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Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
                                entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
                    Oigo
constelaciones: existes.
                        Creo en ti.
                                    Eres.
                                          Me basta).
¡No corras, ve despacio,
que adonde tienes que ir es a ti solo!

¡Ve despacio, no corras,
que el niño de tu yo, recienacido
eterno,
no te puede seguir!
Delante del Sol venía
Corriendo Dafne, doncella
De extremada gallardía,
Y en ir delante tan bella,
Nueva Aurora parecía.Cansado más de cansalla
Que de cansarse a sí Febo,
A la amorosa batalla
Quiso dar principio nuevo,
Para mejor alcanzalla.Mas viéndola tan cruel,
Dio mil gritos doloridos,
Contento el amante fiel
De que alcancen sus oídos
Las voces, ya que no él.Mas envidioso de ver
Que han de gozar gloria nueva
Las palabras en su ser,
Con el viento que las lleva
Quiso parejas correr.Pero su padre, celoso,
En su curso cristalino
Tras ella corrió furioso,
Y en medio de su camino
Los atajó sonoroso.El Sol corre por seguilla,
Por huir corre la estrella;
Corre el llanto por no vella,
Corre el aire por oílla,
Y el río por socorrella.Atrás los deja arrogante,
Y a su enamorado más,
Que ya, por llevar triunfante
Su honestidad adelante,
A todos los deja atrás.Mas viendo su movimiento,
Dio las razones que canto,
Con dolor y sin aliento,
Primero al correr del llanto
Y luego al volar del viento:«Di, ¿por qué mi dolor creces
Huyendo tanto de mí
En la muerte que me ofreces?
Si el Sol y luz aborreces,
Huye tú misma de ti.»No corras más, Dafne fiera,
Que en verte huir furiosa
De mí, que alumbro la Esfera,
Si no fueras tan hermosa,
Por la noche te tuviera.»Ojos que en esa beldad
Alumbráis con luces bellas
Su rostro y su crueldad,
Pues que Sois los dos estrellas,
Al Sol que os mira, mirad.»¡En mi triste padecer
Y en mi encendido querer,
Dafne bella, no sé cómo
Con tantas flechas de plomo
Puedes tan veloz correr!»Ya todo mi bien perdí;
Ya se acabaron mis bienes;
Pues hoy corriendo tras ti,
Aun mi corazón, que tienes,
Alas te da contra mí.»A su oreja esta razón,
Y a sus vestidos su mano,
Y de Dafne la oración,
A Júpiter soberano
Llegaron a una sazón.Sus plantas en sola una
De lauro se convirtieron;
Los dos brazos le crecieron,
Quejándose a la Fortuna
Con el ruido que hicieron.Escondióse en la corteza
La nieve del pecho helado,
Y la flor de su belleza
Dejó en la flor un traslado
Que al lauro presta riqueza.De la rubia cabellera
Que floreció tantos mayos,
Antes que se convirtiera,
Hebras tomó el Sol por rayos,
Con que hoy alumbra la esfera.Con mil abrazos ardientes,
Ciñó el tronco el Sol, y luego,
Con las memorias presentes,
Los rayos de luz y fuego
Desató en amargas fuentes.Con un honesto temblor,
Por rehusar sus abrazos,
Se quejó de su rigor,
Y aun quiso inclinar los brazos,
Por estorbarlos mejor.El aire desenvolvía
Sus hojas, y no hallando
Las hebras que ver solía,
Tristemente murmurando
Entre las ramas corría.El río, que esto miró,
Movido a piedad y llanto,
Con sus lágrimas creció,
Y a besar el pie llegó
Del árbol divino y santo.Y viendo caso tan tierno,
Digno de renombre eterno,
La reservó en aquel llano,
De sus rayos el Verano,
Y de su hielo el Invierno.
Pensativo estaba el Cid   viéndose de pocos años
para vengar a su padre   matando al conde Lozano;
miraba el bando temido   del poderoso contrario
que tenía en las montañas   mil amigos asturianos;
miraba cómo en la corte   de ese buen rey Don Fernando
era su voto el primero,   y en guerra el mejor su brazo;
todo le parece poco   para vengar este agravio,
el primero que se ha hecho   a la sangre de Lain Calvo;
no cura de su niñez,   que en el alma del hidalgo
el valor para crecer   no tiene cuenta a los años.
Descolgó una espada vieja   de Mudarra el castellano,
que estaba toda mohosa,   por la muerte de su amo.
«Haz cuenta, valiente espada,   que es de Mudarra mi brazo
y que con su brazo riñes   porque suyo es el agravio.
Bien puede ser que te corras   de verte así en la mi mano,
mas no te podrás correr   de volver atrás un paso.
Tan fuerte como tu acero   me verás en campo armado;
tan bueno como el primero,   segundo dueño has cobrado;
y cuando alguno te venza,   del torpe hecho enojado,
hasta la cruz en mi pecho   te esconderé muy airado.
Vamos al campo, que es hora   de dar al conde Lozano
el castigo que merece   tan infame lengua y mano».
Determinado va el Cid,   y va tan determinado,
que en espacio de una hora   mató al conde y fue vengado.
dafne May 2019
empecé a ver me en el espejo hace un ano
verdaderamente buscando y efectivamente encontrando
cosas que podía cambiar para que me quisieras más.
empezó con mi cuerpo y siguió a lo diminuto, el número de pestanas que tenía y lo largo de mi cabello.
me acuerdo sentir que no era suficiente para ti
que tenía que rogarte por tu atención...poniéndome como las chicas que veías en tu celular o la que estaba en tu wallpaper del teléfono. un día sonaba ser ella. pero nunca fui...entonces me sigo viendo…tratando de encontrar que me falta para que tu corras detrás de mi
para que sienta que soy la única que quisieras mirar por la eternidad
para que sería fácil que me digas que me veo bonita….sin tener que preguntarte.
lloro por no ser suficiente, lloro porque sé que hubiera podido tener más de ti…sé que no te esforzaste, lloro por el miedo que sientas lo que sentiste por mí con alguien más, lloro por imaginarme como se verá ella cuando sea que aparezca, lloro por saber que tus ojos nunca fueron ni serán totalmente para mí

— The End —