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A vida, há não sei dizer quanto tempo,
Tem-se mostrado uma interminável batalha.
Conseguir ouvir a razão sem abafar o sentir
Conseguir sentir sem por ele ser consumida
Inteiramente.


Não quero mais escrever poesia de guerra
Nem fazer da poesia uma guerra de amor
Só vale o que eu deixar que valha.
E escrevo-o aqui, as desculpas de merda não valem
Nem valeriam se fossem desculpas muitíssimo boas
Se estou a perder a cabeça vou atrás dela e
Encaixo-a de novo no pescoço e
Bato com ela nas paredes até tornar a funcionar
Não a ajudo a ir. Não.


Não quero continuar a perguntar-me à noite
O que raio é que estou a fazer
Que vida é esta que escolho e não vivo
Que não vivo por a escolher incessantemente.
Não se pode querer paz e respostas
E por ambas querer nenhuma tenho
Só a mim e ao silêncio que não deixo existir.


Não quero. Não sei o que quero mas
Não quero isto. Querer isto não
Me deixa querer mais nada.
Nem a mim. Especialmente a mim.
E tenho que me querer a mim
Antes de querer qualquer outra coisa.
28-02-2017
Natalia Rivera Jul 2015
Alta de ojos verdes, como la luz de las luciérnagas.
Ella era como la luna.
Algunos días estaba llena de vida,
Otros desaparecía.

Consumida por el tiempo,
Ahogada en agonía.
Encerrada en cuatro paredes
Sin amor.

Así se veía ella.
Silenciosa e ignorada.
Insuficiente y horrible.
Sin ganas de vivir

Tierna niña de melena rubia
¿Por qué no puedes ver lo que yo veo?
¿Por qué no te quedas esta noche a charlar?
¿Por qué no vives un poco

Te entrego mis ojos, mírate como yo te veo.
Inmensa y maravillosa.
Más que un simple desastre,

Más que un cuerpo viviente.
Solegrina Jul 2014
I.
Além das árvores, um novo dia:
vejo fractais nos galhos florescentes,
- veias noturnas da ilusão sombria -
ah, deitado nas folhas decadentes...

Tal qual a luz numa caverna fria
faz na água cristais resplandecentes,
tal qual o sol invade uma abadia
por sagrados vitrais iridescentes,

a Aurora, face pálida e iminente
da manhã, é sorvida pelo ouvido
e incendeia o carvão dos meus subsolos.

Meu último suspiro é a nascente
de um brilho mineral recém chovido
nas graminhas que brotam dos tijolos.


II.*
Uma coroa incandescente avisto.
O Sol sobe do ***** mais profundo
aos imponentes edifícios vítreos
preparando a manhã para o seu culto:

brotam seus fogos (dançarinos místicos)
do asfalto e das janelas - nosso mundo
foi abrasado pelo canto rítmico
de um fervor que se expande em absoluto!

Fecho os meus olhos e me entrego às chamas.
Afogam-me as fogueiras e o meu pranto
é abafado entre ressonâncias, raios

e fúnebres azuis. A essência humana
é consumida e ao passar dos anos
sou fuligem em becos solitários.
Aquí, en este momento, termina todo,
se detiene la vida. Han florecido luces amarillas
a nuestros pies, no sé si estrellas. Silenciosa
cae la lluvia sobre el amor, sobre el remordimiento.
Nos besamos en carne viva. Bendita lluvia
en la noche, jadeando en la hierba,
Trayendo en hilos aroma de las nubes,
poniendo en nuestra carne su dentadura fresca.
Y el mar sonaba. Tal vez fuera su espectro.
Porque eran miles de kilómetros
los que nos separaban de las olas.
Y lo peor: miles de días pasados y futuros nos separaban.
Descendían en la sombra las escaleras.
Dios sabe a dónde conducían. Qué más daba. «Ya es hoy
-dije yo-, ya es hora de volver a tu casa».
Ya es hora. En el portal, «Espera», me dijo. Regresó
vestida de otro modo, con flores en el pelo.
Nos esperaban en la iglesia. «Mujer te doy». Bajamos
las gradas del altar. El armonio sonaba.
Y un violín que rizaba su melodía empalagosa.
Y el mar estaba allí. Olvidado y apetecido
tanto tiempo. Allí estaba. Azul y prodigioso.
Y ella y yo solos, con harapos de sol y de humedad.
«¿Dónde, dónde la noche aquella, la de ayer...?», preguntábamos
al subir a la casa, abrir la puerta, oír al niño que salía
con su poco de sombra con estrellas,
su agua de luces navegantes,
sus cerezas de fuego. Y yo puse mis labios
una vez más en la mejilla de ella. Besé hondamente.
Los gusanos labraron tercamente su piel. Al retirarme
lo vi. Qué importa, corazón. La música encendida,
y nosotros girando. No: inmóviles. El cáliz de una flor
gris que giraba en torno vertiginosa.
Dónde la noche, dónde el mar azul, las hojas de la lluvia.
Los niños -quiénes son, que hace un instante
no estaban-, los niños aplaudieron, muertos de risa:
«Qué ridículos, papá, mamá». «A la cama», les dije
con ira y pena. Silencio. Yo besé
la frente de ella, los ojos con arrugas
cada vez más profundas. Dónde la noche aquella,
en qué lugar del universo se halla. «Has sido duro
con los niños». Abrí la habitación de los pequeños,
volaron pétalos de lluvia. Ellos estaban afeitándose.
Ellas salían con sus trajes de novia. Se marcharon
los niños -¿por qué digo los niños?- con su amor,
con sus noches de estrellas, con sus mares azules,
con sus remordimientos, con sus cuchillos de buscar pureza
bajo la carne. Dónde, dónde la noche aquella,
dónde el mar... Qué ridículo todo: este momento detenido,
este disco que gira y gira en el silencio,
consumida su música...
No os espantéis, señora Notomía,
Que me atreva este día,
Con exprimida voz convaleciente,
A cantar vuestras partes a la gente:
Que de hombres es en casos importantes
El caer en flaquezas semejantes.

