Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Jason Cheney Feb 2021
Soy alto
Soy bajito
Soy fuerte
Soy debil
Soy poderoso
Soy manso
Estoy feliz
Estoy triste
Tengo sed de conocimiento
No estoy educado
Soy habilidoso
Estoy hambriento
Estoy entendiendo
Soy pensativo
Soy honesto
Estoy cansado
Soy jubilado
Soy rico
Soy pobre
Soy un ladrón
Soy vulnerable
Soy ingenuo
Soy un mentor
Soy un Capitán
Soy un hombre de negocios
Soy carpintero
Soy un granjero
Soy un ranchero
Soy un soldado
Soy un profesor
Soy un marido
Soy un padre
Soy una esposa
Soy madre
Soy un niño
Soy un hijo
Soy una hija
Soy un tio
Soy una tia
Soy una novia
Yo soy un novio
Estoy viejo
Estoy joven
Soy hermosa
Soy un hijo de Dios
Soy muchas cosas, pero sobre todo ...
Soy quien soy.

Escrito por Jason Cheney
Octubre de 2020
Amigo Blas de Otero: Porque sé que tú existes,
y porque el mundo existe, y yo también existo,
porque tú y yo y el mundo nos estamos muriendo,
gastando nuestras vueltas como quien no hace nada,
quiero hablarte y hablarme, dejar hablar al mundo
de este dolor que insiste en todo lo que existe.
Vamos a ver, amigo, si esto puede aguantarse:
El semillero hirviente de un corazón podrido,
los mordiscos chiquitos de las larvas hambrientas,
los días cualesquiera que nos comen por dentro,
la carga de miseria, la experiencia -un residuo-,
las penas amasadas con lento polvo y llanto.
Nos estamos muriendo por los cuatro costados,
y también por el quinto de un Dios que no entendemos.
Los metales furiosos, los mohos del cansancio,
los ácidos borrachos de amarguras antiguas,
las corrupciones vivas, las penas materiales...
todo esto -tú sabes-, todo esto y lo otro.
Tú sabes. No perdonas. Estás ardiendo vivo.
La llama que nos duele quería ser un ala.
Tú sabes y tu verso pone el grito en el cielo.
Tú, tan serio, tan hombre, tan de Dios aun si pecas,
sabes también por dentro de una angustia rampante,
de poemas prosaicos, de un amor sublevado.
Nuestra pena es tan vieja que quizá no sea humana:
ese mugido triste del mar abandonado,
ese temblor insomne de un follaje indistinto,
las montañas convulsas, el éter luminoso,
un ave que se ha vuelto invisible en el viento,
viven, dicen y sufren en nuestra propia carne.
Con los cuatro elementos de la sangre, los huesos,
el alma transparente y el yo opaco en su centro,
soy el agua sin forma que cambiando se irisa,
la inercia de la tierra sin memoria que pesa,
el aire estupefacto que en sí mismo se pierde,
el corazón que insiste tartamudo afirmando.
Soy creciente. Me muero. Soy materia. Palpito.
Soy un dolor antiguo como el mundo que aún dura.
He asumido en mi cuerpo la pasión, el misterio,
la esperanza, el pecado, el recuerdo, el cansancio,
Soy la instancia que elevan hacia un Dios excelente
la materia y el fuego, los latidos arcaicos.
Debo salvarlo todo si he de salvarme entero.
Soy coral, soy muchacha, soy sombra y aire nuevo,
soy el tordo en la zarza, soy la luz en el trino,
soy fuego sin sustancia, soy espacio en el canto,
soy estrella, soy tigre, soy niño y soy diamante
que proclaman y exigen que me haga Dios con ellos.
¡Si fuera yo quien sufre! ¡Si fuera Blas de Otero!
¡Si sólo fuera un hombre pequeñito que muere
sabiendo lo que sabe, pesando lo que pesa!
Mas es el mundo entero quien se exalta en nosotros
y es una vieja historia lo que aquí desemboca.
Ser hombre no es ser hombre. Ser hombre es otra cosa.
Invoco a los amantes, los mártires, los locos
que salen de sí mismos buscándose más altos.
Invoco a los valientes, los héroes, los obreros,
los hombres trabajados que duramente aguantan
y día a día ganan su pan, mas piden vino.
Invoco a los dolidos. Invoco a los ardientes.
Invoco a los que asaltan, hiriéndose, gloriosos,
la justicia exclusiva y el orden calculado,
las rutinas mortales, el bienestar virtuoso,
la condición finita del hombre que en sí acaba,
la consecuencia estricta, los daños absolutos.
Invoco a los que sufren rompiéndose y amando.
Tú también, Blas de Otero, chocas con las fronteras,
con la crueldad del tiempo, con límites absurdos,
con tu ciudad, tus días y un caer gota a gota,
con ese mal tremendo que no te explica nadie.
Irónicos zumbidos de aviones que pasan
y muertos boca arriba que no, no perdonamos.
A veces me parece que no comprendo nada,
ni este asfalto que piso, ni ese anuncio que miro.
Lo real me resulta increíble y remoto.
Hablo aquí y estoy lejos. Soy yo, pero soy otro.
Sonámbulo transcurro sin memoria ni afecto,
desprendido y sin peso, por lúcido ya loco.
Detrás de cada cosa hay otra cosa que es la misma,
idéntica y distinta, real y a un tiempo extraña.
Detrás de cada hombre un espejo repite
los gestos consabidos, mas lejos ya, muy lejos.
Detrás de Blas de Otero, Blas de Otero me mira,
quizá me da la vuelta y viene por mi espalda.
Hace aún pocos días caminábamos juntos
en el frío, en el miedo, en la noche de enero
rasa con sus estrellas declaradas lucientes,
y era raro sentirnos diferentes, andando.
Si tu codo rozaba por azar mi costado,
un temblor me decía: «Ese es otro, un misterio.»
Hablábamos distantes, inútiles, correctos,
distantes y vacíos porque Dios se ocultaba,
distintos en un tiempo y un lugar personales,
en las pisadas huecas, en un mirar furtivo,
en esto con que afirmo: «Yo, tú, él, hoy, mañana»,
en esto que separa y es dolor sin remedio.
Tuvimos aún que andar, cruzar calles vacías,
desfilar ante casas quizá nunca habitadas,
saber que una escalera por sí misma no acaba,
traspasar una puerta -lo que es siempre asombroso-,
saludar a otro amigo también raro y humano,
esperar que dijeras -era un milagro-: Dios al fin escuchaba.
Todo el dolor del mundo le atraía a nosotros.
Las iras eran santas; el amor, atrevido;
los árboles, los rayos, la materia, las olas,
salían en el hombre de un penar sin conciencia,
de un seguir por milenios, sin historia, perdidos.
Como quien dice «sí», dije Dios sin pensarlo.
Y vi que era posible vivir, seguir cantando.
Y vi que el mismo abismo de miseria medía
como una boca hambrienta, qué grande es la esperanza.
Con los cuatro elementos, más y menos que hombre,
sentí que era posible salvar el mundo entero,
salvarme en él, salvarlo, ser divino hasta en cuerpo.
Por eso, amigo mío, te recuerdo, llorando;
te recuerdo, riendo; te recuerdo, borracho;
pensando que soy bueno, mordiéndome las uñas,
con este yo enconado que no quiero que exista,
con eso que en ti canta, con eso en que me extingo
y digo derramado: amigo Blas de Otero.
Oh playas verdeantes de algas marinas, sobre
las guijas de estridente diamante y flavo cobre.
Oh piélagos preñados de la cálida voz de las sirenas.
Oh piélagos que nutre denso susurro: -trenos
de náufragos a la deriva por sus senos
procelosos, y que yá dormirán en las ondas serenas.

Yo anhelo tus ilímites planicies: hielos glaucos,
brumas, nieblas -última Thule- para ulular mis turbios himnos raucos!

Yo soy Harald, soy Harald el Obscuro.

Todos los viajes, todos mis viajes, son viajes de regreso.
Yo torno ahora, retorno ahora del azur y hacia el azur. 1
Violada luz diaprea sus rútilos zafiros.
Voz de sangre sus zafiros denigra.
Mas nó otro azur desea mi vagabundo sueño:
sólo ése azur cebrado de vïolas, ése azur ocelado de abenuz..!
Oh piélagos transidos de agorera pavura irremisible.
Oh piélagos que asorda gríseo clangor: equale
de trombones, en lento ritmo y voz velada, audible
sólo para los seres que un Fátum fúnebre señale...
Yo anhelo tus ilímites planicies: hielos glaucos,
brumas, nieblas -última Thule- para ulular mis turbios himnos raucos!

Yo soy Harald, soy Harald el Obscuro.

Yo sólo amo tu amor, fatal Isolda.
Erigiremos en todos los caminos nuestra gitana tolda aventurera.
Yo sólo amo tu amor, oh brava Isolda!
Brava Isolda hechicera!

Yo soy Tristán de Leonís: -ligera
por todos los océanos nuestra nao pirata
discurrirá indolente, con viento ameno o duro; 2
bajo la lumbre de topacio
del sol;
bajo la luz morena de la rosa de plata;
o en la noche ceñuda -lúgubre y agorera-. 3
Por todos los océanos nuestro amor, y el espacio
sin lindes, y el ensueño, y hacia lo ignoto navegar... 4

Por todos los océanos nuestra libre galera:
y en el palo cimero la flámula escarlata
con una rosa endrina,
y en nuestros corazones la rosa purpurina
y la flámula negra...
Nuestra nao pirata
discurrirá por todos los océanos al azar, al azar, al azar... 5
Erigiremos en todos los caminos nuestra gitana tolda aventurera, 6
y el refugio ilusorio de nuestro ciclo errátil e inseguro...
Yo sólo amo tu amor, mi brava Isolda,
yo sólo amo tu amor, Ilse hechicera,
yo soy Tristán, soy Harald el Obscuro.

Dancé cantando mi canción acerba.
Era el véspero, casi la noche, era el véspero de ceniza.

El tardeño cocuyo su luz irradïaba.
Su lumbre ingenua mi ingenuo corazón iluminaba.

Mas mi espíritu pérfido mi ingenuidad enerva,
y en el ingenuo corazón desliza
fragante zumo de su ponzoñosa hierba.

Yo soy Tristán, soy Harald el Obscuro.

Divagar. Divagar por inéditos climas.
Metafísicos vórtices. Remansada sapiencia.
Júbilo y alborozo sensüales.

Ebrias sedes. Acidia muelle. Venus autumnales,
ingrávidas adolescentes: oh vendimias opimas...!
Al propio tiempo, nugacidad y vacío, y nesciencia...

Oh mujer, arcangélico vampiro,
demoníaca Ofelia, cándida cervatilla, híspido
endriago!

Todo lo excelso aroma en tu sollozo y en tu suspiro y en tu sonrisa!
Perfuma en tu pasión lo deletéreo y lo inefable, lo joyoso y lo aciago!
Tifón de tempestades y sosegada brisa
cantan en tu pasión:
y un trémulo murmurio pulcro balbuce en tu corazón!

Yo soy Harald, soy Harald el Obscuro.
Yo soy Tristán de Leonís, acedo.

Yo sólo amo tu amor, Ilse hechicera,
yo sólo amo tu amor, fatal Isolda,
mi brava Isolda!

Yo soy Harald, soy Lancelot: -blanda sonrisa, corazón perjuro;
yo sólo amo tu amor, tu amor áspero y ledo,
venenoso y lustral, proclive y puro,
pérfido y claro, y abisal y erguido!
Yo sólo amo tu amor. Ilse hechicera,
Furia hechicera, Lálage hechicera:

Yo sólo de tu amor -Ilse- me curo:
y al azar de las rutas erigiremos nuestra tolda,
fatal Isolda,
y en nuestra tolda un penumbroso nido,
y al azar de los vientos singlará nuestra nao aventurera...

Yo soy Harald, soy Harald el Obscuro.
Nienke Sep 19
ya no siento nada, dices
pero sé que es mentira
me has mostrado tu interior
esta noche borracha
transmitiendo mucho amor

te acercaste tan rápido a mi
a mi terapeuta le lleva meses
que me has cambiado
tocando defectos, ansiedades
que ya habia olvidado

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

la parte que conozco, tapo
porque no veo otra opción
prefiero seguir como la fuerte
y ayudarte a ti, tendria mas razón
pero mírame, sangrando,
porque no puedo, quiero ser fria

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

tantas inseguridades en mi vida
amor, tengo que decidir
si encontraré trabajo
si vuelvo a mi pais
si sigo viéndote
o si vuelvo a mi

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

y entre todos los pensamientos
estoy pensando en tus palabras
si quiero ser tuyo, asi podría ser

me llamaste, escribiste
en medio de la noche
si quiero, vendrías

por qué? enamoraste?

necesito a alguien cerca, dijo
me siento sola, dijo tu ex
puedo usar abrazo, dije
buscando amor
que una vez faltaba

y por eso parece que ya nos conocemos
y por eso sentimos cierta conexión
y por eso sí tienes sentimiento
y ni yo ni tu podrá esconder
de este diablo - reconocimiento

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

me tienes paralizada cariño
este dia que me puse a llorar
abriste una herida profunda
y desde entonces, no he podido parar
el dolor en mi pecho, insoportable

talvez es mejor que me alejo, sí
tengo que protegerme

pero ya es tarde, lo ves?
ya no me miras como antes
ya no me hablas con tanto amor
aunque no me tenias que dar
era lo que necesitaba, calor

no estamos listo
perdido en tiempo

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

la chica que conociste en la playa
esa soy yo: libertad
y quiero regresar, olvidar
espacio de verdad
no perderme en otro mar

nunca mas enamorada
del dolor ajeno

claro - queremos estar solos
seria más facil no sentir ni pensar
que nadie influye, confunda
pero no tenemos el control
esta vida, soledad nos controla

dejalo, dicen
deja todo fluir

el dolor en mi pecho
hasta morir

ansiedad de conectar
ansiedad de separar

uno somos, buscame
pero cómo dejar?

