, azules,
    enjambres que giran y giran, espirales de legiones desencarnadas,
    torbellino de las formas que todavía no alcanzan su forma,
    tu mirada es la hélice que impulsa y revuelve las muchedumbres incorpóreas,
    tu mirada es la idea fija que taladra el tiempo, la estatua inmóvil en la plaza del insomnio,
    tu mirada teje y desteje los hilos de la trama del espacio,
    tu mirada frota una idea contra otra y enciende una lámpara en la iglesia de tu cráneo,
    pasaje de la enunciación a la anunciación, de la concepción a la asunción,
    el ojo es una mano, la mano tiene cinco ojos, la mirada tiene dos manos,
    estamos en la casa de la mirada y no hay nada que ver, hay que poblar otra vez la casa del ojo,
    hay que poblar el mundo con ojos, hay que ser fieles a la vista, hay que
                  CREAR PARA VER.

    La idea fija taladra cada minuto, el pensamiento teje y desteje la trama,
    vas y vienes entre el infinito de afuera y tu propio infinito,
    eres un hilo de la trama y un latido del minuto, el ojo que taladra y el ojo tejedor,
    al entrar en ti mismo no sales del mundo, hay
ríos y volcanes en tu cuerpo, planetas y hormigas,
    en tu sangre navegan imperios, turbinas, bibliotecas, jardines,
    también hay animales, plantas, seres de otros mundos, las galaxias circulan en tus neuronas,
    al entrar en ti mismo entras en este mundo y en los otros mundos,
    entras en lo que vio el astrónomo en su telescopio, el matemático en sus ecuaciones:
    el desorden y la simetría, el accidente y las rimas, las duplicaciones y las mutaciones,
    el mal de San Vito del átomo y sus partículas, las células reincidentes, las inscripciones estelares.

    Afuera es adentro, caminamos por donde nunca hemos estado,
    el lugar del encuentro entre esto y aquello está aquí mismo y ahora,
    somos la intersección, la X, el aspa maravillosa que nos multiplica y nos interroga,
    el aspa que al girar dibuja el cero, ideograma del mundo y de cada uno de nosotros.
    Como el cuerpo astral de Bruno y Cornelio Agripa, como las granes transparentes de André Breton,
    vehículos de materia sutil, cables entre éste y aquel lado,
    los hombres somos la bisagra entre el aquí el allá, el signo doble y uno, V y ^ ,
    pirámides superpuestas unidas en un ángulo para formar la X de la Cruz,
    cielo y tierra, aire y agua, llanura y monte, lago y volcán, hombre y mujer,
    el mapa del cielo se refleja en el espejo de la música,
    donde el ojo se anula nacen mundos:

    LA PINTURA TIENE UN PIE EN LA ARQUITECTURA Y OTRO EN EL SUEÑO.


    La tierra es un hombre, dijiste, pero el hombre no es la tierra,
    el hombre no es este mundo ni los otros mundos que hay en este mundo y en los otros,
    el hombre es la boca que empaña el espejo de las semejanzas y dice sí,
    el equilibrista vendado que baila sobre la cuerda floja de una sonrisa,
    el espejo universal que refleja otro mundo al repetir a éste, el que transfigura lo que copia,
    el hombre no es el que es, célula o dios, sino el que está sienpre más allá.
    Nuestras pasiones no son los ayuntamientos de las substancias ciegas pero los combate y los abrazos de los elementos riman con nuestros deseos y apetitos,
    pintar es buscar la rima secreta, dibujar al eco, pintar el eslabón:
    El Vértigo de Eros es el vahído de la rosa al mecerse sobre el osario,
    la aparición de la aleta del pez al caer la noche en el mar es el centelleo de la idea,
    tú has pintado al amor tras una cortina de agua llameante

    PARA CUBRIR LA TIERRA CON UN NUEVO ROCÍO.


