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Lesly Jan 2015
Son las 9:10 pm. Estoy acostada, pensando. Extraño mi família. Extraño a mi primo. El fue como un hermano para mi. Recuerdo cuando me sentía triste y me agarraba de la mano. Me decía que todo iba estar bien.

Extraño a mi abuela. Quisiera ir a buscar su tumba y dejarle flores. Quisiera verla pero no puedo. Se que ella esta cuidando a mis hermanos. Se que esta feliz y libre de todo dolor.

Quisiera estar en mí país. Sea como sea siempre sera mi tierra. La amo. La extraño. Extraño el calor. Extraño las playas. Cuando me acostaba en la hamaca de mi tío solo para ver las estrellas desde el techo de su casa. Ah, que lindura.

Recuerdo un muchacho que deje. Nos quedamos en volvernos a ver pero murió tan joven. No lo volví a ver. Me quedé con la frase "te volvere a ver pronto. En la próxima te invito a cenar o algo..pero que nos veremos nos veremos eso si." Eso fue lo último que le dije.

Pero no se cuando me iré. No se cuando, pero me iré para siempre.
Venus Apr 2015
Recordaba la luz resplandeciente de sus ojos cada vez que me acostaba. Recordaba su mirada dulce, llena de vida y amor. Recordaba sus fuertes y suaves manos. Recordaba su forma tonta de caminar y como solía reírme. Recordaba cuando lo conocí por primera vez. Estaba tan segura de que no era como los demás. Recordaba su rareza. Recordaba que era lo más que me gustaba de él. Recordaba sus besos. Recordaba que calentaban los míos. Recordaba su abrazo y como lo extrañaba tanto. Luego recordé como sus mentiras me convirtieron en alguien que no era. Recordé como las drogas y el alcohol era mi única escapatoria de no pensar en el. Recordé que él era más intoxicante que la droga y el alcohol, porque de otra manera no entendía porque era en lo único que pensaba. Recordé como lloraba enfrente de mi madre porque el primer chico que le entregué mi corazón me decepcionó de una manera terrible. Recordé como lo defendía porque aún  pensaba que era el chico que me decía los buenos días. Recordé que me tomaba  pastillas para poder dormir. Recordé como mi llanto era lo único que se escuchaba en mi habitación. Recordé como me dolía el corazón y como el dolor no parecía acabarse. Recordé que cuando mencionaban su nombre no había otra cosa que me importase. Recordé que su nombre estaba constantemente en mi cabeza como una canción maldita. Recordé como arranque las páginas de mi poemario porque él no merecía mis sentimientos. Recordé como nunca había escrito sobre alguien. Recordé el miedo que me daba cada vez que alguien me decía que me tenían que decir algo. Recordé como les mentía a todos diciendo que estaba bien. Recordé como decía que estaba mejor cuando me hundía en mi propio mar de lágrimas. Recordé las veces que esperaba un simple mensaje o una palabra. Recordé que aún con todo el daño que causo aún lo esperaba con los brazos abiertos. Recordé que nunca lo tuve y que nunca lo perdí.
Érase un cura, tan pobre,
que daba grima mirar
sus zapatos descosidos
y su viejo balandrán.
Érase un cuasi mendigo
que solía regalar
a los más pobres que él
con la mitad de su pan.
Un cura tan divertido
para hacer la caridad,
que si daba el desayuno
se acostaba sin cenar.
Érase un pobre curita
llamado el Padre Julián,
a quién vían como a un perro
los grandes de la ciudad,
pues era tan inocente
y era tan humilde el tal,
que en la casa de los grandes
daba risa su humildad.
Un día amaneció muerto,
siendo causa de su mal
no se sabe si mucha hambre
o alguna otra enfermedad.
Entonces un gran entierro
se ofreció al padre Julián,
donde sólo en cera y pábilo
se quemara un dineral.
Y se vieron coches fúnebres
y hubo un lujo singular,
a los ecos de las marchas
de la música marcial.
Y cuentan que los timbales
y oboes al resonar,
hacían burla del muerto
pobre de solemnidad...
Y que el muerto se reía
pensando en su balandrán,
con una de aquellas risas
que dan ganas de llorar.
entre las cosas que raf maloney tenía
había una dinámica de la penetración orgánica y moral
una fisiología de la continuidad del cuerpo
una ética de la sensibilidad nerviosa

ninguna de la cual le servía para nada
se lo vería oscurecer día tras día
mirando al este en estado de inocencia
sin llorar eso sí raf maloney no llora

había una melancolía también grande gorda marrón
y sobre todo un pájaro raf maloney
cuidaba a un pájaro de cuello largo frío
en una pared de su casa

"pájaro" le decía al pájaro "¿te crece el cuello para ver
los pensamientos que te suben del corazón?" le decía raf maloney
"¿para palparlos mucho y medirlos?" le decía
pero el pájaro callaba completamente

raf maloney tenía también
un día español ancho abierto con olor a merluza
fresco glorioso alto
lo había plantado en el fondo detrás del perejil

allí se acostaba a ver el cielo cuando llovía
y había sol y había vino y tabaco portugués
"¿ves esta furia en paz?" le decía al pájaro
"¿la ve tu cuello pájaro?" decía raf maloney

cuando raf maloney murió lo cortaron al pájaro
y comprobaron que daba cielo como sol
cielo como noche
como sol

el cuello lo tenía noche
y daba cielo como sol
así era el pájaro de raf maloney
que murió cualquiera de estos días
Hoy he pasado por un camino triste
Donde sólo cantan los sapos y los grillos.
Es un camino estéril, reseco, sin orillos
De lodo, y que no viste

Reborde de cicutas ni de cardos.
Me asaltó la garganta un sabor de ceniza.
Medrosa, entre mis labios se agazapó la risa.
Vi mis dedos rosados como diez huesos pardos,

Untados de penumbra, de humedad y de tierra.
Y cual si me golpearan las manos del espanto,
Huí de aquel camino largo del camposanto
Mientras el sol de azufre se acostaba en la sierra.

— The End —