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En el alba de callados venenos
amanecemos serpientes.

Amanecemos piedras,
raíces obstinadas,
sed descarnada, labios minerales.

La luz en estas horas es acero,
es el desierto labio del desprecio.
Si yo toco mi cuerpo soy herido
por rencorosas púas.
Fiebre y jadeo de lentas horas áridas,
miserables raíces atadas a las piedras.

Bajo esta luz de llanto congelado
el henequén, inmóvil y rabioso,
en sus índices verdes
hace visible lo que nos remueve,
el callado furor que nos devora.

En su cólera quieta,
en su tenaz verdor ensimismado,
la muerte en que crecemos se hace espada
y lo que crece y vive y muere
se hace lenta venganza de lo inmóvil.

Cuando la luz extiende su dominio
e inundan blancas olas a la tierra,
blancas olas temblantes que nos ciegan,
y el puño del calor nos niega labios,
un fuego verde cerca al henequén,
muralla viva que devora y quema
al otro fuego que en el aire habita.
Invisible cadena, mortal soplo
que aniquila la sed de que renace.

Nada sino la luz. No hay nada, nada
sino la luz contra la luz rabiosa,
donde la luz se rompe, se desangra
en oleaje estéril, sin espuma.

El agua suena. Sueña.
El agua intocable en tu tumba de piedra,
sin salida en su tumba de aire.
El agua ahorcada,
el agua subterránea,
de húmeda lengua humilde, encarcelada.
El agua secreta en su tumba de piedra
sueña invisible en su tumba de agua.

A las seis de la tarde
alza la tierra un vaho blanquecino.
Vuelan pájaros mudos, barro helado.
Arrasen nubes crueles el cielo sin orillas.

Pero en la noche el agua gime.
Un cielo de metal
oprime pecho y venas
y tiembla en el ahogo el horizonte.
El agua gime entre sus negros hierros.
El hombre corre de la muerte al sueño.

El henequén vigila cielo y tierra.
Es la venganza de la tierra,
la mano de los hombres contra el cielo.
¿Qué tierra es ésta?,
¿qué extraña violencia alimenta
en su cáscara pétrea?
¿qué fría obstinación,
años de fuego frío,
petrificada saliva persistente,
acumulando lentamente un jugo,
una fibra, una púa?

Una región que existe
antes que sobre el mundo alzara el aire
su bandera de fuego y el agua sus cristales;
una región de piedra
nacida antes del nacimiento mismo de la muerte,
una región, un párpado de fiebre,
unos labios sin sueño
que recorre sin término la sed,
como el mar a las lajas en las costas desiertas.

La tierra sólo da su flor funesta,
su espada vegetal.
Su crecimiento rige
la vida de los hombres.
Por sus fibras crueles
corre una sed de arena
trepando desde sótanos ciegos,
duras capas de olvido donde el tiempo no existe.

Furiosos años lentos, concentrados,
como no derramada, oculta lágrima,
brotando al fin sombríos
en un verdor ensimismado,
rasgando el aire, pulpa, ahogo,
blanda carne invisible y asfixiada.
Al cabo de veinticinco amargos años
alza una flor sola, roja y quieta.
Una vara ****** la levanta
y queda entre los aires, isla inmóvil,
petrificada espuma silenciosa.

Oh esplendor vengativo,
única llama de este infierno seco,
¿tanta fiebre acallada,
surge en tu llama rígida, desnuda,
para cantar, sólo, tu muerte?
¡Si yo pudiera,
en esta orilla que la sed ilumina,
cantar al hombre que la habita y la puebla,
cantar al hombre que su sed aniquila!

Al hombre húmedo y persistente como lluvia,
al hombre como un árbol hermoso y ultrajado
que arranca su nacimiento al llanto,
al hombre como un río entre las llamas,
como un pájaro semejante a un relámpago.
Al hombre entre sus fines y sus frutos.

Los frutos de la tierra son los fines del hombre.
Mezcla su sal henchida con las sales terrestres
y esa sal es más tierna que la sal de los mares:
le dio Adán, con su sangre, su orgulloso castigo.

¡Si pudiera cantar
al hombre que vive bajo esta piel amarga!
El nacimiento,
el espanto nocturno,
la vasta mano que puebla y despuebla la tierra.

Entre el primer silencio y el postrero,
entre la piedra y la flor,
tú caminas. Te ciñe un pulso aéreo,
un silencio flotante,
como fuga de sangre, como humo,
como agua que olvida.

Llamas petrificadas te sostienen.
Caminas entre espadas,
casi invisible
bajo el temblor del cielo liso,
con un paso, un solo paso tierno,
un leve paso de animal que huye.

Tú caminas. Tú duermes. Tú fornicas.
Tú danzas, bebes, sueñas.
Sueñas en otros labios que prolonguen tu sueño.

Alguien te sueña, solo.
Tu nombre, polvo, piedra,
en el polvo sediento precipita su ruina.

Mas no es el ritmo oscuro del planeta,
el renacer de cada día,
el remorir de cada noche,
lo que te mueve por la tierra.
¡Oh rueda del dinero,
que ni te palpa ni te roza
y te deshace cada día!

Ángel de tierra y sueño,
agua remota que se ignora,
oh condenado,
oh inocente,
oh bestia pura entre las horas del dinero,
entre esas horas que no son nuestras nunca,
por esos pasadizos de tedio devorante
donde el tiempo se para y se desangra.

¡El mágico dinero!
Invisible y vacío,
es la señal y el signo,
la palabra y la sangre,
el misterio y la cifra,
la espada y el anillo.

Es el agua y el polvo,
la lluvia, el sol amargo,
la nube que crea el mar solitario
y el fuego que consume los aires.
Es la noche y el día:
la eternidad sola y adusta
mordiéndose la cola.

El hermoso dinero da el olvido,
abre las puertas de la música,
cierra las puertas al deseo.
La muerte no es la muerte: es una sombra,
un sueño que el dinero no sueña.

¡El mágico dinero!
Sobre los huesos se levanta,
sobre los huesos de los hombres se levanta.

Pasas como una flor por este infierno estéril,
hecho sólo del tiempo encadenado,
carrera maquinal, rueda vacía
que nos exprime y deshabita,
y nos seca la sangre,
y el lugar de las lágrimas nos mata.

Porque el dinero es infinito y crea desiertos infinitos.
Dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.

Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.

Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.

Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.

Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
Leydis Jun 2017
Un beso no es solo un beso
Un beso no es solo un roce
de dos labios, de dos caras.

Un beso es un pórtico a un mundo de duendes.
Es transitar entre saliva aguas celestes.
Es atascar la puerta al existencialismo al cerrar los ojos.
Por eso cerramos los ojos al besar,
porque, es una entrega amena.
Un beso es poder entregarte completamente.
Desafiando la duda impertinente.
Retando el tiempo entre suspiros.
Es hablarle al corazón atreves de fluidos.
Es exponer la tibieza  de tu esencia a quien tiene el privilegio de peregrinar en tus ríos.
Espacios donde habita la esencia más pura de tu ser, tu espíritu.
Lo que has protegido,
Lo que has venerado,
Lo que has soportado.
Es palpar el paraíso, entender la creación,
lo que Dios vislumbro cuando nos creó.
Por eso, se avisa sobre el que besa y sus ojos no cierras,
Y si tú lo percibiste estabas ausente en esa entrega.

