Ese momento en el que estas sentada.
Las luces parpadean.
Las señales se encienden.
Te aferras a tu asiento al sentir la velocidad.
Este avanza, a un paso fuerte.
De dulce pasa a brusco.
Tu corazón pide más,
y tu adrenalina esta al tope.
De repente se eleva, y desde la ventana observas como las llantas regresan a su lugar.
Y en ese momento, justo en ese momento.
Te sientes infinito.