    En el espejo de la música las constelaciones se miran antes de disiparse,
    el espejo se abisma en sí mismo anegado de claridad hasta anularse en un reflejo,
    los espacios fluyen y se despeñan bajo la mirada del tiempo petrificado,
    las presencias son llamas, las llamas son tigres, los tigres se han vuelto olas,
    cascada de transfiguraciones, cascada de repeticiones, trampas del tiempo:
    hay que darle su ración de lumbre a la naturaleza hambrienta,
    hay que agitar la sonaja de las rimas para engañar al tiempo y despertar al alma,
    hay que plantar ojos en la plaza, hay que regar los parques con risa solar y lunar,
    hay que aprender la tonada de Adán, el solo de la flauta del fémur,
    hay que construir sobre este espacio inestable la casa de la mirada,
    la casa de aire y de agua donde la música duerme, el fuego vela y pinta el poeta.
¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano,
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.
¡Salve llama creadora del mundo,
lengua ardiente de eterno saber,
pero germen, principio fecundo
que encadenas la muerte a tus pies!

Tú la inerte materia espoleas,
tú la ordenas juntarse a vivir,
tú su lodo modelas, y creas
miles de seres de formas sin fin.

Desbarata tus obras en vano
vencedora la muerte talvéz;
de sus restos levanta tu mano
nuevas obras triunfante otra vez.

Tú la hoguera del sol alimentas,
tú revistes los cielos de azúl,
tú la luna en las sombras de argentas,
tú coronas la aurora de luz.

Gratos ecos al bosque sombrío,
verde pompa a los árboles das,
melancólica música al río,
ronco grito a las olas del mar.

Tú el aroma en las flores exhalas,
en los valles suspiras de amor,
tú murmuras del aura en las alas,
en el Bóreas retumba tu voz.

Tú derramas el oro en la tierra
en arroyos de hirviente metal;
Tú abrillantas la perla que encierra
en su abismo profundo la mar.

Tú las cárdenas nubes extiendes
***** manto que agita Aquilón;
con tu aliento los aires enciendes,
tus rugidos infunden pavor.

Tú eres pura simiente de vida,
manatial sempiterno del bien;
luz del mismo Hacedor desprendida,
juventud y hermosura es tu ser.

Tú eres fuerza secreta que el mundo
en sus ejes impulsa a rodar,
sentimiento armonioso y profundo
de los orbes que anima tu faz.

De tus obras los siglos que vuelan
incansables artífices son,
del espíritu ardiente cincelan
y embellecen la estrecha prisión.

Tú en violento, veloz torbellino,
los empujas enérgica, y van;
y adelante en tu raudo camino
a otros siglos ordenas llegar.

Hombre débil, levanta la frente,
pon tu labio en su eterno raudal;
tú serás como el sol en Oriente,
tú serás, como el mundo, inmortal.
Omnicromía de la tarde amena...
el alma, a la sordina,
y la luz, peregrina,
y la ventura, plena,
y la Vida, una hada
que por amar está desencajada.
Firmamento plomizo.
En el ocaso, un rizo
de azafrán.
Un ángel que derrama su tintero.
La brisa, cual refrán
lastimero.
En el áureo deliquio del collado,
hálito verde, cual respiración
de dragón.
Y el valle fascinado
impulsa al ósculo a que se remonte
por los tragaluces del horizonte.
Tiempo confidencial,
como el dedal
de las desahuciadas bordadoras
que enredan su monólogo fatal
en el ovillo de las huecas horas.
Confidencia que fuiste
en la mano de ayer
veta de rosicler,
un alpiste
y un perfume de Orsay.
Tarde, como un ensayo
de dicha, entre los pétalos de mayo;
tarde, disco de Newton, en que era
omnícroma la primavera
y la Vida una hada
en un pasivo amor desencajada...
Nada a las fuerzas próvidas demando,
pues mi propia virtud he comprendido.
Me basta oír el perennal ruido
que en la concha marina está sonando.
Y un lecho duro y un ensueño blando;
y ante la luz, en vela mi sentido
para advertir la sombra que al olvido
el ser impulsa y no sabemos cuándo...
Fijar las lonas de mi móvil tienda
junto a los calcinados precipicios
de donde un soplo de misterio ascienda;
y al amparo de númenes propicios,
en dilatada soledad tremenda
bruñir mi obra y cultivar mis vicios.
Victor D López Feb 2019
En tiempos difíciles, he llamado tu nombre,
Mi amor, y me aferro a él como lo hace un niño,
A la creencia en Papá Noel,
O los ciegos, a la esperanza de la luz;

Es para mi,
El sueño visionario,
Que impulsa la perseverancia,
Y condena la desesperación;

Es la esperanza de las almas desdichadas,
En el purgatorio en espera,
A la promesa aparentemente olvidada,
De su eventual liberación.

