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Victor Marques Apr 2023
Vivendo o rio da vida com serenidade e calma,
Agradecer a Deus alimenta minha alma.
Tal como Deus deteve o sol e parou a lua também,
Eclipse total no horizonte alaranjado, no além.
Josué conquistou a terra prometida sem luar ,
Moisés parou com seu cajado as águas do mar.


Eclipse em que tudo deixa de brilhar ,
Parece Deus sem se mostrar.
Em todos os momentos da vida somos abençoados,
Para vivermos felizes e ser amados.
O milagre da vida luz irradia,
Seja na noite ou de dia.
A noite parece que foi feita para nos compremeter,
Com gratidão a Deus me eclipsar e um dia morrer.

Victor Marques
ECLIPSE, DEUS,
En el alba de callados venenos
amanecemos serpientes.

Amanecemos piedras,
raíces obstinadas,
sed descarnada, labios minerales.

La luz en estas horas es acero,
es el desierto labio del desprecio.
Si yo toco mi cuerpo soy herido
por rencorosas púas.
Fiebre y jadeo de lentas horas áridas,
miserables raíces atadas a las piedras.

Bajo esta luz de llanto congelado
el henequén, inmóvil y rabioso,
en sus índices verdes
hace visible lo que nos remueve,
el callado furor que nos devora.

En su cólera quieta,
en su tenaz verdor ensimismado,
la muerte en que crecemos se hace espada
y lo que crece y vive y muere
se hace lenta venganza de lo inmóvil.

Cuando la luz extiende su dominio
e inundan blancas olas a la tierra,
blancas olas temblantes que nos ciegan,
y el puño del calor nos niega labios,
un fuego verde cerca al henequén,
muralla viva que devora y quema
al otro fuego que en el aire habita.
Invisible cadena, mortal soplo
que aniquila la sed de que renace.

Nada sino la luz. No hay nada, nada
sino la luz contra la luz rabiosa,
donde la luz se rompe, se desangra
en oleaje estéril, sin espuma.

El agua suena. Sueña.
El agua intocable en tu tumba de piedra,
sin salida en su tumba de aire.
El agua ahorcada,
el agua subterránea,
de húmeda lengua humilde, encarcelada.
El agua secreta en su tumba de piedra
sueña invisible en su tumba de agua.

A las seis de la tarde
alza la tierra un vaho blanquecino.
Vuelan pájaros mudos, barro helado.
Arrasen nubes crueles el cielo sin orillas.

Pero en la noche el agua gime.
Un cielo de metal
oprime pecho y venas
y tiembla en el ahogo el horizonte.
El agua gime entre sus negros hierros.
El hombre corre de la muerte al sueño.

El henequén vigila cielo y tierra.
Es la venganza de la tierra,
la mano de los hombres contra el cielo.
¿Qué tierra es ésta?,
¿qué extraña violencia alimenta
en su cáscara pétrea?
¿qué fría obstinación,
años de fuego frío,
petrificada saliva persistente,
acumulando lentamente un jugo,
una fibra, una púa?

Una región que existe
antes que sobre el mundo alzara el aire
su bandera de fuego y el agua sus cristales;
una región de piedra
nacida antes del nacimiento mismo de la muerte,
una región, un párpado de fiebre,
unos labios sin sueño
que recorre sin término la sed,
como el mar a las lajas en las costas desiertas.

La tierra sólo da su flor funesta,
su espada vegetal.
Su crecimiento rige
la vida de los hombres.
Por sus fibras crueles
corre una sed de arena
trepando desde sótanos ciegos,
duras capas de olvido donde el tiempo no existe.

Furiosos años lentos, concentrados,
como no derramada, oculta lágrima,
brotando al fin sombríos
en un verdor ensimismado,
rasgando el aire, pulpa, ahogo,
blanda carne invisible y asfixiada.
Al cabo de veinticinco amargos años
alza una flor sola, roja y quieta.
Una vara ****** la levanta
y queda entre los aires, isla inmóvil,
petrificada espuma silenciosa.

