Te he aprendido a amar con tus imperfecciones, pues tú has aprendido a amarme con las mías.
Has cautivado cada parte de mi ser.
Esa curvatura insaciable que conjuga tu estatura de almirante.
Mi iris se centra en ti, en tu mirada penetrante, cada vez que soy parte de tu horizonte.
Te he aprendido a amar con tus marcas de combate y las he apreciado como si hubiesen sido talladas por el más pretigiado escultor.
Haces que de mi rostro reluzca un símbolo de paz, esa risa coqueta que solo se presenta cuando tú estás.
Tus dedos forman parte de la más perfecta obra musical, mis oídos se percatan de cada nota que en el aire flota.
Te he aprendido a amar en las peores circunstancias y orgullosa me siento por haber sido ese necesitado sustento que siempre has merecido.
Seré tu camino al placer por el tiempo que desees, al igual que seré tu mejor amiga cuando sientas que tu pecho desahogar debes.
No me importa tu cuerpo, ni nada que la sociedad clasifique como algo "imperfecto", la belleza corporal se va y quienes se quedan son los sentimientos.
Esa gentileza y sentido del humor fueron los que me inclinaron hacia ti, eres mi musa, mi inspiración.
Sobre ti puedo contar las más grandes aventuras.
Te he aprendido a amar, en todos los aspectos, duele cuando dudas sobre lo que por ti siento.
Aunque los años pasen y nuestros seres ya no sean encontrados, mis sentimientos por ti permanecerán intactos.
Escrito hecho para una persona la cual lamentablemente ya no está en mi vida, pero aún así lo comparto con ustedes. Real es lo que dicta al final, aunque él ya no sea parte de mi mundo, los sentimientos hacia él siempre han sido profundos.