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Yo, Beremundo el Lelo, surqué todas las rutas
y probé todos los mesteres.
Singlando a la deriva, no en orden cronológico ni lógico -en sin orden-
narraré mis periplos, diré de los empleos con que
nutrí mis ocios,
distraje mi hacer nada y enriquecí mi hastío...;
-hay de ellos otros que me callo-:
Catedrático fui de teosofía y eutrapelia, gimnopedia y teogonía y pansofística en Plafagonia;
barequero en el Porce y el Tigüí, huaquero en el Quindío,
amansador mansueto -no en desuetud aún- de muletos cerriles y de onagros, no sé dónde;
palaciego proto-Maestre de Ceremonias de Wilfredo el Velloso,
de Cunegunda ídem de ídem e ibídem -en femenino- e ídem de ídem de Epila Calunga
y de Efestión -alejandrino- el Glabro;
desfacedor de entuertos, tuertos y malfetrías, y de ellos y ellas facedor;
domeñador de endriagos, unicornios, minotauros, quimeras y licornas y dragones... y de la Gran Bestia.

Fui, de Sind-bad, marinero; pastor de cabras en Sicilia
si de cabriolas en Silesia, de cerdas en Cerdeña y -claro- de corzas en Córcega;
halconero mayor, primer alcotanero de Enguerrando Segundo -el de la Tour-Miracle-;
castrador de colmenas, y no de Casanovas, en el Véneto, ni de Abelardos por el Sequana;
pajecillo de altivas Damas y ariscas Damas y fogosas, en sus castillos
y de pecheras -¡y cuánto!- en sus posadas y mesones
-yo me era Gerineldos de todellas y trovador trovadorante y adorante; como fui tañedor
de chirimía por fiestas candelarias, carbonero con Gustavo Wasa en Dalecarlia, bucinator del Barca Aníbal
y de Scipión el Africano y Masinisa, piloto de Erik el Rojo hasta Vinlandia, y corneta
de un escuadrón de coraceros de Westmannlandia que cargó al lado del Rey de Hielo
-con él pasé a difunto- y en la primera de Lutzen.

Fui preceptor de Diógenes, llamado malamente el Cínico:
huésped de su tonel, además, y portador de su linterna;
condiscípulo y émulo de Baco Dionisos Enófilo, llamado buenamente el Báquico
-y el Dionisíaco, de juro-.

Fui discípulo de Gautama, no tan aprovechado: resulté mal budista, si asaz contemplativo.
Hice de peluquero esquilador siempre al servicio de la gentil Dalilah,
(veces para Sansón, que iba ya para calvo, y -otras- depilador de sus de ella óptimas partes)
y de maestro de danzar y de besar de Salomé: no era el plato de argento,
mas sí de litargirio sus caderas y muslos y de azogue también su vientre auri-rizado;
de Judith de Betulia fui confidente y ni infidente, y -con derecho a sucesión- teniente y no lugarteniente
de Holofernes no Enófobo (ni enófobos Judith ni yo, si con mesura, cautos).
Fui entrenador (no estrenador) de Aspasia y Mesalina y de Popea y de María de Mágdalo
e Inés Sorel, y marmitón y pinche de cocina de Gargantúa
-Pantagruel era huésped no nada nominal: ya suficientemente pantagruélico-.
Fui fabricante de batutas, quebrador de hemistiquios, requebrador de Eustaquias, y tratante en viragos
y en sáficas -algunas de ellas adónicas- y en pínnicas -una de ellas super-fémina-:
la dejé para mí, si luego ancló en casorio.
A la rayuela jugué con Fulvia; antes, con Palamedes, axedrez, y, en época vecina, con Philidor, a los escaques;
y, a las damas, con Damas de alto y bajo coturno
-manera de decir: que para el juego en litis las Damas suelen ir descalzas
y se eliden las calzas y sustentadores -no funcionales- en las Damas y las calzas en los varones.