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado
Yo deseo estar solo. Non curo de compaña.
Quiero catar silencio. Non me peta mormurio
ninguno a la mi vera. Si la voz soterraña
de la canción adviene, que advenga con sordina:
si es la canción ruidosa, con mi mudez la injurio;
si trae mucha música, que en el Hades se taña
o en cualquiera región al ***** Hades vecina...
Ruido: ¡Callad! Pregón de aciago augurio!
Yo deseo estar solo. Non curo de compaña.
Quiero catar silencio, mi sóla golosina.

Como yo soy el Solitario,
como yo soy el Taciturno,
dejadme solo.

Como yo soy el Hosco, el Arbitrario,
como soy el Lucífugo, el Nocturno,
dejadme solo.

Mi sandalia (o mi abarca o mi coturno)
no los piséis, tumulto tumultuario,
dejadme solo.

Judeo, quechua, orangutánida, ario,
-como soy de la estirpe de Saturno-
dejadme solo.

Decanto en mi rincón mínimo canto,
silencioso; alquimista soy señero,
juglar oculto, absconto fabulante.
Dejadme solo.

Buen catador (soto mísero manto)
Buen tañedor (sin Amati o Guarniero)
Alto cantor (aunque bajo cantante)
Dejadme solo.

Dejadme solo. Non quiero compaña.
Dejadme esquivo. Non gusto coreo.
Non paventad: non presumo de Orfeo
desasnador de cerril alimaña.

Dejadme solo soplando mi caña
silvestre. Non pétame pueril ronroneo.
Non son adamado. Non son sigisbeo.
Son áspero, másculo. Son rudo, sin plaña.

Sin queja. Más mudo que Beethoven sordo.
Sin laude. Más zurdo que Cervantes manco.
Sin pathos. Más seco que no Falstaff gordo.
Solitario. Adusto. Voy único a bordo.
Espíritu en *****. Corazón en blanco.

Y esquivo dejadme. Soy notas-arranco
de mi clavecino. Soy fábulas-bordo
sobre el cañamazo de mi pentacordo.
Soy facecias-urdo. Por dentro me estanco.
Dejadme señero: jamás me desbordo.

Como yo soy el Solitario,
como yo soy el Taciturno,
como yo soy el Hosco, el Arbitrario,
como soy el Lucífugo, el Nocturno,
dejadme solo.

Como soy Leo Atrabiliario,
como soy Sergio el Estepario,
como soy Proclo Extravagario,
como ya tengo el Cuervo y el Vulturno
de los acerbos choznos de Saturno,
dejadme solo.

Dejadme solo. Non quiero compaña.
Dejadme esquivo. Non gusto coreo.
Non paventad. Non presumo de Orfeo
desasnador de cerril alimaña.

No viene a mí, ni voy a la montaña.
Ni vasallo ni César, Juez ni Reo:
Sergio Estepario, Estrafalario Leo.
Con mi tonel. De mi cruz cirineo.
Rey de Burlas, soberbio: cetro o caña
pares le son a mi elación huraña.
Dejadme solo.
Leydis Jan 2018
Soy todo y soy nada,
soy miel y soy lana,
soy la nieve en tu Sahara
y el dulce de la caña.

Soy todo y soy nada,
soy el viento sin sus ráfagas,
soy la rosa y sus espinas,
y, el ascenso en tu delicia.

Soy todo y soy nada,
es humilde mi mirada,
llevo nueve lunas en mis espalda
cargo el cielo en mis entrañas.

Soy un verso sin rimas,
soy del trigo su espiga,
soy de la tierra y del lodo,
soy un astro sin firmamento,
son mis letras mi sustento,
un aliento sin respiro,
una barca que navega
en la superficie de lo desconocido.

Soy todo y soy nada,
varios cielos he surcado,
varias batallas he fraguado,
con pocas victorias he contado,
más mis pies siguen afincados,
afilando la estrategia para llegar
al mi destino, navegando en mis ríos,
con la certeza de que llevo en mi alma,
toda la sustancia que me permite elevarme con todo y con nada.

LeydisProse
1/16/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse/
Marco Bo May 2020
under this gray suburban sky
I am not a brick in your wall
I am not the tool that will lay it down
I am not

I am not the water the sand and the concrete
I am not the mortar that will paste it on
I am not the hands that will climb it
and not even those that will color it
I am not

I am not the sea that separates
I am not the beach that will not receive
I am not the boat that will sink down
and not even the waves that will drift it away
I am not

I am not your eyes that pretend not to see
I am not your ears that don't know how to listen anymore
I am not

I am not your sense of guilt
and not even your repentance on the day of feast
your clean jacket and your plastic shoes
and your Sunday brunch waiting for you at home
I am not

I
I do not know
what exactly I am
but I know I will learn it on the way
and you
alone
on the other side of the wall
you will never
ever know

sotto questo grigio cielo di periferia
io non sono un mattone nel tuo muro
io non sono l'attrezzo che lo poserà
io non sono

io non sono l'acqua la sabbia e il cemento
io non sono la malta che lo incollerà
io non sono le mani che lo scaleranno
e nemmeno quelle che lo coloreranno
io non sono

io non sono il mare che separa
io non sono la spiaggia che non accoglierà
io non sono la barca che affonderà
e nemmeno le onde che la porteranno alla deriva
io non sono

io non sono i tuoi occhi che faranno finta di non vedere
io non sono le tue orecchie che non sanno più ascoltare
io non sono

io non sono il tuo senso di colpa
e nemmeno il tuo pentimento nel giorno di festa
la tua giacca pulita le tue scarpe di plastica
e il tuo pranzo della Domenica che a casa ti aspetta
io non sono

io
non so
cosa esattamente sono
ma so che lo imparerò sul cammino
e tu
da solo
dall'altra parte del muro
non saprai
mai
................


under this gray suburban sky
I am not a brick in your wall
I am not the tool that will lay down
I am not

I am not the water the sand and the concrete
I am not the mortar that will paste it on
I am not the hands that will climb it
and not even those that will color it
I am not

I am not the sea that separates
I am not the beach that will not receive
I am not the boat that will sink down
and not even the waves that will drift it away
I'm not

I am not your eyes that pretend not to see
I am not your ears that don't know how to listen anymore
I am not

I am not your guilt
and not even your repentance on the day  of feast
your clean jacket and your plastic shoes
and your Sunday brunch waiting for you at home
I am not

I
I do not know
what exactly I am
but I know I will learn it on the way
and you
alone
on the other side of the wall
  you will never
ever know
.............
bajo este gris cielo suburbano
yo no soy un ladrillo en tu muro
yo no soy la herramienta que lo instalará
yo no soy

yo no soy agua, arena y concreto
yo no soy el cemento que lo pegará
yo no soy las manos que subirán el muro
y ni siquiera los que lo colorearán
yo no soy

yo no soy el mar que separa
yo no soy la playa que no acogerà
yo no soy el bote que se hundirá
y ni siquiera las olas que  la llevarán
yo no soy

yo no soy tus ojos que pretenderán no ver
yo no soy tus oídos que ya no saben escuchar
yo no soy

yo soy tu sentido de culpa
y ni siquiera tu arrepentimiento en el día de la fiesta
tu chaqueta limpia tus zapatos de plástico
y tu almuerzo del domingo esperándote en casa
yo no soy

yo
yo no sé
que  exactamente soy
pero sé que lo aprenderé en el camino
y tu
solo
al otro lado del muro
nunca no sabrás
Señor, deja que diga la gloria de tu raza,
la gloria de los hombres de bronce, cuya maza
melló de tantos yelmos y escudos la osadía:
!oh caballeros tigres!, oh caballeros leones!,
!oh! caballeros águilas!, os traigo mis canciones;
!oh enorme raza muerta!, te traigo mi elegía.Aquella tarde, en el Poniente augusto,
el crepúsculo audaz era en una pira
como de algún atrida o de algún justo;
llamarada de luz o de mentira
que incendiaba el espacio, y parecía
que el sol al estrellar sobre la cumbre
su mole vibradora de centellas,
se trocaba en mil átomos de lumbre,
y esos átomos eran las estrellas.Yo estaba solo en la quietud divina
del Valle. ¿Solo? ¡No! La estatua fiera
del héroe Cuauhtémoc, la que culmina
disparando su dardo a la pradera,
bajo del palio de pompa vespertina
era mi hermana y mi custodio era.Cuando vino la noche misteriosa
-jardín azul de margaritas de oro-
y calló todo ser y toda cosa,
cuatro sombras llegaron a mí en coro;
cuando vino la noche misteriosa
-jardín azul de margaritas de oro-.Llevaban una túnica espledente,
y eran tan luminosamente bellas
sus carnes, y tan fúlgida su frente,
que prolongaban para mí el Poniente
y eclipsaban la luz de las estrellas.Eran cuatro fantasmas, todos hechos
de firmeza, y los cuatro eran colosos
y fingían estatuas, y sus pechos
radiaban como bronces luminosos.Y los cuatro entonaron almo coro...
Callaba todo ser y toda cosa;
y arriba era la noche misteriosa
jardín azul de margaritas de oro.Ante aquella visión que asusta y pasma,
yo, como Hamlet, mi doliente hermano,
tuve valor e interrogué al fantasma;
mas mi espada temblaba entre mi mano.-¿Quién sois vosotros, exclamé, que en presto
giro bajáis al Valle mexicano?
Tuve valor para decirles esto;
mas mi espada temblaba entre mi mano.-¿Qué abismo os engendró? ¿De qué funesto
limbo surgís? ¿Sois seres, humo vano?
Tuve valor para decirles esto;
mas mi espada temblaba entre mi mano.-Responded, continué. Miradme enhiesto
y altivo y burlador ante el arcano.
Tuve valor para decirles esto;
¡mas mi espada temblaba entre mi mano...!Y un espectro de aquéllos, con asombros
vi que vino hacia mí, lento y sin ira,
y llevaba una piel sobre los hombros
y en las pálidas manos una lira;
y me dijo con voces resonantes
y en una lengua rítmica que entonces
comprendí: -«¿Que quiénes somos? Los gigantes
de una raza magnífica de bronces.»Yo me llamé Netzahualcóyotl y era
rey de Texcoco; tras de lid artera,
fui despojado de mi reino un día,
y en las selvas erré como alimaña,
y el barranco y la cueva y la montaña
me enseñaron su augusta poesía.»Torné después a mi sitial de plumas,
y fui sabio y fui bueno; entre las brumas
del paganismo adiviné al Dios Santo;
le erigí una pirámide, y en ella,
siempre al fulgor de la primera estrella
y al son del huéhuetl, le elevé mi canto.»Y otro espectro acercóse; en su derecha
levaba una macana, y una fina
saeta en su carcaje, de ónix hecha;
coronaban su testa plumas bellas,
y me dijo: -«Yo soy Ilhuicamina,
sagitario del éter, y mi flecha
traspasa el corazón de las estrellas.»Yo hice grande la raza de los lagos,
yo llevé la conquista y los estragos
a vastas tierras de la patria andina,
y al tornar de mis bélicas porfías
traje pieles de tigre, pedrerías
y oro en polvo... ¡Yo soy Ilhuicamina!»Y otro espectro me dijo: -«En nuestros cielos
las águilas y yo fuimos gemelos:
¡Soy Cuauhtémoc!  Luchando sin desmayo
caí... ¡porque Dios quiso que cayera!
Mas caí como águila altanera:
viendo al sol, y apedreada por el rayo.»El español martirizó mi planta
sin lograr arrancar de mi garganta
ni un grito, y cuando el rey mi compañero
temblaba entre las llamas del brasero:
-¿Estoy yo, por ventura, en un deleite?,
le dije, y continué, sañudo y fiero,
mirando hervir mis pies en el aceite...»Y el fantasma postrer llegó a mi lado:
no venía del fondo del pasado
como los otros; mas del bronce mismo
era su pecho, y en sus negros ojos
fulguraba, en vez de ímpetus y arrojos,
la tranquila frialdad del heroísmo.Y parecióme que aquel hombre era
sereno como el cielo en primavera
y glacial como cima que acoraza
la nieve, y que su sino fue, en la Historia,
tender puentes de bronce entre la gloria
de la raza de ayer y nuestra raza.Miróme con su límpida mirada,
y yo le vi sin preguntarle nada.
Todo estaba en su enorme frente escrito:
la hermosa obstinación de los castores,
la paciencia divina de las flores
y la heroica dureza del granito...¡Eras tú, mi Señor; tú que soñando
estás en el panteón de San Fernando
bajo el dórico abrigo en que reposas;
eras tú, que en tu sueño peregrino,
ves marchar a la Patria en su camino
rimando risas y regando rosas!Eras tú, y a tus pies cayendo al verte:
-Padre, te murmuré, quiero ser fuerte:
dame tu fe, tu obstinación extraña;
quiero ser como tú, firme y sereno;
quiero ser como tú, paciente y bueno;
quiero ser como tú, nieve y montaña.
Soy una chispa; ¡enséñame a ser lumbre!
Soy un gujarro; ¡enséñame a ser cumbre!
Soy una linfa: ¡enséñame a ser río!
Soy un harapo: ¡enséñame a ser gala!
Soy una pluma: ¡enséñame a ser ala,
y que Dios te bendiga, padre mío!.Y hablaron tus labios, tus labios benditos,
y así respondieron a todos mis gritos,
a todas mis ansias: -«No hay nada pequeño,
ni el mar ni el guijarro, ni el sol ni la rosa,
con tal de que el sueño, visión misteriosa,
le preste sus nimbos, ¡y tu eres el sueño!»Amar, ¡eso es todo!; querer, ¡todo es eso!
Los mundos brotaron el eco de un beso,
y un beso es el astro, y un beso es el rayo,
y un beso la tarde, y un beso la aurora,
y un beso los trinos del ave canora
que glosa las fiestas divinas de Mayo.»Yo quise a la Patria por débil y mustia,
la Patria me quiso con toda su angustia,
y entonces nos dimos los dos un gran beso;
los besos de amores son siempre fecundos;
un beso de amores ha creado los mundos;
amar... ¡eso es todo!; querer... ¡todo es eso!»Así me dijeron tus labios benditos,
así respondieron a todos mis gritos,
a todas mis ansias y eternos anhelos.
Después, los fantasmas volaron en coro,
y arriba los astros -poetas de oro-
pulsaban la lira de azur de los cielos.Mas al irte, Señor, hacia el ribazo
donde moran las sombras, un gran lazo
dejabas, que te unía con los tuyos,
un lazo entre la tierra y el arcano,
y ese lazo era otro indio: Altamirano;
bronce también, mas bronce con arrullos.Nos le diste en herencia, y luego, Juárez,
te arropaste en las noches tutelares
con tus amigos pálidos; entonces,
comprendiendo lo eterno de tu ausencia,
repitieron mi labio y mi conciencia:
-Señor, alma de luz, cuerpo de bronce.
Soy una chispa; ¡enséñame a ser lumbre!
Soy un gujarro; ¡enséñame a ser cumbre!
Soy una linfa: ¡enséñame a ser río!
Soy un harapo: ¡enséñame a ser gala!
Soy una pluma: ¡enséñame a ser ala,
y que Dios te bendiga, padre mío!.Tú escuchaste mi grito, sonreíste
y en la sombra infinita te perdiste
cantando con los otros almo coro.
Callaba todo ser y toda cosa;
y arriba era la noche misteriosa
jardín azul de margaritas de oro...
Leydis Jun 2017
And!
Yes, I am imposing,
I move accordingly and as I please.
I will change the path, if it persists on imposing itself on me.
  
