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naomivdwoodsen Nov 2013
Me ahogas contigo,
y en el último instante,
te salvas

Nunca fuiste mi amigo,
solo me contaminas

No me dejaste ver por el camino,
*el daño que me hacías
Hay personas que se muestran como tu salvación y acaban siendo tu perdición.
Andaluciaa May 2019
Mi vista es distinta. Es muy triste y contamina. Me siento cada vez menos viva, derrotada y confundida. Sin saber que hacer, no logro entender aunque aqui todo esta muy bien. Mi mente no deja de correr. Mi mente necesita de calma. Mi mundo siente que se va acabar por que esto ataca. La vida es un proceso. Cada quien construyendo su reto y al mismo tiempo uno siente rincones inciertos. Miro al cielo, pido al mundo repuestas a esto que me esta comiendo. Pero debo escarbar mis adentros. Quiero ser fuerte no dejar de competir.  Esta lucha es solo contra mi. Me siento cansada pero se que lo voy a lograr.
Hambre y sed padezco: Siempre me he negado
a satisfacerlas en los turbadores
gozos de ciudades -flores de pecado-.
Esta hambre de amores y esta sed de ensueño
que se satisfagan en el ignorado
grupo de muchachas de un lugar pequeño.
Vasos de devoción, arcas piadosas
en que el amor jamás se contamina;
jarras cuyas paredes olorosas
dan al agua frescura campesina...
Todo eso sois muchachas cortijeras
amigas del buen sol que os engalana,
que adivináis las cosas venideras
cual hacerlo pudiese una gitana.
Amo vuestros hechizos provincianos,
muchachas de los pueblos y mi vida
gusta beber del agua contenida
en el hueco que forman vuestras manos.
Pláceme en los convites campesinos,
cuando la sombra juega en los manteles,
veros dar la locura de los vinos,
pan de alegría y ramos de claveles.
En el encanto de la humilde calle
sois a un tiempo, asomadas a la reja,
el son de esquilas, la alternada queja
de las palomas, y el olor del valle.
Buenas mozas: no abrigo más empeños
que oír vuestras canciones vespertinas,
llegando a confundirme en las esquinas
entre el grupo de novios lugareños.
Mi hambre de amores y mi sed de ensueño
que se satisfagan en el ignorado
grupo de doncellas de un lugar pequeño.
Joa Perg May 28
mañana desapareces
y te me apareces
en sueños, en vidas,
que no existen (me enloquecen)
Rara vez, me acontece
Que me aferre tantas veces
A encontrar tu mirar
Y no entender, por más de cien veces
Pero buscar, los besos que me das
en mi cabeza suena peculiar
Porque no estuvieron ni están
Cómo mi abuelo, mi mamá
me decía que es mejor olvidar
Doy vuelta las penas, quehaceres
Alcoholes, me enfurece
que la melancolía, en un trago se mezcle
Ignorar, me apetece
Mi historial, mis pecados
Mi ser contamina tu estado
De felicidad, de tu encanto
Pero sufrir por tu encanto
Es como sacar de mi brazo
Todo el amor, que en mi cara
no se ha notado
Es horrible, es desgarrador
Que solo en mi mente estés a mi lado
Perdón, he sangrado
mi velorio está pronto, en mi ataúd,
un espacio para vos reservado
Keev Jun 16
Son siete y me vacían el alma…
Cada vez que creo que avanzo,
me empujan de nuevo hacia atrás, y caigo descalzo.

Por la gula ya empecé,
déjenme decir que sí la dominé,
es un enemigo simple de controlar,
pero otros no paran de azotar.

La avaricia, la más silenciosa,
piensa que pasa desapercibida, sigilosa.
Encerrada en un frasco pequeño,
que poco a poco explota su empeño.

Es como un reloj de arena,
atenta, acechando mi condena.
Espera paciente que acabe mi resistencia,
jugando con mi frágil conciencia.

La ira y la soberbia la respaldan,
como carroñeras, siempre aguardan,
esperando el vaivén de mis emociones,
alimentadas de viejas frustraciones.

Un shot de ron o de tequila,
enciende el fuego y la ira desfila.
Explota el frasco de la avaricia,
y la soberbia desde el fondo inicia.

Las tres se atrincheran en mi corazón,
y allí empieza la guerra, sin redención.
Guerra custodiada por el demonio,
que dirige el caos desde su podio.

A su izquierda la pereza se sienta,
a su derecha la lujuria revienta,
y en su espada afilada, la envidia tienta:
tres soldados que mi mente atormentan.

Mientras en mi pecho la batalla estalla,
la guerra de mente, cuerpo y alma no se calla.
Cada día es una lucha sin cesar,
con demonios que me vuelven a arrastrar.

Primero caigo bajo la pereza,
luego la lujuria me atraviesa,
y la envidia se apodera de mi razón:
¿Por qué ella no fue mía y sí de él?
repite mi obsesión.

Todo ocurre mientras la pereza me postra en la cama,
la lujuria devora mi cuerpo amargo,
y la envidia contamina mi mente,
entre placer y culpa, lentamente,
Que aunque solo en pensamiento pude hacerla mía,
Termino y un vacío se apodera de mi ser….

Llega la tarde, me invitan un par de tragos,
y siento cómo el infierno abre sus estragos.

La trinchera de mi corazón vuelve a arder,
desprecio a los demás sin detener,
me creo el rey,
tan grande que ni Dios me puede detener.

Me burlé de Él como un ingenuo,
hasta que la soberbia me hizo un rehén nuevo.
Llamé a la avaricia sin piedad,
y humillé a un hombre por su necesidad.

Mientras mi ego gozaba el combate,
la ira alimentaba mi disparate.
Pero en medio de esa tempestad brutal,
Dios… te entrego mi alma en plena batalla.

Solo en ti puedo confiar mi oscuridad,
sé que la destruirás junto con los demonio con tu verdad.
Los demonios no siempre tienen cuernos, a veces habitan en el pecho, y cada día es otra ronda en esta guerra silenciosa. No busco que lo entiendan, solo que lo sientan.

— The End —