Tañí el rabel o la viola de amor -casa de Bach, búrguesa- en la primicia
de La Cantata del Café (pre-estreno, en familia protestante, privado).
Le piqué caña jorobeta al caballo de Atila
-que era un morcillo de prócer alzada: me refiero al corcel-;
cambié ideas, a la par, con Incitato, Cónsul de Calígula, y con Babieca,
-que andaba en Babia-, dándole prima
fui zapatero de viejo de Berta la del gran pie (buen pie, mejor coyuntura),
de la Reina Patoja ortopedista; y hortelano y miniaturista de Pepino el Breve,
y copero mayor faraónico de Pepe Botellas, interino,
y porta-capas del Pepe Bellotas de la esposa de Putifar.

Viajé con Julio Verne y Odiseo, Magallanes y Pigafetta, Salgan, Leo e Ibn-Batuta,
con Melville y Stevenson, Fernando González y Conrad y Sir John de Mandeville y Marco Polo,
y sólo, sin De Maistre, alredor de mi biblioteca, de mi oploteca, mi mecanoteca y mi pinacoteca.
Viajé también en tomo de mí mismo: asno a la vez que noria.

Fui degollado en la de San Bartolomé (post facto): secundaba a La Môle:
Margarita de Valois no era total, íntegramente pelirroja
-y no porque de noche todos los gatos son pardos...: la leoparda,
las tres veces internas, íntimas, peli-endrina,
Margarita, Margotón, Margot, la casqui-fulva...-

No estuve en la nea nao -arcaica- de Noé, por manera
-por ventura, otrosí- que no fui la paloma ni la medusa de esa almadía: mas sí tuve a mi encargo
la selección de los racimos de sus viñedos, al pie del Ararat, al post-Diluvio,
yo, Beremundo el Lelo.

Fui topógrafo ad-hoc entre El Cangrejo y Purcoy Niverengo,
(y ad-ínterim, administré la zona bolombólica:
mucho de anís, mucho de Rosas del Cauca, versos de vez en cuando),
y fui remero -el segundo a babor- de la canoa, de la piragua
La Margarita (criolla), que navegó fluvial entre Comiá, La Herradura, El Morito,
con cargamentos de contrabando: blancas y endrinas de Guaca, Titiribí y Amagá, y destilados
de Concordia y Betulia y de Urrao...
¡Urrao! ¡Urrao! (hasta hace poco lo diríamos con harta mayor razón y con aquese y este júbilos).
Tras de remero de bajel -y piloto- pasé a condueño, co-editor, co-autor
(no Coadjutor... ¡ni de Retz!) en asocio de Matías Aldecoa, vascuence, (y de un tal Gaspar von der Nacht)
de un Libraco o Librículo de pseudo-poemas de otro quídam;
exploré la región de Zuyaxiwevo con Sergio Stepánovich Stepansky,
lobo de donde se infiere, y, en más, ario.

Fui consejero áulico de Bogislao, en la corte margravina de Xa-Netupiromba
y en la de Aglaya crisostómica, óptima circezuela, traidorcilla;
tañedor de laúd, otra vez, y de viola de gamba y de recorder,
de sacabuche, otrosí (de dulzaina - otronó) y en casaciones y serenatas y albadas muy especializado.
No es cierto que yo fuera -es impostura-
revendedor de bulas (y de mulas) y tragador defuego y engullidor de sables y bufón en las ferias
pero sí platiqué (también) con el asno de Buridán y Buridán,
y con la mula de Balaám y Balaám, con Rocinante y Clavileño y con el Rucio
-y el Manco y Sancho y don Quijote-
y trafiqué en ultramarinos: ¡qué calamares -en su tinta-!,
¡qué Anisados de Guarne!, ¡qué Rones de Jamaica!, ¡qué Vodkas de Kazán!, ¡qué Tequilas de México!,
¡qué Néctares de Heliconia! ¡Morcillas de Itagüí! ¡Torreznos de Envigado! ¡Chorizos de los Ballkanes! ¡Qué Butifarras cataláunicas!
Estuve en Narva y en Pultawa y en las Queseras del Medio, en Chorros Blancos
y en El Santuario de Córdova, y casi en la de San Quintín
(como pugnaban en el mismo bando no combatí junto a Egmont por no estar cerca al de Alba;
a Cayetana sí le anduve cerca tiempo después: preguntádselo a Goya);
no llegué a tiempo a Waterloo: me distraje en la ruta
con Ida de Saint-Elme, Elselina Vanayl de Yongh, viuda del Grande Ejército (desde antaño... más tarde)
y por entonces y desde años antes bravo Edecán de Ney-:
Ayudante de Campo... de plumas, gongorino.
No estuve en Capua, pero ya me supongo sus mentadas delicias.