And!
Yes, I'm haughty,
Contemptuous at times,
arrogant and unconquerable,
I am a warrior,
I am untamed,
I am fierce,
I am wild flower,
I am ungovernable.  

I am the gleam in gold,
I am of earth its smell,
of water and earth, I am its clay,
I belong to my dreams,
and
yes, it is true that,
I belong to no one.  

And!
With my hands on the waist,
I enthrall all the power from antiquity.
I do not fold my eyes, I always look ahead.
I will look straight at you, I will read you, unnerving your manhood.
I put back my shoulders and shake the dust of impotence,
and stay in the fight with hunger and cunning.  

And!
Yes, I am wholesome although I am missing all of me.
I carry a sword in the hips,
a knife between the legs to expurgated whoever covets..taming me.  

And!
Yes, I am more complicated than math,
I am as simple as art,
I like the tongues
I like tongues that serves to communicate.  

And!
I love everything and nothing at all without variants.
I am of the world-its insistence,
the energy, the dilapidation,
survival and perseverance.  

I am brave,
I am wild flower,
I am Warrior.  
And!
_______________­___
¡Y!
Si soy imponente
me pongo y me quito a mi gusto.
El camino lo cambio si persiste en imponerse.

¡Y!
Sí, soy altiva,
desdeñosa, soberbia,
guerrera indomable,
soy indómita,
soy fiera,
soy flor silvestre,
soy ingobernable.

Soy del oro su brillo,
de la tierra el olor,
del agua y la tierra su barro,
de los pies el trayecto,
y le pertenezco a mis sueños,
y sí, es cierto que no soy de nadie.

¡Y!
Con las manos en la cintura, absorbo todo el poder de la antigüedad.
Miro de frente y no doblego la mirada.
Te miro, te leo, y te espanto la hombría.
Alzo los hombros y me sacudo el polvo de la impotencia,
y sigo en la lucha, con hambre, con astucia y picardía.

¡Y!
Sí, soy entera, aunque todo me falte.
Llevo una espada en las caderas,
un cuchillo entre las piernas, que cortan las ansias de quien pretenda domarme.

¡Y!
Sí, soy más complicada que la matemática,
soy tan simple como el arte,
me gusta la lengua,
me gustan las lenguas y todo lo que sirva para comunicarse.

¡Y!
Amo todo y sin variantes.
Soy del mundo la insistencia,
la energía, y el desgaste,
la sobrevivencia y la perseverancia.

Soy mujer valiente,
soy flor silvestre,
soy guerrera.

¡Y!

LeydisProse
6/22/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/about/
trigger, strong language

Soy un puñal
certero al corazón
de la construcción social

I am a ******
flaming ******
***… (repeat after me…)
fagggggg
faaaaaggggggg:
soy una fogata
I am fire and heat
I raise from the ashes
of hundreds of years
of silence, love and tears

soy joto, maricon, rarito
I am queer
poderoso, vulnerable
soy “bonito”
soy pajaro, pato, ****
I can fly, i’ve got wings tu sabes
don’t **** with me
soy astuto
soy perra
soy una fiera
mi cuerpo
cruza fronteras
como si fuera coyote
as if I was a pollera

soy de la mano caída
mi mano apunta a la tierra
por que soy fuerza divina

I am multiplicity
survivor, resister
soy grande
como mi madre, como mi abuela
I am all powerful, sublime
if I wasn’t
why would you feel so threaten
at the mere sight of my eyes…
Si tú eres la yegua de ámbar
                    yo soy el camino de sangre
Si tú eres la primer nevada
                    yo soy el que enciende el brasero del alba
Si tú eres la torre de la noche
                    yo soy el clavo ardiendo en tu frente
Si tú eres la marea matutina
                    yo soy el grito del primer pájaro
Si tú eres la cesta de naranjas
                    yo soy el cuchillo de sol
Si tú eres el altar de piedra
                    yo soy la mano sacrílega
Si tú eres la tierra acostada
                    yo soy la caña verde
Si tú eres el salto del viento
                    yo soy el fuego enterrado
Si tú eres la boca del agua
                    yo soy la boca del musgo
Si tú eres el bosque de las nubes
                    yo soy el hacha que las parte
Si tú eres la ciudad profanada
                    yo soy la lluvia de consagración
Si tú eres la montana amarilla
                    yo soy los brazos rojos del liquen
Si tú eres el sol que se levanta
                    yo soy el camino de sangre
Santiago Nov 2015
Por ti los ciegos ven, los mudos cantaran en ti la vida esta, por ti puedo cantar la oscuridad se va, por ti puedo gritar Libre Soy!

(CORO)
Libre para correr (libre para correr)
libre para danzar (libre para danzar)
libre para vivir en ti (libre para vivir en ti) Libre Soy (BIS)

Por ti los ciegos ven, los mudos cantaran en ti la vida esta, por ti puedo cantar la oscuridad se va, por ti puedo gritar Libre Soooy!

(CORO)
Libre para correr (libre para correr)
libre para danzar (libre para danzar)
libre para vivir en ti (libre para vivir en ti) Libre Soy

(CORO)
Libre para correr (libre para correr)
libre para danzar (libre para danzar)
libre para vivir en ti (libre para vivir en ti) Libre Soy

Por tu amor (libre soy)
en la cruz
me diste libertad (libre soy)
me diste el perdon
yo libre soy
yo libre soy
libre soy
Espíritu sin nombre,
indefinible esencia,
yo vivo con la vida
sin formas de la idea.Yo nado en el vacío,
del sol tiemblo en la hoguera,
palpito entre las sombras
y floto con las nieblas.Yo soy el fleco de oro
de la lejana estrella,
yo soy de la alta luna
la luz tibia y serena.Yo soy la ardiente nube
que en el ocaso ondea,
yo soy del astro errante
la luminosa estela.Yo soy nieve en las cumbres,
soy fuego en las arenas,
azul onda en los mares
y espuma en las riberas.En el laúd, soy nota,
perfume en la violeta,
fugaz llama en las tumbas
y en las ruïnas yedra.Yo atrueno en el torrente
y silbo en la centella,
y ciego en el relámpago
y rujo en la tormenta.Yo río en los alcores,
susurro en la alta yerba,
suspiro en la onda pura
y lloro en la hoja seca.Yo ondulo con los átomos
del humo que se eleva
y al cielo lento sube
en espiral inmensa.Yo, en los dorados hilos
que los insectos cuelgan
me mezco entre los árboles
en la ardorosa siesta.Yo corro tras las ninfas
que, en la corriente fresca
del cristalino arroyo,
desnudas juguetean.Yo, en bosques de corales
que alfombran blancas perlas,
persigo en el océano
las náyades ligeras.Yo, en las cavernas cóncavas
do el sol nunca penetra,
mezclándome a los gnomos,
contemplo sus riquezas.Yo busco de los siglos
las ya borradas huellas,
y sé de esos imperios
de que ni el nombre queda.Yo sigo en raudo vértigo
los mundos que voltean,
y mi pupila abarca
la creación entera.Yo sé de esas regiones
a do un rumor no llega,
y donde informes astros
de vida un soplo esperan.Yo soy sobre el abismo
el puente que atraviesa,
yo soy la ignota escala
que el cielo une a la tierra,Yo soy el invisible
anillo que sujeta
el mundo de la forma
al mundo de la idea.Yo, en fin, soy ese espíritu,
desconocida esencia,
perfume misterioso
de que es vaso el poeta.
Leydis Aug 2017
¿Que como soy yo?
soy un arenal de ilusiones
soy un arcoíris de sensaciones
cautiva de las pasiones
de amores con brillosos colores
busco en cada beso los sabores del tiempo
en cada abrazo sentir el universo
en cada roce bañarme en deseo
con un espíritu verde y esperanzado
con una mirada azulada llena de la misma nostalgia que viste la luna.

¿Que como soy yo?
Un remolino de gozo
Labios con sabor a uva
A vino sabe mi saliva
Embriagador es mi roce.

Soy mansa y arisca
soy sumisa y altiva
soy torpe y a veces erudita
soy calladamente bullosa
me rio de mi misma
invento canciones sin rimas
hablo con las plantas
absorbo y emito luz al mismo tiempo
lloro hasta los anuncios
la luna y el sol son mis ídolos
las estrellas las modelos a las que imito
el cielo es mi guía de ensueño
me paso hablando con Dios el día entero
detesto las injusticias
a veces tan mujer
a veces tan niña

¿Que como soy?
Soy una enciclopedia romántica,
una antología de emociones místicas,
me encanta las largas platicas,
no puedo ser plástica,
me envuelve el aroma de un hombre inteligente,
me enamora la vida
la esperanza
la gente que se avienta
y
¡un verso dicho con miel en los labios!

LeydisProse
8/15/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Krusty Aranda Feb 2018
Soy
A veces no sé quién soy
¿Qué quiero?
¿Qué digo?
¿Qué pienso? ¿Qué hago?
Soy un cúmulo de malas decisiones,
de impulsividad y sobrepensamiento
en los momentos equivocados
Empeño mi corazón a quien no debo y se lo arrebato a quien lo compra
Soy el egoísmo de la tierna infancia,
la necedad del adolescente en plena pubertad.
Soy la risa del demente,
el silencio del estruendo,
soy la incoherencia en persona y he venido a restarle sentido a este mundo obsesionado con la falsa verdad
Soy la definición de lo indefinible
Soy la abstracción de lo concreto
Soy todo, absolutamente todo,
excepto una cosa.
No soy yo
Yo soy como un viajero que no duerme
más de una vez en la misma casa.
Dame un beso y olvídame. No intentes retenerme:
Soy el amor que pasa...

Yo soy como una nube que da sombra un instante;
soy una hoguera efímera que no deja una brasa. 1
Yo soy el buen amor y el mal amante.
Dime adiós y sonríeme: Soy el amor que pasa...

Soy el amor que olvida, pero que nunca miente,
que muere sonriendo porque nace feliz.
Yo paso como un ala, fugazmente;
y, aunque se siembre un ala, nunca tendrá raíz.

