Piensas en el ayer El ayer en diamante Lágrimas de oro Anhelos de piedras preciosas La voz diurna Las miradas suicidas El olor centelleante El tacto preciso El gusto con la lengua seca Y crees que fue una pesadilla Un amargo café al que olvidaste, - sin querer - ponerle azúcar Un olor a quemado, de una fuente imprecisa, pero cercana. Los dedos entumecidos, de tanto cansancio. La vista nublada, perenne, constante sin significado alguno. La garganta irritada, rasposa, de no ahorrar las palabras. Eres un espejismo para tus ojos No existes Solo piensas que tal vez Una vez más **Viviste.