Fabriqué clavicémbalos y espinetas, restauré virginales, reparé Stradivarius
falsos y Guarnerius apócrifos y Amatis quasi Amatis.
Cincelé empuñaduras de dagas y verduguillos, en el obrador de Benvenuto,
y escriños y joyeles y guardapelos ad-usum de Cardenales y de las Cardenalesas.
Vendí Biblias en el Sinú, con De la Rosa, Borelly y el ex-pastor Antolín.
Fui catador de tequila (debuté en Tapachula y ad-látere de Ciro el Ofiuco)
y en México y Amecameca, y de mezcal en Teotihuacán y Cuernavaca,
de Pisco-sauer en Lima de los Reyes,
y de otros piscolabis y filtros muy antes y después y por Aná del Aburrá, y doquiérase
con El Tarasco y una legión de Bacos Dionisos, pares entre Pares.
Vagué y vagué si divagué por las mesillas del café nocharniego, Mil Noches y otra Noche
con el Mago de lápiz buido y de la voz asordinada.
Antes, muy antes, bebí con él, con Emmanuel y don Efe y Carrasca, con Tisaza y Xovica y Mexía y los otros Panidas.
Después..., ahora..., mejor no meneallo y sí escanciallo y persistir en ello...

Dicté un curso de Cabalística y otro de Pan-Hermética
y un tercero de Heráldica,
fuera de los cursillos de verano de las literaturas bereberes -comparadas-.
Fui catalogador protonotario en jefe de la Magna Biblioteca de Ebenezer el Sefardita,
y -en segundo- de la Mínima Discoteca del quídam en referencia de suso:
no tenía aún las Diabelli si era ya dueño de las Goldberg;
no poseía completa la Inconclusa ni inconclusa la Décima (aquestas Sinfonías, Variaciones aquesas:
y casi que todello -en altísimo rango- tan Variaciones Alredor de Nada).

Corregí pruebas (y dislates) de tres docenas de sota-poetas
-o similares- (de los que hinchen gacetilleros a toma y daca).
Fui probador de calzas -¿prietas?: ceñidas, sí, en todo caso- de Diana de Meridor
y de justillos, que así veníanle, de estar atán bien provista
y atán rebién dotada -como sabíalo también y así de bien Bussy d'Amboise-.
Temperé virginales -ya restaurados-, y clavecines, si no como Isabel, y aunque no tan baqueano
como ése de Eisenach, arroyo-Océano.
Soplé el ***** bufón, con tal cual incongruencia, sin ni tal cual donaire.
No aporreé el bombo, empero, ni entrechoqué los címbalos.

