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M.GANDHI dijo una vez:
“si no tienes religión, yo te recomiendo una : LA VERDAD”

UN LUGAR PARA MI ALMA

Durante mucho tiempo, cuando los amaneceres  fueron  un umbral para  los días apagados ,  existía  en mi mente ,una lucha interna entre las capas de mi razón ...y los zócalos profundos de mi piel.
Yo estaba segura que mi origen , había sido de una cepa siniestra, estúpida idea defectuosa que carcomía mi cerebro y me hacia sentir como una partícula insignificante, sulfatada, viviendo un exilio y confinada a lo mas mínimo e inexistente .

En medio de esta desvelada costilla, había una duda rodando siempre en mi cabeza :¿qué era la vida? Realmente era esto vivir, así sin respirar sin sentir el latido del corazón? No!, yo estaba segura que la vida era otra cosa, era transcurrir  y suceder mientras sientes como fluye tu sangre por las venas, es vibrar sin sentir miedo,andar descalza y disfrutar lo que te ofrece el suelo.
Entonces,¿ por qué yo sentía dentro de mi, cosas opuestas? , ¿Por qué mis pupilas últimamente sucumbían… cuando el espacio sin forma alguna, seguía arrastrándome al **** abismo?, lugar incómodo para mis huesos, donde ya no deseaba estar más.
Esta invalidez de mi sequía mental, este virus polimorfo que se instaló en mis venas , ha atormentado mi alma por mucho tiempo cuando yo aun estaba viva.

Todavía  recuerdo cuando
comencé a obedecer la misoginia autoritaria de una bestia putrefacta, y de como se metió profundo y desgarro mis miedos desmenuzando todas mis dudas para luego vomitarlas  sobre mi fragilidad. Fue justo ahí cuando la oscuridad absoluta, la soledad última, se adueñó de mis sueños y al parecer ,del mismo modo que cualquier estrella recorre su dominio en forma precisa, yo...avanzaba por este mundo, quebrada, con un corazón débil, sin rumbo y con un horizonte completamente sombrío y la confianza rasgada y rota.

En ese entonces,yo solía sentarme en un banco de madera, muy al fondo de todo ,donde las hojas secas eran el único alimento para mi razón y fijaba la vista en el suelo, queriendo encontrar una salida , pero una vez metida en este estado algo, o alguien me hacia observar como con cada amanecer , mi vida caía al fondo del tiempo, muy profundo , muy intima de mi misma , naufragando mi condena perpetua , esa que caía sobre mi estéril cuerpo  cada vez que me  abandonaba  a los vientos revueltos, al arrastre irrespetuoso de ese alguien, de ese gusano letal que creí que me cuidaba.

Y si, muy pronto llegó ese momento, donde los que me conocían, ya jamás pudieron saber nada de mi.Nada de la que fui, ya  nunca más pudo asomarse a ningún nuevo crepúsculo .
Dentro de ese vivir sin anhelar nada, sin querer nada, solo lo indispensable (comida y agua), mi vida, que no era tal, un día deseo terminar de nacer, pero no ahí, en ese injerto tejido de engaños, donde era una sarcófago siniestro para mis nuevas ilusiones.,

Invisible para muchos, con un carácter incompleto y con mis ojos repletos de tinieblas y temores, un día ...me fui a terminar de venir a este mundo , ya grande, sola y sin esperanza alguna, decidí dejar de deslizarme por esta vida venenosa y comenzar a pisar la tierra, ésta que me dio origen y me perdió por un tiempo y así , de a poco ,me alejé de las mentiras disfrazadas con ternura y me quite de encima  a muchas sanguijuelas que a mi alma primera, la vieron morir día a día y no hicieron nada.

Esta lloviendo sin parar afuera , falta todavía una hora para que la noche cierre, entonces peregrino por mis últimos tormentos, abro mis ojos , y los veo a ellos, iracundas almas inocentes, que jamás comprendieron los misterios  que aun aprietan mi cuello, pero saben que fui su único lecho y la única caricia real que jamás sus latidos sentirán.

¡Ya llega el día! ¡ya llega el  día!
¿En dónde hallaré ahora , un lugar para esta entraña  mía que está libre,
muy dañada y rota?



Diario de una Maldita  Poeta Condenada

AZUL STRAUSS MARKUART
TITULO : “UN LUGAR PARA MI ALMA”
[relato: Texto completo.]
Autora :Azul Strauss M.
04 de febrero del 2015
BUENOS AIRES.ARGENTINA
©Copyright –Derecho de Autor Reservado
Sentado ante su mesa de trabajo
Estaba, en tanto que visiones blancas
y vaporosas, en azul ensueño,
En torno de su lámpara flotaban,
y níveos copos de menuda nieve
Daban en el cristal de su ventana.

Y de repente vino a su memoria,
En el hondo silencio de la estancia,
El recuerdo de un hombre conocido
Hacía muchos años. La garganta
Sintió oprimida, y algo de tristeza
y de vergüenza conmovió su alma.

Recordó la humildad de ese hombre triste.
Humildad en acciones y palabras,
Que don ninguno recibió del cielo
y llevó siempre vida solitaria
Como un árbol en áspera llanura.
Recordó sus promesas reiteradas
De ir a verlo en su plácido retiro,
y que aquel hombre en su mansión callada
Esas ofertas siempre agradecía,
Pero creyendo sus promesas vanas.
Y se acordó también de que ese hombre
En su silencio y su humildad lo amaba.

Todos esos recuerdos se agolparon
De pronto en su memoria, en la callada
Sombra que lo envolvía. En su hondo ensueño
Quiso apartarlos, pero voz del alma,
Voz imperiosa estremecer lo hizo.
Se puso en pie. Lucía en su mirada
luz de sonrisa, y respiró, ya libre
del nudo que oprimía su garganta.