No, un beso no es algo ****** y pedestre.
No es relegarlo por doquier sin discreción alguna.
No es rasparte una borrachera en la lengua de cualquiera.
No. Un beso es un compromiso,
Algunos besan para traicionar como Judas lo hizo con Jesucristo.
Otros besos sellan el amor que una madre tiene por sus hijos.
Otros besos enlazan por siempre a desconocidos destinados desde el principio.

Un beso es un lazo bendito,
Es una estrofa, una prosa, es rimar en la poesía de una boca.

Y aunque sedienta este mi boca,
por el roce de unos labios,
Yo sigo esperando el beso……………………………… de mi eterno amado.
Pues, desde hace mucho tiempo, mis labios entendieron
……………………………………………………..que al él están destinados.


LeydisProse
6/29/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
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A kiss is not just a kiss
Kiss is not only a friction of two orifices or two faces.  

A kiss is a portal to a world of gnomes.
It’s to travel with saliva through celestial waters.
It is to jam the door to Existentialism as you close your eyes.
That is the only reason why we close our eyes as we kiss,
it’s because kissing is a sweet surrender.  
It’s defying the insolence of uncertainties.
It’s challenging time between sighs of delight.
It’s to speak to the heart through fluids of passion.
It is to expose the warmth of your essence to those
who have the privilege to pilgrimage through your rivers.

Spaces inhabited by the purest essence of your being, of your spirit,  
that which you have protected,
that which you have revered,
that which you have endured.
It is feel paradise,
It’s to finally understand Creation,
what God intended and envisioned for us.  
It’s the reason why we advise against people
who kiss without closing their eyes,
and if you’re aware, that means you were absent during that surrender.

No, a kiss is not something ****** or ordinary.  
You don't have to give it away it without discretion.  
Do not sober up your binge drinking in the tongue of a stranger.

No, a kiss is a commitment!
Some kiss to betray, the way Judas did to Jesus.
Other kisses are a seal of love,
like the one a mother gives to her children.  
Other kisses forever bind strangers who have been destined to be together.

A kiss is blessed connection,
is a verse, a prose, is to rhyme in the poetry of someone’s oral cavity.

Although my mouth is thirsty and yearning for touch and a kiss,
I am waiting for a particular kiss... the kiss of my eternal beloved.  

Some time ago, my lips understood.. .
that they were destined to be kissed by him.

LeydisProse
Se não é Deus...
Quem ou O que nos faz acreditar que bons momentos estão por vir?
Quem ou O que nos faz ter fé?
Se existem coisas ou pessoas destinadas a serem quem as desenhou assim? Quem escreveu o destino delas?
Será que estamos sozinhos neste mundo?

Eu próprio me encontro a duvidar da existência de um Deus… É como dizem “ver é crer” mas temos de morrer para ver e quem morre não volta para nos contar os detalhes… Mas escolho acreditar que ele existe, não sei porque que prefiro acreditar que existe, mas parece dar algum conforto e propósito na vida. Duvidar da existência de Deus também me faz duvidar da existência de paraíso, mas prefiro acreditar que existe, e se existe eu quero ir para lá quando o meu corpo morrer… Mas também duvido que eu vá para lá, não sou perfeito, faço coisas condenáveis, segundo a bíblia, minto, fornico, até já roubei, mesmo que seja um roubo que eu tenha achado “inocente” por ser pequeno e que “ninguém notaria” é um roubo e isso é condenável, segundo a bíblia.
O que faz com que sejamos perdoados? Fala-se tanto do dia em que o mundo vai acabar e as almas puras serão levadas para o reino dos céus, o que eu faço para minha alma ser uma dessas que será levada para o reino dos céus? Pedir perdão todos os dias? Ou apenas no dia da nossa morte?
Qualquer pessoa cansa-se de ouvir pedidos de perdão diariamente por erros que cometemos por livre vontade, Deus não é uma pessoa, mas será que ele não está cansado de nos perdoar dia-a-dia?
Se existe Paraíso e Inferno eu quero acreditar que ninguém habita o inferno, quero acreditar que o diabo não tem nem sequer uma alma. Se todos pecados são dignos do perdão, eu quero acreditar que Deus perdoou todos.
No último julgamento que quero acreditar que ninguém se recusou a assumir seus erros e pedir perdão… e essa é a razão de eu achar que ninguém habita o inferno e se existem almas perdidas lá, são apenas réplicas e que as verdadeiras habitam no reino dos céus.
This is a reflection I had, don't mean to offend or insult.
¿Será verdad que, cuando toca el sueño,
con sus dedos de rosa, nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?
¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna al tenue soplo,
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros?
¿Y allí desnudo de la humana forma,
allí los lazos terrenales rotos,
breves horas habita de la idea
el mundo silencioso?
¿Y ríe y llora y aborrece y ama
y guarda un rastro del dolor y el gozo,
semejante al que deja cuando cruza
el cielo un meteoro?
Yo no sé si ese mundo de visiones
vive fuera o va dentro de nosotros.
Pero sé que conozco a muchas gentes
a quienes no conozco.
Solitude
I wish I could no longer feel
In the sadness of my heart
I would find no pain

Pain has been my constant companion
My best friend and lover
Pain in my heart you always remain

Pain I have you tattooed on my skin
And in my sad eyes it never stops raining
I do not want to feel the bitter taste of your nectar

And hopefully you would vanish from the emptiness of my dreams
Where there is not even a meager living echo
In my dreams where there is only darkness
you will live as my faithful companion
friend and lover

Hopefully I’ll no longer feel your dry bitter taste
on my lips
I want to forget your opaque kisses my faithful companion
I wish I could drown in the ocean of my sadness

Tell me, why you don’t want to go from this emaciated body?
Where there is not a rainbow
Where all hope is gone
How to make them understand that here they will not find a lord’s prayer

Why don’t you pluck my heart at once
and as a desperate thief steal my memories,
the beautiful jewelry, that you are killing
Tear this heart apart but don’t let me suffer any more

Your voice is like a knife blade that penetrates to the bottom of my heart

And with this solitary life
Finally I give up
My love, hope, and gentleness are gone
Pain, will you give up today?

Soledad
Ojala que pudiera ya no sentir
En la tristeza de mi corazón
Quisiera ya no encontrarte dolor

Dolor que has sido mi fiel compañero
Mi mejor amigo y amante
Dolor siempre estás en mi corazón

Dolor te tengo tatuado en mi piel
Y en mis ojos tristes nunca para de llover
Ya no quiero sentir el sabor amargo de tu miel

Y ojala te esfumaras del vacío de mis sueños
Donde no habita ni siquiera un mísero eco
En mis sueños donde solo hay tinieblas
Vives tú mi fiel compañero
Amigo y amante

Ojala que ya no te sintiera en mis labios
Tu seco sabor a amargura
Fiel compañero como borrar tus besos opacos
Ojala pudiera ahogarte en el océano de mis tristeza

Dime, ¿Por qué no te quieres marchar de este cuerpo enflaquecido?
Donde no hay un arco iris
Donde toda ilusión ha desaparecido
Y como hacerles entender que aquí no encontraran un padre nuestro

¿Por qué de una vez no me arrancas el corazón?
Y como un ladrón desesperado róbate mis memorias
Hermosas joyas que estas matando
Arráncame la vida y el alma pero ya no me dejes sufrir más

Tu voz es como el filo de un cuchillo que penetra hasta el fondo de mi corazón

Y ahora desfavorecida por la vida
Finalmente me doy por vencida
Mi amor, esperanza y sutileza
Han desaparecido
Dolor, ¿ hoy te das por vencido?