Cuando mis palabras pasadas confunden, confinen,
Obstinan mi mente, y las imágenes convergen,
En el borroso remolino de la locura,
Digo tu nombre.

Entonces la desesperación retrocede,
Como una pesadilla incorpórea,
Desvaneciéndose lentamente, dejando solo sábanas empapadas de sudor,
Rindiéndose a los purificadores rayos del sol naciente del amanecer.

Una palabra simple, tu nombre, pero para mí, un amuleto poderoso,
Que traspasa la oscuridad y derrite,
Las formas deformadas que atormentan y provocan mis días más oscuros,
Y los llena con todo en la tierra que sana y renueva.

Una palabra simple que simplemente es mi todo, un sinónimo de sincero,
Amor sin pretensiones que rara vez pide y entrega libremente.
Un amor que no cuestiona, sino que simplemente sabe,
Que no se quema rápidamente, pero siempre, y para siempre, da calor.
Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.
Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.
Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.
La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.
Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.
Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.
Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.
Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran.
Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente.
Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.
Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.
Leydis Sep 2017
Él no me gusta,……. él me encanta.
Amarlo se ha convertido el motor que impulsa mis ganas.
Si, besarlo, sea en la mejilla, en la frente o en esos labios sabor a devoción, es el lema de mi alma.

No, él no me gusta...él me encanta.
Me encanta cuando el brillo de sus ojos a los míos acicalan.
Los visten de las ilusiones más pueriles,
humanizando mis esperanzas,
manifestándose en la fe en el ser humano.

Él no me gusta...él me encanta.
Cuando mis oídos escuchan su voz,
los cosmos se alinean y guiñan sus ojos,
bendiciendo una unión que pudo ser completamente frívola,
más se transformo en los incandescentes matices que viste el amor.

Nunca he amado tantos mis olfatos como ahora que él está en mi vida.
El poder oler la magia de su dignidad,
saborear los añejos sabores en cada línea de su boca tibia, tierna, y seductiva,
mirarlo con dulce encanto, y si, hasta con suspicacia por sentir el milagro de haberlo encontrado,
escuchar esa voz que inunda mis adentros de emociones inefables,
tocarlo es como cuando la tarde se besa con la madrugada,
si, ahora por fin entiendo el diseño maestro de estos olfatos,
y con él, cada uno de esos sentidos se encuentra en casa.

Si, él me gusta como para inventar nuevas maneras de saborear el café de la vida.
Pero me encanta más,
como para por siempre enlazar mi alma y mi piel a su vida.
Él no me gusta....
¡Él me encanta para redefinir la palabra…estoy completamente feliz, día tras día!!

LeydisProse
9/11/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Image may contain: text
Jesus Aug 25
Lo que no se necesita,
y no obsesiona ni se posee.

Está tan solo en habitarlo,
y en el gozo de disfrutar,
lo que no se retiene nunca,
siempre libre se dará.

Más allá de esta vida,
más allá de la muerte,
más allá de este cosmos,
eres impulso eterno,
y el motor universal.



Fuerza que impulsa en secreto,
cada célula y el alma ,
cada planeta y estrella,
y todo el universo,
siempre y siempre más allá.


Principio eterno que arde,
siempre transformador,
sendero eterno de luz,
presente en todo tiempo,
en todo espacio y en lugar.

Eres lo que hace posible,
que todo sea lo que es.
Eres luz que siempre revela,
lo que ha de ser será.

Más allá de esta vida,
más allá de la muerte,
más allá de este cosmos:
eres impulso eterno,
y el motor universal.

El amor es todo eso,
y por siempre lo será.


Esencia que todo une,
eterno y  universal...

¡Amor por siempre será!
No nos desampares en el corazón de nuestras oraciones extiende tu mano y toma nuestra voluntad y devoción al amor por nuestros prójimos cesa la sed y el miedo y como la flecha a la marca impulsa los hacia adelante y aquí en nuestro hogar reine el amor pues tanto mal no puede ser todo lo que hay. Madre nuestra, querida luz de la luces, abrazo a nuestra ciudad con tu manos y ternura.
Jesus Aug 29
Artífices,
creadores de su propio
camino,
que van pintando
al avanzar.

Libres, y por eso
presos de su libertad.