No intentes retenerme: déjame que me vaya
como el agua de un río, que no vuelve a pasar...
Yo soy como una ola en una playa,
pues las olas se acercan, pero vuelven al mar...

Soy el amor de amar, que nadie odia lo inerme,
que se lleva el perfume, pero deja la flor...
Dime adiós, y no intentes retenerme:
Soy el amor que pasa... ¡pero soy el amor!
Leydis Jan 2018
¿Quieres un poco de esta piel canela?
¿Quieres quemarte en mi candela?
¿Quieres encenderme como candelario?
¿Conquistarme con tu bandera?
¿Insinuarte como mi amante?
¿Amarme en cada instante?
¿Precisar el tiempo y la carne?
¿Dominar mi cabellera mientras
escalas mis colinas, dominando
los valles de mis prominencias?

¡Pues no se va a poder!
porque del arrebol soy su anaranjado,
mi piel de bronce no está en el mercado,
sí, soy sensual y no lo escondo,
soy la negra de las pasiones redundadas,
la poetisa de la añoranza,
de la tempestad soy su abonanza,
en mí no vale la redundancia.

Soy del caribe su fuego,
del coco sus palmera,
mis labios saben a las dulces
carambolas de mi antigua África.
Mi piel dorada como melaza
se enreda en la madreselva de mi melena,
conectada a mis a mis raíces
soy emperatriz de mis experiencias,
no confiero por dolencias,
soy de la sobrevivencia la enseñanza,
mujer dócil y altiva, mujer dulce y divina,
mujer huracán y calma,
mujer que escala sus propias montañas,
mujer que se libera de su presa,
mujer que sindica con intensión,
mujer que anda con firmeza
en las alegrías y las tristezas.

Mujer~~
¡soy más que un cuerpo!
que la tentación en el deseo,
que un sínico verso en un beso robado,
vivo llena de emoción, me entrego por amor,
soy mujer, y no hay descripción para lo que soy..
¡Yo soy la misma vida!


LeydisProse
1/23/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse/
Alyssa Jan 2019
soy
no existo
soy el reflejo de mi mismo
la forma que se oculta entre las sombras
del desierto soy el espejismo

soy el tiempo que perdiste
soy esa oración que hiciste

no existo
soy la anticipación del momento
soy la grieta que se hace en el cemento
soy tan solo un intento

no existo
soy lo que nadie esta sintiendo
no existo
pero sigo siendo
Yo, señor, soy acontista.
Mi profesión es hacer disparos al aire.
Todavía no habré descendido la primera nube. 1
Mas, la delicia está en curvar el arco
y en suponer la flecha donde la clava el ojo. 2

                    Yo, señor, soy acontista.

¡Azores y neblíes, gerifaltes, tagres, sacres, alcotanes, halcones
acudid a la voz del acontista!
y enderecemos nuestras garras a la conquista
de las nubes, volubles como los corazones... 3
y -cual los corazones- inmutables.

                    Yo, señor, soy acontista.

También he sido juglar en los mesones.
Revendedor de bulas.
Tañedor de laúd.
Y tragador de fuego y engullidor de sables.
Y bufón en las ferias.
Damas de los castillos a catar diéronme frutos de acendrada virtud:
¡noches de bendición!
Otras noches fueron bien miserables.

                    Yo, señor, soy acontista.

También me he entretenido en cosas serias:
conocí al asno de Buridán 4
y al propio Buridán, que estuvo en la Tour de Nesle 5
(alguna vez fui con él,
pero me devolví de la poterna)
y vi ahorcar en Montfaucon 6
a Messire Enguerrand de Marigny.
Poco en letras leí... 7
mas sí he bebido buenos vinos, paladeado vianda tierna,
y comido del mejor pan.

                    Yo, señor, soy acontista.

Mi profesión es hacer disparos al aire.
¿Todavía no habré descendido la primera nube? 8
También soy jugador de dados
y tengo mis ribetes de asesino.
Presumo haber -en lontana ocasión- hurtádome los vasos sagrados 9
de ya no sé qué iglesia, abadía o convento.
(Creo que han sido mías varias esposas de Jesús,
cuyos votos de castidad y su amor al esposo divino
fueron plumas al viento
y golondrinas migratorias que soltaron su vuelo desde la Cruz...)
¡Azores y neblíes, gerifaltes, tagres, sacres, alfaneques, halcones:
acudid a la voz del acontista!
Y enderecemos nuestras garras y nuestros picos a la conquista
de las nubes volubles como los corazones... 10
y -cual los corazones- siempre iguales.

                    Yo, señor, soy acontista.

También resulto un poco lento y un mucho largo en las mis relaciones...
Juzgo que hay caso de fantasía en mi rapsodia:
pero ni yo soy Tácito, ni aquestos son Anales...
¡Tampoco he de cantar la palinodia
ni de irrumpir en monótonos trenos!

                    Yo, señor, soy acontista.

Nada más. Nada menos.

Y tengo sueño y tengo sed, señor. ¡Salud! ¡Y abur! señor, ¡abur! Y hasta otra vista.
Leydis Jun 2017
Tengo olor de tierra.
Tengo sabor de café y miel en la lengua,
Tengo un saxofón, un acordeón y un par de teclas que caminan.
Que se mueven despacio,
que también saben violentarse, jadeándose entre pasos
al ritmo de un guaguancó.
Se liberan al ritmo de un son cubano,
Se rompen la espalda en una quebradita, pues soy chaparrita.
Un Merengue suavecito de mi adorada Quisqueya.
Mi patria bella, con sus mulatas, y azúcar en la cintura.
Llevo a Puerto Rico en una Salsa o una Bomba y Plena que espante la monotonía,
y en una Cumbia Colombiana, me conecto a todos mis paisas.
Llevo un gaucho argentino con un Mate, un Gardel y un buen Tango en el corazoncito.
Entre doble pasos va saliendo mi espíritu gitano.
Voy moviendo el piso al sonido de un Flamenco.
y si llegan a sentir una Zamba se transportan mis pies a Brasil
y bailo y hablo en portugués.  

No, yo no tengo patria, llevo la música en el alma.
No, yo no soy bailarina.
Si, voy viajado el mundo en sonidos de artistas con sueños.
Yo soy negra y a puro orgullo,
fluye por mi cuerpo el sonido del pueblo,
Los tambores de África percutan por mis pies.
Yo soy del sonido que alegre mis pies.
Yo soy del país que me acoja en su ritmo.
Yo soy del mundo,
Yo soy música.
Yo soy los pies que bailan por la paz,
por la justicia,
por la igualdad.

Yo soy música y no más!

LeydisProse
6/9/2017
https://m.facebook.com/LeydisProse/
No tengo agua,
no tengo comida,
no tengo mota o deniro.
No tengo nada,
pero mi mochilla,
y poca ropa para mi cuerpo.
Pero soy, pero soy
pero soy, pero soy
pero soy, pero soy.
Y estoy feliz ser mi.
Robert Guerrero Feb 2013
I vacation in the deepest pits of hell
I swim in lakes of flames
And **** the innocence
From the weak
Yo soy el diablo

Fear me you pathetic *****
Bow before my Almightiness
Choke on the tip of my trident
**** on the fruits of my manhood
Yo soy el diablo

You thought you could break me
But that was a test
To see if your soul would be worth feasting on
I broke you and made you nothing
Yo soy el diablo

Lick the tip of poverty
Swallow the come of humility
Learn your place
Beneath the power of this almighty Demon
Yo soy el diablo

YO SOY EL DIABLO
I am the Devil
Fear me
Learn you cant control me
Learn your soul is forever mine
I own you and you do as I say
Just bored and wrote it
Mi vaso lleno -el vino del Anáhuac-
mi esfuerzo vano -estéril mi pasión-
soy un perdido -soy un marihuano-
a beber -a danzar al son de mi canción...

Ciñe el tirso oloroso, tañe el jocundo címbalo.
Una bacante loca y un sátiro afrentoso
conjuntan en mi sangre su frenesí amoroso.
Atenas brilla, piensa y esculpe Praxiteles,
y la gracia encadena con rosas la pasión.
¡Ah de la vida parva, que no nos da sus mieles
sino con cierto ritmo y en cierta proporción!
¡Danzad al soplo de Dionisos que embriaga el corazón!

La Muerte viene, todo será polvo
bajo su imperio: ¡polvo de Pericles,
polvo de Codro, polvo de Cimón!

Mi vaso lleno -el vino del Anáhuac-
mi esfuerzo vano -estéril mi pasión-
soy un perdido -soy un marihuano-
a beber -a danzar al son de mi canción...

De Hispania fructuosa, de Galia deleitable,
de Numidia ardorosa, y de toda la rosa
de los vientos que beben las águilas romanas,
venid, puras doncellas y ávidas cortesanas.
Danzad en delitosos, lúbricos episodios,
con los esclavos nubios, con los marinos rodios.

Flaminio, de cabellos de amaranto,
busca para Heliogábalo en las termas
varones de placer... Alzad el canto,
reíd, danzad en báquica alegría,
y haced brotar la sangre que embriaga el corazón.
La Muerte viene -todo será polvo:
bajo su imperio- polvo de Lucrecio,
polvo de Augusto, polvo de Nerón!

Mi vaso lleno -el vino del Anáhuac-
mi esfuerzo vano -estéril mi pasión-
soy un perdido -soy un marihuano-
a beber -a danzar al son de mi canción...

Aldeanas del Cauca con olor de azucena;
montañesas de Antioquia, con dulzor de colmena;
infantinas de Lima, unciosas y augurales,
y princesas de México, que es como la alacena
familiar que resguarda los más dulces panales;
y mozuelos de Cuba, lánguidos, sensuales,
ardorosos, baldíos,
cual fantasmas que cruzan por unos sueños míos;
mozuelos de la grata Cuscatlán -¡oh ambrosía!-
y mozuelos de Honduras,
donde hay alondras ciegas por las selvas oscuras;
entrad en la danza, en el feliz torbellino:
reíd, jugad al son de mi canción:
la piña y la guanábana aroman el camino
y un vino de palmeras aduerme el corazón.

La Muerte viene, todo será polvo:
¡polvo de Hidalgo, polvo de Bolívar,
polvo en la urna, y rota ya la urna,
polvo en la ceguedad del aquilón!

Mi vaso lleno -el vino del Anáhuac-
mi esfuerzo vano -estéril mi pasión-
soy un perdido -soy un marihuano-
a beber -a danzar al son de mi canción...

La noche es bella en su embriaguez de mieles,
la tierra es grata en su cendal de brumas;
vivir es dulce, con dulzor de trinos;
canta el amor, espigan los donceles,
se puebla el mundo, se urden los destinos...
¡Que el jugo de las viñas me alivie el corazón!
A beber, a danzar en raudos torbellinos,
vano el esfuerzo, estéril la pasión...
A ti que me reprochas el arcano
sentido del amor que va en mi verso
fúlgido y hondo, lúgubre y arcano,
te hablo en la triste vanidad del verso:
tú en la muerte rendido, yo en la muerte,
ni un grito apenas del afán del mundo
podrá hallar eco en la oquedad vacía.
El polvo reina -EL POLVO, EL IRACUNDO!-
Alegría! Alegría! Alegría!
El césped. Desde la tribuna es un tapete verde. Liso, regular,
aterciopelado, estimulante. Desde la tribuna quizá crean que,
con semejante alfombra, es imposible errar un gol y mucho menos errar
un pase. Los jugadores corren como sobre patines o como figuras de
ballet. Quien es derrumbado cae seguramente sobre un colchón de
plumas, y si se toma, doliéndose, un tobillo, es porque el gesto
forma parte de una pantomima mayor. Además, cobran mucho dinero
simplemente por divertirse, por abrazarse y treparse unos sobre otros
cuando el que queda bajo ese sudoroso conglomerado hizo el gol
decisivo. O no decisivo, es lo mismo. Lo bueno es treparse unos sobre
otros mientras los rivales regresan a sus puestos, taciturnos, amargos,
cabizbajos, cada uno con su barata soledad a cuestas. Desde la tribuna
es tan disfrutable el racimo humano de los vencedores como el drama
particular de cada vencido. Por supuesto, ciertos avispados
espectadores siempre saben cómo hacer la jugada maestra y no
acaban de explicarse, y sobre todo de explicarlo a sus vecinos, por
qué este o aquel jugador no logra hacerla. Y cuando el
árbitro sanciona el penal, el espectador avispado también
intuye hacia qué lado irá el tiro, y un segundo
después, cuando el balón brinca ya en las redes, no
alcanza a comprender cómo el golero no lo supo. O acaso
sí lo supo y con toda deliberación se arrojó al
otro palo, en un alarde de masoquismo o venalidad o estupidez
congénita. Desde la tribuna es tan fácil. Se conoce la
historia y la prehistoria. O sea que se poseen elementos suficientes
como para comparar la inexpugnable eficacia de aquel zaguero
olímpico con la torpeza del patadura actual, que no acierta
nunca y es esquivado una y mil veces. Recuerdo borroso de una
época en que había un centre-half y un centre-forward,
cada uno bien plantado en su comarca propia y capaz de distribuir el
juego en serio y no jugando a jugar, como ahora, ¿no? El
espectador veterano sabe que cuando el fútbol se
convirtió en balompié y la ball en pelota y el dribbling
en finta y el centre-half en volante y el centre-forward en alma en
pena, todo se vino abajo y ésa es la explicación de que
muchos lleven al estadio sus radios a transistores, ya que al menos
quienes relatan el partido ponen un poco de emoción en las
estupendas jugadas que imaginan. Bueno, para eso les pagan,
¿verdad? Para imaginar estupendas jugadas y está bien.
Por eso, cuando alguien ha hecho un gol y después de los abrazos
y pirámides humanas el juego se reanuda, el locutor
idóneo sigue colgado de la "o" de su gooooooool, que en realidad
es una jugada suya, subjetiva, personal, y no exactamente del delantero
que se limitó a empujar con la frente un centro que, entre todas
las otras, eligió su cabeza. Y cuando el locutor idóneo
llega por fin al desenlace de la "ele" final de su gooooooool privado,
ya el árbitro ha señalado un orsai que favorece,
¿por qué no?, al locatario.