Cantó la pulga Ovidio, honor Romano,
Y la mosca Luciano,
De las ranas Homero; yo confieso
Que ellos cantaron cosas de más peso:
Yo escribiré con pluma más delgada
Materia más sutil y delicada.

Quien tan sin carne os viere, si no es ciego,
Yo sé que dirá luego,
Mirando en vos más puntas que en rastrillo,
Que os engendró algún miércoles Corvillo;
Y quien pez os llamó, no desatina,
Viendo que tras ser negra, sois espina.

Dios os defienda, dama, lo primero,
De sastre o zapatero,
Pues por punzón o alesna es caso llano
Que cada cual os cerrara en la mano;
Aunque yo pienso que por mil razones
Tenéis por alma un viernes con ciciones.

Mirad que miente vuestro amigo, dama,
Cuando «Mi carne» os llama,
Que no podéis jamás en carnes veros,
Aunque para ello os desnudéis en cueros;
Mas yo sé bien que quedan en la calle
Picados más de dos de vuestro talle.

Bien sé que apasionáis los corazones,
Porque dais más pasiones
Que tienen diez Cuaresmas con la cara,
Que Amor hiere con vos como con jara;
Que si va por lo flaco, tenéis voto
De que sois más sutil que lo fue Scoto.

Y aunque estáis tan angosta, flaca mía,
Tan estrecha y tan fría,
Tan mondada y enjuta y tan delgada,
Tan roída, exprimida y destilada,
Estrechamente os amaré con brío,
Que es amor de raíz el amor mío.

Aun la sarna no os come con su gula,
Y sola tenéis Bula
Para no sustentar cosas vivientes;
Por sólo ser de hueso tenéis dientes,
Y de acostarse ya en partes tan duras,
Vuestra alma diz que tiene mataduras.

Hijos somos de Adán en este suelo,
La Nada es nuestro abuelo,
Y salístele vos tan parecida
Que apenas fuisteis algo en esta vida.
De ser sombra os defiende no el donaire,
Sino la voz, y aqueso es cosa de aire.

De los tres enemigos que hay del alma
Llevárades la palma,
Y con valor y pruebas excelentes
Los venciérades vos entre las gentes,
Si por dejar la carne de que hablo,
El mundo no os tuviera por el diablo.

Díjome una mujer por cosa cierta,
Que nunca vuestra puerta
Os pudo un punto dilatar la entrada
Por causa de hallarla muy cerrada,
Pues por no deteneros aun llamando,
Por los resquicios os entráis volando.

Con mujer tan aguda y amolada,
Consumida, estrujada,
Sutil, dura, büida, magra y fiera,
Que ha menester, por no picar, contera,
No me entremeto: que si llego al toque,
Conocerá de mí el señor San Roque.

Con vos cuando muráis tras tanta guerra,
Segura está la tierra
Que no sacará el vientre de mal año;
Y pues habéis de ir flaca en modo extraño
(Sisándole las ancas y la panza)
Os podrán enterrar en una lanza.

Sólo os pido, por vuestro beneficio,
Que el día del juicio
Troquéis con otro muerto en las cavernas
Esas devanaderas y esas piernas,
Que si salís con huesos tan mondados,
Temo que haréis reír los condenados.

