Cuando daba por perdido todo, entonces me encontre con la luz. No tuve miedo por un momento ya que todo el dolor que sufria habia desaparecido. Era entonces que descubri que habia muerto. Mi enfermedad me agarro por sorpresa al igual que todos. No dio tiempo ni de un solo suspiro para darnos cuenta que habia terminado sin antes haber comenzado. Fue una batalla donde yo no tuve lugar alguno. Mi cuerpo era un extraño que atormentaba mi alma y ganas de vivir. Esa luz era el tunel de mi salida. Al darme cuenta, algo tarde, habia desalojado mi cuerpo. Fue entonces que habia muerto, pero mi alma estaba perdida en un infinito sin entrada ni salida. Sometida a una tortura toda mi vida y en un abrir y cerrar de ojos se esfumo. La luz brillaba tanto que penetraba hasta mis pensamientos. Luego de un rato, el camino se volvio algo magico, ya no tenia miedo y solo pensaba en lo hermoso que era. Mi cara era hermosa sin signos de tristeza o dolor que algun dia vivieron en mi. Entonces ahi deje mi cuerpo y mi alma floto hasta lo mas alto donde era libre y lo mejor era que podia ver lo que yo quisiera. Busque a mi madre y trate de abrazarla, ella no me sentia pero le susurre al oído que la amaba. Para mí sorpresa ella sonrió. Abandoné ese escenario y me fui al jardín mas bello donde veia peces nadar y flores de todo tipo. Poco a poco me desvanecia hasta que mi persona desaparecio y fue ahi donde algun dia existi y todo lo que vi fue real pero me llevaba un recuerdo que espero no perder donde sea que este.