Firmes e inalterables
en sus convicciones,
forjados por la experiencia
y el fuego de su alma...

que les impulsa
en su caminar.

Íntegros, intocables,
siempre en busca de
transformación...

para consigo mismos
y con los demás.

Habitantes de la vida
en cuerpo humano,
con mente despierta,
que, en honor al arte
de la presencia...


¡siempre van a por más!

Artífices, creadores
de su propio camino.

Brocha, pintura, puño,
y el color necesario...

¡para andar lucidos,
serenos y conscientes
en su caminar!
Jesus Sep 25
Si cada pequeño avance es una
gran montaña escalada,
y desde su cumbre,
con asombro y humildad,
se divisan otras mil más.

Entonces,¿la ignorancia ante
la propia existencia y sus
misterios incuestionables?...

¿es el motor invisible que
nos empuja hacia adelante?

En un universo lleno de
incógnitas y oportunidades,
que asombra por su inmensidad,
donde siempre queda y quedará
por escudriñar:

¿hasta dónde podemos llegar?


Sobre todos los misterios e
incógnitas que rodean
al proceso vida-muerte,
en relación con un cosmos
vasto y transcendental, imposible
de descifrar...

¿más allá
de la ignorancia?

Cuando entiendes que formas
parte de un todo universal,
que va más allá de toda
compresión humana,
vives en paz y agradecido por
ello, por y para evolucionar.

Por lo que tu propia ignorancia,
no se presenta como una condena
o destino inevitable.

Sino en el faro de luz,
que impulsa al conocimiento
del saber más allá:

Incluso de los misterios
que rodean a la
propia muerte.
Jesus Sep 17
Como río que va  
buscando el mar,  
eres lo que no vuelve,  
sin miedo a llegar.

Como ave que se alza,  
impulsa bien tus alas;  
sigue tu propio rumbo,  
sin dejar de empujar.

Eres hoja libre al viento,  
celebra cada aliento;  
el momento es ahora,  
y este es tu tiempo.

Como niño que va  
con ganas de jugar,  
mira hacia adelante  
y lo malo deja atrás.

Como la noche al día,  
vives transparente;  
sin miedo y despierto,  
sigue firme y valiente.

Eres hoja libre al viento,  
llama viva al tiempo;  
el momento es ahora,  
y este es tu tiempo.

Sin dejar para mañana  
los frutos del hoy,  
sé tu fuerza y calma,  
haya tormenta o sol.

Como el tiempo es tesoro,  
sigue tu fuerza y luz;  
sé firme y resistente,  
siempre con decoro.

Eres hoja libre al viento,  
llama viva al tiempo;  
el momento es ahora,  
y este es tu tiempo.

Como maestro y alumno,  
eres uno en los dos;  
nunca te conformas,  
siempre quieres más.

Como río que avanza  
hacia su mar sin final,  
fluye siempre y sigue,  
sin dejar de amar.

Eres hoja libre al viento,  
llama viva al tiempo;  
el momento es ahora,  
y este es tu tiempo.

Hoja libre al viento,  
sigue así de atento;  
tu luz guía lo incierto...

¡Ya vives en lo eterno!
Jesus Sep 3
Si un café solo
no se puede hacer sin agua,
y una tortilla francesa
sin huevos.

Entonces, un entendimiento
profundo de las cosas
no se puede lograr
sin conocimiento...

dejando siempre un
resultado eternamente
escaso.

Por lo tanto,
nunca habrá suficientes
huevos ni agua...

para un café y una tortilla
francesa completos.

Porque nada de lo
que existe,
ni siquiera el propio
universo en su expansión...

es completo en sí mismo.

Todo depende de algo más;
nada se sostiene
en absoluta soledad...

pues es ley evidente
de la interacción
universal.

De ahí que la clave
no radique en
lo que se sabe,
sino en todo lo que queda
por alcanzar.

Y quizá sea precisamente eso
el motor que impulsa
a seguir buscando,
a seguir investigando,
a seguir creando...

La eterna limitación.
Jesus Sep 13
Más allá de la tierra,
de la vida
y de la muerte,
del misterio que lo
envuelve todo.

Más allá del tiempo,
del espacio y del lugar,
de cada frontera y de
toda realidad.

Más allá de los planetas,
de las estrellas,
de las galaxias
y de los universos,
de ese vasto eco sin fin.

