El río de la vida,
Fluye por un rato,
Y muy pronto seca.
Míralo desde la orilla,
Desde la seguridad de la tierra firme,
Y nunca te ahogarás.
Pero si te sumerges en el,
Navegas los rápidos fluviales, arriesgas las cataratas,
Flotas en sus curvas plácidas.
Conoceras la alegría,
De paisajes en constante cambio,
Más que vale la pena el riesgo.
Te rasparan las rocas,
No encontraras sombra contra el sol,
Y poco tiempo para el descanso.
Cuando las aguas se secan,
Y llegas al final de tu viaje,
Realmente habrás vivido.