Es bueno contemplar alguna vez la cancha desde aquí, desde lo
alto. Así al menos piensa Benjamín Ferrés,
veintitrés años, digamos delantero de un Club Chico,
alguien últimamente en alza según los cronistas
deportivos más estrictos, y que hoy, después de empatarle
al Club Grande y ducharse y cambiarse, no se fue del estadio con el
resto del equipo y prefirió quedarse a mirar, desde la tribuna
ya vacía (sólo quedan los cafeteros y heladeros y
vendedores de banderitas, que recogen sus bártulos o tal vez
hacen cuentas) aquel campo en el que estuvo corriendo durante noventa
minutos e incluso convirtió uno, el segundo, de los dos goles
que le otorgan al Club Chico eso que suele llamarse un punto de oro.
Sí, desde aquí arriba el césped es una alfombra,
casi un paño verde como el del casino, con la importante
diferencia de que allá los números son fijos,
permanentes, y aquí (él, por ejemplo, es el ocho) cambian
constantemente de lugar y además se repiten. A lo mejor con el
flaco Suárez (que lleva el once prendido en la espalda)
podrían ser una de las parejas negras. O no. Porque de ambos,
sólo el Flaco es oscurito.

Ahora se levanta un viento arisco y las gradas de cemento son
recorridas por vasos de plástico, hojas de diario, talones de
entradas, almohadillas, pelotas de papel. Remolinos casi fantasmales
dan la falsa impresión de que las gradas se mueven, giran,
bailotean, se sacuden por fin el sol de la tarde. Hay papeles que suben
las escaleras y otros que se precipitan al vacío. A
Benjamín (Benja, para la hinchada) le sube una bocanada de
desconsuelo, de extraña ansiedad al enfrentarse, ¿por
primera vez?, con la quimera de cemento en estado de pureza (o de
basura, que es casi lo mismo) y se le ocurre que el estadio
vacío, desolado, es como un esqueleto de multitud, un eco
fantasmal de esa misma muchedumbre cuando ruge o aplaude o insulta o
agita banderas. Se pregunta cómo se habrá visto su gol
desde aquí, desde esta tribuna generalmente ocupada por las
huestes del adversario. Para los de abajo en la tabla, el estadio
siempre es enemigo: miles y miles de voces que los acosan, los
persiguen, los hunden, porque generalmente el que juega aquí, el
permanente locatario, es uno de los Grandes, y los de abajo sólo
van al estadio cuando les toca enfrentarlos, y en esas ocasiones apenas
si acarrean, en el mejor de los casos, algunos cientos de
fanáticos del barrio, que, aunque se desgañitan y agitan
como locos su única y gastada bandera, en realidad no cuentan,
es imposible que tapen, desde su islote de alaridos, el gran rugido de
la hinchada mayor. Desde abajo se sabe que existen, claro, y eso es
bueno, y de vez en cuando, cuando se suspende el juego por
lesión o por cambio de jugadores, los del Club Chico van con la
mirada al encuentro de aquel rinconcito de tribuna donde su bandera
hace guiños en clave, señales secretas como las del
truco. Y ésta es la mejor anfetamina, porque los llena de
saludable euforia y además no aparece en los controles
antidopping.

Hoy empataron, no está mal, se dice Benja, el número
ocho. Y está mejor porque todos sus huesos están enteros,
a pesar de la alevosa zancadilla (esquivada sólo por
intuición) que le dedicaran en el toletole previo al primer gol,
dos segundos antes de que el Colorado empujara nuevamente la globa con
el empeine y la colocara, inalcanzable, junto al poste izquierdo.
Después de todo, la playa es mía. Desde hace quince
años la vengo adquiriendo en pequeñas cuotas. Cuotas de
sol y dunas. Todos esos prójimos, prójimas y projimitos
que se ven tendidos sobre las rocas o bajo las sombrillas o corriendo
tras una pelota de engañapichanga o jugando a la paleta en una
cancha marcada en la arena con líneas que al rato se borran,
todos esos otros, están en la playa gracias a que yo les permito
estar. Porque la playa es mía. Mío el horizonte con
toninas remotas y tres barquitos a vela. Míos los peces que
extraen mis pescadores con mis redes antiguas, remendadas. El aire
salitroso y los castillos de arena y las aguas vivas y las algas que ha
traído la penúltima ola. Todo es mío.
¿Qué sería de mí, el número ocho,
sin estas mañanas en que la playa me convence de que soy libre,
de que puedo abrazar esta roca, que es mi roca mujer o tal vez mi roca
madre, y estirarme sin otros límites que mi propio límite
o hasta que siento las tenazas del cangrejo barcino sobre mi dedo
gordo? Aquí soy número ocho sin llevarlo en la espalda.
Soy número ocho sencillamente porque es mi identidad. Un cura o
un teniente o un payaso no necesitan vestir sotana o uniforme o traje
de colores para ser cura o teniente o payaso. Soy número ocho
aunque no lo lleve dibujado en el lomo y aunque ningún botija se
arrime a pedirme autógrafos, porque sólo se piden
autógrafos a los de los Clubes Grandes. Y creo que siempre
seré de Club Chico, porque me gusta amargarles la fiesta, no a
los jugadores que después de todo son como nosotros, sólo
que con más suerte y más guita, ni siquiera a la hinchada
grande por más que nos insulte cuando hacemos un fau y festeje
ruidosamente cuando el otro nos propina un hachazo en la canilla. Me
gusta arruinarles la fiesta, sobre todo a los dirigentes, esos
industriales bien instalados en su cochazo, en su piso de la Rambla y
en su mondongo, señores cuya gimnasia sabatina o dominical
consiste en sentarse muy orondos, arriba en el palco oficial, y desde
ahí ver cómo allá abajo nos reventamos, nos
odiamos, nos derretimos en sudores, y cuando sus jugadores ganan,
condescienden a llegar al vestuario y a darles una palmadita en el
hombro, disimulando apenas el asco que les provoca aquella piel
todavía sudada, y en cambio, cuando sus jugadores pierden, se
van entonces directamente a su casa, esta vez por supuesto sin ocultar
el asco. En verdad, en verdad os digo que yo ignoro si hacen eso, pero
me lo imagino. Es decir, tengo que imaginarlo así, porque una
cosa son las instrucciones del entrenador, que por supuesto trato de
cumplir si no son demasiado absurdas, y otra cosa son las instrucciones
que yo me doy, verbigracia vamo vamo número ocho hay que aguarle
la fiesta a ese presidente cogotudo, jactancioso y mezquino, que viene
al estadio con sus tres o cuatro nenes que desde ya tienen caritas de
futuros presidentes cogotudos. Bueno, no sé ni siquiera si tiene
hijos, pero tengo que imaginarlo así porque soy el número
ocho, insustituible titular de un Club Chico y, ya que cobro poco,
tengo que inventarme recompensas compensatorias y de esas recompensas
inventadas la mejor es la posibilidad de aguarle la fiesta al cogotudo
presidente del Grande, a fin de que el lunes, cuando concurra a su
Banco o a su banca, pase también su vergüenza rica, su
vergüenza suntuosa, así como nosotros, los que andamos en
la segunda mitad de la tabla, sufrimos, cuando perdemos, nuestra
vergüenza pobre. Pero, claro, no es lo mismo, porque los Grandes
siempre tienen la obligación de ganar, y los Chicos, en cambio,
sólo tenemos la obligación de perder lo menos posible. Y
cuando no ganamos y volvemos al barrio, la gente no nos mira con
menosprecio sino con tristeza solidaria, en tanto que al presidente
cogotudo, cuando vuelve el lunes a su Banco o a su banca, la gente, si
bien a veces se atreve a decirle qué barbaridad doctor porque
ustedes merecieron ganar y además por varios goles, en realidad
está pensando te jodieron doctor qué salsa les dieron
esos petizos. Por eso a mí no me importa ser número ocho
titular y que no me pidan autógrafos aquí en la playa ni
en el cine ni en Dieciocho. Los partidos no se ganan con
autógrafos. Se ganan con goles y ésos los sé
hacer. Por ahora al menos. También es un consuelo que la playa
sea mía, y como mía pueda recorrerla descalzo, casi
desnudo, sintiendo el sol en la espalda y la brisa en los ojos, o
tendiéndome en las rocas pero de cara al mar, consciente de que
atrás dejo la ciudad que me espía o me protege,
según las horas y según mi ánimo, y adelante
está esa llanura líquida, infinita, que me lame, me
salpica, a veces me da vértigo y otras veces me brinda una
insólita paz, un extraño sosiego, tan extraño que
a veces me hace olvidar que soy número ocho.
Alejandra. Lo extraño había sido que Benja conociera sus
manos antes que su rostro, o mejor aún, que se enamorara de sus
manos antes que de su rostro. Él regresaba de San Pablo en un
vuelo de Pluna. El equipo se había trasladado para jugar dos
amistosos fuera de temporada, pero Benja sólo había
participado en el primero porque en una jugada tonta había
caído mal y el desgarramiento iba a necesitar por lo menos cinco
días de cuidado, así que el preparador físico
decidió mandarlo a Montevideo para que allí lo atendieran
mejor. De modo que volvía solo. A la media hora de vuelo se
levantó para ir al baño y cuando regresaba a su sitio
tuvo la impresión de ser mirado pero él no miró.
Simplemente se sentó y reinició la lectura de Agatha
Christie, que le proponía un enigma afilado, bienhumorado y
sutil como todos los suyos.

De pronto percibió que algo singular estaba ocurriendo. En el
respaldo que estaba frente a él apareció una mano de
mujer. Era una mano delgada, de dedos largos y finos, con uñas
cuidadas pero sin color. Una mano expresiva, o quizá que
expresaba algo, pero qué. A los dos o tres minutos hizo
irrupción la otra mano, que era complementaria pero no igual.
Cada mano tenía su carácter, aunque sin duda
compartían una inquietante identidad. Benja no pudo continuar su
lectura. Adiós enigma y adiós Agatha. Las manos se
movían con sobriedad, se rozaban a veces. Él
imaginó que lo llamaban sin llamarlo, que le contaban una
historia, que le ofrecían respuestas a interrogantes que
aún no había formulado; en fin, que querían ser
asidas. Y lo más preocupante era que él también
quería asirlas, con todos los riesgos que un acto así
podía implicar, verbigracia que la dueña de aquellas
manos llamara inmediatamente a la azafata, o se levantara, enfrentada a
su descaro, y le propinara una espléndida bofetada, con toda la
vergüenza, adicional y pública, que semejante castigo
podía provocar. Hasta llegó a concebir, como un destello,
un título, a sólo dos columnas (porque era número
ocho, pero sólo de un Club Chico): conocido futbolista uruguayo
abofeteado en pleno vuelo por dama que se defiende de agresión
******.

Y sin embargo las manos hablaban. Sutiles, seductoras,
finísimas, dialogaban uña a uña, yema a yema, como
creando una espera, construyendo una expectativa. Y cuando fue ordenado
el ajuste de los cinturones de seguridad, desaparecieron para cumplir
la orden, pero de inmediato volvieron a poblar el respaldo y con ello a
convocar la ansiedad del número ocho, que por fin decidió
jugarse el todo por el todo y asumir el riesgo del ridículo, el
escándalo y el titular a dos columnas que acabaran con su
carrera deportiva. De modo que, tomada la difícil
decisión y tras ajustarse también él el
cinturón, avanzó su propia mano hacia los dedos
cautivantes, que en aquel preciso momento estaban juntos. Notó
un leve temblor, pero las manos no se replegaron. La suya
prolongó aquel extraño contacto por unos segundos, luego
se retiró. Sólo entonces las otras manos desaparecieron,
pero no pasó nada. No hubo llamada a la azafata ni bofetada.
Él respiró y quedó a la espera. Cuando el
avión comenzaba el descenso, una de las manos apareció de
nuevo y traía un papel, más bien un papelito, doblado en
dos. Benja lo recogió y lo abrió lentamente. Conteniendo
la respiración, leyó: 912437.

