Frente a el Monolito Esculpido de Coatlicue:
¡Terrible Madre de los Dioses! :
Ese dia domingo en un año cualquiera de el siglo diez y siete, cuando Humboldt conmovio
a los frailes Domínicos a remover
la tierra que cubria tu rúbea y sierpa tez:
La ferocidad que tus hijos, Huitxilopoxtli y Quetxalcóatl, conocieron de ti,
pasmo al santo abate y al pensador alemán.
Cuantos siglos dormida sin beber
Tu merecido y necesitado bermellón
Liquido, aun tibio, del corazón palpitante; ofrenda a ti, ¡Oh, Madre Terrible de los Antiguos dioses Aztecas!
J Eduardo Ramos ©