El río desemboca en el océano sin darse cuenta. La bahía no sabe dónde comienza dónde acaba el mar, dónde el peñasco… Así tu boca me confunde dejándome incapaz de saber dónde están los bordes en que comienzo yo en que acabas tú. Un ritmo como el oleaje me marea: desembocamos juntos: cómo llamar a este nuevo cuerpo cómo si está ocupado el aliento en arreciarnos a cada bocado.