Oh esplendor vengativo,
única llama de este infierno seco,
¿tanta fiebre acallada,
surge en tu llama rígida, desnuda,
para cantar, sólo, tu muerte?
¡Si yo pudiera,
en esta orilla que la sed ilumina,
cantar al hombre que la habita y la puebla,
cantar al hombre que su sed aniquila!

Al hombre húmedo y persistente como lluvia,
al hombre como un árbol hermoso y ultrajado
que arranca su nacimiento al llanto,
al hombre como un río entre las llamas,
como un pájaro semejante a un relámpago.
Al hombre entre sus fines y sus frutos.

Los frutos de la tierra son los fines del hombre.
Mezcla su sal henchida con las sales terrestres
y esa sal es más tierna que la sal de los mares:
le dio Adán, con su sangre, su orgulloso castigo.

¡Si pudiera cantar
al hombre que vive bajo esta piel amarga!
El nacimiento,
el espanto nocturno,
la vasta mano que puebla y despuebla la tierra.

Entre el primer silencio y el postrero,
entre la piedra y la flor,
tú caminas. Te ciñe un pulso aéreo,
un silencio flotante,
como fuga de sangre, como humo,
como agua que olvida.

Llamas petrificadas te sostienen.
Caminas entre espadas,
casi invisible
bajo el temblor del cielo liso,
con un paso, un solo paso tierno,
un leve paso de animal que huye.

Tú caminas. Tú duermes. Tú fornicas.
Tú danzas, bebes, sueñas.
Sueñas en otros labios que prolonguen tu sueño.

Alguien te sueña, solo.
Tu nombre, polvo, piedra,
en el polvo sediento precipita su ruina.

Mas no es el ritmo oscuro del planeta,
el renacer de cada día,
el remorir de cada noche,
lo que te mueve por la tierra.
¡Oh rueda del dinero,
que ni te palpa ni te roza
y te deshace cada día!

Ángel de tierra y sueño,
agua remota que se ignora,
oh condenado,
oh inocente,
oh bestia pura entre las horas del dinero,
entre esas horas que no son nuestras nunca,
por esos pasadizos de tedio devorante
donde el tiempo se para y se desangra.

¡El mágico dinero!
Invisible y vacío,
es la señal y el signo,
la palabra y la sangre,
el misterio y la cifra,
la espada y el anillo.

Es el agua y el polvo,
la lluvia, el sol amargo,
la nube que crea el mar solitario
y el fuego que consume los aires.
Es la noche y el día:
la eternidad sola y adusta
mordiéndose la cola.

El hermoso dinero da el olvido,
abre las puertas de la música,
cierra las puertas al deseo.
La muerte no es la muerte: es una sombra,
un sueño que el dinero no sueña.

¡El mágico dinero!
Sobre los huesos se levanta,
sobre los huesos de los hombres se levanta.

Pasas como una flor por este infierno estéril,
hecho sólo del tiempo encadenado,
carrera maquinal, rueda vacía
que nos exprime y deshabita,
y nos seca la sangre,
y el lugar de las lágrimas nos mata.

Porque el dinero es infinito y crea desiertos infinitos.
Dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.

Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.

Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.

Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.

Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
Poesía, ¿qué es poesía? poesía es más
que palabras, oraciones y rimas. Poesía es hablar con el corazón
en la mano, poesía es expresar los sentimientos al máximo,
hacer que la corriente de sentimientos se apodere de tu corazón,
haciendo que poco a poco tu pluma se mueva mas rápido y haga que
las palabras no sean palabras, sean sentimientos y hagan sentir a quien
las lee el sentimiento que transmites al papel; el papel que absorbe todo,
que gentilmente se presta como medio para bien o para mal, ése,
el que puedes borrar y borrar pero siempre dejarás una mancha. Pero
la poesía no está escrita en papel, está escrita en
el corazón de quien la escribe y de quien la lee, y deja huellas
en los corazones, tanto o más que en el papel, los corazones son
como una hoja de papel, se escriben historias y se dejan recuerdos, se
escriben promesas y se dejan angustias; se alimenta de palabras, haciéndolo
más grande cada vez que le dicen un te quiero, cada vez que le hacen
palpitar con fuerza. La poesía nace y crece de dos formas, cuando
estás muy feliz tan feliz que piensas que no estás en ese
momento, o cuando estás tan triste que quieres olvidar los amargos
recuerdos. Así lo logro, dejando que el suave papel se impregne
de sentimientos y causen un raro efecto en quien lo lee.. porque el papel
siempre será papel y los sentimientos siempre se harán poemas...
En el fondo del pecho estamos juntos,
en el cañaveral del pecho recorremos
un verano de tigres,
al acecho de un metro de piel fría,
al acecho de un ramo de inaccesible cutis,
con la boca olfateando sudor y venas verdes
nos encontramos en la húmeda sombra que deja caer besos.

