Hay varios tipos de soledad, sin embargo yo suelo experimentar solo una: la que todos odian. Con el tiempo le he tomado cariño, pero eso no significa que no me lastime con fuerza.
Suele meterse en mi cabeza y escupir en mis buenos recuerdos, pisotearlos y decirme que son todos una mentira.
Le gusta también sentir mis huesos, provocarme dolor desde muy dentro, hacerme morir de frío.
No hay una sola noche en la que no se siente a mi lado, despojandome de cualquier esperanza.
Hay varios tipos de soledad, sin embargo desearía que no existiera ninguna.