Y apresurado se vistió. La noche
Cubría la llanura solitaria,
Y dirigió los pasos en la nieve
Del hombre humilde a la tranquila casa.

Y entró. Después de familiar saludo
y ya sentado cerca de la llama
Entre ese hombre y su humilde compañera,
Que con muda sorpresa se miraban,
Observó pensativo esos silencios
Que interrogan, y son como en las páginas
Esos espacios que la pluma deja
A veces entre frases y palabras.

Y en ambos rostros observó de pronto
como inquietud furtiva, entre las pausas
del lento hablar, mas comprendió en seguida
La causa: No creían, no esperaban
Que viniera, tan tarde, y de tan lejos,
En medio de la nieve y entre charcas,
Sólo por darles un placer, y sólo
Por cumplir su promesa. Y se miraban
Aguardando angustiados que dijera
De ese visita la razón. ¿Qué causa
lo hizo venir en semejante noche?
¿Qué servicio quería? ¿Era una infausta
o grata nueva, la que así, tan tarde,
Lo traía al silencio de esa casa?

Comprendiendo esa íntima zozobra
Quería hablar para infundirles calma,
Pero seguían los silencios lentos,
y seguían pesando las palabras;
y como él temerosos los veía
de una revelación inesperada,
Ante ellos se sintió como acusado,
Confuso, torpe, y en angustia el alma.

Y se vio como lejos...  lejos de ellos,
Como si frente a frente no se hallaran,
Hasta que en pie, para salir, se puso.
La angustia que sus almas embargaba
Al fin cesó. Lo comprendieron todo...
Vino por ellos, para hacerles grata
Esa noche de invierno; solamente
Por ellos... y en sus ojos irradiaba
Luz de alegría. Quiso verlos alguien
En su vida tranquila y solitaria;
Visitarlos, oírlos... Y más fuerte
Que la nieve, y el frío y la distancia
Fue ese deseo. Vino a verlos alguien
En el hondo silencio de sus almas...
Alguien al fin llegó. ¡Cuánto alborozo!
Fluían de sus labios las palabras,
y para retenerlo, sonreían,
y entusiasmados a la vez hablaban.

Les prometió que volvería. Y antes
De llegar a la puerta, la mirada
Tendió en redor,  porque en la mente quiso
La memoria fijar de aquella casa.
Clavó la vista en cada mueble; luego,
Como queriendo concentrar el alma
En un recuerdo, los miró callado
Porque en el fondo de su ser dudaba
Si volvería... Y se perdió su sombra
En la llanura, por la nieve, blanca.
Y ahora qué haré, si tú no estás.

En el espejo te desvaneciste.

Qué haré, si ya no estás. Cómo encontrarte.
Fui a la agencia de viajes.
Dije: «Un billete». «¿Para dónde?»
«Para dónde ha de ser». (Me comprendieron enseguida).
«Mucho tiempo esperó», dijeron enigmáticos.
Volví a casa cantando, recobrada
la vida. Me miré al espejo.
Tú ya no estabas. Comprendí.

Ahora qué voy a hacer. Sin ti quién puede
recobrar lo soñado, lo perdido: Venecia
de vidrio rosa, Roma con cabellos de fuentes.
Florencia y Siena, Nápoles y Pisa,
Botticelli, Giotto, Tiziano, cipreses y palacios,
canales, Miguel Angel, frutos, palomas, Donatello
qué van a ser sin ti, si eras tú quien les dabas
vida, sentido, magia.

Llegaré -a veces gusto
imaginar que en el crepúsculo-
a no sé que ciudad. Consultaré la Guide Blue

y, ...Esta es la prueba. ¿Quién puede acercarse
después de tanto amor, a un gran amor,
sin alma, sin amor, es decir, solo con los ojos?

«Un billete» diré. Preguntarán para dónde.
«Para un lugar que yo invente
y tal vez ya no existe. Par mirarme en un espejo
que reflejo mi vida cuando no estaba yo
y al que me acerco ahora
cuando no puede devolver mi imagen».

Y entenderán por qué lo digo.
stanley hook llegó a Melody Spring un jueves de noche con un sapo en la mano
"oh sapo" le decía "sapito mío íntimo mortal y moral y coral
no preocupado por esta finitud
no sacudido por triste condición furiosa" le decía

"oh caballito cantor de la humedad o pedazo esmeralda"
le decía stanley hook al sapo que llevaba en la mano
y todos comprendieron que él amaba al sapo que llevaba en la mano
más allá de accidentes geográficos sociológicos demográficos climáticos
más allá de cualquiera condición

"oye mío" le decía "hay muerte y vida día y noche sombra y luz"
decía stanley hook "y sin embargo te amo sapo
como amaba a las rosas tempranas esa mujer de ******
pero más y tu olor es más bello porque te puedo oler"

decía stanley hook y se tocaba la garganta
como raspándose el crepúsculo que entraba y avanzaba y le ponía el pecho gris
gris la memoria feo el corazón
"oye sapo" decía mostrándole el suelo
"los parientes de abajo también están divididos ni siquiera se hablan"
decía stanley hook "qué bárbara tristeza" decía ante el asombro popular
los brillos del silencio popular
que se ponía como un sol

esa noche naturalmente stanley hook se murió
antes les dio terribles puñetazos a las paredes de su cuarto en representación de sí mismo
mientras el sapo sólo el sapo todo el sapo
seguía con el jueves

todo esto es verdad:
hay quien vive como si fuera inmortal
otros se cuidan como si valieran la pena
y el sapo de stanley hook se quedó solo

— The End —