Les saqué puntas y les puse ribetes y garambainas a los vocablos,
cuando diérame por la Semasiología, cierta vez, en la Sorbona de Abdera,
sita por Babia, al pie de los de Úbeda, que serán cerros si no valen por Monserrates,
sin cencerros. Perseveré harto poco en la Semántica -por esa vez-,
si, luego retorné a la andadas, pero a la diabla, en broma:
semanto-semasiólogo tarambana pillín pirueteante.
Quien pugnó en Dénnevitz con Ney, el peli-fulvo
no fui yo: lo fue mi bisabuelo el Capitán...;
y fue mi tatarabuelo quien apresó a Gustavo Cuarto:
pero sí estuve yo en la Retirada de los Diez Mil
-era yo el Siete Mil Setecientos y Setenta y Siete,
precisamente-: releed, si dudaislo, el Anábasis.
Fui celador intocable de la Casa de Tócame-Roque, -si ignoré cuyo el Roque sería-,
y de la Casa del Gato-que-pelotea; le busqué tres pies al gato
con botas, que ya tenía siete vidas y logré dar con siete autores en busca de un personaje
-como quien dice Los Siete contra Tebas: ¡pobre Tebas!-, y ya es jugar bastante con el siete.
No pude dar con la cuadratura del círculo, que -por lo demás- para nada hace falta,
mas topé y en el Cuarto de San Alejo, con la palanca de Arquimedes y con la espada de Damocles,
ambas a dos, y a cual más, tomadas del orín y con más moho
que las ideas de yo si sé quién mas no lo digo:
púsome en aprietos tal doble hallazgo; por más que dije: ¡Eureka! ...: la palanca ya no servía ni para levantar un falso testimonio,
y tuve que encargarme de tener siempre en suspenso y sobre mí la espada susodicha.

Se me extravió el anillo de Saturno, mas no el de Giges ni menos el de Hans Carvel;
no sé qué se me ficieron los Infantes de Aragón y las Nieves de Antaño y el León de Androcles y la Balanza
del buen Shylock: deben estar por ahí con la Linterna de Diógenes:
-¿mas cómo hallarlos sin la linterna?

No saqué el pecho fuera, ni he sido nunca el Tajo, ni me di cuenta del lío de Florinda,
ni de por qué el Tajo el pecho fuera le sacaba a la Cava,
pero sí vi al otro don Rodrigo en la Horca.
Pinté muestras de posadas y mesones y ventas y paradores y pulquerías
en Veracruz y Tamalameque y Cancán y Talara, y de riendas de abarrotes en Cartagena de Indias, con Tisaza-,
si no desnarigué al de Heredia ni a López **** tuerto -que era bizco-.
Pastoreé (otra vez) el Rebaño de las Pléyades
y resultaron ser -todellas, una a una- ¡qué capretinas locas!
Fui aceitero de la alcuza favorita del Padre de los Búhos Estáticos:
-era un Búho Sofista, socarrón soslayado, bululador mixtificante-.
Regí el vestier de gala de los Pingüinos Peripatéticos,
(precursores de Brummel y del barón d'Orsay,
por fuera de filósofos, filosofículos, filosofantes dromomaníacos)
y apacenté el Bestiario de Orfeo (delegatario de Apollinaire),
yo, Beremundo el Lelo.

Nada tuve que ver con el asesinato de la hija del corso adónico Sebastiani
ni con ella (digo como pesquisidor, pesquisante o pesquisa)
si bien asesoré a Edgar Allan Poe como entomólogo, cuando El Escarabajo de Oro,
y en su investigación del Doble Asesinato de la Rue Morgue,
ya como experto en huellas dactilares o quier digitalinas.
Alguna vez me dio por beberme los vientos o por pugnar con ellos -como Carolus
Baldelarius- y por tomar a las o las de Villadiego o a las sus calzas:
aquesas me resultaron harto potables -ya sin calzas-; ellos, de mucho volumen
y de asaz poco cuerpo (si asimilados a líquidos, si como justadores).
Gocé de pingües canonjías en el reinado del bonachón de Dagoberto,
de opíparas prebendas, encomiendas, capellanías y granjerías en el del Rey de los Dipsodas,
y de dulce privanza en el de doña Urraca
(que no es la Gazza Ladra de Rossini, si fuéralo
de corazones o de amantes o favoritos o privados o martelos).