Salvaros vos tras esto es cosa cierta,
Dama, después de muerta,
Y tiénenlo por cosa muy sabida
Los que ven cuán estrecha es vuestra vida;
Y así, que os vendrá al justo, se sospecha,
Camino tan angosto y cuenta estrecha.

Canción, ved que es forzosa
Que os venga a vos muy ancha cualquier cosa:
Parad, pues es negocio averiguado
Que siempre quiebra por lo más delgado.
Rui Serra Jul 2014
Meia-noite, lá fora, sob um céu púrpura, o mocho pia à lua cheia. No castelo, uma porta de pinho, cujo verniz pereceu ao avançar das eras, range como quem chora por uma juventude consumida, e uma voz cavernosa diz:
Con mi razón apenas, con mis dedos,
con lentas aguas lentas inundadas,
caigo al imperio de los nomeolvides,
a una tenaz atmósfera de luto,
a una olvidada sala decaída,
a un racimo de tréboles amargos.Caigo en la sombra, en medio
de destruidas cosas,
y miro arañas, y apaciento bosques
de secretas maderas inconclusas,
y ando entre húmedas fibras arrancadas
al vivo ser de substancia y silencio.Dulce materia, oh rosa de alas secas,
en mi hundimiento tus pétalos
subo con pies pesados de roja fatiga,
y en tu catedral dura me arrodillo
golpeándome los labios con un ángel.Es que soy yo ante tu color de mundo,
ante tus pálidas espadas muertas,
ante tus corazones reunidos,
ante tu silenciosa multitud.
Soy yo ante tu ola de olores muriendo,
envueltos en otoño y resistencia:
soy yo emprendiendo un viaje funerario
entre sus cicatrices amarillas:soy yo con mis lamentos sin origen,
sin alimentos, desvelado, solo,
entrando oscurecidos corredores,
llegando a tu materia misteriosa.
Veo moverse tus corrientes secas,
veo crecer manos interrumpidas,
oigo tus vegetales oceánicos
crujir de noche y furia sacudidos,
y siento morir hojas hacia adentro,
incorporando materiales verdes
a tu inmovilidad desamparada.Poros, vetas, círculos de dulzura,
peso, temperatura silenciosa,
flechas pegadas a tu alma caída,
seres dormidos en tu boca espesa,
polvo de dulce pulpa consumida,
ceniza llena de apagadas almas,
venid a mí, a mi sueño sin medida,
caed en mi alcoba en que la noche cae
y cae sin cesar como agua rota,
y a vuestra vida, a vuestra muerte asidme,
a vuestros materiales sometidos,
a vuestras muertas palomas neutrales,
y hagamos fuego, y silencio, y sonido,
y ardamos, y callemos, y campanas.
el caballo de Juan Velázquez dio de cenar a muchos aquella noche
americana y más piadosa que otras donde los que morían
eran hechos tasajo por los demás y el último
que murió fue Sotomayor y Esquivel lo hizo tasajo
y comiendo de él se mantuvo hasta que lo encontraron los indios

destino aciago pero ¿cuál?
¿el de Sotomayor o el de los devorados por Sotomayor?
¿el destino de Sotomayor comido por Esquivel o el de Esquivel?
y esos españoles que comían caballo y caballeros
¿qué venían a hacer por aquí?
¿quién los mandó llamar?

y Lubchik Nachalnik y demás polacos presos en la celda 13 del Pabellón de la Muerte en Auschwitz
muertos de hambre allí como los compañeros de Álvar Núñez
y devorados por sus compañeros especialmente el hígado
¿oyeron como en un relámpago el galope del caballo de
Juan Velázquez cayendo en el río Suwanee?
¿olieron las tunas bermejas y negras tamañas como huevos de la isla del Mal Hado donde Esquivel comió de Sotomayor y Sotomayor de otros?

y Lope de Oviedo Dorantes Castillo Estebanico
¿alcanzaron a divisar apagándose
el cuerpo de Lubchik disputado por los presos políticos de Auschwitz
bajo la noche europea consumida por los fuegos del año 1943?
¿disputado por Ciranciewicz después Primer Ministro
de la República Popular de Polonia muchos años?

y el canario de la jaula en la cocina ¿qué vio? hace meses
que la compañera se le ha muerto y él
come y salta entre los olores y los besos de la tarde
y hasta empezó a cantar bajo el otoño
¿canta para Ciranciewicz o Esquivel? ¿canta por Sotomayor o Lubchik?

estas y otras cosas me pregunto
la gente camina como antes ríe y se preocupa como antes ¿para siempre?
¿o dónde se desgarra por los devorados de Auschwitz Suwanee? el canario
empezó a cantar como antes
es el otoño caen las hojas como pedazos de sol
Leydis Oct 2017
No era cosa de no vivir,
tampoco era por cobardía,
no era que no entendía,
los conceptos del tiempo.
Es que su tiempo se había
empotrado a un momento.

