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En tu pelo está el perfume de la noche
y en tus ojos su tormentosa luz.
El sabor de la noche vibra en tu boca palpitante. 1
Mi corazón, clavado sobre la noche de abenuz.

La noche está en tu frente morena, erguida y frágil
y en tus brazos que un vello sutil aterciopela.
La noche está en recónditos parajes de tu cuerpo:
-la noche perfumada de nardo y de canela... 2

La noche está en tus ojos brunos, iridiscente:
constelaciones bullen en su vivaz burbuja.
La noche está en tus ojos brunos, cuando los cierras: 3
noche definitiva, noche agorera, noche bruja.

En tus oídos, toda la música de la noche
se refugia, y te arrulla con su vago susurro.
En tus oídos, toda la música de la noche,
y en tu voz, y en tu risa, y en tu tácito llanto...

En tu frente, su angustia latente insomne yerra,
y en tu pecho amoroso su tormentosa luz.
En la noche sortílega, sortílego discurro...
El sabor de la noche vibra en tu boca palpitante.
Tus manos son dos pálidas lunas sobre mi frente.

Clavos en ti me clavan, oh Noche deleitosa!
Noche... ¡tibio madero de mi cruz! 4
Una rosa en el alto jardín que tú deseas.
Una rueda en la pura sintaxis del acero.
Desnuda la montaña de niebla impresionista.
Los grises oteando sus balaustradas últimas.
Los pintores modernos en sus blancos estudios,
cortan la flor aséptica de la raíz cuadrada.
En las aguas del Sena un ice-berg  de mármol
enfría las ventanas y disipa las yedras.
El hombre pisa fuerte las calles enlosadas.
Los cristales esquivan la magia del reflejo.
El Gobierno ha cerrado las tiendas de perfume.
La máquina eterniza sus compases binarios.
Una ausencia de bosques, biombos y entrecejos
yerra por los tejados de las casas antiguas.
El aire pulimenta su prisma sobre el mar
y el horizonte sube como un gran acueducto.
Marineros que ignoran el vino y la penumbra,
decapitan sirenas en los mares de plomo.
La Noche, negra estatua de la prudencia, tiene
el espejo redondo de la luna en su mano.
Un deseo de formas y límites nos gana.
Viene el hombre que mira con el metro amarillo.
Venus es una blanca naturaleza muerta
y los coleccionistas de mariposas huyen.
Cadaqués, en el fiel del agua y la colina,
eleva escalinatas y oculta caracolas.
Las flautas de madera pacifican el aire.
Un viejo dios silvestre da frutas a los niños.
Sus pescadores duermen, sin ensueño, en la arena.
En alta mar les sirve de brújula una rosa.
El horizonte virgen de pañuelos heridos,
junta los grandes vidrios del pez y de la luna.
Una dura corona de blancos bergantines
ciñe frentes amargas y cabellos de arena.
Las sirenas convencen, pero no sugestionan,
y salen si mostramos un vaso de agua dulce.
¡Oh, Salvador Dalí, de voz aceitunada!
No elogio tu imperfecto pincel adolescente
ni tu color que ronda la color de tu tiempo,
pero alabo tus ansias de eterno limitado.
Alma higiénica, vives sobre mármoles nuevos.
Huyes la oscura selva de formas increíbles.
Tu fantasía llega donde llegan tus manos,
y gozas el soneto del mar en tu ventana.
El mundo tiene sordas penumbras y desorden,
en los primeros términos que el humano frecuenta.
Pero ya las estrellas ocultando paisajes,
señalan el esquema perfecto de sus órbitas.
La corriente del tiempo se remansa y ordena
en las formas numéricas de un siglo y otro siglo.
Y la Muerte vencida se refugia temblando
en el círculo estrecho del minuto presente.
Al coger tu paleta, con un tiro en un ala,
pides la luz que anima la copa del olivo.
Ancha luz de Minerva, constructora de andamios,
donde no cabe el sueño ni su flora inexacta.
Pides la luz antigua que se queda en la frente,
sin bajar a la boca ni al corazón del bosque.
Luz que temen las vides entrañables de Baco
y la fuerza sin orden que lleva el agua curva.
Haces bien en poner banderines de aviso,
en el límite oscuro que relumbra de noche.
Como pintor no quieres que te ablande la forma
el algodón cambiante de una nube imprevista.
El pez en la pecera y el pájaro en la jaula.
No quieres inventarlos en el mar o en el viento.
Estilizas o copias después de haber mirado,
con honestas pupilas sus cuerpecillos ágiles.
Amas una materia definida y exacta
donde el hongo no pueda poner su campamento.
Amas la arquitectura que construye en lo ausente