Solitude
I wish I could no longer feel
In the sadness of my heart
I would find no pain

Pain has been my constant companion
My best friend and lover
Pain in my hear you always remain

Pain I have you tattooed on my skin
And in my sad eyes it never stops raining
I do not want to feel the bitter taste of your nectar

And hopefully you would vanish from the emptiness of my dreams
Where there is not even a meager living echo
In my dreams where there is only darkness
you will live as my faithful companion
friend and lover

Hopefully I’ll no longer feel your dry bitter taste
on my lips
I want to forget your opaque kisses my faithful companion
I wish I could drown in the ocean of my sadness

Tell me, why you don’t want to go from this emaciated body?
Where there is not a rainbow
Where all hope is gone
How to make them understand that here they will not find a lord’s prayer

Why don’t you pluck my heart at once
and as a desperate thief steal my memories,
the beautiful jewelry, that you are killing
Tear this heart apart but don’t let me suffer any more

Your voice is like a knife blade that penetrates to the bottom of my heart

And with this solitary life
Finally I give up
My love, hope, and gentleness are gone
Pain, will you give up today?
Sin haberlo advertido jamás, exceso por turismo
y sin agencias
de pecho en pecho hacia la madre unánime.

Hasta París ahora vengo a ser hijo. Escucha,
Hombre, en verdad te digo que eres el Hijo Eterno,
pues para ser hermano tus brazos son escasamente iguales
y tu malicia para ser padre, es mucha.

La talla de mi madre moviéndome por índole de movimiento,
y poniéndome serio, me llega exactamente al corazón:
pesando cuanto cayera de vuelo con mis tristes abuelos,
mi madre me oye en diámetro callándose en altura.

Mi metro está midiendo ya dos metros,
mis huesos concuerdan en género y en número
y el verbo encarnado habita entre nosotros
y el verbo encarnado habita, al hundirme en el baño,
un alto grado de perfección.
Andrea Acosta Aug 2010
Atascado en el tiempo uno está, cuando dejar el pasado atrás no es una posibilidad.
Las agujetas del reloj no dictan más que el tiempo que pierdo siendo exclava de mis recuerdos.
¿Porqué no puedo dejarme llevar? ¿Crear nuevos recuerdos y empezar de nuevo?
El miedo habita mi mente. Los recuerdos dictan mi futuro y yo sigo viviendo en el pasado.
Alessandro VG Apr 2010
Quisiera entender porqué durante el silencio escucho ruido de mi cabeza,
no logro nunca entender, qué exactamente es lo que estoy pensando,
Pero mientras pienso sonrío,
con los ojos ausentes,
miro dentro una pantalla negra,
una nube de colores se aleja,
como distrayendo mi conciencia,
entreteniéndola a escondidas,
de mi percibir.
Quisiera decirte que decoras mi mundo escabulléndote entre cada idea irrelevante a ti,
sacándote de ahí,
te invito a conocer lo nuevo que se le escurre a un día,
por estar ahí,
entre espacios de nada,
transformándolos a todo,
y en lo que mi pensar habita,
habitas tú,
desde el aislamiento por la altura,
miramos todo lo que vive,
porque estás aquí,
aunque no estés ahí.
DUELE TU RECUERDO,
FUE UN SUEÑO?
TODO LO RECUERDO,
LA MEMORIA TE GRABO
TAN DENTRO.

DUELE LA DISTANCIA
QUE HABITA ENTRE NOSOTROS.
QUIERO BORRARLA,
PARA TENERTE A UNA PESTAÑA DE LEJOS.

DUELE NO SABER,
SI TE VOLVERE A VER.
CUANTO TIEMPO?
SOLO EN UN SUEÑO?
O VERDADERAMENTE MI SUEÑO?

DUELE ESTAR LEJOS.
POR QUé TE ENCONTRE?
SI AHORA LEJOS ESTARE.
CUAL ES EL DEBER DEL AMOR?
HERIRME O ENDULZARME EL CORAZON?
Fulgura el sol en el zenit; su lumbre
Las plantas y los árboles desmaya,
Contra las negras rocas de la playa
Sus ondas quiebra perezoso el mar.

Reina del aire, la gaviota errante
Va por la azul inmensidad cruzando,
Mientras yo, triste, vago suspirando
Muy lejos de la patria y del hogar.

Busca en vano la mente fatigada
Los bosques de sabinos seculares,
Las ceibas, los naranjos, los palmares
Que ayer alegre y satisfecho vi.

Y humedecen las lágrimas mis ojos;
Se llena el alma juvenil de duelo,
Porque este cielo azul no es aquel cielo,
Porque nada de América hay aquí.

Recuerdo alborozado aquellas tardes,
De la Natura y del Amor tesoro,
Cuando el sol que se oculta en mar de oro
Baña del cielo el nacarado tul.

Y los volcanes cuya eterna nieve
Mares esconde de candente lava,
Y el pico de cristal del Orizaba
Que altivo rasga el infinito azul.

Los mangles, atalayas de la costa,
Con sus penachos altos y severos,
Los erguidos, sonantes cocoteros
Que fruto y sombra al caminante dan.

Aquellas flores de perpetuo aroma,
Aquellos tan alegres horizontes,
La frente audaz de los soberbios montes,
Donde estrella su furia el huracán.

¿Dónde está la caléndula de nieve,
Rojos jacintos y purpúreas rosas,
Que buscan las doradas mariposas,
Y besa revolando el pica-flor?

¿Dó está la blanca garza voladora,
Que los juncales en el lago agita?
¿Dó está el zenzontle, que dormido imita
De las vírgenes selvas el rumor?

La brisa de mi patria, cual la brisa
Que los cedros del Líbano atraviesa,
Caliente y perfumada, mueve y besa
Las hojas del florido cafetal.

Sobre eternas campiñas de esmeralda
Brilla en el cielo azul la blanca luna,
Que refleja el cristal de la laguna
En la serena noche tropical.

Allá bajo los toldos del follaje
Que Otoño esmalta con doradas pomas,
Bulliciosa bandada de palomas
Se arrullan tristes al morir el sol.

La alondra habita los risueños valles,
Y cual flores con alma, en los jardines
Agitan los parleros colorines
Sus alas, que envidiara el arrebol.

¡Oh vergel de mis sueños! tierra hermosa
Que guardas mis recuerdos y mis lares,
Queda con Dios tras los revueltos mares:
Yo lejos vengo a suspirar por ti.

Buscando tus estrellas y tus flores,
Suspira el alma con profundo duelo,
Porque este cielo azul no es aquel cielo,
Porque nada de América hay aquí.

Dos aves, hijas de la misma selva,
Que abandonan la rama en que han nacido,
Si llegan a encontrarse, hablan del nido
Que fue su casto y primitivo hogar.

A ti, de los jardines de mi patria
Flor que tesoros sin igual encierra,
Consagro los recuerdos de la tierra
Que allá quedó tras la extensión del mar.

Llevas la luz del trópico en los ojos,
Y la voz de sus brisas en tu acento,
Su clima en tu ardoroso pensamiento,
Su grandeza en tu propio corazón.

