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Amo el campus
universitario,
sin cabras,
con muchachas
que pax
pacem
en latín,
que meriendan
pas pasa pan
con chocolate
en griego,
que saben lenguas vivas
y se dejan besar
en el crepúsculo
(también en las rodillas)
y usan
la cocacola como anticonceptivo.

                Ah las flores marchitas de los libros de texto
finalizando el curso
                            deshojadas
cuando la primavera
se instala
en el culto jardín del rectorado
                            por manos todavía adolescentes
y roza con sus rosas
                            manchadas de bolígrafo y de tiza
el rostro ciego del poeta
                            transustanciándose en un olor agrio
                            a naranjas
Homero

                            o *****

                  Todo eso será un día
                  materia de recuerdo y de nostalgia.
                  Volverá, terca, la memoria
                  una vez y otra vez a estos parajes,
                  lo mismo que una abeja
                  da vueltas al perfume
                  de una flor ya arrancada:

                  inútilmente.

                  Pero esa luz no se extinguirá nunca:
                  llamas que aún no consumen
...ningún presentimiento
puede quebrar ]as risas
                  que iluminan
                  las rosas y ]os cuerpos
y cuando el llanto llegue
                  como un halo
los escombros
la descomposición
                  que los preserva entre las sombras
                  puros
no prevalecerán
serán más ruina
                    absortos en sí mismos
y sólo erguidos quedarán intactos
todavía más brillantes
                    ignorantes de sí
esos gestos de amor...
                    sin ver más nada.
Juliet R May 2014
Percorri a tua alma,
Na noite, na calma.

Esperei por ti, nada,
Fico aqui, abalada.

Prezo para que chegues,
Que chegues e me aconchegues.

Rebeldia à tua maneira,
Junto da luz da fogueira.

Sente o toque da areia,
Pensa nela como uma odisseia.

Lembra-te da felicidade,
Em ver o mar, na pura cumplicidade.

O pôr-do-sol se instala,
Ninguém tenta soltar a fala.

Prendo-me a ti,
Tal como antevi.

Solto a mente,
livre do inconsciente.

Toque de lábios,
O caminho, esse é de sábios.
«Aquel purpúreo monte, que tenía
la formación más viva hacia el ocaso,
desviado secreto de espesura»,
vuelve hacia mí, se instala
ante mi fe, lo mismo
que un dios, una inmortal mujer dorada.

¿El sabe que es bastante,
sabe que lo esperaba yo cantando,
que es deseado para plenitud,
para paz, para gloria?

Viajan los lugares, a las horas
propicias. Entrecruzan sin estorbo,
en concesión magnánima de espacio,
sus formas de infinita especie bella,
cada uno a su fe. (Y hacen un mundo
nuevo perpetuamente...)

«Este mar plano frente a la pared
blanca al sur neto de la noche ébana,
con la luna acercada en inminencia
de alegre eternidad».

                                        Así encontramos,
de súbito, hondas patrias imprevistas,
paraísos profundos de hermosura,
que parecieron de otro modo:
claros ante la luz, distintos,
olas bien limitadas, otras,
altos árboles solos, diferentes.

La armonía recóndita
de nuestro estar coincide con la vida.
Y en tales traslaciones, realidades
paralelas, bellísimas, del sueño,
dejamos sonriendo nuestra sien
contra la fresca nube
cuajada, momentánea eternidad,
en un pleno descanso transparente,
advenimiento firme de imposible.

«Mi galería al único levante,
cielo amarillo y blanco trasluciente,
sobre el pozo primero, entre la adelfa».
La edad del Cristo azul se me acongoja
porque Mahoma me sigue tiñendo
verde el espíritu y la carne roja,
y los talla, el beduino y a la hurí,
como una esmeralda en un rubí.
Yo querría gustar del caldo de habas,
mas en la infinidad de mi deseo
se suspenden las sílfides que veo
como en la conservera las guayabas.
La piedra pómez fuera mi amuleto,
pero mi humilde sino se contrista
porque mi boca se instala en secreto
en la feminidad del esqueleto
con un crepúsculo de diamantista.
Afluye la parábola y flamea
y gasto mis talentos en la lucha
de la Arabia Feliz con Galilea.
Me asfixia, en una dualidad funesta,
Ligia, la mártir de pestaña enhiesta,
y de Zoraida la grupa bisiesta.
Plenitud de cerebro y corazón;
oro en los dedos y en las sienes rosas;
y el Profeta de cabras se perfila
más fuerte que los dioses y las diosas.
¡Oh, plenitud cordial y reflexiva:
regateas con Cristo las mercedes
de fruto y flor, y ni siquiera puedes
tu cadáver colgar en la impoluta
atmósfera imantada de una gruta!
Nayah May 10
Hoy me faltó algo
No el aire, no el sol,
no el ruido del mundo.
Me faltaste tú.
Y eso hizo que todo lo demás
sonara hueco.

Hay un tipo de tristeza
que no llora,
que simplemente se instala
como humedad en las paredes,
como polvo que ya no se limpia
porque no hay fuerzas.

Me gustaría que alguien lo notara.
Que alguien dijera:
“¿Te pasa algo?”
sin saber qué,
pero sabiendo que algo se rompió.

Porque yo siento tu ausencia
como se siente el humo:
sin verlo al principio,
pero ardiendo por dentro.

Y no sé cómo amar a medias.
No tengo filtros,
no tengo pausas,
ni esa elegancia del desapego.
Amo con el pecho abierto,
con la garganta hecha nudo,
con todo lo que me deja expuesto.

Y mientras no estás,
me hundo.
No de golpe, no trágico.
Me hundo lento.
Como quien se duerme
debajo del agua.

03/05/25
Jesus Sep 14
¿Existe una patología
mental universal y
generalizada que aún no
está diagnosticada?

Una que florece desde
las semillas del
pensamiento distorsionado,
la falta de claridad
mental y la niebla emocional...

que oscurecen la
percepción de la realidad.

¿Qué es originada tanto
por uno mismo como por
lo absorbido
del exterior?

Ese dilema me hace plantearme
una gran pregunta:

¿Estamos atrapados en una
jaula mental, o somos
dueños de un universo
de posibilidades?

Una mente bien enfocada
en el pensar o el hacer
es un universo apenas
explorado, lleno de
posibilidades; un espacio
infinito donde siempre...

se puede aprender,
crecer y expandir.

En cambio, una mente que
utiliza al ser que
la habita, se convierte
en una jaula intangible...

que limita el pensamiento
y restringe el actuar.

Como una cortina de
humo que ciega la
claridad mental, altera
la percepción y
atrapa a quien la
padece en
su propio laberinto:

La jaula interna.

Así, esta "niebla mental" se
instala en el ser, levantando
muros invisibles que nublan
la psique...

que oscurecen el
alma y la convierte en jaula.

Distorsiona, desdibuja y
perturba la esencia
de lo que realmente se
es:

Energía en cuerpo humano
con capacidad pensante,
en interacción y conexión
con un todo universal.

Una conexión que trasciende
el entendimiento humano
y desafía cualquier explicación.

Entonces, ¿se puede considerar
esa niebla una
patología mental?

Y si esto es así,
¿es la mente el principal
campo de batalla para
una humanidad mejor?

"Quien domina su mente,
se convierte en el arquitecto
de la parte que es capaz
de su universo...

Quien no, queda atrapado
en su propia jaula."

— The End —