Tú mi enemiga de tanto sueño roto de la misma manera
que erizadas plantas de vidrio, lo mismo que campanas
deshechas de manera amenazante, tanto como disparos
de hiedra negra en medio del perfume,
enemiga de grandes caderas que mi pelo han tocado
con un ronco rocío, con una lengua de agua,
no obstante el mudo frío de los dientes y el odio de los ojos,
y la batalla de agonizantes bestias que cuidan el olvido,
en algún sitio del verano estamos juntos
acechando con labios que la sed ha invadido.
Si hay alguien que traspasa
una pared con círculos de fósforo
y hiere el centro de unos dulces miembros
y muerde cada hoja de un bosque dando gritos,
tengo también tus ojos de sangrienta luciérnaga
capaces de impregnar y atravesar rodillas
y gargantas rodeadas de seda general.

Cuando en las reuniones
el azar, la ceniza, las bebidas,
el aire interrumpido,
pero ahí están tus ojos oliendo a cacería,
a rayo verde que agujerea pechos,
tus dientes que abren manzanas de las que cae sangre,
tus piernas que se adhieren al sol dando gemidos,
y tus tetas de nácar y tus pies de amapola,
como embudos llenos de dientes que buscan sombra,
como rosas hechas de látigo y perfume, y aun,
aun más, aun más,
aun detrás de los párpados, aun detrás del cielo,
aun detrás de los trajes y los viajes, en las calles donde la gente orina,
adivinas tos cuerpos,
en las agrias iglesias a medio destruir, en las cabinas que el mar lleva en las manos,
acechas con tus labios sin embargo floridos,
rompes a cuchilladas la madera y la plata,
crecen tus grandes venas que asustan:
no hay cáscara, no hay distancia ni hierro,
tocan manos tus manos,
y caes haciendo crepitar las flores negras.

Adivinas los cuerpos
Como un insecto herido de mandatos,
adivinas el centro de la sangre y vigilas
los músculos que postergan la aurora, asaltas sacudidas,
relámpagos, cabezas,
y tocas largamente las piernas que te guían.

Oh conducida herida de flechas especiales!

Hueles lo húmedo en medio de la noche?

O un brusco vaso de rosales quemados?

Oyes caer la ropa, las llaves, las monedas
en las espesas casas donde llegas desnuda?

Mi odio es una sola mano que te indica
el callado camino, las sábanas en que alguien ha dormido
con sobresalto: llegas
y ruedas por el suelo manejada y mordida,
y el viejo olor del ***** como una enredadera
de cenicienta harina se desliza a tu boca.

Ay leves locas copas y pestañas,
aire que inunda un entreabierto río
como una sola paloma de colérico cauce,
como atributo de agua sublevada,
ay substancias, sabores, párpados de ala viva
con un temblor, con una ciega flor temible,
ay graves, serios pechos como rostros,
ay grandes muslos llenos de miel verde,
y talones y sombra de pies, y transcurridas
respiraciones y superficies de pálida piedra,
y duras olas que suben la piel hacia la muerte
llenas de celestiales harinas empapadas.

Entonces, este río
va entre nosotros, y por una ribera
vas tú mordiendo bocas?
Entonces es que estoy verdaderamente, verdaderamente lejos
y un río de agua ardiendo pasa en lo oscuro?
Ay cuántas veces eres la que el odio no nombra,
y de qué modo hundido en las tinieblas,
y bajo qué lluvias de estiércol machacado
tu estatua en mi corazón devora el trébol.

