Los gallos avivan al cosmos lo alientan a latir, a expresarse como el fuego avivado alienta al corazón a agitar su latido.
(marea de circunstancias heme aquí, postrado en el oleaje muriéndome por nadar)
El vacío deja caer sus moldes de reloj para que la vastedad suceda: comienza, sí, la aventura el juego circular la alta-experiencia fallida la confusión de nombrar sin decir lo correcto.
Nombrar y mal|decir, maldefinir, malvivir.
Se entona un habla sin provecho un habla sin adagio.
La expresión se desgaja: sus trozos se evaporan con la neblina parecen esferas sufriendo de aplanamiento.
La claridad se enrarece: mueren los magos creadores se colman de caídas sin conciencia y paracaídas sin usar.
Sobrevivo aquí, en la marea del error a u s e n t e d e s e n t i d o laberinto lúdico laberinto del que olvido su carácter de juego.
Malnombro mi estado: me pierdo.
Volver ¿a dónde?
¿Ayudaría la luz a nombrar de nuevo?
Volver a la luz perder la palabra desposeer comenzar.
¿Comenzar por la luz, terminar restituidos en la más seglar de las gnosis?
¿Terminar como estrella que alumbra el signo como estrella que devela el sentido oscuro?
Bifurcación múltiple ramales pletóricos ah, las nervaduras del árbol metafísico ah, la oquedad de la oferta.
¿A dónde van a dar los caminos que, sumiso, veo abrirse ante mi?
Fragmento del prólogo a "La identidad alrededor", libro inédito del 2010.