¡Feliz si el nombre de la patria hermosa
Tus más bellas palabras acompaña!
El nombre de la patria en tierra extraña
Es un poema, un himno, una oración.
Es la tierra de Soria árida y fría.
Por las colinas y las sierras calvas,
verdes pradillos, cerros cenicientos,
la primavera pasa
dejando entre las hierbas olorosas
sus diminutas margaritas blancas.   La tierra no revive, el campo sueña.
Al empezar abril está nevada
la espalda del Moncayo;
el caminante lleva en su bufanda
envueltos cuello y boca, y los pastores
pasan cubiertos con sus luengas capas.  Las tierras labrantías,
como retazos de estameñas pardas,
el huertecillo, el abejar, los trozos
de verde obscuro en que el merino pasta,
entre plomizos peñascales, siembran
el sueño alegre de infantil Arcadia.En los chopos lejanos del camino,
parecen humear las yertas ramas
como un glauco vapor -las nuevas hojas-
y en las quiebras de valles y barrancas
blanquean los zarzales florecidos,
y brotan las violetas perfumadas.Es el campo undulado, y los caminos
ya ocultan los viajeros que cabalgan
en pardos borriquillos,
ya al fondo de la tarde arrebolada
elevan las plebeyas figurillas,
que el lienzo de oro del ocaso manchan.Mas si trepáis a un cerro y veis el campo
desde los picos donde habita el águila,
son tornasoles de carmín y acero,
llanos plomizos, lomas plateadas,
circuidos por montes de violeta,
con las cumbres de nieve sonrosado.¡Las figuras del campo sobre el cielo!Dos lentos bueyes aran
en un alcor, cuando el otoño empieza,
y entre las negras testas doblegadas
bajo el pesado yugo,
pende un cesto de juncos y retama,
que es la cuna de un niño;y tras la yunta marcha
un hombre que se inclina hacia la tierra,
y una mujer que en las abiertas zanjas
arroja la semilla.Bajo una nube de carmín y llama,
en el oro fluido y verdinoso
del poniente, las sombras se agigantan.La nieve. En el mesón al campo abierto
se ve el hogar donde la leña humea
y la olla al hervir borbollonea.El cierzo corre por el campo yerto,
alborotando en blancos torbellinos
la nieve silenciosa.La nieve sobre el campo y los caminos,
cayendo está como sobre una fosa.Un viejo acurrucado tiembla y tose
cerca del fuego; su mechón de lana
la vieja hila, y una niña cose
verde ribete a su estameña grana.Padres los viejos son de un arriero
que caminó sobre la blanca tierra,
y una noche perdió ruta y sendero,
y se enterró en las nieves de la sierra.En torno al fuego hay un lugar vacío
y en la frente del viejo, de hosco ceño,
como un tachón sombrío
-tal el golpe de un hacha sobre un leño-.
La vieja mira al campo, cual si oyera
pasos sobre la nieve. Nadie pasa.Desierta la vecina carretera,
desierto el campo en torno de la casa.La niña piensa que en los verdes prados
ha de correr con otras doncellitas
en los días azules y dorados,
cuando crecen las blancas margaritas.  ¡Soria fría, Soria pura,
cabeza de Extremadura,
con su castillo guerrero
arruinado, sobre el Duero;
con sus murallas roídas
y sus casas denegridas!   ¡Muerta ciudad de señores
soldados o cazadores;
de portales con escudos
de cien linajes hidalgos,
y de famélicos galgos,
de galgos flacos y agudos,
que pululan
por las sórdidas callejas,
y a la medianoche ululan,
cuando graznan las cornejas!   ¡Soria fría!  La campana
de la Audiencia da la una.
Soria, ciudad castellana
¡tan bella! bajo la luna.¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, obscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!...He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra-.Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!¡Oh, sí!  Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita.Me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza!
Nicole May 2015
Tengo un corazón de piedra latente,
que se agrieta cada vez
que lo azotan contra el suelo.

Tengo un corazón de piedra latente,
que extrañamente sus pulsaciones crecen
cuando mis sentimientos por ti
trato de desvanecer.

Tengo un corazón de piedra latente,
que daría lo que fuera
para que su corriente sanguínea
no se desbalancee.

Tengo un corazón de piedra latente,
que a pesar de las caídas
se fuerza por mantener vivo
el cuerpo en el que habita.

Tengo un corazón de piedra latente,
que se polvoriza por querer estar
junto a ese corazón de acero,
pero conoce que no es pertinente.
He ahorrado amistades
para los tiempos negros.
Las querencias las he acumulado
para los momentos del odio.
También los buenos recuerdos
los cargo en el bolsillo
para épocas de olvido y agobio.
Sin embargo...a veces
ni las amistades,
ni las querencias,
ni los recuerdos
son suficientes
para apartar la pálida tristeza
que llega y me habita,
rígida como el mármol,
aletargadora,
mientras del brazo de las nubes
pasean los pájaros
en la tarde sin horas.

Jorge Gómez A.
Rui Serra Jan 2014
Sem ti os dias são longos, passam longos e um vazio permanece em mim.
Sinto a tua falta, o teu amor, o teu carinho.
Uma tristeza imensa invade a minha alma e dilacera o meu peito.
Vem preencher este vazio com o teu nome, tu que estás perto e longe de mim.
Deixa-me sentir esta nossa doce amizade até ao perecer das eras.
Sinto o sangue fervilhar como que envenenado na espera constante do teu ser.
Mas, sinto agora a tua mão e nada mais está perdido.
Sinto agora a tua mão em meu auxílio, para me tirares desta fria desilusão.
E por mais vazia que seja esta distância, sei que sempre seguras-te a minha mão.
No meu peito habita agora uma doce esperança, e sei que um dia vou poder olhar nos teus olhos e dizer-te:
AMO-TE MÃE!
Ii
Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fratemos, luminosas almas, ¡salve!
Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos;
mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto;
retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte;
se anuncia un reino nuevo, feliz sibila sueña
y en la caja pandórica, de que tantas desgracias surgieron
encontramos de súbito, talismánica, pura, rïente,
cual pudiera decirla en su verso Virgilio divino,
la divina reina de luz, ¡la celeste Esperanza!Pálidas indolencias, desconfianzas fatales que a tumba
o a perpetuo presidio condenasteis al noble entusiasmo,
ya veréis al salir del sol en un triunfo de liras,
mientras dos continentes, abonados de huesos gloriosos,
del Hércules antiguo la gran sombra soberbia evocando,
digan al orbe: la alta virtud resucita
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.Abominad la boca que predice desgracias eternas,
abominad los ojos que ven sólo zodíacos funestos,
abominad las manos que apedrean las ruinas ilustres,
o que la tea empuñan o la daga suicida.
Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la Tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidas
no despiertan entonces en el tronco del roble gigante
bajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana?
¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos
y que el alma española juzgase áptera y ciega y tullida?
No es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvo,
ni entre momias y piedras reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que tras los mares en que yace sepultada la Atlántida,
tiene su coro de vástagos altos, robustos y fuertes.Únanse, brillen, secúndense tantos vigores dispersos;
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente
que regará lenguas de fuego en esa epifanía.
Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros
y las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,
así los manes heroicos de los primitivos abuelos,
de los egregios padres que abrieron el surco pristino,
sientan los soplos agrarios de primaverales retornos
y el amor de espigas que inició la labor triptolémica.Un continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.La latina estirpe verá la gran alba futura:
en un trueno de música gloriosa, millones de labios
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente,
Oriente augusto, en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios, la actividad infinita.
Y así sea Esperanza la visión permanente en nosotros.
¡Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!
La casa del silencio
se yergue en un rincón de la montaña,
con el capuz de tejas carcomido.
Y parece tan dócil
que apenas se conmueve con el ruido
de algún árbol cercano, donde sueña
el amoroso cónclave de un nido.