El odio es un martillo que golpea tu traje
y tu frente escarlata,
y los días del corazón caen en tus orejas
como vagos búhos de sangre eliminada,
y los collares que gota a gota se formaron con lágrimas
rodean tu garganta quemándote la voz como con hielo.

Es para que nunca, nunca
hables, es para que nunca, nunca
salga una golondrina del nido de la lengua
y para que las ortigas destruyan tu garganta
y un viento de buque áspero te habite.

En dónde te desvistes?
En un ferrocarril, junto a un peruano rojo
o con un segador, entre terrones, a la violenta
luz del trigo?
O corres con ciertos abogados de mirada terrible
largamente desnuda, a la orilla del agua de la noche?

Miras: no ves la luna ni el jacinto
ni la oscuridad goteada de humedades,
ni el tren de cieno, ni el marfil partido:
ves cinturas delgadas como oxígeno,
pechos que aguardan acumulando peso
e idéntica al zafiro de lunar avaricia
palpitas desde el dulce ombligo hasta las rosas.

Por qué sí? Por qué no? Los días descubiertos
aportan roja arena sin cesar destrozada
a las hélices puras que inauguran el día,
y pasa un mes con corteza de tortuga,
pasa un estéril día,
pasa un buey, un difunto,
una mujer llamada Rosalía,
y no queda en la boca sino un sabor de pelo
y de dorada lengua que con sed se alimenta.
Nada sino esa pulpa de los seres,
nada sino esa copa de raíces.

Yo persigo como en un túnel roto, en otro extremo
carne y besos que debo olvidar injustamente,
y en las aguas de espaldas cuando ya los espejos
avivan el abismo, cuando la fatiga, los sórdidos relojes
golpean a la puerta de hoteles suburbanos, y cae
la flor de papel pintado, y el terciopelo cagado por las ratas y la cama
cien veces ocupada por miserables parejas, cuando
todo me dice que un día ha terminado, tú y yo
hemos estado juntos derribando cuerpos,
construyendo una casa que no dura ni muere,
tú y yo hemos corrido juntos un mismo río
con encadenadas bocas llenas de sal y sangre,
tú y yo hemos hecho temblar otra vez las luces verdes
y hemos solicitado de nuevo las grandes cenizas.

Recuerdo sólo un día
que tal vez nunca me fue destinado,
era un día incesante,
sin orígenes, Jueves.
Yo era un hombre transportado al acaso
con una mujer hallada vagamente,
nos desnudamos
como para morir o nadar o envejecer
y nos metimos uno dentro del otro,
ella rodeándome como un agujero,
yo quebrantándola como quien
golpea una campana,
pues ella era el sonido que me hería
y la cúpula dura decidida a temblar.

Era una sorda ciencia con cabello y cavernas
y machacando puntas de médula y dulzura
he rodado a las grandes coronas genitales
entre piedras y asuntos sometidos.

Éste es un cuento de puertos adonde
llega uno, al azar, y sube a las colinas,
suceden tantas cosas.

Enemiga, enemiga,
es posible que el amor haya caído al polvo
y no haya sino carne y huesos velozmente adorados
mientras el fuego se consume
y los caballos vestidos de rojo galopan al infierno?

Yo quiero para mí la avena y el relámpago
a fondo de epidermis,
y el devorante pétalo desarrollado en furia,
y el corazón labial del cerezo de junio,
y el reposo de lentas barrigas que arden sin dirección,
pero me falta un suelo de cal con lágrimas
y una ventana donde esperar espumas.

Así es la vida,
corre tú entre las hojas, un otoño
***** ha llegado,
corre vestida con una falda de hojas y un cinturón de metal amarillo,
mientras la neblina de la estación roe las piedras.

Corre con tus zapatos, con tus medias,
con el gris repartido, con el hueco del pie, y con esas manos que el tabaco salvaje adoraría,
golpea escaleras, derriba
el papel ***** que protege las puertas,
y entra en medio del sol y la ira de un día de puñales
a echarte como paloma de luto y nieve sobre un cuerpo.

