Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
te nombraré veces y veces.
me acostaré con vos noche y día.
noches y días con vos.
me ensuciaré cogiendo con tu sombra.
te mostraré mi rabioso corazón.
te pisaré loco de furia.
te mataré los pedacitos.
te mataré una con paco.
otro lo mato con rodolfo.
con Haroldo te mato un pedacito más.
te mataré con mi hijo en la mano.
y con el hijo de mi hijo/ muertito.
voy a venir con diana y te mataré.
voy a venir con jote y te mataré.
te voy a matar/derrota.
nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez.
vivo o muerto/un rostro amado.
hasta que mueras/
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.
No crees que vive la muerte
dentro del sol de una cereza?

No puede matarte también
un beso de la primavera?

Crees que el luto te adelanta
la bandera de tu destino?

Y encuentras en la calavera
tu estirpe a hueso condenada?
Mar Orellana Jun 2020
Es miércoles por la noche. La luz de mi móvil anuncia que son casi las 3. He pasado los 2 últimos meses sin ser capaz de escribir, pero algo se ha activado en mi mente esta noche y me ha obligado a redactar esta carta de despedida sobre un papel que ya está empapado por mis lágrimas, así que aquí está:

Se lo dedico a los finales, a los que duelen, a los que nunca llegan, a los que se agarran a nuestra piel y se niegan a dejarnos ir. A los finales que tintan los ojos de rojo durante semanas o meses o años, a los que nos quitan de nuestras manos, a los que desatan nudos en la garganta para que podamos aprender a hablar de nuevo, y a los que retrasamos para tener una excusa para volver a decirnos adiós una vez más.
Se lo dedico a todos los finales que imaginé para que cuando éste llegara no supiera tan amargo. Pero no, este no es el final que me imaginé y aunque lo vi venir hace mucho tiempo, no por eso hace que arañe un poquito menos.

Y es que tengo miedo. Tengo miedo de este final. Todos mis finales anteriores dolieron un poquito menos porque sabía que volvía a vosotros. Que volvía a casa.

Desde hace un tiempo he pensado en todas las posibles vidas y realidades que existían para mí. Las imagino en fila y repaso con detenimiento cada pliegue y milímetro de ellas, y me he dado cuenta de que ninguna es mínimamente tan bonita y brillante como esta. Y por fin he aprendido que no tengo que agradecérselo a cualquier ente extraño que me haya podido traer hasta aquí, si no a la gente tan bonita y cálida con la que he tenido el placer de compartir los mejores años de mi vida. Ya sabéis, el amor es un pueblo junto al mar. Y la gente que lo habita, que te inspira y que te cambia, siempre a mejor. Esas personas que poco a poco y sin saber como, se cuelan por los poros y cuando te das cuenta, han construido su casita dentro de ti, haciendo que sea raro imaginar cómo era la vida antes de conocerles. Que cubren y acarician, sin saberlo, las manchas de tinta de viejos diarios que ahora solo son prueba de que el frio no puede matarte.

Siento que a veces no soy capaz de verbalizar todo lo que me han traído estos últimos 4 años. Me abruma pensar en cómo ha podido cambiar tanto mi vida en tan poco tiempo. Pude empezar a escribir mi primer libro gracias a los infinitos viajes de tren volviendo a casa, y aquí creció, se nutrió y vio la luz, trayéndome solo cosas bonitas. Crecí. Crecí como nunca pensé que lo haría, y me convertí en algo muy parecido a lo que me imaginé cuando escribía y escondía cartas a mi yo de 20 años. Me he roto el corazón y me lo he curado, y me lo han curado. Pero sobre todo, he sido feliz, he sido más feliz de lo que pensaba que era lo más feliz que me sentiría nunca.

Para terminar, quería añadir algo que he encontrado en una de las tantas cartas de despedida que he escrito. Decía así:

“Y cuando todo acabe, nos sentaremos en algún lugar en el que nunca hemos estado pero que de algún modo nos resulta familiar. Los únicos testigos serán nuestros ojos, desnudos y encharcados. Y yo te contaré cómo aun puedo escuchar el mar, murmurando cuando me voy a dormir, y que cada vez que me tumbe en silencio, desearé estar tumbada en silencio contigo. Y sé que habrá muchos más días de invierno que de algún modo parecen de verano pero que seguro que ya no serán tan cálidos. Y sé que el árbol de la entrada se volverá rojo en primavera y sé que ya no florecerá para nosotros, pero también sé que llegará un momento en el que septiembre no nos escueza.
Entonces me abrazarás y mi cabeza caerá perfectamente sobre tu pecho. Sólo el latido de tu corazón podrá tapar las voces que me gritan que éste abrazo podría ser el último.”

