Ya no son mariposas lo que guarda en su interior. Siento hormigas talandrándome hasta lo más profundo. Como miles de cuchillas cortando a la vez.
A veces quisiera poder abrir mi pecho, como si fuera una maleta. Sacar mi corazón y esconderlo. O para preguntarle cómo puede ser tan estúpido, por qué vuelve a lanzarse al mismo vacío, una y otra vez.