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Careta era o cavalo
A quem o sal dado
Em mim sangrava.

Tinka, um dos 2 cachorros –
Meu predileto era o Leão.
Brigavam como cães e gatos.

I Think era como o chamava -
ao primeiro dos cães
o americano missionário.

Shibiu, ou será Chibiu?
– era o cachorro de dona Modesta
Nossa mãe adotada: sempre atenta
A que nenhum bicho nos agarrasse.

Lembro-me também do Bito
Aquele disgramado, culpado duas
Vezes por esta cicatriz que trago
No meio das costelas e no fardo
Pessoal que carregamos vida afora.

Bito não era bode expiatório
– mas cabrito imolado tampouco.
Acho que era o diabo tocando viola.

Eu alimentava os porcos
Sem expulsar ninguém
Morro abaixo...
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Nacen puestos de gafas, y una piel de levita,
y una perilla obscena de culo de bellota,
y calvos, y caducos. Y nunca se les quita
la joroba que dentro del alma les explota.

Pedos con barbacana, ceremoniosos pedos,
de su senil niñez de polvo enlevitado,
pasan a la edad plena con polvo entre los dedos,
sonando a sepultura y oliendo a antepasado.

Parecen candeleros infelices, escobas
desplumadas, retiesas, con toga, con bonete:
una congregación de gallardas jorobas
con callos y verrugas al borde del retrete.

Con callos y verrugas, y coles y misales,
la dignidad del asno se rebela en la enjalma,
mirando estos cochinos tan espirituales
con callos y verrugas en la extension del alma.

Alma verruguicida, callicida la vuestra.
Habéis nacido tiesos como los monigotes,
y vivís de puntillas, levantando la diestra
para cornamentar la voz y los bigotes.

Saludáis con el ano, no arrugáis nunca el traje,
disimuláis los cuernos con laureles de lata.
No paráis en la tierra, siempre vais de viaje
por un pais de luna maquinal, mentecata.

Nacéis inventariados, morís previa promesa
de que seréis cubiertos de estatuas y coronas.
Vais como procesados por el sol, que procesa
aquello que señala delito en las personas.

Os alimenta el aire sangriento de un juzgado,
de un presidio siniestro de abogados y jueces.
Y concedéis los pedos por audiencia de un lado,
mientras del otro lado jodéis, meáis a veces.


Herís, crucificáis con ojos compasivos,
cadáveres de todas la horas y los días:
autos de poca fe, pastos de los archivos,
habláis desde los púlpitos de muchas tonterías.

Nunca tenga que ver yo con estos doctores,
estas enciclopedias ahumanas, aplastantes.
Nunca de estos filósofos me ataquen los humores,
porque sus agudezas me resultan laxantes.

Porque se ponen huecos igual que las gallinas
para eructar sandeces creyéndose profundos:
porque para pensar entran en las letrinas,
en abismos rellenos de folios moribundos.

Sentenciosas tinajas vacías, pero hinchadas,
se repliegan sus frentes igual que acordeones,
y ascienden y descienden, tortugas preocupadas,
y el corazón les late por no sé qué rincones.

No se han hecho para estos boñigos los barbechos,
no se han hecho para estos gusanos las manzanas.
Sólo hay chocolateras y sillones deshechos
para estas incoherencias reumáticas y canas.

Retretes de elegancia, cagan correctamente:
hijos de puta ansiosos de politiquerías,
publicidad y bombo, se corrigen la frente
y preparan el gesto de las fotografías.

Temblad, hijos de puta, por vuestra puta suerte,
que unos soldados de alma patética deciden:
ellos son los que tratan la verdadera muerte,
ellos la verdadera, la ruda vida piden.

La vida es otra cosa, sucios señores míos,
más clara, menos turbia de folios, de oficinas.
Nadan radiantemente sus cuerpos en los ríos
y no usan esa cara de múltiples esquinas.

Nunca fuisteis muchachos, y queréis que persista
un mundo aparatoso de cartón estirado,
por donde el cartón vaya paticojo y turista,
rey entre maniquíes de pulso congelado.

Venís de la Edad Media donde no habéis nacido,
porque no sois del tiempo presente ni del ausente.
Os mata una verdad en el caduco nido:
la que impone la vida del siempre adolescente.

