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Natalia Rivera Dec 2015
Siempre he sabido encontrarme
En distintos lugares.
Por arriba en las montañas,
Volando como una cometa.
O por abajo en el mar,
Entre arrecifes y corales.
En lo verde de la pradera,
Y en lo gris de la lluvia.
Pero ayer me encontré
Entre las costuras de su boca.
Fui meticulosamente desvestida
Por una creación divina.
Embriagada por el aroma de su pelo,
Seducida por su sonrisa divertida.
Alocada por el color de su corteza.
Allí me encontré y me proclamo su diosa.
Yo, una chaparra de cabellos alborotados,
Un par de ojos verdes, un cuaderno con garabatos
Y con una historia que contar.
Un sábado en la noche, aquella alma me escucho
Y de paso, me desnudo el alma.
Beso cada detalle de mi complexión,
Hizo un himno con mi nombre.
Se unió en un pacto de cuerpos
Y el pago venia en orgasmos.
Aquel sábado me encontré
Cuando me proclamo su diosa,
Y al terminar se quedó.
A veces pienso mucho
Y a veces pienso muy distinto
Tengo tantos pensamientos en mi mente que casi siempre me contradigo.
Es que una parte de mi cree y ama tantas cosas que sueña que realmente cada una de ellas sean ciertas
Y la otra que es más "realista", dirían,  tacha cada una de ellas
Mi mente es un debate constante entre lo que cree y lo que debería
Entre la ilusión y la desilusión
Y ambas puntas de la mesa discuten sin razón
Por eso hoy puedo pensar de la forma más ilusa posible
y mañana me despertaré e intentaré racionalizar meticulosamente todo
Pero  otras veces termino en un limbo, en el que todo se mezcla llegando a ser un sinsentido alguno

— The End —