y admites la bandera como una simple broma.
Dice el compás de acero su corto verso elástico.
Desconocidas islas desmiente ya la esfera.
Dice la línea recta su vertical esfuerzo
y los sabios cristales cantan sus geometrías.
Pero también la rosa del jardín donde vives.
¡Siempre la rosa, siempre, norte y sur de nosotros!
Tranquila y concentrada como una estatua ciega,
ignorante de esfuerzos soterrados que causa.
Rosa pura que limpia de artificios y croquis
y nos abre las alas tenues de la sonrisa
(Mariposa clavada que medita su vuelo).
Rosa del equilibrio sin dolores buscados.
¡Siempre la rosa!
¡Oh, Salvador Dalí de voz aceitunada!
Digo lo que me dicen tu persona y tus cuadros.
No alabo tu imperfecto pincel adolescente,
pero canto la firme dirección de tus flechas.
Canto tu bello esfuerzo de luces catalanas,
tu amor a lo que tiene explicación posible.
Canto tu corazón astronómico y tierno,
de baraja francesa y sin ninguna herida.
Canto el ansia de estatua que persigues sin tregua,
el miedo a la emoción que te aguarda en la calle.
Canto la sirenita de la mar que te canta
montada en bicicleta de corales y conchas.
Pero ante todo canto un común pensamiento
que nos une en las horas oscuras y doradas.
No es el Arte la luz que nos ciega los ojos.
Es primero el amor, la amistad o la esgrima.
Es primero que el cuadro que paciente dibujas
el seno de Teresa, la de cutis insomne,
el apretado bucle de Matilde la ingrata,
nuestra amistad pintada como un juego de oca.
Huellas dactilográficas de sangre sobre el oro,
rayen el corazón de Cataluña eterna.
Estrellas como puños sin halcón te relumbren,
mientras que tu pintura y tu vida florecen.
No mires la clepsidra con alas membranosas,
ni la dura guadaña de las alegorías.
Viste y desnuda siempre tu pincel en el aire
frente a la mar poblada de barcos y marinos.
Hermano:
hay cuatro o cinco nombres obscuros
que sangran la poesía.
El exterminio asiste a los amantes.
Hay quien sin darse cuenta camina en el suicidio
como si visitara la muerte de un extraño.
El hombre dice polvo y soledad y angustia.
La esperanza, asustada, se refugia en los niños
y en los tontos
y en nosotros, los que todavía, por la gracia del verbo, somos desgraciados.
La tierra ignora, el hombre trata
de conocer, levanta la cabeza en que los ojos brillan.
Hermano: estoy enfermo, estamos
bebiendo diariamente vida y muerte mezcladas,
en nuestro pan hay piedras,
tenemos sucio el llanto,
acudimos a nuestro corazón como a una casa limpia,
pero tenemos que dormir sobre montones de basura
y cuando llega el día no podemos tomar leche al pie de la vaca
sino brebajes de perdición en manos de brujas.
Amanecer no es hoy darse cuenta del día.
La sangre a veces se congela en los ojos
que quieren ver el mundo.
Tu mano de amor se hará de piedra
si tratas de secar el llanto a tu vecino.
No hables, no escuches nada, no socorras,
no llames en tu auxilio,
que cada quien se ahogue bajo sus propios gritos,
en sus gestos de espanto para la mímica universal.
Hermano: tu desaliento no tiene sentido,
óyeme hablar de la primavera.
Yo siento a veces que los pulmones se me quiebran,
que la carne toda se me quiebra
igual que un vidrio golpeado por un martillo;
siento que alguien les aprieta el pescuezo a los pájaros dentro de las jaulas,
que alguien mete un perro y un gato en un costal,
que les dan con un mazo en la nuca a los corderos,
que degüellan niñas, juntándoles la cabeza a la espalda,
pero óyeme hablar de la primavera.
La miel se cosecha todavía en las bodegas
y en los libros. La ternura existe.
Vamos a morirnos cada quien en su sitio
calladamente. No hay que darle importancia.
LKenzo Dec 2020
La lluvia ha dejado goteras en los arboles
el trueno ha destruido medio bosque
las tres lunas anuncian la noche
alumbran a las criaturas, alertan sus voces
aullidos de violines despiertan a los habitantes
la mujer pantera sale a cazar
sangrientos corazones.
Pelaje de terciopelo con ligero movimiento
acaricia con sus garras el suave viento
colmillos crema de afilado marfil
que asoman de su rostro violento
ensuciando y devorando a un conejo muerto.
El olor ha atraído a otros entre la bruma
en busca de delicado alimento
jaguares en la colina se disputan
en un felino enfrentamiento
mientras los pájaros huyen y se asustan.

