Nunca se sabe
que nos vamos a encontrar
en las profundidades del mar.
Cuando arde
en el fondo de nuestra alma,
un deseo de hallar
lo que no sale de nuestro pensar,
ese es el momento
en que debemos parar
esa búsqueda
de algo que,
si se rastrea,
nunca podremos encontrar.
Justo en ese instante,
en que por fin paramos de buscar,
llegará a nosotros
lo que siempre se quiso alcanzar;
por aquellas dichas,
profundidades del mar.