Se sintió eufórico, casi como cuando hacía un gol
sobre la hora y la hinchada del barrio vitoreaba su nombre y él
alzaba discretamente un brazo, nada más que para comunicar que
recibía y apreciaba aquel apoyo colectivo, aquel afecto, pero
los compañeros sabían que a él no le gustaba toda
esa parafernalia de abrazos, besos y palmaditas en el trasero, algo que
se había vuelto habitual en todas las canchas del mundo.
Así que cuando metía un gol sólo le tocaban un
brazo o le hacían desde lejos un gesto solidario. Pero ahora,
con aquel prometedor 912437 en el bolsillo, descendió del
avión como de un podio olímpico y diez minutos
después pudo mirar discretamente hacia la dueña de las
manos, que en ese instante abría su valija frente al funcionario
aduanero, y Benja comprobó que el rostro no desmerecía la
belleza y la seducción de las manos que lo habían enamorado.
Benja y Martín se encontraron como siempre en la pizzería
del sordo Bellini. Desde que ambos integraran el cuadrito juvenil de La
Estrella habían cultivado una amistad a prueba de balas y
también de codazos y zancadillas. Benja jugaba entonces de
zaguero y sin embargo había terminado en número ocho.
Martín, que en la adolescencia fuera puntero derecho, más
tarde (a raíz de una sustitución de emergencia, tras
lesiones sucesivas y en el mismo partido del golero titular y del
suplente) se había afincado y afirmado en el arco y hoy era uno
de los guardametas más cotizados y confiables de Primera A.

El sordo Bellini disfrutaba plenamente con la presencia de los dos
futbolistas. Él, que normalmente no atendía las mesas
sino que se instalaba en la caja con su gorra de capitán de
barco, cuando Martín y Benja aparecían, solos o
acompañados, de inmediato se arrimaba solícito a dejarles
el menú, a recoger los pedidos, a recomendarles tal o cual plato
y sobre todo a comentar las jugadas más notables o más
polémicas del último domingo.

Era algo así como el fan particular de Benja y Martín y
su caballito de batalla era hacerles bromas c
Mi alma de viento
mi cuerpo de papel.
mis manos arrugadas
mi piel blanca.

Soy de papel,
papel doblado,
papel de regalo,
mis labios coloreados
mis ojos café,
mi cuerpo tatuado
de versos ajenos
y otros privados.

Soy de papel
un poco desgastado.

Me han escrito en la espalda
mensajes que no logro ver,
me han cortado con tijeras
y me he arrugado con el tiempo.
Me han besado
y me han dejado las marcas del labial,
hay quienes  leyeron mi alma descrita en prosa.

Pero se han ido, se han borrado
eso que con tanta pasión
un día nos unió.

Soy de papel,
papel de regalo,
papel de un cuaderno
olvidado.
Y dijo la paloma:
-Yo soy feliz. Bajo el inmenso cielo,
en el árbol en flor, junto a la poma
llena de miel, junto al retoño suave
y húmedo por las gotas de rocío,
        tengo mi hogar. Y vuelo
        con mis anhelos de ave,
        del amado árbol mío
        hasta el bosque lejano,
        cuando, al himno jocundo
        del despertar de Oriente,
sale el alba desnuda, y muestra al mundo
el pudor de la luz sobre su frente.
        Mi ala es blanca y sedosa;
        la luz la dora y baña,
        y céfiro la peina;
son mis pies como pétalos de rosa.
        Yo soy la dulce reina
que arrulla a su palomo en la montaña.
En el fondo del bosque pintoresco
está el alerce en que formé mi nido;
y tengo allí, bajo el follaje fresco,
un polluelo sin par, recién nacido.
        Soy la promesa alada,
        el juramento vivo;
soy quien lleva el recuerdo de la amada
para el enamorado pensativo;
        yo soy la mensajera
de los tristes y ardientes soñadores,
que va a revolotear diciendo amores
junto a una perfumada cabellera.
        Soy el lirio del
viento.
Bajo el azul del hondo firmamento
muestro de mi tesoro bello y rico
        las preseas y galas:
        el arrullo en el pico,
        la caricia en las alas.
Yo despierto a los pájaros parleros
y entonan sus melódicos cantares;
me poso en los floridos limoneros
y derramo una lluvia de azahares.
Yo soy toda inocente, toda pura.
Yo me esponjo en las alas del deseo,
y me estremezco en la íntima ternura
de un roce, de un rumor, de un aleteo.
¡Oh inmenso azul! Yo te amo. Porque a Flora
das la lluvia y el sol siempre encendido:
porque siendo el palacio de la aurora,
también eres el techo de mi nido.
        ¡Oh, inmenso azul! Yo adoro
        tus celajes
risueños,
y esa niebla sutil de polvo de oro
donde van los perfumes y los sueños.
Amo los velos, tenues, vagorosos,
        de las flotantes brumas,
donde tiendo a los aires cariñosos
el sedeño abanico de mis plumas.
¡Soy feliz! Porque es mía la floresta,
donde el misterio de los nidos se halla;
        porque el alba es mi fiesta
y el amor mi ejercicio y mi batalla.
¡Feliz, porque de dulces ansias llena
calentar mis polluelos es mi orgullo;
porque en las selvas vírgenes resuena
la música celeste de mi arrullo;
porque no hay una rosa que no me ame,
ni un pájaro gentil que no me escuche,
ni garrido cantor que no me llame.

-¿Si?-dijo entonces un gavilán infame,
y con furor se la metió en el buche.
Entonces el buen Dios, allá en su trono
(mientras Satán, para distraer su encono
aplaudía aquel pájaro zahareño),
se puso a meditar. Arrugó el ceño,
y pensó, al recordar sus vastos planes,
y recorrer sus puntos y sus comas,
        que cuando creó palomas
no debía haber creado gavilanes.
Torna a decir, Morena, cuanto decías.
Como yo soy la noche, ábre los ojos.
Cierra los ojos, ciérralos, porque yo soy el día.

Torna a decir, Morena, tu canción.
Como te amo, dáme a aspirar el humo de tu pensamiento.
Si no te amase, ya me darías tu corazón.

Torna a decir, Morena, tu luz y tu mentira.
Como yo no te creo, será una bella historia.
Si te creyese, serías tú, serías sólo tú misma. 1

Torna a decir, Morena, tu dolor único.
Si eres ajena, dáme tus labios secos.
Si fueras mía yo te hurtaría los labios húmedos. 2

Torna a decir, Morena, tu dolor.
Si eres ajena, dame tus labios, dame;
Si fueras mía te daría mi compasión. 3

Torna a decir, Morena, torna, torna a decir.
Como yo soy Gautama, da lo mismo.
Lo mismo da: soy Harún-el-Rashid.

Lo mismo da, mi Negra Sheherazada,
mi Dinarzada Oscura: da lo mismo.
Pero dame, dame tu boca para besarla.

Torna a decir, morena, tu rapsodia.
Como yo soy la noche, abre tus ojos.
Mas soy el día: préstame tu boca.

Abre tus ojos para ver la noche,
si no me amas. Como sí me amas,
abre tus ojos... para ver la noche!

Danza, Morena. Danza, mi Tanagra,
mi Figulina: el sobrio cuerpo ondula:
tras de tus siete velos recatada,
si eres ajena, te veré desnuda...
Mas si eres mía, oh Mía, danza sin velos, danza:
Gautama soy, Gautama, el propio Budha!
Elena Ramos Apr 2015
Elena Ramos


Aquí todo en mi mente da vueltas, nada es estable, no hay un objeto al cual pueda ver directo y guiarme para no caer. Para mí no sirve el simple hecho de tenerlo todo para ser feliz, ni el dinero, ni una familia reconocida en todo Miami y el resto del país. Me llamo Gimena Rodríguez, mis papas son de Honduras pero emigraron a los Estados Unidos cuando mi hermano mayor Roberto tenía apenas diez años en ese entonces yo tenía ocho horribles y apestosos años, era muy fea, mi mama siempre me ponía dos ganchitos en la frente para quitarme el pelo de la cara; bote todas las fotos que dejaban evidencia de ese abuso hacia el estilo y la dignidad de una niña pequeña.  