Fui muy alto cantor, como bajo cantante, en la Capilla de los Serapiones
(donde no se sopranizaba...); conservador,
conservador -pero poco- de Incunables, en la Alejandrina de Panida,
(con sucursal en El Globo y filiales en el Cuarto del Búho).

Hice de Gaspar Hauser por diez y seis hebdémeros
y por otras tantas semanas y tres días fui la sombra,
la sombra misma que se le extravió a Peter Schlémil.

Fui el mozo -mozo de estribo- de la Reina Cristina de Suecia
y en ciertas ocasiones también el de Ebba Sparre.
Fui el mozo -mozo de estoques- de la Duquesa de Chaumont
(que era de armas tomar y de cálida sélvula): con ella pus mi pica en Flandes
-sobre holandas-.

Fui escriba de Samuel Pepys -¡qué escabroso su Diario!-
y sustituto suyo como edecán adjunto de su celosa cónyuge.
Y fuí copista de Milton (un poco largo su Paraíso Perdido,
magüer perdido en buena parte: le suprimí no pocos Cantos)
y a la su vera reencontré mi Paraíso (si el poeta era
ciego; -¡qué ojazos los de su Déborah!).

Fui traductor de cablegramas del magnífico Jerjes;
telefonista de Artajerjes el Tartajoso; locutor de la Esfinge
y confidente de su secreto; ventrílocuo de Darío Tercero Codomano el Multilocuo,
que hablaba hasta por los codos;
altoparlante retransmisor de Eubolio el Mudo, yerno de Tácito y su discípulo
y su émulo; caracola del mar océano eólico ecolálico y el intérprete
de Luis Segundo el Tartamudo -padre de Carlos el Simple y Rey de Gaula.
Hice de andante caballero a la diestra del Invencible Policisne de Beocia
y a la siniestra del Campeón olímpico Tirante el Blanco, tirante al blanco:
donde ponía el ojo clavaba su virote;
y a la zaga de la fogosa Bradamante, guardándole la espalda
-manera de decir-
y a la vanguardia, mas dándole la cara, de la tierna Marfisa...

Fui amanuense al servicio de Ambrosio Calepino
y del Tostado y deMatías Aldecoa y del que urdió el Mahabarata;
fui -y soylo aún, no zoilo- graduado experto en Lugares Comunes
discípulo de Leon Bloy y de quien escribió sobre los Diurnales.
Crucigramista interimario, logogrifario ad-valorem y ad-placerem
de Cleopatra: cultivador de sus brunos pitones y pastor de sus áspides,
y criptogramatista kinesiólogo suyo y de la venus Calipigia, ¡viento en popa a toda vela!
Fui tenedor malogrado y aburrido de libros de banca,
tenedor del tridente de Neptuno,
tenedor de librejos -en los bolsillos del gabán (sin gabán) collinesco-,
y de cuadernículos -quier azules- bajo el ala.
Sostenedor de tesis y de antítesis y de síntesis sin sustentáculo.
Mantenedor -a base de abstinencias- de los Juegos Florales
y sostén de los Frutales -leche y miel y cerezas- sin ayuno.
Porta-alfanje de Harún-al-Rashid, porta-mandoble de Mandricardo el Mandria,
porta-martillo de Carlos Martel,
porta-fendiente de Roldán, porta-tajante de Oliveros, porta-gumía
de Fierabrás, porta-laaza de Lanzarote (¡ búen Lancelot tan dado a su Ginevra!)
y a la del Rey Artús, de la Ca... de la Mesa Redonda...;
porta-lámpara de Al-Eddin, el Loca Suerte, y guardián y cerbero de su anillo
y del de los Nibelungos: pero nunca guardián de serrallo ni cancerbero ni evirato de harem...
Y fui el Quinto de los Tres Mosqueteros (no hay quinto peor) -veinte años después-.