Tal vez nadie la habita
ni la quiere,
y acaso nunca la vivieron hombres;
pero su lento corazón palpita
con profundo latir de resignado,
cuando el rumor la hiere
y la sangra del trémulo costado.

Imagino, en la casa del silencio,
un patio luminoso, decorado
por la hierba que roe las canales
y un muro despintado
al caer de las lluvias torrenciales.

Y en las noches azules,
la pienso conturbada si adivina
un balbucir de luz en sus escaños,
y la oigo verter con un ruido
ya casi imperceptible, contenido,
su lloro paternal de tres mil años.
Llovizna abrillanta-asfaltos
de la dormida calleja.
                              Llovizna canta-en-la-reja,
                              llovizna arrulla-a-la-oreja,
                              -escala de los asaltos
                              (Julieta habita en los altos.)
                              de Romeo-: historia añeja.

Llovizna moja-que-moja
trovador de Alda o Mafalda,
nocharniego rima-balda
cuyo manteo sofalda
-para colmo a su congoja-
la ventisca, y lo sonroja:
trovero-desnuda-espalda...

                              Llovizna pica y repica
                              con su yeloso goteo
                              por el raído manteo
                              del aterido Romeo:
                              si el balcón cierra la rica
                              -fembra, asaz se simplifica
                              la acción de Tristán e Iseo...

Llovizna llueve-que-llueve,
llovizna cala-que-cala.

                              Presto apróntale la escala,
                              pronto el partido por gala
                              en dos alista: a que pruebe
                              tu licor cálido ****,
                              cuaderno-azul-bajo-el-ala,
es decir vate-que-bate,
rimador rima-que-rima,
harpa-al-hombro, laúd-mima,
vihuela-pellizca, o lima
-violín, o teclas-abate...
                              Campo-de-pluma, el combate,
                              ****, de amor, se aproxima:
                              Campo-de-plumas, apresta
                              **** (Iseo, Isolda, Alda,
                              Julieta, Dido o Mafalda):
trovador-lira-a-la-espalda
apercibe su ballesta
y el dardo certero asesta
que clavar ha en tu guirnalda.

                              **** (Mafalda, Alda, Dido,
                              Iseo, Julieta, Isota,
                              Ulalume, ya remota,
                              Xatlí, morena-de-oliva,
                              Eglé, blonda delusiva,
                              deswertherada Carlota,
                              Ofelia ofélida ignota,
                              fugadas en el olvido):

Llega el trovador transido
-rota flámula en derrota,
rota flámula hecha criba,
gonfalón deshecho hecho
girón: pero avante el pecho
trae el trovador maltrecho
pujante: y en su lasciva
boca, el ascua-siempre-viva
que hoguera será en el lecho.
Rui Serra Jun 2015
transpiro o medo
que em mim habita
se alastra
e me consome

faz frio

uma lágrima aflita
cai no tempo
e emana em mim
uma dor cruel

o sangue
procura uma saída

e

escorre ímpio
pela minha boca fria

procuro
paralisado no tempo
o que ainda resta desta vida

onde
nestas entranhas
jaz imóvel
o meu coração

e a vida é bela
Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
                          Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
Rui Serra Sep 2015
o vento sopra
através do esqueleto do casario
sussurrando pensamentos de outrora

pensamentos
emoções
ideias

um som pulsante
habita na minha mente
não me deixando dormir

um único pensamento
fica preso à minha existência

e viajo
de pensamento em pensamento

e a ideia cresce
alimentando o meu outro eu

não estou mais só
Leo Legris es el nombre que porta
-para esquivar el irónico gesto-
mi extravagancia, que, riendo, soporta
la burla, la estultez, y el elogio indigesto.

Mi aburrimiento es largo, pero la vida es corta.
Mi vanidad... ¡Mi vanidad no vale el resto...!
Y el resto es casi siempre lo que a ninguno importa...
Vanidad -para mí- es la toga de asbesto:

pues nunca deja que me quemen las rabias,
ni que de necios me atosigue la acerbia,
ni que el aplauso me torne menos mío!

Leo Legris que habita las Ilusorias Babias...
-Concedido... - y la torre feudal de su soberbia!
-Aceptado... y en prueba, mirad cómo sonrío...!
And Dec 2015
Me vejo longe de todo amor que habita
Não devido a solidão
Mas a exaustidão da procura
Da solidão que me conforta e me prende

A cada dia me sinto mais doente
Qual seria a solução?
Um novo amor para me prender em vão...
As grades dessa razão

Não se substitui uma dor por outra
Aprende a se cuidar e cultivar
Mas e quando algo deixa de ser mútuo
De ser puro

Qual caminho seguirei?
um desabafo sobre um coração partido
Vois-tu comme le flot paisible
Sur le rivage vient mourir !
Vois-tu le volage zéphyr
Rider, d'une haleine insensible,
L'onde qu'il aime à parcourir !
Montons sur la barque légère
Que ma main guide sans efforts,
Et de ce golfe solitaire
Rasons timidement les bords.

**** de nous déjà fuit la rive.
Tandis que d'une main craintive
Tu tiens le docile aviron,
Courbé sur la rame bruyante
Au sein de l'onde frémissante
Je trace un rapide sillon.

Dieu ! quelle fraîcheur on respire !
Plongé dans le sein de Thétis,
Le soleil a cédé l'empire
A la pâle reine des nuits.
Le sein des fleurs demi-fermées
S'ouvre, et de vapeurs embaumées
En ce moment remplit les airs ;

Et du soir la brise légère
Des plus doux parfums de la terre
A son tour embaume les mers.

Quels chants sur ces flots retentissent ?
Quels chants éclatent sur ces bords ?
De ces deux concerts qui s'unissent
L'écho prolonge les accords.
N'osant se fier aux étoiles,
Le pêcheur, repliant ses voiles,
Salue, en chantant, son séjour.
Tandis qu'une folle jeunesse
Pousse au ciel des cris d'allégresse,
Et fête son heureux retour.

Mais déjà l'ombre plus épaisse
Tombe, et brunit les vastes mers ;
Le bord s'efface, le bruit cesse,
Le silence occupe les airs.
C'est l'heure où la mélancolie
S'assoit pensive et recueillie
Aux bords silencieux des mers,
Et, méditant sur les ruines,
Contemple au penchant des collines
Ce palais, ces temples déserts.

O de la liberté vieille et sainte patrie !
Terre autrefois féconde en sublimes vertus !
Sous d'indignes Césars maintenant asservie,
Ton empire est tombé ! tes héros ne sont plus !
Mais dans ton sein l'âme agrandie
Croit sur leurs monuments respirer leur génie,
Comme on respire encor dans un temple aboli
La majesté du dieu dont il était rempli.
Mais n'interrogeons pas vos cendres généreuses,
Vieux Romains ! fiers Catons ! mânes des deux Brutus !
Allons redemander à ces murs abattus
Des souvenirs plus doux, des ombres plus heureuses,

Horace, dans ce frais séjour,
Dans une retraite embellie
Par le plaisir et le génie,
Fuyait les pompes de la cour ;
Properce y visitait Cinthie,
Et sous les regards de Délie
Tibulle y modulait les soupirs de l'amour.
Plus ****, voici l'asile où vint chanter le Tasse,
Quand, victime à la fois du génie et du sort,
Errant dans l'univers, sans refuge et sans port,
La pitié recueillit son illustre disgrâce.
Non **** des mêmes bords, plus **** il vint mourir ;
La gloire l'appelait, il arrive, il succombe :
La palme qui l'attend devant lui semble fuir,
Et son laurier tardif n'ombrage que sa tombe.