He buscado en la internet el significado de mi nombre, porque ni yo sé que soy. Hay unos sitios bien raros que dicen que soy de las que necesita ser apoyada por los demás, algo que no es cierto, pero he topado con un sitio que dice que soy de pensamiento firme, ágil y con capacidad analítica. Y por cierto mi número de la suerte dice ser el número cuatro, puede tener algo de sentido ya que el 4 de noviembre es mi cumpleaños, o que casualmente mis papas estén de aniversario el mismo día. Suelo ser de esas chicas que todo el mundo conoce o dice saber conocerme, por el simple hecho de tener una familia la cual, toda América conoce. Mi papa heredo el negocio de mi abuelo, (por lo general el abuelo o como yo lo llamaba Yeyo, era el único que me entendía hasta llegue a prometerle que seguiría los pasos de la familia y seguir el negocio) una empresa que distribuye muebles, ya sean sofás como camas y cosas así. La compañía se llama DecoArte, había empezado en 1934 con mi bisabuelo Arturo, que luego paso a ser mi mi Yeyo y ahora de mi padre (solo espero que Roberto pelee por su lugar en la compañía y decida quedarse todo para él, así no tendría que seguir en este negocio, porque realmente no me gusta). He decidido que quiero ir a Los Angeles y estudiar Fashion Management & Marketing, en la Universidad de Argosy. He aplicado a varias universidades y aun espero respuesta, seria decepcionante no ser aceptada en ninguna y entonces tendría que trabajar en DecoArte toda mi vida. Todos los días son decepcionantes, siempre es lo mismo, mi casa parece un lugar solitario. Roberto tiene su propio apartamento, todos los días sube fotos a su cuenta de Instagram haciendo fiestas, las cuales son mencionadas como las mejores. Fraternidades de muchas universidades terminan ahí, los vagabundos igual, y así todo Miami. Sería bueno si por lo menos me invitara a una de sus “reuniones”, como el las suele llamar cuando estamos frente a nuestros padres. No me veo pequeña, tengo diez y siete años y el próximo año me graduare de Miami Beach High School. Muchos me preguntan si realmente tengo la edad que les digo tener, nadie me cree, muchos dicen que me veo mucho mayor, algo que para mí no está mal. En mi cuenta de twitter me he fijado que Roberto dará una fiesta, tal vez pueda decir que voy a ver una película y me voy un rato a su casa, solo espero que mi propio hermano no me eche de la casa. En mi tiempo libre, después de clases, suelo agarra mi computadora portátil y abrir Word, y escribir todo el día. Hace poco subí gratis un libro de poemas de dicados a la gente que no sabe qué hacer con su vida. He tenido buenas respuestas, inclusive en mi blog recibo visitas y buenos comentarios a montones. Existen dos mundos parami, la realidad y el mundo que creo con los libros y la escritura. Cada libro que leo me envuelve en un sentimiento que hace que imagine estar en el libro. Al escribir siento que mis ideas fluyen y que soy yo honestamente, sin censura, sin miedo a expresarme. En este momento estoy escribiendo una historia ficticia de esta joven que desea encontrar el amor, ya que casi lo encontraba pero el murió. Por su falta de confianza no es capaz de hablar con ningún muchacho. Esta es la introducción del libro:
               Para amar hay un tiempo límite, o por lo menos para mí sí. Si tienes una enfermedad terminal, es muy probable que ese amor nunca llegue. Desearía tener por lo menos un romance que dure poco o hasta cuando yo siga viva. Mi vida se complica cada vez más, el único hombre que veo seguido es mi médico el doctor Collins, está casado y tiene una hermosa hija. En el hospital veo morir a diario personas de las cuales me hice amiga. Aun no olvido su rostro, su pálida cara, que me reía aun a pesar de tener peores condiciones de vida que yo. Se llamaba Mark, tenía doce años cuando lo conocí, y diez y siete cuando lo vi por última vez. Cada año lo volvía diferente, siempre había un problema más o algo en su cuerpo había cambiado por  completo. Lo conocí cuando yo tenía once años, llegue a emergencias esa noche, mi mente giraba, era más verde como la pared que trigueña. Gracias a dios detectaron mi cáncer con tiempo. Pero esa noche ahí estaba el, sentado en una camilla, me pareció muy guapo desde el primer instante en que nuestros ojos se cruzaron. Mientras mi mama hablaba con la enfermera afuera, yo estuve acostada, mirándolo y luego mirando el techo. No sabía que sucedía conmigo, solo sabía que  me sentía a morir. No llore porque él estaba ahí, a dos camillas de la mía. Sabía que me observaba aunque lo disimulaba muy bien. Entraron mi mama y varias enfermeras y un doctor,  después de un rato sacaron mi camilla y me llevaban a otro lugar. Deje a ese muchacho solo en ese espantoso cuarto, solo, y seguramente con dolor en alguna parte. Desperté el día siguiente en un cuarto, había dos camas más  pero al parecer solo yo ocupaba y llenaba aquella gran habitación. Me di cuenta que mi mama y mi papa estaban dormidos, me sorprendió ver a papa faltar al trabajo. No estoy muy segura, pero anoche tuve uno de los mejores sueños más reales que he tenido en mi vida. Soñé con el muchacho de la sala de emergencia. Vi su hermoso pelo, dorado que caía sobre sus orejas, sus perfectos ojos, que no se distinguían si eran grises o verdes. Tenía una camiseta roja, parecía el tipo de adolescente que se intoxica con algo y termina aquí. Definitivamente desearía poder volverlo a ver por lo menos un instante, para poder recordar mejor esa mirada y su hermosa sonrisa.  No hice ruido y me levante buscando un baño, estaba bien, solo algo cansada, y molesta por esa horrenda bata que llevaba puesta, ya que no tenía nada abajo. Hice ruido al levantarme ya que presione uno de los botones que levanta la camilla. Mi padre Augusto, se levantó en un abrir y cerrar de ojos del sofá donde dormía para ir en mi auxilio. –Papa estoy bien-,-No te creo, a dónde vas?-,-solo busco un baño, necesito ir ahorita-. La cara de papa estaba muy diferente, hoy no tenía esa mirada de las mañanas que me decían que todo estaba bien, que la economía estaba por las nubes, o que sasha mi perrita no le causaba alergia cuando todos sabíamos que sí. Me detuve a observarlo, sabía que algo le ocurría,  tal vez fue despedido, o tuvo una seria pelea con mi madre, algo que creo lógico, ya que Paty se pone muy insolente cuando tiene discusiones con papa. –qué ocurre?- le pregunte, tocándole la cara muy delicadamente, tratando de leer su mente o entenderlo-cariño, hay cosas de las cuales tenemos que hablar- al decir esto mi padre, supe que no era nada bueno, porque en ese mismo instante se puso a llorar, por un motivo yo hice lo mismo con él. Mi madre se despertó por el ruido.-Mary, el cáncer no te va a matar, te juro que te van a curar, te lo prometo hija pero por favor no llores-. Mi padre la observo fijamente a los ojos. Fue un golpe muy duro el que recibí, darme cuenta que tenía cáncer y de esta manera. Simplemente, busque la puerta y Salí corriendo, lo más rápido posible, segundos después me di la vuelta y vi que ya no sabía en qué parte del hospital me encontraba. –Mary!-se escuchaba en el fondo. Era mi mama que locamente me buscaba. Me imagino lo mal que se ha de sentir en este momento, pero no lo puedo creer aun, pero tengo cáncer…logre salir de esa situación, ya no estaba corriendo por los pasillos, estaba en un cuarto. –Hola- me di la vuelta y lo vi a él, creí no volver a ver esos ojos, pero si.-hola-creo que nunca estuve tan nerviosa en mi vida. Busque la forma en que la camilla cubriera mi bata, estaba descalza y muy despeinada, pero aun ocupaba ir a un baño. Al fondo vi una puerta, había un baño,-Perdón, pero me puedes prestar tu baño-, él se rio enseguida-si no hay problema, además no es mío es del hospital-. Fui caminando muy rápido, y me encerré, luego, me lave las manos, me enjuague la boca, lave mi cara, y Salí.-me llamo Mary- extendí mi mano hacia la suya.-un gusto Mary, soy Gabriel-. Nombre perfecto para un ángel, el cual él se parecía mucho. Sentía mi corazón palpitando mucho, en un instante sentía que me desmayaba y era enserio, no era por las mariposas ni nada por el estilo, realmente me sentía mal. Gabriel tomo mi mano, me ayudo a sentarme y enseguida llamo a una enfermera. Al rato todos estaban en la habitación, incluso mis papas. –Mary!!—mama estoy bien-.la enfermera me acostó en la camilla de Gabriel, y me tomo la presión, al segundo llego otra enfermera a sacarme sangre. Papa me tomo de la cintura, y me guiaban para ir a mi habitación. Estoy en este momento entrando en un túnel donde sentía que nunca llegaría a casa, pensaba en todas las cosas que hice antes por diversión, pero ahora vivo una pesadilla, que espero que sea simplemente eso, y despertar termine con ella. No pude decirle adiós a Gabriel, pero ya sabia que su numero era treinta y seis, y la mia era la sesenta y dos. Había un brillo que trataba de iluminar mi vida, mi cerebro, había tanta oscuridad, tanta tristeza oculta, cuando la gente que yo amo se de cuente de lo que tengo y en lo que me convertiré tendre miedo de su miedo. He visto tantas películas de esas en las que alguien tiene cáncer o una enfermedad terminal, tengo miedo de no querer luchar por mi vida, miedo a no querer salir de esa comodidad en mi mente y querer rendirme. Tengo solo pocos momentos en mi vida, que valen la pena ser contados. Qué tal si no lleguen mas momentos asi y muera sin haber vivido mi vida. He viajado mucho para que termine asi. Mi mente viaja por lugares muy profundos de mi alma, siento eterna la llegada  a mi habitación. Solo escucho bulla de afuera, tanta que no se en cual enfocarme. Mis papas respetan mi silencio, saben que quiero aclarar mejor las cosas pero que tal si no quiero saberlo y seguir así, viajando por la vida solo por viajar sin rumbo, porque la verdad asi me siento. –mary quieres desayunar, el doctor dice que no tienes dieta-. –Si mam, -dije para romper el silencio de aquella blanca habitación. Tengo una terraza, con hermosas flores, no tengo nada que perder ni ganar ahora, solo disfrutar de su belleza y el canto de los pájaros, es hermosa; la única que no me altera, la única que no se siente como bulla. –pero, creo que todos necesitamos una ducha—si, papa, pero no tengo ropa-.Mama ira a la casa y yo a comprar el desayuno, y tu te quedaras aqui con la enfermera mientra te terminan de revisar-. No  soportaba la idea de que tuvieran que sacarme sangre o que alguien estuviera tan cerca de mi, como esta enfermera. Mis papas salieron de la habitacion, y tuve el descaro de preguntarle en el oído a una de las enfermeras, de quien era Gabriel.-te gusta verdad?-,-no!, simplemente tengo curiosidad-.y ahí empezó la historia mas fasinante e interesante que había escuchacho antes.- Se llama Gabriel Cole y tiene doce años, su mama, no sabemos nada de ella. Vino hace seis meses y desde entonces vive aquí, su papa es Señor Cole,no pudo soportar verlo enfermo entonces pago para que viviera aquí, y se fue. Viene a visitarlo una vez a la semana pero tiene dos semanas sin venir.es un buen muchacho, no le vendría mal una amiga, ahora que no tiene a nadie-.no  puedo creer que su familia lo haya abandonado. No me imagino vivir sin mi mama o sin mi papa, seria horrible.-Bueno he terminado contigo, el doctor Collins vendrá en un rato, descansa-. Salieron por la puerta dejándome sola.
Tú eres mi marido y yo soy tu mujer.
Tú eres mi hermana y yo soy tu hermano.
Tú eres mi madre y yo soy tu hijo.
Los dos somos nada más uno.
Tú te abres y yo te penetro.
Tú eres María y yo soy José.
Tú me abrazas y yo te envuelvo.
Tú eres mi sangre y yo soy tu piel.
Carmen y Rosa, Berta y Beatriz,
Carlos y Pedro, Jorge, Rubén,
tú eres el vaso, el agua, la piedra,
el carbón, el vinagre, la miel,

yo soy tu boca, tu mano, tu ombligo,
tu oreja, tu lengua, tu uña, tu pie.

Los dos somos nada más uno,
somos qué, cuándo, quién.

Tú eres mi hija, mi nieta, mi extraña.
Yo soy tu marido, tú eres mi mujer.
Leydis Jan 2018
Soy trigueña y traviesa,
jueguetona y coqueta,
como el trigal soy un mundo,
que te envuelve en sus granos,
que te devuelve el ánimo,
que sopla a tu oído sonetos y poesías,
que te alivian la vida y te llenan de alegría.

Soy trigueña y fruta divina,
saben mis besos a melocotón,
sé derretirme en la mirada de mi amado
como se disuelve en la boca el algodón azucarado.

Soy trigueña y agraciada,
en el amor nunca he sido frugal
siempre me he entregado de más,
porque a la tumba no quiero llegar
con el cuerpo carente de experiencia
y el amor que mi amado debí entregar.

Soy trigueña y risueña,
mi pelo es reposo de las mariposas,
y ha sido un inmenso placer
moler todo lo que me causa pena.

Si soy trigueña y cómo el trigo
en mi juventud mi juicio fue verde,
y al madurar se reflejan en mi sonrisa,
los ambarinos rayos del sol.

Si soy trigueña y cómo el trigo
ya se está revelando en mi cuello la madurez,
mas todo los que he aprendido,
todo lo que he recolectado en el trigal de mis años,
que se ha cultivado en mi tallo (que es mi mente y mi cuerpo),
y han migrado las espigas (lecciones), haciendo el viaje hacia la razón,
y hoy por hoy son todas esas espigas, cosechas de mi labor.

Como trigo maduro aprendí, que no permito,
¡Que mis raíces la corten oblicuamente con la uña!

Todavía soy trigueña!!

LeydisProse
1/11/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse/
Sputnik Andrade Jul 2013
Tal vez soy un pedazo de madera.

Un tronco que antaño fue encina, y ahora es nada más un pedazo del todo que me componía. Las agujas del pino que sigue en pie me caen en la cara, se sienten como arañas, pero son agujas que el pino deja caer sin mala intención. Las bellotas y las piñas de mis hermanos gigantes rebotan en medio de la noche. Caen miserables como yo yazgo miserable. Se cubren de tierra como yo me cubro de tierra. Y guardan silencio.

Tal vez soy una avenida en silencio.

Pavimento apaciguado y asfalto abandonado. Las pezuñas tranquilas de un venado pródigo me acarician por un momento, un brevísimo momento, el momento en que cruza de un campo a otro, de una arboleda a la otra, de ese mundo a mi izquierda y de ese otro a mi derecha. El frío cala hasta los huesos, las piernas se mueven ligeras mientras huyen de la luz; me extiendo ancha y larga como una carretera. Izquierda y derecha.

Tal vez, y esto es más factible, soy una decisión.

Me desdoblo en múltiples ramificaciones, opciones, alternativas, dilemas; me encuentro en una encrucijada para después encontrarme frente a otra encrucijada. Mi elección, en el primer segundo de que es pensada, me desarma y me vuelve a armar. Las piezas parecen estar en el mismo lugar pero no lo están. Mi pie, el primero en adelantarse, ya no me pertenece; mi mano se entrega a ese nuevo mundo sin miedo, y mis codos, mis rodillas, la nuca helada. La casi-luna ampara mi marcha.

Pero más seguramente soy solamente el cielo nocturno.

Aparentes pequeños puntos rutilantes, aparentes nubes quietas, aparente Luna Llena; un lienzo de apariencias, de tonalidades difuminadas, nunca de colores concretos, un manto oscurecido por las mentiras, por las verdades calladas, que se dicen en susurros a un centímetro de la oreja pero que se confunden con el sonido del viento, con las hojas de las árboles que bailan, con las nubes que corren febriles. Soy un sólo ojo atento. Siempre muy abierto. Soy el testigo del tronco de encina que abre los ojos y me mira, de la avenida aplastada por el mutismo, de las decisiones que se formulan detrás de los pulmones y no en la boca.

Y hablan todos: “Y la única sensación era el peso del cielo en mi frente. Te preguntaba que era todo aquello y me respondías con una quieta mirada.”

“No siento,” decían, “pero me muerdo los labios”.
Jonathan Veres Nov 2012
I am death.
I am the knife that cuts,
I am the flesh that is torn.
I am the finger on the trigger,
I am the open wound.
I am death.
I am the murderer.
I am the victim.
I am the life lost.
I am the life gone.
I am death.
I am the cause,
I am the consequence.
I am the darkness that covers,
I am the beast that lurks.
I am death.
I am the disease,
I am the sickness.
I am the sadness,
I am the mourning.
I am death.
I am the life remembered.
I am the love that carries on.
I am the tear shed.
I am the joyful song.
I am death.
I am the legacy.
I am the memories.
I am the love felt.
I am the love remembered.
I am death.
I am the salvation,
I am the after.
I am the comma,
I am the ultimate.
I am death.
I am the relief.
I am the faithful’s pause,
I am the sinner’s eternity.
I am all seen and unseen.
Soy muerte. Soy vida.
Brenda's Name Jul 2015
Soy paranoia, soy demencia, soy alucinación.
Ando en medio de la oscuridad atormentada por mi mente.
Atormentada por esta triste depresión sin salida. Atormentada por el dolor.
No encuentro una luz, mi luz. No encuentro la paz, no encuentro mis píldoras.
No encuentro poesía. Necesito calmarme.
La noche anterior soñé que me intentaba quitar la vida. Sentí cómo mi respiración se ralentizaba, debo admitir que sentí alivio de acércame a la muerte. Anhelaba ese reposo sin embargo  el pánico empezó a hacer su papel y decidí detener el acto.
Soy un fantasma de carne y hueso, soy sombra, soy noche. Noche sin luna y sin estrellas.
Desperté. Sentí el vacío, pero quiero estar llena de felicidad. Temo naufragar, no quiero dar vueltas, me convierto en sombra, mis pensamientos se vuelven cada vez más grandes, más delirantes.
Nicholas Slater Mar 2017
Let the love of this life flow through you
feel this moment, this beautiful moment
unfold before your eyes
The moment I let go of what I think I am,
I am this moment, this beautiful moment
The moment I realise I am not present,  I am this moment this beautiful moment
No should, no buts, no becoming, just this moment this beautiful moment
Breathe, let go, this beautiful moment is here
All encompassing, everlasting beautiful moment I am this moment, I am love ❤️