Pero ahora, caminando de puntillas en una casa que mañana ya no será la mía y mientras descuelgo los girasoles de la pared, no puedo sentir dolor, ¿como puede doler dejar algo si los recuerdos ligados a ello son tan bonitos?
Y solo me queda decir gracias. Gracias, gracias, gracias. Por verme, por dejarme crecer y florecer, por ser Soles que siempre devuelven la mirada.
Os quiero más que a mi vida.
Hasta siempre <3
Dejé un instante de pensarte. Había
sucedido algo en ti cuando volviste.
Venías más nostálgico, más triste,
seco tu sol que iluminó mi día.

Alguien -sé quién- que yo no conocía,
alguien que calza sueños de oro, y viste
almas dolientes, te pensó. Caíste
al pozo donde muere la alegría.

Por qué fuiste pensando, malherido,
pensamiento de amor. Cómo han podido
pasarte el corazón de parte a parte.

Por qué volviste a mí, sufriendo, a herirme.
¿No recuerdas que tengo que ser firme?
¿Es que no ves que tengo que matarte?
Si no sigues el guión, el guionista tendrá que matarte
Él jugará la tuerca solitaria de odio amplio, pero realmente será un golpe
Como bebés no nacidos, bebés pesados, América "abiertamente" aborta
Anahí Ake May 16
Odio no ser perfecta,
odio no alcanzar lo que dice,
odio no poder ser feliz,
odio no poder decirte a la cara, qué nadie es perfecto.

Te juro que fallar está bien,
te juro que no fallaré de nuevo,
te juro que me esforcé.

Prometo ser "perfecta",
prometo no ser yo,
prometo no ser feliz.

No he fallado, pero tú me haces fallar,
dudo de lo que soy, por tus cosas inter memorables.

Con nudos y palabras,
expreso para no poder matarte,
lo que tú no sabes,
es que nunca añoré en traicionarte,
he sido "hija perfecta" todo el tiempo,
para ser un defecto, en este ex-convento,
lleno de salseo.
anna~
poetry...?
Daniii Jun 28
Hubo un día
en que no me rompió una persona,
ni un golpe,
ni una ausencia,
ni siquiera la muerte.

Ese día
me rompió un pensamiento.

Era pequeño,
silencioso,
un susurro que pasó entre las costillas
como viento que sabe a despedida.

“¿Y si nada de esto tiene sentido?”
me dijo.

Y no supe responderle.
Me quedé quieto,
como se quedan los relojes
cuando entienden que el tiempo
también es un invento.

Desde ese instante
todo me dolía distinto:
el amor era una duda,
la alegría, una distracción,
y el futuro, una broma mal contada
en un idioma que no hablo.

No lloré.
No grité.
No le conté a nadie.

Sólo caminé por dentro,
como quien se pierde en su propia casa
y no reconoce las paredes
ni las fotos colgadas en la memoria.

Me rompí sin sangre,
sin ruido,
como se rompe un alma que entiende
que su fe estaba alquilada
y su esperanza, vencida.

A veces,
el pensamiento regresa,
como un ladrón que olvidó algo.

Y lo dejo pasar.
Ya no peleo.
Ya no niego.
Ya no huyo.

He aprendido
que no todo lo que te rompe
viene a destruirte.

Algunas grietas
son puertas.
Y algunos dolores
son advertencias disfrazadas de finales.

Ahora,
cuando ese pensamiento regresa,
lo invito a sentarse,
le sirvo café,
y le digo:
—Gracias por mostrarme
que estaba dormido.

Porque entendí
que hay pensamientos que no vienen a matarte,
vienen a señalar el espejo,
y decirte en voz baja:
“Mirá bien… eso que ves, aún puede cambiar.”


Derechos de autor ©️

~Daniii

— The End —