Colline de Baya ! poétique séjour !
Voluptueux vallon qu'habita tour à tour
Tout ce qui fut grand dans le monde,
Tu ne retentis plus de gloire ni d'amour.
Pas une voix qui me réponde,
Que le bruit plaintif de cette onde,
Ou l'écho réveillé des débris d'alentour !

Ainsi tout change, ainsi tout passe ;
Ainsi nous-mêmes nous passons,
Hélas ! sans laisser plus de trace
Que cette barque où nous glissons
Sur cette mer où tout s'efface.
Despachadas las cartas y el telegrama,
camina por las calles indefinidas
y advierte leves diferencias que no le importan
y piensa en Aberdeen o en Leyden,
más vívidas para él que este laberinto
de líneas rectas, no de complejidad,
donde lo lleva el tiempo de un hombre
cuya verdadera vida está lejos.
En una habitación numerada
se afeitará después ante un espejo
que no volverá a reflejarlo
y le parecerá que ese rostro
es más inescrutable y más firme
que el alma que lo habita
y que a lo largo de los años lo labra.
Se cruzará contigo en una calle
y acaso notarás que es alto y gris
y que mira las cosas.
Una mujer indiferente
le ofrecerá la tarde y lo que pasa
del otro lado de unas puertas. El hombre
piensa que olvidará su cara y recordará,
años después, cerca del Mar del Norte,
la persiana o la lámpara.
Esa noche, sus ojos contemplarán
en un rectángulo de formas que fueron,
al jinete y su épica llanura,
porque el Far West abarca el planeta
y se espeja en los sueños de los hombres
que nunca lo han pisado.
En la numerosa penumbra, el desconocido
se creerá en su ciudad
y lo sorprenderá salir a otra,
de otro lenguaje y otro cielo.

Antes de la agonía,
el infierno y la gloria nos están dados;
andan ahora por esta ciudad, Buenos Aires,
que para el forastero de mi sueño
(el forastero que yo he sido bajo otros astros)
es una serie de imprecisas imágenes
hechas para el olvido.
Oh pastor, no prosigas por ese agrio camino
Los saltos de esa cabra. Déjala. En la ladera
Ande nos da el estío morada placentera,
Tu esperar es inútil al fulgor vespertino.

Quedémonos. Tendremos higos rojos y vino.
Labra de despertamos la aurora en la ribera.
Habla paso. Los Dioses nos hallaran doquiera,
Hécate esta mirándonos con su mirar divino.

En aquel antro oscuro donde el viento se agita,
El Sátiro, demonio de estos sitios, habita;
Salir podría acaso si oye nuestras palabras.

¿No escuchas en sus labios cantar el caramillo?
Es él. Sus dobles cuernos lucen dorado brillo,
Y al claro de la luna danzar hace mis cabras.
Rui Serra Oct 2014
poros
transpiração

as veias latem
as artérias latem

o senhor dos sonhos comanda

nulidade

sinto a sua presença

rejeição

realidade cruel
que habita nos meus olhos

a toxicidade é viciante
o vicio é... sufocante
Subía entonces a tu Casa
la Juventud.
                          Labios de frutas,
semillas de cánticos, pétalos
de luz, magnolias de hermosura.
Lo que no hablaban las palabras
lo decía su sola música.

Para qué cantas. Para qué
cantar. (Entonces, a la altura
de tu frente, trepaban yedras
de juventud). Para qué apuras
el vino. Déjalo que duerma
ensombreciéndose en las uvas.

Cielo poniente, del color
de los panales; frías plumas
de alba. Columnas donde apoya
el mediodía azul su cúpula.
Para qué cantas. Para qué
te entusiasmas. Para qué apuras
el vino. Todo cuanto es tuyo,
no es tuyo. Todo lo que endulza,
amarga. Todo cuanto aroma,
hiede. Es el día noche oscura.
Te ciñes flores: son las mismas
flores que llevas a tu tumba.

Subía entonces a tu Casa
la Juventud. (Para qué apuras
el vino.) Y abrías tus ríos,
tu paisaje arrastraba espumas
ilusorias, pétalos de oro
del estío, la boca púrpura
del poniente, el óxido pálido
del mar, los nidos que la lluvia
habita...

              Dime, por lo menos:
«lo sé, lo sé: bajo la luna
sólo hay respuestas; más allá
de la luna, sólo hay preguntas».
Di, por lo menos: «sé que vivo
caminando y cantando a oscuras,
que lloraré de pesadumbre,
no de sorpresa...».

                      Hasta la altura
de tu frente, suben las yedras
su vegetal carne desnuda.
Cantaba entonces en tu Casa
la Juventud (para qué apuras
el vino ...), entraban por las puertas
luminosas, las criaturas
del paraíso del instante,
las enigmáticas volutas
del azul, las bocas candentes
del trigo, el germen de la música:
lo eternamente jubiloso
sobre la tierra o las espumas.

Lo que trenzaba tallo a tallo
de risa, su noche futura.
Alza, toro de España: levántate, despierta.
Despiértate del todo, toro de negra espuma,
que respiras la luz y rezumas la sombra,
y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Despiértate.
Despiértate del todo, que te veo dormido,
un pedazo del pecho y otro de la cabeza:
que aún no te has despertado como despierta un toro
cuando se le acomete con traiciones lobunas.
Levántate.
Resopla tu poder, despliega tu esqueleto,
enarbola tu frente con las rotundas hachas,
con las dos herramientas de asustar a los astros,
de amenazar al cielo con astas de tragedia.
Esgrímete.
Toro en la primavera más toro que otras veces,
en España más toro, toro, que en otras partes.
Más cálido que nunca, más volcánico, toro,
que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Desencadénate.
Desencadena el raudo corazón que te orienta
por las plazas de España, sobre su astral arena.
A desollarte vivo vienen lobos y águilas
que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.
Yérguete.
No te van a castrar: no dejarás que llegue
hasta tus atributos de varón abundante
esa mano felina que pretende arrancártelos
de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.
Víbrate.
No te van a absorber la sangre de riqueza,
no te arrebatarán los ojos minerales.
La piel donde recoge resplandor el lucero
no arrancarán del toro de torrencial mercurio.
Revuélvete.
Es como si quisieran arrancar la piel al sol,
al torrente la espuma con uña y picotazo.
No te van a castrar, poder tan masculino
que fecundas la piedra; no te van a castrar.
Truénate.
No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás
si no es para escarbar sangre y furia en la arena,
unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas
abalanzarse luego con decisión de rayo.
Abalánzate.
Gran toro que en el bronce y en la piedra has mamado,
y en el granito fiero paciste la fiereza:
revuélvete en el alma de todos los que han visto
la luz primera en esta península ultrajada.
Revuélvete.
Partido en dos pedazos, este toro de siglos,
este toro que dentro de nosotros habita:
partido en dos mitades, con una mataría
y con la otra mitad moriría luchando.
Atorbellínate.
De la airada cabeza que fortalece el mundo,
del cuello como un bloque de titanes en marcha,
brotará la victoria como un ancho bramido
que hará sangrar al mármol y sonar a la arena.
Sálvate.
Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate.
Levanta, toro: truena, toro, abalánzate.
Atorbellínate, toro: revuélvete.
Sálvate, denso toro de emoción y de España.
Sálvate.
Después de mucho, después de vagas leguas,
confuso de dominios, incierto de territorios,
acompañado de pobres esperanzas,
y compañías infieles, y desconfiados sueños,
amo lo tenaz que aún sobrevive en mis ojos,
oigo en mi corazón mis pasos de jinete,
muerdo el fuego dormido y la sal arruinada,
y de noche, de atmósfera obscura y luto prófugo,
aquel que vela a la orilla de los campamentos,
el viajero armado de estériles resistencias,
detenido entre sombras que crecen y alas que tiemblan,
me siento ser, y mi brazo de piedra me defiende.