Es una sola hora larga como una vena,
y entre el ácido y la paciencia del tiempo arrugado
transcurrimos,
apartando las sílabas del miedo y la ternura,
interminablemente exterminados.
Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
o toño en un claro del bosque en donde la luz canta en el hombro
de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.
Nacen puestos de gafas, y una piel de levita,
y una perilla obscena de culo de bellota,
y calvos, y caducos. Y nunca se les quita
la joroba que dentro del alma les explota.

Pedos con barbacana, ceremoniosos pedos,
de su senil niñez de polvo enlevitado,
pasan a la edad plena con polvo entre los dedos,
sonando a sepultura y oliendo a antepasado.

Parecen candeleros infelices, escobas
desplumadas, retiesas, con toga, con bonete:
una congregación de gallardas jorobas
con callos y verrugas al borde del retrete.

Con callos y verrugas, y coles y misales,
la dignidad del asno se rebela en la enjalma,
mirando estos cochinos tan espirituales
con callos y verrugas en la extension del alma.

Alma verruguicida, callicida la vuestra.
Habéis nacido tiesos como los monigotes,
y vivís de puntillas, levantando la diestra
para cornamentar la voz y los bigotes.

Saludáis con el ano, no arrugáis nunca el traje,
disimuláis los cuernos con laureles de lata.
No paráis en la tierra, siempre vais de viaje
por un pais de luna maquinal, mentecata.

Nacéis inventariados, morís previa promesa
de que seréis cubiertos de estatuas y coronas.
Vais como procesados por el sol, que procesa
aquello que señala delito en las personas.

Os alimenta el aire sangriento de un juzgado,
de un presidio siniestro de abogados y jueces.
Y concedéis los pedos por audiencia de un lado,
mientras del otro lado jodéis, meáis a veces.


Herís, crucificáis con ojos compasivos,
cadáveres de todas la horas y los días:
autos de poca fe, pastos de los archivos,
habláis desde los púlpitos de muchas tonterías.

Nunca tenga que ver yo con estos doctores,
estas enciclopedias ahumanas, aplastantes.
Nunca de estos filósofos me ataquen los humores,
porque sus agudezas me resultan laxantes.

Porque se ponen huecos igual que las gallinas
para eructar sandeces creyéndose profundos:
porque para pensar entran en las letrinas,
en abismos rellenos de folios moribundos.

Sentenciosas tinajas vacías, pero hinchadas,
se repliegan sus frentes igual que acordeones,
y ascienden y descienden, tortugas preocupadas,
y el corazón les late por no sé qué rincones.

No se han hecho para estos boñigos los barbechos,
no se han hecho para estos gusanos las manzanas.
Sólo hay chocolateras y sillones deshechos
para estas incoherencias reumáticas y canas.

Retretes de elegancia, cagan correctamente:
hijos de puta ansiosos de politiquerías,
publicidad y bombo, se corrigen la frente
y preparan el gesto de las fotografías.

Temblad, hijos de puta, por vuestra puta suerte,
que unos soldados de alma patética deciden:
ellos son los que tratan la verdadera muerte,
ellos la verdadera, la ruda vida piden.

La vida es otra cosa, sucios señores míos,
más clara, menos turbia de folios, de oficinas.
Nadan radiantemente sus cuerpos en los ríos
y no usan esa cara de múltiples esquinas.

Nunca fuisteis muchachos, y queréis que persista
un mundo aparatoso de cartón estirado,
por donde el cartón vaya paticojo y turista,
rey entre maniquíes de pulso congelado.

Venís de la Edad Media donde no habéis nacido,
porque no sois del tiempo presente ni del ausente.
Os mata una verdad en el caduco nido:
la que impone la vida del siempre adolescente.

Yo soy viejo: tan viejo, que el primer hombre late
dentro de mis vividos y veintisiete años,
porque combato al tiempo y el tiempo me combate.
A vosotros, vencidos, os trata como a extraños.
Trapos, calcomanías, defunciones, objetos,
muladares de todo, tinajas, oquedades,
lápidas, catafalcos, legajos, mamotretos,
inscripciones, sudarios, menudencias, ruindades.

Polvos, palabrería, carcoma y escritura,
cornisas; orinales que quieren ser severos,
y se llevan la barba de goma a la cintura,
y duermen rodeados de siglos y sombreros.

