Me acercas a tu boca para oler mis deseos, para instruir mis labios y condenarme en tu cuerpo.
Aprietas mi pelo, mi cara la acercas a tu cuello, para que pueda absorber tu hombría y en un solo aliento quedar rendida ante tus deseos.
Alientas mis cuerpo con miles de besos, juegas con mis debilidades, para demostrarme que solo tú, tienes dominio sobre mi cuerpo, que solo tú, eres amo y dueño.
Me acercas a tu barba, para que sienta el raspado ensueño de mimarnos en cada entrega y nuevamente concebir un nuevo sueño, de ver cómo cada día se alimentan nuestras almas con divinidad, al testiguar nuestro amor por siempre floreciendo.
Me acercas a tu cuerpo y en un estrecho prolongado me vas seduciendo, y me vas convenciendo, y me vas enloqueciendo acertada de que en ese estrecho, esa cercanía entre nos tu tan mío, yo tan tuya, nuestros ojos, nuestros labios, y nuestros cuerpos, son parte de una historia de amor que se contará através de los tiempos.