Hay entre ciencias de llanto un altar confuso,
y en mi sesión de atardeceres sin perfume,
en mis abandonados dormitorios donde habita la luna,
y arañas de mi propiedad, y destrucciones que me son queridas,
adoro mi propio ser perdido, mi substancia imperfecta,
mi golpe de plata y mi pérdida eterna.
Ardió la uva húmeda, y su agua funeral
aún vacila, aún reside,
y el patrimonio estéril, y el domicilio traidor.

Quién hizo ceremonia de cenizas?
Quién amó lo perdido, quién protegió lo
último?
El hueso del padre, la madera del buque muerto,
y su propio final, su misma huida,
su fuerza triste, su dios miserable?
Acecho, pues, lo inanimado y lo doliente,
y el testimonio extraño que sostengo
con eficiencia cruel y escrito en cenizas,
es la forma de olvido que prefiero,
el nombre que doy a la tierra, el valor de mis sueños,
la cantidad interminable que divido
con mis ojos de invierno, durante cada día de este mundo.
A través de la noche urbana de piedra y sequía
entra el campo a mi cuarto.
Alarga brazos verdes con pulseras de pájaros,
con pulseras de hojas.
Lleva un río de la mano.
El cielo del campo también entra,
con su cesta de joyas acabadas de cortar.
Y el mar se sienta junto a mí,
extendiendo su cola blanquísima en el suelo.
Del silencio brota un árbol de música.
Del árbol cuelgan todas las palabras hermosas
que brillan, maduran, caen.
En mi frente, cueva que habita un relámpago...
Pero todo se ha poblado de alas.
Leydis Sep 2017
No hablen de lo que no entienden,
Él y yo somos agua fría y caliente.
Un peregrinaje de emociones vacilantes.

Él es mi rosa predilecta,
yo soy, el dominante aroma de su café *****.
Yo de él soy sus pétalos,
él es, el estolón que inspira mis más tiernos versos,
a veces tan solo las espinas
queriendo aniquilar nuestro afecto.

Somos la primera y última nota de una bella canción,
Somos los primeros versos que se inventaron de amor.
Somos la distancia y la proximidad.
La primera chispa de fuego.
El incendio en pasión.

Él mi humedad, yo, el forraje donde él se irriga.
Yo de su huevo soy la yema,
yerma nuestro amor a veces en partes desconocidas,
allí, donde se va Dios
a meditar sobre el universo y sus ingratos hijos.

No hablen de lo que no entienden,
el amor de nosotros no tiene demarcaciones,
no tiene firmamento,
a veces habita en un solo verso,
a veces se inmortaliza en un “te quiero”
en otras sucumbe como lo hace el ateo
cuando por fin entiende, que existe una fuerza divina.  

No hablen de lo que no entienden,
nuestro amor se obstina,
se repite sin claudicar,
desiste cuando ya no puede más,
abandona y vuelve a buscar su paz,
es perpetuo y efímero como el azar,
resiste e insiste de juntos..por siempre estar.

No somos Romeo y Julieta,
tampoco somos Adam y Eva,
no somos el papel y la tijera,
solo dos amantes incorregibles que;
se aman,
se odian,
que roncean y se miman,
que se entregan a un amor que nadie entiende,
pero el cual ellos han esperado toda la vida.

A nosotros nadie nos entiende,
y, ya que más da,
yo soy de él soy su café *****,
y él es mi amor eterno.  

LeydisProse
9/26/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Mar Orellana Jun 2020
Es miércoles por la noche. La luz de mi móvil anuncia que son casi las 3. He pasado los 2 últimos meses sin ser capaz de escribir, pero algo se ha activado en mi mente esta noche y me ha obligado a redactar esta carta de despedida sobre un papel que ya está empapado por mis lágrimas, así que aquí está:

Se lo dedico a los finales, a los que duelen, a los que nunca llegan, a los que se agarran a nuestra piel y se niegan a dejarnos ir. A los finales que tintan los ojos de rojo durante semanas o meses o años, a los que nos quitan de nuestras manos, a los que desatan nudos en la garganta para que podamos aprender a hablar de nuevo, y a los que retrasamos para tener una excusa para volver a decirnos adiós una vez más.
Se lo dedico a todos los finales que imaginé para que cuando éste llegara no supiera tan amargo. Pero no, este no es el final que me imaginé y aunque lo vi venir hace mucho tiempo, no por eso hace que arañe un poquito menos.

Y es que tengo miedo. Tengo miedo de este final. Todos mis finales anteriores dolieron un poquito menos porque sabía que volvía a vosotros. Que volvía a casa.

Desde hace un tiempo he pensado en todas las posibles vidas y realidades que existían para mí. Las imagino en fila y repaso con detenimiento cada pliegue y milímetro de ellas, y me he dado cuenta de que ninguna es mínimamente tan bonita y brillante como esta. Y por fin he aprendido que no tengo que agradecérselo a cualquier ente extraño que me haya podido traer hasta aquí, si no a la gente tan bonita y cálida con la que he tenido el placer de compartir los mejores años de mi vida. Ya sabéis, el amor es un pueblo junto al mar. Y la gente que lo habita, que te inspira y que te cambia, siempre a mejor. Esas personas que poco a poco y sin saber como, se cuelan por los poros y cuando te das cuenta, han construido su casita dentro de ti, haciendo que sea raro imaginar cómo era la vida antes de conocerles. Que cubren y acarician, sin saberlo, las manchas de tinta de viejos diarios que ahora solo son prueba de que el frio no puede matarte.

Siento que a veces no soy capaz de verbalizar todo lo que me han traído estos últimos 4 años. Me abruma pensar en cómo ha podido cambiar tanto mi vida en tan poco tiempo. Pude empezar a escribir mi primer libro gracias a los infinitos viajes de tren volviendo a casa, y aquí creció, se nutrió y vio la luz, trayéndome solo cosas bonitas. Crecí. Crecí como nunca pensé que lo haría, y me convertí en algo muy parecido a lo que me imaginé cuando escribía y escondía cartas a mi yo de 20 años. Me he roto el corazón y me lo he curado, y me lo han curado. Pero sobre todo, he sido feliz, he sido más feliz de lo que pensaba que era lo más feliz que me sentiría nunca.

