Estado mental
que se forja con el tiempo,
moldeado por la experiencia,
pulido por el conocimiento.
Una actitud de absoluta gratitud
por el regalo de la salud,
el techo y los alimentos...
merecidos y ganados
con esfuerzo.
Estado constante,
solo alterado por razones
reales y justificadas...
aquellas que habrá que
afrontar, aceptar
y trascender para seguir
adelante.
Es vivir el día a día sin sobresaltos,
con actitud positiva,
con calma,
con agradecimiento.
Por eso, quien comprende
la felicidad
sabe que no necesita
nada extraordinario
ni un motivo especial
para sentirla.
Solo vivir cada instante
como un regalo,
una oportunidad irrepetible.
Que se exprime, que se siente,
que se vive...
fuera de la mente.
En el aquí y ahora:
¡real y latente!
Por ello, tan sencillo es,
reconocer lo importante,
agradecer lo que se tiene
y prioriza lo que necesita.
Sabe lo que hace,
disfruta de lo sencillo,
camina firme :
¡Y así compartirlo!