Vilmente descosidos, pálidos de avaricia,
lo que más les preocupa de todo es el bolsillo.
Gotosos, desastrosos, malvados, la injusticia
se viste de acta en ellos con papel amarillo.

Los veréis adheridos a varios ministerios,
a varias oficinas por el ocio amuebladas.
Con el **** en la boca canosa, van muy serios,
trucosos, maniobreros, persiguiendo embajadas.

Los veréis sumergidos entre trastos y coños
internacionalmente pagados, conocidos:
pasear por Ginebra los cojones bisoños
con cara de inventores mortalmente aburridos.

Son los que recomiendan y los recomendados.
La recomendación es su procedimiento.
Por recomendación agonizan sentados
donde la muerte cómoda pone su ayuntamiento.

Cuando van a acostarse, se quitan la careta,
el disfraz cotidiano, la diaria postura.
Ante su sordidez se nubla la peseta,
se agota en su paciencia la estatua más segura.

A veces de la mala digestión de estos cuervos
que quieren imponernos su vejez, su idioma,
que quieren que seamos lenguas esclavas, siervos,
dependen muchas vidas con signo de paloma.

A veces son marquesas íntimas de ambiciones,
insaciables de joyas, relumbronas de trato:
fracasadas de título, caballares de acciones,
dispuestas a llevar el mundo en el zapato.

Putonas de importancia, miden bien la sonrisa
con la categoría que quien las trata encierra:
políticas jetudas, desgastan la camisa
jodiendo mientras hablan del drama de la guerra.

Se cae de viejo el mundo con tanto malotaje.
Hijos de la rutina bisoja y contrahecha,
valoran a los hombres por el precio del traje,
cagan, y donde cagan colocan una fecha.

Van del hotel al banco, del hotel al paseo
con una cornamenta notable de aire insulso.
Es humillar al prójimo su más noble deseo,
y el esfuerzo mayor le hacen meando a pulso.

Hemos de destrozaros en vuestras legaciones,
en vuestros escenarios, en vuestras diplomacias.
Con ametralladoras cálidas y canciones
os ametralllaremos, prehistóricas desgracias.

Porque, sabed: llevamos mucha verdad metida
dentro del corazón, sangrando por la boca:
y os vencerá la ferrea juventud de la vida,
pues para tanta fuerza tanta maldad es poca.

La juventud, motores, ímpetus a raudales,
contra vosotros, viejos exhombres, plena llueve:
mueve unánimemente sus músculos frutales,
sus máquinas de abril contra vosotros mueve.

Viejos exhombres viejos: ni viejos tan siquiera.
La vejez es un don que cederá mi frente,
y a vuestro lado es joven como la primavera.
Sois la decrepitud andante y maloliente.

Sois mis enemiguitos: los del mundo que siento
rodar sobre mi pecho más claro cada día.
Y con un soplo sólo de mi caliente aliento,
con este soplo dicté vuestra agonía.
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.

Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
Me pretendes alba.

Huye hacia los bosques;
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Lino Althaner Nov 2011
Mi invitada abre la puerta
cuando casi desespero
la contemplo en medio de mi cuarto
como dueña más bien que como sierva.
Ella el arco me presta
y yo lanzo la flecha.

Y si acierto en el blanco
en el cielo se abre un orificio
más pequeño que el ojo de una aguja
la aguja más pequeña
y caen palabras del cielo
que en mis manos se congregan.

¿En que reino se hallan sus raíces?
empapadas del rocío
que alimenta a las flores de la tierra
¿qué mandato obedecen?
¿y que afán las inquieta
qué espantosa simpatía o qué rechazo?

¿Acaso el de horadar las superficies
y humillar a las pobres apariencias?
¿de un palacio hacer un conventillo
de un patán un caballero?
¿insinuar un portento en cada esquina?
¿embriagarme en una gota de realidad?
Me libera de forma inaudita su cuerpo
alcanzando en mi todas las fases de la concentración,
el “mundo real” y la cotidianidad.
Tengo teorías que siempre terminan en el mismo cause,
como todos los caminos me llevan a ti
y rompen prisioneros por los limites distanciales.
No soy yo capaz de reforzar teorías
pero sí de intentar exponerlas.