Se sentía abatida,
se sentía consumida,
en batallas con fichas sin triunfo
y sin fecha de caducidad.

Las praderas no eran llanas,
tampoco eran templadas.
Las colinas siempre planas,
y sus planes se volatizaban,
entre el humo en la distante bruma,
que bromaba a sus espaldas.

Las mañana siempre oscura,
y la noche y su negrura-
en su pecho se enclaban.

No era cosa de no vivir,
vivía, respiraba, trabajaba.
Mas habitaba en su alma
la cansancio del mañana.

Los espectros del pasado
en su mente moraban,
espantando al presente
y el gozo de pertenecerle.

No era cosa de no vivir,
una sonrisa se escapaba
en un sorbo de café
que husmeara a esperanza.

No era cosa de no vivir,
un paso siempre daba
a la aterrante espera
de lo que relegara
la suerte y lo que ella anhelaba.

No le temía a la muerte,
a su casa la invitaba,
que se sentara en su sofá
que le contara de paraísos y
de lo que al otro lado se encontraba.

No le temía a la muerte,
temía el siempre vivir cansada.  

LeydisProse
9/29/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Dejarse vencer por la vida, es peor que dejarse vencer por la muerte! Julia de Burgos, Puertorican poet
hi da s Jul 2019
como quando tigres enfeitam a maçaneta dos ventos
e cobrem o fio de náilon sobre a camada espessa da terra.

logo eu que pairo sobre as montanhas cobertas de neve de açúcar
chego cansada pelos montes de veludo e sopro todo ar que um dia foi de alguém.

escuto os sons que meu pai grita da garganta seca e consumida pela vida falha dos danos em nó.

sigo firme no divã que um dia foi de minha vó que morreu nos braços de deus enquanto vomitava em uma bacia de metal em formato de baço.

eis que um dia pensei: sou feliz e não sabia que era.

um dia quando tudo se cair pela metade na esquerda irei confusa dormir sob os véus dos espíritos que pairam na terra secreta e silenciosamente dominam a mente de pastores homens.

há de um dia ser tudo amor e mais vívido como quando quadros pintam a si mesmos na calada do dia em pleno raio de sol das três e quinze da tarde enquanto tomam café gelado sem leite.

minha mãe um dia travou em pé e encarou a guarda de um poderoso pai e padeci de medo mas superei a realidade que o mundo um dia me trouxe.

quisera eu dominar a xícara de licor sob os pés de caixas simbolizantes e soprar uma lágrima pelos ombros que um dia foram meus e de mais ninguém.

haja fé suficiente na vida dos que ainda não foram e procuram por paz no meio do caminho tortuoso de outra dimensão.

um dia uma nuvem vai cair do céu e parar sentada no meu colo; e quando a tesoura que usarei pra corta-la sair da gaveta, gritarei quatro vezes: esse mundo não é teu.
hi da s Jul 2019
como é bom quando ser não necessariamente é sair de si pra fora da calçada e das ruas habitadas. e se um dia tu ousa fugir da regra e ser consumida por mulheres capazes de te atingir?

é como se respirar fossem facas atravessadas em pulmões de madeira e a cada contorção uma delas se transforma num pássaro que voa pra bem longe daqui.

tudo que se conhece não é verdadeiramente real, pois tu mesma me dissestes que cada tecla de palavras comentadas são números em uma eterna composição fetal.

ato falho e insincero, tivesses todo tempo do mundo e arcasses apenas com o que te conveio entre folhas de orvalhos e manguezais poluídos pela saliva humana.

já calcei outros pés em tempos tardios e te digo: nunca mais fui a mesma; trouxe somente cinco malas cheias de meias pra cobrir teus pés e de teus queridos amados.

houve um dia em que ouvi de longe alguém sussurrar que te ama e que te abraçaria com facilidade. mediria tuas costas e te colocaria numa camisa branca com listras amarelas.

odiaria te ver chorar pedrinhas de malaquita, mas não te apavores quando um dia isso acontecer. e mais: segure essa caneta e escreva em meus braços coisas que só tu poderia saber - teus desejos não são uma ordem.

não me culpo pela tua falta de existência - eu sei, um dia também te quis aqui comigo, mas só de ouvir o som da tua mentirosa voz já me faz bem.

queria ao menos tocar um dos meus dedos em ti e te fazer realidade.

e se um dia as páginas daquele livro virarem sozinhas, podem ser eu indicando aquela horrenda frase:

"belo dia pra viver tão triste"

— The End —