Deja que el amor de esta vida fluya a través de ti
Siente este momento, este hermoso momento
despliegue ante sus ojos
En el momento en que dejo intentar ser lo que creo que soy,
Soy este momento, este hermoso momento
En el momento en que me doy cuenta de que no estoy presente a mí mismo, soy este momento este hermoso momento
Respira, deja todo como está, este hermoso momento está aquí
Este momento igual no es perfecto, pero es eterno, bello momento que estoy en este momento, soy amor ❤️
Es tan fácil nacer en sitios que no existen
y sin embargo fueron brumosos y reales
por ejemplo m¡ sitio mi marmita de vida
mi suelta de palomas conservaba
una niebla capaz de confundir las brújulas
y atravesar de tarde los postigos
todo en el territorio de aquella infancia breve
con la casa en la loma cuyo dueño
cara un tal valentín del escobar
y el nombre era sonoro me atraían
las paredes tan blancas y rugosas
ahí descubrí el lápiz como colón su américa
sin saber que era lápiz y mientras lo empuñaba
alguien hacía muecas al costado de un biombo
para que yo comiera pero yo no comía

después es la estación y es el ferrocarril
me envuelven en la manta de viaje y de calor
y había unas mangueras largas ágiles
que lavaban la noche en los andenes

las imágenes quedan como en un incunable
que sólo yo podría descifrar
puesto que soy el único especialista en mí
y sin embargo cuando regresé
apenas treinta y dos años más tarde
no había andén ni manta ni paredes rugosas
ya nadie recordaba la casa en la lomita
tampoco a valentín del escobar
quizá sea por eso que no puedo creer
en pueblo tan ceñido tan variable
sin bruma que atraviese los postigos
y confunda las brújulas
un paso de los toros enmendado
que no tiene ni biombo ni mangueras

el espejo tampoco sabe nada
con torpeza y herrumbre ese necio repite
mi pescuezo mi nuez y mis arrugas
debe haber pocas cosas en el mundo
con menos osadía que un espejo

en mis ojos amén de cataratas
y lentes de contacto con su neblina propia
hay rehenes y brujas
espesas telarañas sin arañas
hay fiscales y jueces
disculpen me quedé sin defensores
hay fiscales que tiemblan frente a los acusados
y jueces majaderos como tías
o deshumanizados como atentos verdugos
hay rostros arduos y fugaces
otros triviales pero permanentes
hay criaturas y perros y gorriones
que van garúa arriba ensimismados
y un sosías de dios que pone cielos
sobre nuestra mejor abolladura
y tampoco el espejo sabe nada
de por qué lo contemplo sin rencor y aburrido

y así de noche en noche
así de nacimiento en nacimiento
de espanto en espantajo
van o vamos o voy con las uñas partidas
de arañar y arañar la infiníta corteza

más allá del orgullo los árboles quedaron
quedaron los presagios las fogatas
allá atrás allá atrás
quién es tan memorioso
ah pero la inocencia ese búfalo herido
interrumpe o reanuda
la fuga o cacería
de oscuro desenlace

todos mis domicilios me abandonan
y el botín que he ganado con esas deserciones
es un largo monólogo en hiladas
turbado peregrino garrafal
contrito y al final desmesurado
para mi humilde aguante

Me desquito clavándole mi agüero
me vengo espolvoreándolo de culpas
pero la soledad
                            esa guitarra
esa botella al mar
esa pancarta sin muchedumbrita
esa efemérides para el olvido
oasis que ha perdido su desierto
flojo tormento en espiral
cúpula rota y que se llueve
ese engendro del prójimo que soy
tierno rebuzno de la angustia
farola miope

tímpano
ceniza
nido de águila para torcazas
escobajo sin uvas
borde de algo importante que se ignora
esa insignificante libertad de gemir
ese carnal vacío
ese naipe sin mazo
ese adiós a ninguna
esa espiga de suerte
ese hueco en la almohada
esa impericia
ese sabor grisáceo
esa tapa sin libro
ese ombligo inservible
la soledad en fin
                              esa guitarra
de pronto un día suena repentina y llamante
inventa prójimas de mi costilla
y hasta asombra la sombra
qué me cuentan

en verdad en verdad os digo que
nada existe en el mundo como la soledad
para buscarnos tierna compañía
cohorte escolta gente caravana

y el espejo ese apático supone
que uno está solo sólo porque rumia
en cambio una mujer cuando nos mira sabe
que uno nunca está solo aunque lo crea
ah por eso hijos míos si debéis elegir
entre una muchacha y un espejo
elegid la muchacha

cómo cambian los tiempos y el azogue
los espejos ahora vienen antinarcisos
hace cuarenta años la gente los compraba
para sentirse hermosa para saberse joven
eran lindos testigos ovalados
hoy en cambio son duros enemigos
cuadrados de rencor bruñidos por la inquina
nos agravian mortifican zahieren
y como si tal cosa pronuncian su chispazo
mencionan lustros y colesterol
pero no las silvestres bondades de estraperlo
la lenta madurez esa sabiduría
la colección completa de delirios
nada de eso         solamente
exhuman
las averías del pellejo añejo
el desconsuelo y sus ojeras verde
la calvicie que empieza o que concluye
los párpados vencidos siniestrados
las orejas mollejas la chatura nasal
las vacantes molares las islas del eczema

pero no hay que huir despavorido
ni llevarle el apunte a ese reflejo
nadie mejor que yo
para saber que miente

no caben en su estanque vertical
los que fui los que soy los que seré
siempre soy varios en parejos rumbos
el que quiere asomarse al precipicio
el que quiere vibrar inmóvil como un trompo
el que quiere respirar simplemente

será que nada de eso está en mis ojos
nadie sale a pedir el vistobueno
de los otros que acaso y sin acaso
también son otros y en diversos rumbos
el que aspira a encontrarse con su euforia
el que intenta ser flecha sin el arco
el que quiere respirar simplemente
será que nada de eso está en mi ceño
en mis hombros mi boca mis orejas
será que ya no exporto dudas ni minerales
no genera divisas mi conducta
tiene desequilibrios mi balanza de pagos
la caridad me cobra intereses leoninos
y acaparo dolor para el mercado interno

será que nada de eso llega al prójimo
pero yo estoy hablando del y con el espejo
y en su Iuna no hay prójima y si hay
será tina entrometida que mira sobre mi hombro

los prójimos y prójimas no están el el luciente
sencillamente son habitantes de mi
y bueno se establecen en mi como pamperos
como arroyos o como burbujas

por ejemplo las dudas no están en el espejo
las dudas que son meras preconfianzas
por ejemplo los miércoles no están
ya que el espejo es un profesional
de noches sabatinas y tardes domingueras
los miércoles de miércoles quien se le va a arrimar
pedestre o jadeante
inhumano y cansado
con la semana a medio resolver
las tardes gordas de preocupaciones
el ómnibus oliendo a axila de campeón

los insomnios no caben por ejemplo
no son frecuentes pero si poblados
de canciones a trozos
de miradas que no eran para uno
y alguna que otra bronco no del todo prevista
de ésas clue consumen la bilis del trimestre

tampoco aquellos tangos en Ios que uno sujeta
en suave diagonal la humanidad contigua
y un magnetismo cálido y a la vez transitorio
consterna los gametos sus ene cromosomas
y entre corte y cortina se esparcen monosílabos
y tanto las pavadas aleluya
como las intuiciones aleluya aleluya
derriban las fronteras ideológicas

verbigracia qué puede rescatar el espejo
de una ausencia tajante
una de esas ausencias que concurren
que numeran sus cartas
y escriben besos ay de amor remoto

qué puede qué podría reconocer carajo
de las vidas y vidas que ya se me murieron
esos acribillados esos acriborrados
del abrazo y el mapa y los boliches
o los que obedecieron a su corazonada
hasta que el corazón les explotó en la mano
sea en el supermarket de la mala noticia
o en algún pobre rancho de un paisaje sin chau

poco puede conocer de los rostros
que no fueron mi rostro y sin embargo
siguen estando en mí
y menos todavía
de los desesperantes terraplenes
que traté de subir o de bajar
esos riesgos minúsculos que parecen montañas
y los otros los graves que salvé como un sordo
así hasta que la vida quedó sin intervalos
y la muerte quedó sin vacaciones
y mi piel se quedó sin otras pieles
y mis brazos vacíos como mangas
declamaron socorro para el mundo

en la esquina del triste no hay espejo
y lo que es
                  más
austero
                                        no
hay auxilio
por qué será que cunden fas alarmas
y no huy manera ya de descundirlas

el país tiene heridas grandes como provincias
y hay que aprender a andar sobre sus bordes
sin vomitar en ellas ni caer como bolos
ni volverse suicida u miserable
ni decir no va más
porque está yendo
y exportamos los huérfanos y viudas
como antes la lana o el tasajo

en el muelle del pobre no hay espejo
y lo que es
                   más
sencillo
                                        no
hay adioses

los tratemos que estaban en el límite
las muchachas que estaban en los poemas
asaltaron de pronto el minuto perdido
y se desparramaron como tinta escarlata
sobre las ínfulas y los sobornos
metieron sus urgencias que eran gatos
en bolsas de arpillera
y cuando las abrieron aquello fue un escándalo
la fiesta prematura
igual que si se abre una alcancía

hacía tanto que éramos comedidos y cuerdos
que no nos vino mal este asedio a la suerte

los obreros en cambio no estaban en los poemas
estaban en sus manos nada más
que animan estructuras telas fibras
y cuidan de su máquina oh madre inoxidable
y velan su garganta buje a buje
y le toman el pulso
y le vigilan la temperatura
y le controlan la respiración
y aquí atornillan y desatornillan
y allí mitigan ayes y chirridos y ecos
o escuchar sus maltrechas confidencias
y por fin cuando suena el pito de las cinco
la atienden la consuelan y la apagan

los obreros no estaban en los poemas
pero a menudo estaban en las calles
eon su rojo proyecto y eon su puño
sus alpargatas y su humor de lija
y su beligerancia su paz y su paciencia
sus cojones de clase
qué clase de cojones
sus olas populares
su modestia y su orgullo
que son casi lo mismo

las muchachas que estaban en los poemas
los obreros que estaban en las mulos
hoy están duros en la cárcel firmes
como las cuatro barras que interrumpen el cielo

pero habrá otro tiempo
es claro que habrá otro
habrá otro ticnlpo porque el tiempo vuela
no importa que ellas y ellos no estén en el espejo
el tiempo volará
                             no
como el cóndor
ni como el buitre ni como el albatros
ni como el churrinche ni como el venteveo
el tiempo volara como la historia
esa ave migratoria de atlas fuertes
que cuando Ilega es para quedarse

y por fin las muchachas estarán en las mulos
y por fin los obreros estarán en los poemas
ay espejo ignorás tanta vida posible
tenés mi soledad
vaya conquista
en qué mago atolón te obligaste a varar
hay un mundo de amor que te es ajeno
así chic no te. quedes mirando má mirada
la modorra no escucha campanas ni promesas
tras de mi sigue habiendo un pedazo do historia
y yo tengo la llave de ese cobre barato
pero atrás más atrás
o adelante mucho más adelante
hay una historia plena
una patria en andamios con banderas posibles
y todo sin oráculo y sin ritos
y sin cofre y sin llave
simplemente una patria

ay espejo las sombras que te cruzan
son mucho más corpóreas que mi cuerpo depósito
el tiempo inagotable hace sus propios cálculos
y yo tengo pulmones y recuerdos y nuca
y otras abreviaturas de lo frágil
quizá una vez, te quiebres
dicen que es mala suerte
pero ningún espejo pudo con el destino
o yo mismo me rompa sin que vos te destruyas
y sea así otra sombra que te cruce

pero espejo ya tuve como dieciocho camas
en los tres años últimos de este gran desparramo
como todas las sombras pasadas o futuras
soy nómada y testigo y mirasol
dentro de tres semanas tal vez me vaya y duerma
en ml cama vacía número diecinueve
no estarás para verlo
no estaré para verte

en otro cuarto neutro mengano y transitorio
también habrá un espejo que empezará a
   escrutarme
tan desprolijamente como vos
y aquí en este rincón duramente tranquilo
se instalará otro huesped temporal como yo
o acaso dos amantes recién homologados
absortos en su canje de verguenzas
con fragores de anule e isócronos vaivenes

no podrás ignorarlos
egos le ignorarán
no lograrás desprestigiar su piel
porque será de estreno y maravilla
ni siquiera podr á vituperar mi rostro
porque ya estaré fuera de tu alcance
diciéndole a otra luna de impersonal herrumbre
lo que una vez te dije con jactancia y recelo

he venido con toldos mis enigmas
he venido con todos mis fantasmas
he venido con lerdees mis amores

y antes de que me mire
como vos me miraste
con ojos que eran sello parodia de mis ojos
soltaré de una vez el desafío

ay espejo cuadrado
nuevo espejo de hotel y lejanía
aquí estoy
                  ya podés
empezar a ignorarme.

— The End —