1. Te miro mientras descansas.
Como quién mira a su presa antes de atacar
y la acción se contradice por su sutileza;
entonces es como quien mira a su musa
y se llena internamente de gozo y amor.
Mis ojos caen en tus curvas como yunque,
estallan y se llenan de pasión.
Miro lo que no está, aun con más fervor
que lo “real”, como a un fantasma.

2. La cercanía de tu piel.
Son oasis matutinos de ti al despertar.
Siento tu piel erizar tan cerca,
no se tocan ni coordinan,
sólo roza tu aura con la mía.

3.Mi nombre en tu voz.
Poder dogmático de mi ser,
arropando mi nombre y haciéndolo sincero.
Incita en mi el deseo de “ser”,
rompiendo mis ideas del disimulo existencial.

4. Me encuentro contigo.
Viajes nocturnos a donde estás.
Eclipse lunar recortando distancias,
palabras volátiles que abren paso en el mar.
Hasta que llego entre luces,
y ahí estás sin estarlo.
Me acercan tu sonrisa y tus detalles,
siento que te puedo alcanzar.

5. Aliento crucial.
Tornado de tus palabras que alimenta mi deseo,
transformándose en desnudez
y entrelazándose con las mías.
Desde lejos tu respiración juega y,
cuando tu aliento entra en el trance crucial,
se conecta con el mío.
Puedo oír tu voz sollozar, tus pupilas cerrar,
tus manos magrear hasta el suspiro.
¿Qué es viento?
Arrastra el silencio.

¿Qué es viento?
Me pregunto
Y me respondo:
Es gas sonoro
Lleno de paz,
Es la tormenta
que me a traído
hasta acá.

El viento
Me ah tocado,
Tiene voz
Y canta.

Me arrulla como
La vida misma
Y lleva mensajes
Que recorren bosques
Y mares .

¿Que es viento?
Es el sonido del silencio,
Es el silbido de un insecto.

Viento que lleva el frio
O arrastra el calor,
Es viento que alimenta
Las llamas
y las encierra en amor.
Wrote in Guatemala.
Eu queria ser grande, queria ter sonhos e ter esperança!
Eu queria ser grande, ter sonhos e sentir confiança!
Eu queria acreditar que existe esperança!
Eu queria acreditar que sonhos são uma lembrança!
Pois, quando eu sonho, eu acredito que eu quero aquilo,
Aquilo, com que sonho, afinal é o que eu quero!
Então e como podem explicar-me que o sonho, morreu!
Alguém pode acreditar fielmente no definitivo e no impossível!
Alguém pode dizer que não choverá nunca mais?
Ou poderá afirmar, que o sol jamais se esconderá.
Eu não acredito que eu sou um ser mau,
E eu acredito que sou realmente feliz!
Acredito que a minha felicidade depende dos meus amigos,
Aqueles amigos que me são amigos!
Não preciso que as pessoas finjam que a minha vida interessa,
E não mereço ter pessoas dessas, a perturbar os meus sonhos!
Sou suficientemente generoso, para com as pessoas que me são queridas!
Porque elas só são a minha vida, porque eu necessito do seu carinho!
Afinal de contas, ser amigo é ser prestável, disponível,
Não basta dizer:
- Eu sou o teu amigo!
Hoje percebo que sonhos são por vezes lições,
Sonhos são dádivas na escola da vida!
Sonhos são os auxiliares de memória necessários,
Para sobreviver neste mudo podre!
Neste antro medonho de abutres!
Mas amigos, eu sou feliz, no nosso oásis,
Porque a vossa amizade alimenta os meus receios!
Obrigado
Autor: António Benigno
Código de autor: 2012.02.12.01.04
Cuando ya el cuerpo sustenta
Cerca de cuarenta abriles,
Y ya pico en los cuarenta.
La memoria se alimenta
De recuerdos infantiles.

Voy a narrar una historia
Oportuna en este mes.
Mes de recuerdos de gloria;
Es un hecho, una memoria
Que tiene algún interés.