Un disparo seco y lento
anuncia de los cazadores
provenientes del desierto,
monstruos de mis adentros
escapar de este infierno
no merece la pena vivir en mi interior
pues todo aquí ya esta muerto,
criaturas de los bosques
no os lo pedí cuando me hicisteis
para siempre vuestro rey
ahora viviremos bajo la tierra
hasta que la noche llegue.

El gruñido del animal rompió el silencio
la manada de jaguar con piel de leopardo
y alma de cordero huye con desespero
se refugian entre las ramas con anhelo
entierran su cuerpo en el caliente suelo
La orquesta comienza su crescendo
Los fogonazos de fuegos golpean el firmamento
rebotando y estrellándose contra el riachuelo
y las garras de la pantera
arañan el rostro del animal-hombre
sumiéndolo en un eterno sueño
devorado por las fieras.
No fue capaz de vivir por siempre.

Lluvia de espíritus en el claro del bosque
los dioses enfurecidos susurran su nombre
la sangre de líquido hierro brota por el suelo
el alma de la vida y la muerte alza su vuelo.

Dos de las tres lunas permanecen en el cielo
mientras dos soles asoman
tímidos por las montañas,
las flores se balancean haciendo sonar
las campanas que son sus semillas
el aire es frío y huele a mañanas
comienza un día nuevo, se consume el fuego
la arena se levanta escurridiza en el desierto
y los arboles dejan sus colores morados
para otro tiempo.
La reina del bosque, la mujer pantera,
se refugia junto a sus hermanas en la cueva
y la hierba y la maleza
tapan los restos del cuerpo despedazado
otra presa, pasto de las bestias.
Leydis Jul 2017
Shshshsh mi amor,
Sé que es embarazoso,
que no te salen las palabras,
que tienes miedo,
que te aterra el mañana….
No te preocupes amor,
No digas más nada, quédate ahí,
te protegeré en mi nido.

He puesto el huevo de nuestro amor
en un nido que hospedara nuestra pasión,
que nos protegerá de aves rapiña
como lo son la desconfianza,
la monotonía, y unos brazos cubiertos en nieve.
Nuestro nido incubara todos nuestros sueños,
protegiéndonos de las desilusiones,
solo tenemos que cubrirnos en compasión uno al otro.

Shshsh mi amor, ya estoy aquí.
No mi amor, ya no tienes que sufrir.
Si, cobíjate en mí,
refugia tus penas en mis senos deseosos de ti.
Mis piernas como membrana de huevo,
tejerán las fibras que el cansancio te causo.
Amalgamare tu lasitud con mis espumosos besos,
germinando de ti un hombre vibrante y completo.

Shussh mi amor, si quédate ahí,
usare las yemas de mis dedos para emulsificar tus ilusiones
con los aceites que excreten de las membranas de mis furores.

Quédate ahí amor,
nuestro nido está rodeado de canarios, jilgueros y ruiseñores,
para que nos sirvan de alarma, recordándonos que ha llegado
el alba, que nuevamente nos toca hacer el amor.

En ese nido he colocado sutilmente nuestro huevo de amor,
mi cascara te protegerá hasta que te sientas listo
para con tus propia alas volar.

LeydisProse
7/10/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Alextry 1d
Un niño escapa de el fin, se refugia en un lago que lo esconde, rodeandolo con sus cálidos brazos, de la malvada luna.
Un niño, que niega salir de aquel lago, el cual le protege.
Desesperada, la luna le reclama al sol, para que no se lleve a aquel niño, tan asustado que no mira atras y que tampoco comprende.
Atemorizado, corre, y corre, y corre aun mas, rechazando la idea de que todo tiene un final, incluso su vida.
Un niño, que no sabe como escapar, de aquel tragico final.
La luna canta por el, por el horror que ha dejado atras.
Un niño, que esta muerto.
Un niño, que deja un vacio en aquel lago, que tanto amo por un cierto tiempo.
Grumpy Dwarf Jun 2024
É a tragédia vivida ou pensada
Que do nada, gera tudo
Janela da alma que se mostra iluminada
Postigo do ser, sempre vazio e mudo

E se o grito na garganta é visceral
Sem razão, sem concórdia interna
Na noite prateada, por bem ou por mal
Evade-se em som essa vontade terna

Condição ingrata, vingando o caos certo
Das sinapses frenéticas
Que percorrem universos

A transcendência refugia-se em segundo plano
A transcendência não cabe nestes versos

— The End —