Para terminar, quería añadir algo que he encontrado en una de las tantas cartas de despedida que he escrito. Decía así:

“Y cuando todo acabe, nos sentaremos en algún lugar en el que nunca hemos estado pero que de algún modo nos resulta familiar. Los únicos testigos serán nuestros ojos, desnudos y encharcados. Y yo te contaré cómo aun puedo escuchar el mar, murmurando cuando me voy a dormir, y que cada vez que me tumbe en silencio, desearé estar tumbada en silencio contigo. Y sé que habrá muchos más días de invierno que de algún modo parecen de verano pero que seguro que ya no serán tan cálidos. Y sé que el árbol de la entrada se volverá rojo en primavera y sé que ya no florecerá para nosotros, pero también sé que llegará un momento en el que septiembre no nos escueza.
Entonces me abrazarás y mi cabeza caerá perfectamente sobre tu pecho. Sólo el latido de tu corazón podrá tapar las voces que me gritan que éste abrazo podría ser el último.”

Pero ahora, caminando de puntillas en una casa que mañana ya no será la mía y mientras descuelgo los girasoles de la pared, no puedo sentir dolor, ¿como puede doler dejar algo si los recuerdos ligados a ello son tan bonitos?
Y solo me queda decir gracias. Gracias, gracias, gracias. Por verme, por dejarme crecer y florecer, por ser Soles que siempre devuelven la mirada.
Os quiero más que a mi vida.
Hasta siempre <3
Leydis Sep 2018
Nouvelles erótica

Usted desea una nouvelle
donde yo tomo el papel
de amante insaciable;
Que rompa sus cables,
Que hable con sus señales,
apagando sus raudales deseos
a base de besos con sabor a cerezo.
Astillar nuestros cuerpos
hasta que encontrar aliento,
mientras se esfuma la bruma
y mis miedos en su boca se
convierten en blanca espuma.

Usted me toma como núbil pupila,
Toma mi cintura como si supiera mi holgura,
Enjambra mi apetito y ultraja mis sentidos.
Me hace sentir mujer,
embriagándome en ese placer
de ser tomada por un hombre
que sabe la morfología de la pasión,
y no pide permisos y ni perdón,
y sin gentileza alguna toma posesión mis temblorosas piernas,
haciendo de ellas lo que usted quiera,
doblegando mi cabeza, la acerca y la aleja como desea, imponiendo su firmeza hasta estallar de conmoción.

Toma mi cuello como si del fuera su dueño,
Su boca insensata alborota mis plazas,
Su lengua canora le canta a mis magnolias,
Por primera vez sutilmente me abriga la aurora,
me abarca el ardor y en usted me acomodo
- como lo hace el sereno en la alborada.
Grito y clamo saber su nombre
mientras los soplos de su respiración
se descargan sobre mi cuerpo,
que busca encontrar alivio en su perdición.

Usted es mi desdoro,
Y no me importa tener honra
si habita su lengua en mi boca
Y me lleve a esos espacios
donde mi cuerpo revive en sus brazos.
********************­***
****************­*******You want a soap opera
where I take the role
of an insatiable lover;
That rips apart your shackles,
that speaks to your gestures,
that dims down your abundant desires
with cherry-flavored filled kisses…  
Splinting our bodies until
you find encouragement,
while the haze disappears and
my fears in your mouth become ivory spume.

You take me as a young novice,
Taking my waist as if I knowing my depth,
Widening my appetite and insulting my senses.
You make me feel like a woman,
Inebriating me in that insoluble pleasure
Of being made love to by a man who
knows the morphology of passion.
Who does not ask for permission
and, or forgiveness,
unkindly taking possession of my trembling legs,
controlling them as you wish,
manipulating my head, pulling closer
and then apart, while imposing
your firmness as you burst with excitement.

You take my neck as if you’re its owner,
your reckless mouth flusters my organism
as your harmonious tongue sings to my magnolias.
I am delicately shielded into the aurora,
Covered in heat and I nestle in your aroma
Wail to know your name
Whilst your breath discharges in my burrows
And I finally find relief in your perdition.

You are my dishonor,
I care not for morality
if your tongue resides within me
- taking me to those places
where my body is revived in your imposing essence.  

©LeydisProse
9/26/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse//


Allí termina todo
y no termina:
allí comienza todo:
se despiden los ríos en el hielo,
el aire se ha casado con la nieve,
no hay calles ni caballos
y el único edificio
lo construyó la piedra.
Nadie habita el castillo
ni las almas perdidas
que frío y viento frío
amedrentaron:
es sola allí la soledad del mundo,
y por eso la piedra
se hizo música,
elevó sus delgadas estaturas,
se levantó para gritar o cantar,
pero se quedó muda.
Sólo el viento,
el látigo
del Polo Sur que silba,
sólo el vacío blanco
y un sonido de pájaros de lluvia
sobre el castillo de la soledad.
Luperco grita al verme: Tu epigrama, poeta,
El último, es muy bueno, y de latín galano.
A tu casa, mañana, pienso mandar temprano,
Pues quiero que me prestes la obra tuya completa.

-No. Tu esclavo es asmático, viejo y usa muleta,
Mi escalera es pendiente, y mi hogar muy lejano.
¿El tuyo al Palatino no queda muy cercano?
Atrecto, mi librero, habita en la Argileta.

En un rincón del Foro tiene su librería;
Volúmenes de muertos y de autores del día
Vende en ella, Virgilio, Terencio, Plinio o Fedro;

Allí, no en alto estante, según la gente cuenta,
Envuelto en roja púrpura, entre un cajón de cedro,
Y por cinco denarios, Marcial está de venta.
le dije que ya no muero
que algo en mi despertó

que siento la vida surgir desde mi costado
un punto definido y la totalidad de la inmensidad
a la misma vez uniéndose
enlazados en la misma cosa

mi ser está en este mundo
mi cuerpo sobre esta cama
pero yo no me habita la habitación

es que desperté del infierno y desperté del paraíso
desperté
es que desperté un mañana profunda, una mañana clara, una mañana sin ninguna ilusion desperté de un gran sueño
dónde todo estaba dividió ahora
todo es
dead0phelia Feb 2020
.
eu tenho mais medo dos seus olhos do que da morte
sinto que perdi todos os pães nessa vida e nem percebi que morri de fome
emagreci uns 3 quilos me alimentando só de ausência
esqueci que sou um ser que respira pouco e fumei um maço inteiro de cigarro hoje
eu acho que o amor fica mesmo no coração porque é lá que dói quando alguém diz seu nome
cansei de conversar com todas as arvores e de contar azulejos
preciso melhorar na redução de danos
esqueci que meu corpo ainda habita no seio dessa terra e deixei minha cabeça escapar até a sua casa
curioso porque eu não quero mais te ver
Miu 4d
Tus palabras abrirán la represa que tienen mis ojos,

y ellos desbordaran el océano que habita en mi corazón.

La sal arderá en mis heridas,

y el agua inundar mi habitación.
Me ahogare en el mar de mi corazón.
He ahorrado amistades
para los tiempos negros.
Las querencias las he acumulado
para los momentos del odio.
También los buenos recuerdos
los cargo en el bolsillo
para épocas de olvido y agobio.
Sin embargo...a veces
ni las amistades,
ni las querencias,
ni los recuerdos
son suficientes
para apartar la pálida tristeza
que llega y me habita,
rígida como el mármol,
aletargadora,
mientras del brazo de las nubes
pasean los pájaros
en la tarde sin horas.

Jorge Gómez A.

— The End —