Me preocupa, que de nada haya servido. ¡tanto!
Que nuestros gigantes sean molinos de viento
Que el llanto se olvide de darnos consuelo
que el dolor haya sido por montañas
y la satisfacción un mero granito de mostaza
Que el enemigo sea uno mismo
El aliado uno mismo
El juez, el culpable, el vencedor y el perdedor uno mismo
Que solo quedemos con los bolsillos llenos de palmaditas en la espalda y nadie nos reciba En la línea de llegada