Este mundo ya está lleno
de víctimas  que entregan
el sacrificio de su vida por una idea,
por nociones abstractas.

Los santos nos rodean con sus muertes,
vidas blancas, ascéticas,
momentos infelices,
sin éxtasis corporales.

Ejemplares por su sufrimiento,
Pero ya no lo quiero.

Busco una utopía dulce en palabras
llena de gente que siente algo,
escribiendo nuevas páginas
de la existencia humana.

No quiero más crucificados,
ni sumisión, ni glorificación.
El misterio duele demasiado.

Echo de menos un mundo equilibrado,
colmado de seres humanos vivientes,
Tengo miedo de los  chivos expiatorios.

¿Es demasiado pedir?
AE