Y Faraute de Juan Sin Tierra y fiduciario de
Traigo sus ojos conmigo,
los llevo para poder observar de cerca
como él, para olvidarme, se aleja a toda prisa
magullando y lastimando sus encogidas huellas,
entre las espigas empalagosas,
más allá de una vieja y arcaica alameda.

El ya no huele a miel naranja en sus pupilas,
tiene tantas mentiras arrastrando por ese campo!
que las últimas primaveras que viva,
las vivirá fingiendo,
que ama los huecos de los árboles,
cuando yo sé muy bien,
que mueres por la alquimia filosofía.

Un día cualquiera, lo sé,
cuando el sol venza al fin su cansancio,
oxigenará su monótona vida
con alguna brisa perdida por el terruño,
y me recordará.
Me recordará en los murmullos opacos
y casi con amargura en su piel,
sabrá, que jamás pudo olvidarme,
a mi, a su única quimera endemoniada,
la que lo hacia encender
vibrar, morir y vivir.

Entonces, cuando los días se le acobarden
en los orgasmos,
clamara en silencio mis labios
y se maldecirá por haber dicho
tantas mentiras
y por ocultar tantas verdades.

Ya sabes que no te bendigo vida mía,
porque siempre yo fui, una mujer
con infiernos perversos, en los labios.

LAS PALABRAS QUE PARTIERON

Valentina de la Canal.
copyleft Reserved 2008
Marco Raimondi May 2017
I

Queira a ter-te tal sacrifício impune à beleza
Desventurar no ofício da morte formosa
No rito estrangulado, no campo da destreza,
Pensamentos que julgo uma ilusão honrosa

Sob a lembrança dos antigos, arcaica proeza
Se medos sentimos dessa prática tão dolorosa,
Aquieta-se! A relva abaixo espera em sua frieza,
Para o pútrido sepulcro de uma luz ardorosa

Onde graça, cuja índole se esquiva,
Singram os raciocínios obscuros
De uma consciência a julgar-se viva

É o fim a tocar alma fugitiva,
A único respeito, tomar com acuro
Um fadário apagado de perspectivas

II

Ao meu semblante prefere-se o nada, diante das vãs venturas
Pois se é hábito e desconcerto sempre padecer,
Coerente é, por esses horrores, nunca me ater
Para que não lastime o infinito desta amargura

Esta angústia vazia que na miséria perdura
Sufocando meu espírito em sofrer,
Vede a todos dura sentença! É preferível já não ser,
Que fugir do fim que, em descrença, meu corpo procura

Se Dido no desalento, por Eneias, deixa vida,
Estou cá, em silêncio de alma desvarrida
A cessar aos vermes o que vivo eternamente

Em álgido lamento, pude cantar nesta partida,
Algumas rimas de mi'a face enlanguescida,
Em que pude prezar da morte seu beijo unicamente
Today, however, i intend to conquer death. i intend to travel to another dimension being myself. this morning i was lost without his green look. finally the sun was seduced by the darkness, those harboring my soul, and against which fought against succumbing in my attempt to reconnect with her.

   They have been years of depression and grief. and to think that the separation between happiness and melancholy is the thickness of the blade of a knife. for many this has been a reality. for me, however, it was overcome temptation. at the time of his death, my mind could not stop thinking that every day of my life it would no longer be with me. when she died i almost could not find reason to say his name. each time i called in my nights of despair seemed to me that it met all the most beautiful sounds in a word ...

   ... But hey, i'm still here. i have faith, and i have come to think that faith is believing in something when common sense says otherwise. i miss her so much, but i am also grateful to him for all the time he gave me to share it with her. i cried while i had, and when i lost her, i cried ...
   ... my love! your memory has stolen as many nights sleep ... life is an interval between two indecipherable nothings, nothing before and nothing the next. and so i feel the anguish of being alone, that penetrates my conscience as a needle. mr.snifp   throwing your air soft tooted.