El inspirador de pensamientos,
el principio unificador,
el rey de la interacción...

el origen de todo
lo que conocemos.

El que hace posible
que todo sea lo que es,
artífice de cada
interacción universal,
de cada ser vivo,
de cada planeta,
de cada universo...
y más allá.

El motor invisible que
impulsa las fuerzas
que todo lo enlazan,
donde nada existe
ni se sostiene por sí solo...

Cada célula, cada átomo,
cada estrella.

Más allá de todo lo posible
por descifrar y conocer
la fuerza que todo une
y enlaza, o lo que
es lo mismo:

Interacción,
enigmática, desconocida,
y aún así...

Lo que hace posible que todo sea
lo que es.
Jesus Sep 25
Sabiendo lo que sabemos,
la realidad se nos escapa.
Permanecemos dormidos,
desconectados de un todo
universal, desconocido
e inexorable.

Entre la muerte,
ese ineludible fin o medio,
y, a la vez,
el descanso eterno,
la liberación terrenal.

La ignorancia negativa,
ese creer saber,
que, al no entender
la profundidad
de las cosas, eleva el ego...

y distorsiona la realidad:
la falsa felicidad.

Y la sabiduría,
que inevitablemente
desemboca en un no
saber profundo,
una insatisfacción eterna
por el deseo de comprender
lo inalcanzable.

Entre esas fuerzas,
¿cuál sería la mayor
de las condenas existenciales?

Para mí, sin duda,
la ignorancia positiva.
No aquella disfrazada de falsa felicidad,
sino esa verdad que se nos escapa
y transforma lo incierto
en el motor del cambio.

Es la mayor condena
y, a la vez, la mayor virtud.

La sabiduría,
por su parte,
es el principio oculto
que impulsa la existencia:
el agua necesaria
que hace del río
lo que es,
en su camino incesante
hacia el mar.

En esa paradoja,
en el delicado equilibrio
entre la ignorancia positiva
y la sabiduría, encontramos
el verdadero sentido de nuestra evolución:
la senda hacia la lucidez,
la profundidad,
el deseo constante
de saber más.

Y por ello,
como el agua del río:

Nos acercamos al mar.
Jesus Aug 20
Poeta: Jesús Ángel  | ES | Desde Abr/2019
Editar mi poema

El arte de la presencia.
poema de Jesús Ángel

Artífices,
creadores de su propio
camino,
que van pintando
al avanzar.


Libres, y por eso
presos de su libertad.

Firmes e inalterables
en sus convicciones,
forjados por la experiencia
y el fuego de su alma,
que les impulsa
en su caminar.

Íntegros, intocables,
siempre en busca de
transformación,
para consigo mismos
y con los demás.

Habitantes de la vida
en cuerpo humano,
con mente despierta,
que, en honor al arte
de la presencia...

¡siempre van a por más!

Artífices, creadores
de su propio camino.
Brocha, pintura, puño,
y el color necesario...

¡para andar lucidos,
serenos y conscientes
en su caminar!
Imagina una vida sin recuerdos,  
sin pasiones ni temores internos,  
sentimientos que en el alma crecieron.  
Sería vivir a oscuras,  
en un cielo sin figuras,  
o una noche sin luna pura.  

En un mar inmóvil y frío,  
con un barco sin faro,  
sin propósito ni desvarío.  

Los recuerdos nos nutren y forjan,  
son lecciones que nunca se ahogan.  
Brújula fiel en la travesía,  
al norte lleva la alegría,  
en el sur se oculta la agonía.  

Son cartas sobre la mesa tendidas,  
cada cual elige sus partidas.  
Mas claro está en esta escena:  
los recuerdos son la cadena  
que impulsa o frena la pena.  

Como piedra de represa firme,  
resiste según el agua sublime.  
La mente es poderosa y voraz,  
pero dañina si pierdes su paz.  

Toma tus recuerdos como arma letal,  
con los buenos vencerás al mal;  
con los malos caerás en abismo fatal.  

Busca tu faro en alta mar,  
deja que las penas se puedan marchar.  
El horizonte suele resplandecer,  
si rompes las olas del padecer.  

Siempre hay algo bueno por evocar,  
un navegante sin rumbo va a naufragar.  

Vivir siempre tiene sentido profundo,  
sostiene firme el timón en este mundo,  
mi navegante querido,
no des todo por perdido.

— The End —