Yo soy viejo: tan viejo, que el primer hombre late
dentro de mis vividos y veintisiete años,
porque combato al tiempo y el tiempo me combate.
A vosotros, vencidos, os trata como a extraños.
Trapos, calcomanías, defunciones, objetos,
muladares de todo, tinajas, oquedades,
lápidas, catafalcos, legajos, mamotretos,
inscripciones, sudarios, menudencias, ruindades.

Polvos, palabrería, carcoma y escritura,
cornisas; orinales que quieren ser severos,
y se llevan la barba de goma a la cintura,
y duermen rodeados de siglos y sombreros.

Vilmente descosidos, pálidos de avaricia,
lo que más les preocupa de todo es el bolsillo.
Gotosos, desastrosos, malvados, la injusticia
se viste de acta en ellos con papel amarillo.

Los veréis adheridos a varios ministerios,
a varias oficinas por el ocio amuebladas.
Con el **** en la boca canosa, van muy serios,
trucosos, maniobreros, persiguiendo embajadas.

Los veréis sumergidos entre trastos y coños
internacionalmente pagados, conocidos:
pasear por Ginebra los cojones bisoños
con cara de inventores mortalmente aburridos.

Son los que recomiendan y los recomendados.
La recomendación es su procedimiento.
Por recomendación agonizan sentados
donde la muerte cómoda pone su ayuntamiento.

Cuando van a acostarse, se quitan la careta,
el disfraz cotidiano, la diaria postura.
Ante su sordidez se nubla la peseta,
se agota en su paciencia la estatua más segura.

A veces de la mala digestión de estos cuervos
que quieren imponernos su vejez, su idioma,
que quieren que seamos lenguas esclavas, siervos,
dependen muchas vidas con signo de paloma.

A veces son marquesas íntimas de ambiciones,
insaciables de joyas, relumbronas de trato:
fracasadas de título, caballares de acciones,
dispuestas a llevar el mundo en el zapato.

Putonas de importancia, miden bien la sonrisa
con la categoría que quien las trata encierra:
políticas jetudas, desgastan la camisa
jodiendo mientras hablan del drama de la guerra.

Se cae de viejo el mundo con tanto malotaje.
Hijos de la rutina bisoja y contrahecha,
valoran a los hombres por el precio del traje,
cagan, y donde cagan colocan una fecha.

Van del hotel al banco, del hotel al paseo
con una cornamenta notable de aire insulso.
Es humillar al prójimo su más noble deseo,
y el esfuerzo mayor le hacen meando a pulso.

Hemos de destrozaros en vuestras legaciones,
en vuestros escenarios, en vuestras diplomacias.
Con ametralladoras cálidas y canciones
os ametralllaremos, prehistóricas desgracias.

Porque, sabed: llevamos mucha verdad metida
dentro del corazón, sangrando por la boca:
y os vencerá la ferrea juventud de la vida,
pues para tanta fuerza tanta maldad es poca.

La juventud, motores, ímpetus a raudales,
contra vosotros, viejos exhombres, plena llueve:
mueve unánimemente sus músculos frutales,
sus máquinas de abril contra vosotros mueve.

Viejos exhombres viejos: ni viejos tan siquiera.
La vejez es un don que cederá mi frente,
y a vuestro lado es joven como la primavera.
Sois la decrepitud andante y maloliente.

Sois mis enemiguitos: los del mundo que siento
rodar sobre mi pecho más claro cada día.
Y con un soplo sólo de mi caliente aliento,
con este soplo dicté vuestra agonía.
Geografia (2)**

Havia a lua a conquistar: magno evento.
Mas a vida corria normal em solo firme
Ah, e os sustos: o estômago puro vento
Eu silente, exausto, adormecia inerme.
Entanto, no cerrado havia muitas frutinhas.
E havia a revolução, e reuniões de oração.
Quando dormia no meio do Pai-Nosso.
Uma centena de orantes à espera de um milagre.
Então Seu Roque viajava para o Interior –
Com seu carrossel de slides e nossas fotos
Não havia quem não doasse alguma coisa:
- Um capado, um saco de arroz, bananas
Em cachos; voltava no fordinho velho
Mas bem fornido; tão feliz, e barbado.
& The United Brothers enviavam cartas.
Dentro dessas meu primeiro bookmark
E o desejo de conhecer o estrangeiro...
Na escola dominical, aprendi os 10 Mandamentos.
Ficava triste nas tardes de domingo; ainda agora.
Um gosto de mangaba e o dedão do pé doendo
Como quando chutava lobeiras em lugar de bolas.