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[age children - at home] after playing with their favorite toys, snipf go around all your room. see they were ordered, and each is already told not need it, because began his new stage of growth. meanwhile, his father invited sailing in a boat near your home. snifp fishing with your fixture canopy ran down his father, and his father said that if he continued with that, he would be the first fish to be caught. the jumps on his father quikly and hugs - poor snifp already tormenting fears and neglect !!, but his father holds tight and kisses him again and again. his father tells calming him. "a time i will your next entertainment".

   Thinking that perhaps love is an unstable feeling, whose unique nature is perpetual mutation. but there was the secret of our union. we were always the same, and we liked to be that way.'uff think i doing effect of medicine, creo mover tons trillion in my mouth ocean, looking north ocean salivate carrying bacteria armored mounted on bacteria gnawed themselves ... !!

and if i say i really know you, what could you say? if only you were here, here today. knowing you, perhaps you would laugh and say that my words are worthless. if you were here, here today. but i still remember like it was all before and i restrain myself, lest my eyes sprout tears ...

... What happened to the days when we laughed and we played? you never understand anything, but still were together. what happened to those nights when the moonlight coming through your window, bathing your face with your aura? never you understood my words, but you were always there with a smile.

[ellipsis - short - meeting of their souls - what would have happened if they had known within the facility]

In a day of solar eclipse, met her. she was the sun and shadow me. suddenly they met both, until joined us another suicide element; it was a golden key that came giant in a ball of light. be assumed would open our sky and bedroom. and at that moment ...: _ the director proposes recompose the scene _ then studio light dazzles that sub - light, clobbering our eyes. she and snipf face off against, and they both really like, now the shadow and sun was light as a halftones del carmine dazzled cleaned. orchestrating snipf skipping your heart, his face paled and after several reprimands director, and newly entered in si belatedly. she smiled and lowered his head and rie contentedly.

[end ellipsis].
  
Every moment is gone from my hands was covered by the sands of my regret, streaking the walls of your soul to put in you, in your memory, which clamored for goodness me.
   the nights i've dreamed of you like me you appear dressed in white, one dancing ghostly figure of rare beauty, while the wind blows and burning the hills, where the languages disappear and flowers hallow ... i try to keep a mental reincarnation hold of my sanity and make me leave my safe cloister, through which i survived ...
   ... i could not live thinking of another woman, even one day.
   walk down the path has been long, and no one will cry blood for me. mistify all piety practiced baptism without speaking ...

[in flash] - projection simulated -

Adulthood - graduates of the faculty - she sat in her legs. after several hours lounged of some dances  philippines dance, whose movements were causing discomfort their current desire to continue with party. asks the car keys to go to find that some cigarettes had been given, so she and exchanging keys snifp their cars. and before leaving, decide found near the sea. near the sea snipf feel your pet blew necklace snipf, roles as exchanging for that snipf run and drool by the sands and the sea your wicked game beside her. . it stops to think that, and she takes behind.

   ... how i would think that the female being, that ideal that god and man dreamed of since ancient times, and at the end of the life of a man becomes everything that has sought, never disappear.
   how i would like to believe that essence that pervades the living soul, is once transmutes every hundred years, to see the end, in the middle of a dream summer from heaven they have fallen into your hair those mysterious rays in that woman's face, bathed in raindrops hit the ground turned into tears.
   it is in the soul, dwells somewhere in this universe, and sometimes do not need me.

   The feminine being, what the world craves, and that is almost incomprehensible, can only be reached by a man in every century. my search began early. i lost, and i have not finished.maybe the eclipse of truth will come now.
   my mind dreams with open eyes, and i can see your silhouette floating in a vacuum, and i can not help but talk like a child and looking at you as a man, as the search engine of your being, because i have the heart in each place they trod ; if all my blood is like a swollen river of love.

   if you are away from your memory it is. when you were close was your presence. therefore there was always something in you that enveloped my soul with a haze, which i do not want to try out.
   woman! with a look of yours if you crossed me the soul, and the dreamy whisper of your voice was like ripples on a calm lake. would like to hear your silence again, see your sleepy eyes and count words maybe i'll never say.
   how i would think that every man will have his being. but that's idealism, so spare me. optimism hundred percent verges on stupidity.

