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Frente al mar, y en la puerta de su pobre morada,
La viuda del marino con su hijo está sentada.
Se ve tristeza en ambos. Los rudos temporales
De esos días de otoño causaron tantos males,
Tanto destrozo hicieron, fue tal del mar la saña,
Cual nunca visto había la costa de Bretaña.
Por eso ante el crepúsculo se encuentran abstraídos
Y silenciosos, y ambos de luto están vestidos.

En ese lago quieto, de aguas murmuradoras,
En donde se deslizan las barcas pescadoras,
Cuyas velas se extienden bajo el oro del día,
¡Quién, al ver esa calma, reconocer podría
Aquel mar tempestuoso, que sólo en un momento,
En el pasado otoño, con ímpetu violento
Destrozó veinte barcas, y que a esa pobre madre
Dejó  trocada en viuda y a ese niño sin padre!

El agua azul sonríe; sin nubes brilla el cielo;
Y ella sigue sombría, con hondo desconsuelo
Recordando la tarde trágica de su vida,
Cuando hundió en sus abismos la mar embravecida
A su esposo. «Mas suya fue la culpa», a su hijo,
Que seguía en silencio, sollozando le dijo.
«A desgraciados náufragos que el temporal hundía,
¿Cómo sin un socorro dejárseles podría?

¡Qué tarde horrible! ¡Nadie recordaba en la aldea
Haber visto en su vida semejante marea!
¡Era tentar al cielo y era jugar la suerte
Socorrer a los náufragos... era afrontar la muerte!
Tu padre con nosotros estaba. En la bahía,
Recién entrada al puerto su barca se veía».
-«Sin duda están malditos, decíame comiendo,
Los que en el mar aguantan ese chubasco horrendo».

Como era su costumbre, después de la comida
Saliose de la casa con su pipa encendida,
Y a pesar de la lluvia, varios iban al puerto,
A ver saltar las olas sobre el muelle desierto;
Cuando de pronto observa tu padre en lontananza
Que contra los peñascos un bergantín se lanza.
Aquello fue un instante. Lo empuja el mar, y choca,
Y roto allí en pedazos quedó contra la roca.

-«Un bote», grita al punto. Yo lo miré aterrada.
Y en tanto que los otros le muestran la oleada
Que viene sobre el puerto rugiendo amenazante,
Grita otra vez: - ¡Salvémoslos! !Un bote... ¡En el instante!
Un bote al mar! ¡Un bote!... ¡Cobardes no seamos!»
Y seguían sus gritos: -«A socorrerlos vamos!
¡Mi barca! ¡Arriba! ¡Es tiempo! Mi barca no ha temido
Jamás las tempestades ni el mar embravecido,
Y por eso Adelante la bauticé»...

                                             
Salieron
Todos al mar entonces... y ¡nunca más volvieron!...

De tarde, en este invierno, y al bajar la marea,
Hasta allá, donde ves la espuma que blanquea,
Ir me has visto abatida. Mas todo ha sido en vano...
Nada de entre sus olas devuelve el océano...
¡Y ese mar que a mis plantas expira en la ribera,
De la barca no arroja ni una tabla siquiera!

Hijo: me prometiste no ser, jamás marino:
Cumplirás tu promesa. Será otro tu destino.
El cura, que te quiere, te seguirá enseñando;
Aprenderás las letras, luego a escribir. Y cuando
Grande estés, serás cura. ¡Pasará el tiempo aprisa...
Veré el día dichoso de tu primera misa!...
Yo misma pondré flores en el altar... ¡Oh, cuánta
Será mi dicha, lejos de este mar que me espanta!

Calla el niño pensando sin duda en los chicuelos
Que ve sobre chalupas y ágiles barquichuelos,
En las azules aguas, desde que el día brilla,
Caminar en la borda, bajar a la escotilla,
Mientras que él no se atreve, ni nunca se ha atrevido,
Un cable a atar siquiera. Cumple lo prometido.
Y cuando terminada la lección de lectura,
El viejo silabario cierra de tarde el cura,
Y le dice que es hora de que a jugar se vaya,
Descalzo, arremangado, se aleja por la playa,
Y así engaña sus sueños el hijo del marino;
Pero entre los cabellos el áspero y salino
Viento sentir que sopla; sentir el agua fría
Que a la rodilla sube; ver en la lejanía
Las olas que se rompen bajo azulada bruma
Y que el peñasco cubre de iridiscente espuma;
Ir conchas o mariscos buscando por la costa,
O saltar, sobre piedras, detrás de una langosta,
Eso no le bastaba; quería más; quería
La barca que se aleja bajo el fulgor del día,
Con sus palos erectos y sus velas redondas;
Quería el horizonte, los tumbos de las ondas,
Y la embriaguez del alma sobre la mar rugiente,
Cuyos acres aromas hablaban a su mente
De países lejanos... ¡Tal era su delirio!
¡Y hacía muchos meses que ese era su martirio!

Y va pasando el tiempo. Llega otro otoño horrible;
Y un día los marinos, a la luz apacible
De un cielo gris, entre ellos hablando, hacia el poniente
Sobre el mar tempestuoso, señalan de repente
Un velero que avanza contra las rocas. Brava
Marejada envolvíalo... Más y más se encrespaba...

¡En las revueltas olas aquello parecía
El estertor postrero del barco en la agonía!

-«¡Un bote al mar! ¡Un bote!», dice alguien con voz ruda,
 ¡Al mar! ¡A socorrerlos! ¡A prestarles ayuda!»