O abrigo era o melho lugar do mundo limpo
O quintal; o milharal capinado; havia o Careta
Nosso cavalo; o Thinka – latindo para o Leão.
Éramos tão felizes quando banhados à espera
De vovó Cecília e seus doces de buritis...
Jesus, como era o teu nome chamado.
Até que o Filemon teve convulsão e tudo desabou
Sobre nossas cabeças como o Apocalipse de S. João.
Fim.
./.
Poesia, BetoQueiroz, Memorias
Para el asombro de las greyes planas
suelo zurcir abstrusas cantilenas.
Para la injuria del coplero ganso
torno mis brumas cada vez más densas.
Para el mohín de los leyente docto
marco mis versos de bizarro rictus,
(leyente docto: abléptico pedante)
tizno mis versos de macabros untos.
Para mí... no hago nada, nada, nada,
A qué contar a la olvidosa gente
si el amor en mi pecho llora o canta?
(a la olvidosa gente, es a saber:
al aire, al viento, al sol, al río, al mar...)
o a qué decir si el alma poesía,
-gruña así o grazne la trivial raleaa
qué decir si el alma poesía
huésped es de mi torre o de mi rúa?
Y que (como Villon el su tabardo,
su buitre prometeiico Atlas el Sordo,
como Nerón la púrpura, y la toga
César el Calvo, y ponzoñosa daga
el Valentino de mirar buido,
y, de la Tour de Nesle precipitado,
el saco Buridán, oh Margarita!)
yo porto, a más del tirso y la careta,
yo porto, en mí, la sombra del fastidio,
signo fatal, exilio sin remedio?
(como Nerón la púrpura, o la toga
César el Calvo, o la siniestra daga
el Valentino César, cuando arruga
su ceño ante las turbas enemigas!)
Un ignorado ritmo, dócil, terso,
donde el absurdo corazón esparzo,
¡eso será la impertinente estrofa
en que de todo mi desdén se befa,
y más de mí!: desdén, sobrio estilete
y el más seguro amigo en el combate
contra la tribu inulta! ¡Oh Muchedumbre!:
qué vales tú, si topas con el Hombre?
(y el Hombre, dí, si topa con el Hambre?
y Muchedumbre y Hombre con la Hembra?).
Para mí no hago nada, nada, nada,
¡sino soñar, sólo vivir la vida!
Para mí no hago nada... ¿acaso humo
cuando en la pipa blondo aroma quemo,
-si en el magín devano las ideas
humo también, color de fantasía...-?
Para mí no hago nada, nada, sólo
soñar, vivir la vida a contrapelo.
Sin un sueño de Amor más que divino
-por tener de ideal y ser humano que
da objeto y razón a mi durar...
sin ése Amor, mejor fuérame ser
una Sombra en la Sombra: quieto Buda
dormitando en la Muerte o en la Vida.
Para el asombro de las greyes planas
suelo zurcir abstrusas cantilenas.
Para ofender la mesocracia ambiente
mi risa hago sonar de monte a monte;
tizno mis versos de bizarro rictus
para el mohín de lo leyente docto;
para divertimento de mí mismo
trovas pergeño: absurdos y sarcasmos!
Y busco algo de ensueño y de aventura
dentro la noche...! y doy la vida entera
por el Amor, oh tú, sola Mujer!
mientras viene el morir!
Mirando mi calavera
un nuevo Hamlet dirá:
He aquí un lindo fósil de una
careta de carnaval.
Fui ateu
Fui macumbeiro
Ocultista
tétrico
cheio de espinhas
Fui galã
Roqueiro
Maconheiro
Careta
Fui a uma adivinha
leu minha mão
acertou que não trabalho
tirou as cartas
me mandou embora quando eu quis apostar
me mandou ao diabo
Fui rindo
só sabia rir
Ifeanyi Ndolo Apr 2019
The suns been real low
its colors lacking flow,
lacking in vibrancy
just setting lifelessly.
But its hard to tell behind this mask
it acts like a cask,
a sort of home
that I never roam.
Cause I prefer to hide
to stay inside,
to avoid this stain
this awful pain.
But I'm never that lucky
or maybe I'm just rusty,
I haven't hid in awhile
disappeared to my isle.
Cracks are appearing
and though I'm persevering,
its starting to get put to the test
and I ain't got much time left.
If your reading this please find my mask
before the demons escape the cask,
before their anger erupts
and leaves all in a flux.
Aquesta es la pipa de todo el maíz.
Aquesta es la pipa del loco Legris
            archilunático.