I remember the last night we were together, before being separated by distance. he moved his family had to go south. and after a year of romance and dreams everything was going to lose. I remember coming home and seeing all the beloved objects in boxes. until then, never in my life had felt so sorry. it was christmas eve, and there would be nothing to celebrate on that occasion. moreover, since then i never celebrated these holidays.

Ellipsis - "the greatest happiness of snifp" - comes home an insurance salesman, the manager receives proposal. the let’s at her desk, as they fell ashes of his pipe on the envelope. snifp kept writing. standing and looking on opens. reading the content and smiling uproariously. va rises to bank takes all savings and invests in small and loose film archives disaggregated, which were owned by a collector. with the rest, bought a motor scooter, which was behind a small deposit to carry small loads. filling the pond, buy wine and cheese. after party without destination highways that if for long enters a southern city.

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   They went at dawn, but still could hang out with her. we walked, we gave mutual encouragement, separation would not be so short, we were going to see soon. i would travel at the earliest, would call for christmas and would send my letters the day after his departure. we sat on a bench in the middle avenue. people circulating quickly with shopping bags. vehicles pass did not stop us. it was cold. i warm up your hands in mine and gave them my breath. when looking into your eyes saw what i hate most in this life, tears. we could not contain ourselves, and not ashamed, for the first time i cried in front of a woman.

   And i cried all those days.
time has calmed the faint wound, when the whisper of the world touched his premise. singular dream cloud passing through the western sky when it becomes dance all fears. green water are stretched his hands without mockery. friendly land, give me your singing .... i still dream, give me this life.
   how many times i screamed your name to the wind, breaking the silence misty harbor, calling no more voice than my memories, wanting to feel that you no longer die of pain that is enveloping me ?.

Insert 5 - snipf (degraded)
in and absolute soledad colder snipf was hovering around calderon, if you wanted to take it, would be like a shrew trying to claim your destination.
   how much i wanted to forget your hate and cry out to your mind just forgetfulness, not to wander more between your eyes and stop getting lost in your tears, silent martyrdom of my fingers.

this first letter never sent. i did not dare to be so bitter. i could not travel as fast as i would have liked. his eagerness to see me began to be an ordeal, and this would mark much of our journey together; the impossibility of being close and always face the fact and accept this situation.
    
Instead, i wrote other words, perhaps more sweetened, but less full of guilt: moon night waiting for the soul to pray and answer the call of dawn will i be able to expect your touch again?
   come quickly to the call. come to the dark cover of night, when they sleep forest and sun when the stars of heaven just look at you.
   night descends quickly and wrap your shadow; fog cover it, oh night with your night time already approaching.
   do not let her realize that without their long lineage no longer beautiful, and culminates before his eyes hidden mannerism of a star.
   oh night with your night time, deflowers your thoughts and pour into honey. remember this i dreamed since i saw her, from the moment i opened my eyes in the middle of your night time it was close.

I'm thirsty. death absorbed all the liquid from my body. a drop of life left in this frame. sometimes at night, i have visions when anguish seizes my reason. during sleep the overwhelming thirst makes me see myself flying flush with the ocean. it's me. it's my body, but when trying to drink the water my tongue becomes a stingray ... and their fins are formed other stingrays! my voracious tongue consumes a large wave the water needed to live. my tongue is a horizontal army that steals the sea.

" Dresses and throwing acids on one another, they were joined by corketear clavicles, pretending to be vomited chains forgotten by god a tyrant -
these not forgive the unforgivable your starperson
forgive the shadow of your arcaica esfingial figure, parent your food channel dilating essence of your fears and fearless ... "
TO BE CONTINUED...

— The End —