¿Por qué me miente mi alma,
corrompida por la avaricia,
al pedir a mi corazón tibio
recibir del fuego una caricia?
No hace más que ilusionar
y pedir sin pensar.
Alguien venga,
¡arránquenla de su esperar!
Ingenua es, sin duda,
aquella que desea mi amargura.
Pues no sabe nuestra bendición
al desconocer el amor.
¿Correspondencia deseas?
¿Un estímulo anhelas?
Tontas necesidades,
mayores en sus miserias.
¿Qué harás frente al pesar,
y al vacío abismal,
al desesperado hundimiento
en dolor físico y mental?
De gracias careces,
pues osas pedir más
que la pureza de la soledad
y la tranquila sobriedad.
¡Abúrrete, por favor!
tal vale más que una borrachera
decorada de placeres y diversión,
solo tapan la fatal desilusión.
written jan 2022