Y todos recordaban a los que al mar salieron
A salvar a unos náufragos, y nunca más volvieron;
Mas de pronto a una barca se abalanzan, y en tanto,
Todo lo ve la madre con indecible espanto;
Y a su hijo abrazando le murmura al oído:
-«¿Sabes? Me lo ofreciste... lo tienes prometido,
¡No irás!...» Con las pupilas dilatadas, la frente
Pensativa,   y el labio mordiéndose impaciente,
Nada responde, y mira con absorta mirada
Que ya los hombres tienen la barca aparejada.
De repente, una ola gigantesca y sombría,
 Que avanza rugidora por la turbia bahía.
Se estrella con fracaso, toda la playa moja, fe...
Y a las plantas del niño, tabla podrida arroja.

En la tabla estas letras leíanse: Adelante.

De su abismo esa tabla sacaba el mar de Atlante.
¡Mandato de su padre sobre las olas era!
Listos los remadores sacan de la ribera
La barca. De los brazos maternos se desprende;
Detrás de los marinos veloz carrera emprende;
Salta al bote con ellos, y al punto un remo ensaya...
 ¡Y allá van con la ola que vuelve de la playa!

¡Cómo con la mirada todos los van siguiendo!
¡Virgen Santa! ¡Las olas cuan altas y qué estruendo!
¡Parece que se hunden! ¡Jesús! ¡Naufraga el bote!
¡Mas no!... ¡Las olas pasan y ellos están a flote!
¡Y siguen!... Van llegando... ¡Ya se les ve acercarse!
¡Ya era tiempo !... ¡ Ya el barco comenzaba a inclinarse

¡Ya vuelven! ¡Los pañuelos agitan! ¡Qué arrojados!
¡El bote viene lleno!...
-«¿Cuántos?»
-« ¡Todos salvados!»
-«¡Hurra! ¡Pronto una amarra!»
Y en tanto que gozosos,
Náufragos y marinos, saltando presurosos
De piedra en piedra vienen, hacia la madre el niño
Se lanza. Ella lo abraza; lo besa; y con cariño
Él le dice al oído: «No me regañes, madre...
¡Tan contento estaría mirándome mi padre!»
Jacob Steiner Jul 2014
this was the first goodnight. i wrote that last bit for her, bt she was to tired to read it. i understand completely and its perfectly fine, but it still hurt... i cant really say i expected her to be all super upbeat about talking to me anyways so i feel like this was a long belated goodnight. She was asleep when i finished it, i should of just let her sleep, but no i had to wake her up i had to bother her like always. i know i annoy her a lot and that she probably didn't want to talk to me but, she was only doing it to be polite. I'm listening to stolen dance - Milky chance, its 4:37 am, i have to drive for 7 hours two the beach and I'm leaving in 3 hours. i haven't slept in 35 hours. i don't know how I'm going to do it. that had nothing to do with anything but i felt like that'd be something good to say. idk why I'm dumb. I'm useless. id be better off dead. i wish i never meet people that way i wouldn't get attached and i wouldn't get hurt when i mess things up. i hate myself. i wonder if i can make pancakes without waking anyone up. why the **** am i here? what is the meaning of life? 42!!!. shut the **** up. I'm tired of annoying people. what is the worst part about me? whats the best part? is there a good part? why can't i hide my emotions like everyone else? why is everyone so rude to each other? Why are ******, gay, stupid, ugly, ******* used in everyday vocabulary of teenagers and adults like how old do you have to be to understand that using word to spread hate is not going to get you anywhere in life and thats not okay.      I hate goodbyes. the main reason is because you never know if it is actually the last time you'll ever talk to or see that person again. the worst part about them i hate is what if you don't get to say goodbye what if you were die without saying goodbye. or how you never said goodbye you jus stopped talking to me and left me to wonder what i did to deserve it knowing completely that its because I'm a terrible person who doesn't deserve to speak to someone as amazing as you. **** I'm hungry. I want Taco Bell right ow, id get a number 6 ( two steak chalupas a soft beef taco and a baja blast freeze)that order makes me happy. i like being happy, i don't know why i don't do it more often. maybe its because i cant look in the mirror without thinking there is nothing good about me. i like how i could **** myself knowing very well that people would miss me and people would cry at my funeral. I don't know how the **** i got here from goodbye. you said goodnight i said bye. you don't love me, i never stopped. I'm sorry i do i cant help it. we used to love each other, a lot, and i wish that never changed. i want this to be as long as possible but i also want this to be over. i will do my best to never do wrong by you, but you know that wont happen. in listening to Bad *** - kid ink, its 4:57 am. i need to sleep but i cant. i'm sorry for everything I've ever done to you you never deserved anything i ever.
Joseph S Pete Dec 2019
The woman had scarfed down many chalupas

in the Taco Bell drive-thru at the ash end of 3 a.m.

She wolfed down the $3 dollar tacos with “chalupa” shells,



seasoned beef, a three-cheese blend, tomatoes,

lettuce and “reduced fat” sour cream,

with a robotic intensity and general incuriosity about its origins.



So she was shocked when she sat down with her kid

at the immigrant-run El Amigo restaurant

that served fresh salsa with freshly baked tortilla chips.



She had never actually tried an authentic chalupa,

a flat tostada-like deep-fried mold of masa dough

filled with meat, onion, chipotle and salsa.



The manager told her it was in fact

the kind of chalupa you’d find in Oaxaca or Puebla.

He told her he’d replace it, remove it from the table or take it off the bill.



She begged off but ultimately stormed out of the building

without paying the $12 bill, ultimately landing a felony charge

she appealed all the way to the state court of appeals.



The higher courts probably should not be adjudicating

Mexican cuisine, Tex-Mex and pale fast-food imitations,

but it was what is was; however it was served up, it was what is was.

— The End —