Con ella dialoga cuando la saudade
de su montañoso terruño le invade...
            Cuando está antipático...

Cuando ya no ríe... Cuando ya no teje
su canción extraña, su canción hereje,
            libre, parabólica:

cuando está soñando con la Bien-querida,
la novia lejana, la suave elegida
            dulce y melancólica!

Ella!... que le hurtara su ser arbitrario,
su manía absurda, su ultraplanetario
            devenir errante;

Ella que le doma, le rinde y sujeta,
y que no le deja tirar la careta
            y echar adelante!...

La dueña de todas sus cosas no malas!
La que en su joroba le pone dos alas
            azules, azules!

...Aquesta es la pipa que le rememora
ya un instante alegre, ya una triste hora,
            velados por tules,

por tules humosos, de acerada brurna!
Aquesta es la pipa en que fuma y fuma
            cuando está soñando;

en que fuma y fuma cuando triste y solo
vaga y vaga y vaga de un Polo a otro Polo
            sin cómo ni cuándo...

La paisana pipa tan original! 1
Pipa que es regalo del trascendental
            señor Aldecoa...

Aquesta es la pipa de todo el maíz.
Aquesta es la pipa del loco Legris
            quien así la loa!
En Londres o Madrid, Ginebra o Roma,
ha sorprendido, ingenuo paseante,
el mismo taedium vitae en vario idioma,
en múltiple careta igual semblante.

Atrás las manos enlazadas lleva,
y hacia la tierra, al pasear, se inclina;
todo el mundo a su paso es senda nueva,
camino por desmonte o por rüina.

Dio, aunque tardío, el siglo diecinueve
un ascua de su fuego al gran Baroja,
y otro siglo, al nacer, guerra le mueve,

que enceniza su cara pelirroja.
De la rosa romántica, en la nieve,
él ha visto caer la última hoja.
Dijo sus secretos el faisán de oro:
-En el gabinete mi blanco tesoro,
de sus claras risas el divino coro,las bellas figuras de los gobelinos,
los cristales llenos de aromados vinos,
las rosas francesas en los vasos chinos.(Las rosas francesas, porque fue allá en Francia
donde en el retiro de la dulce estancia
esas frescas rosas dieron su fragancia.)La cena esperaba. Quitadas las vendas,
iban mil amores de flechas tremendas
en aquella noche de Carnestolendas.La careta negra se quitó la niña,
y tras el preludio de una alegre riña
apuró mi boca vino de su viña.Vino de la viña de la boca loca,
que hace arder el beso, que el mordisco invoca.
¡Oh los blancos dientes de la loca boca!En su boca ardiente yo bebí los vinos,
y, pinzas rosadas, sus dedos divinos
me dieron las fresas y los langostinos.Yo la vestimenta de Pierrot tenía,
y aunque me alegraba y aunque me reía,
moraba en mi alma la melancolía.La carnavalesca noche luminosa
dio a mi triste espíritu la mujer hermosa,
sus ojos de fuego, sus labios de rosa.Y en el gabinete del café galante
ella se encontraba con su nuevo amante,
peregrino pálido de un país distante.Llegaban los ecos de vagos cantares
y se despedían de sus azahares
miles de purezas en los bulevares.Y cuando el champaña me cantó su canto,
por una ventana vi que un ***** manto
de nube, de Febo cubría el encanto.Y dije a la amada un día: -¿No viste
de pronto ponerse la noche tan triste?
¿Acaso la Reina de luz ya no existe?Ella me miraba. Y el faisán cubierto
de plumas de oro: -«¡Pierrot, ten por cierto
que tu fiel amada, que la Luna ha muerto!»

— The End —