Sano, fuerte y bullicioso,
Creyendo en muchas quimeras
Era yo un rapaz dichoso,
Como que estaba orgulloso
De mis trece primaveras.

Del mundo sólo sabía
Lo que a la inocente tropa
Enseña la geografía,
Que hay Asia, África y Europa
Y América y Oceanía.

Aun estaban en fermento
Mis gustos y mis ideas,
Juzgaba la historia un cuento
Y el amor un sentimiento
Que se apaga ante las feas.

Estudiaba sin desmayo,
Conversaba sin misterio,
Era por activo un rayo
Y así llegué a un mes de mayo
En la época del Imperio.

El pueblo a Maximiliano
Le llamaba sin temor,
En estilo liso y llano,
En lugar de «soberano»:
«Intruso y usurpador».

Los estudiantes, ajenos
A las pompas imperiales,
Escuchábamos serenos
Esos epítetos llenos
De resabios liberales.

En nuestros pechos ardía
La libertad como norma,
Como faro, como guía;
Eran nuestra idolatría
Los hombres de la reforma.

A la estudiantina grey
Nada importaba la corte
Ni los festejos del Rey;
Sabía sólo que la Ley
Andaba en Paso del Norte.

Por fin, en una ocasión
Se puso a prueba el colegio
Con una extraña función:
¡La solemne recepción
De un huésoed preclaro y regio!!

Cada cuai se disponía
A la fiesta sorprendente
Que agitados nos tenía;
¡¡El Emperador vendría
A vernos el día siguiente!!

Y era la fecha elegida
Una que en gloria reboza
De nuestra historia en la vida:
¡¡La que en Puebla dejó ungida
Con su triunfo Zaragoza!!

Convenimos con recato
En conmemorar tal hecho
Dando al gobierno un mal rato;
¿Cómo? ¡¡Ostentando el retrato
De Zaragoza en el pecho!!

Fue un complot hecho de bruces,
Cada cual tendió la mano
Jurando por las tres cruces
Ser muy digno a todas luces
De llamarse mejicano.

Y en ademán decisivo
Que mi memoria no olvida,
Juramos por el Dios vivo
Ponernos tal distintivo
A una señal convenida.

Llegó el momento anhelado,
Pusieron en un salón
Todo el colegio formado
Ya dispuesto y arreglado
Para la gran recepción.

Entra el monarca y atento
Saluda, suena un rumor
Y en un solo movimiento,
Cada cual muestra contento
La efigie del vencedor.

-¿Qué es esto?-Maximiliano
Dice, y sin temer reveses
Un chico resoonde ufano:
«¡¡Un jefe republicano
Que derrotó a los franceses!!»

El Director quedó mudo
Y los que estaban allí
Ante un responder tan rudo;
Sacó el Príncipe un escudo,
Lo dio al chico y dijo así:

«Vuestra lealtad es notoria
Y yo la debo premiar,
De los héroes es la gloria
Y en el mundo y en la historia
La debemos respetar».

Prodújose un gran rumor
Que retumbó como un rayo
Y aquel grupo encantador
En vez de «al Emperador»
Victoreó «al 5 de Mayo».
Borges Jun 2022
La interminable vision de un buen futuro me alimenta mi sol. Mis manos ramas crecen para alcanzar más bellas palabras que aún no eh leído.

Walking in the dark like he often did so gracefully attaching himself to the books of his library like the grass to the damp earth. His mistakes of the day agitated him slightly he had himself a meal and the reddest wine he could smell, his hands were mist from the hotness of the room, he waited for his cat to appear out of thin air, an apparition of the mind. Grabbing his almost finished bottle, he stepped into the middle of the kitchen looking at the window he felt something move then twitched his eyes to the floor owl manuvering them he saw albert his Abby cat, he seemed tired awakened dizzinly from a long eternal nap, staring at him asking for food without words. He felt his heart broken everytime albert gave him that stare. How can a cat be so mystical he asked but did not get a response from the shadows of the room or the cat either. He was a writer and needed his space to stretch the mind and inhale air exhaling the words into the page, that made him breath better, words of silence teaching the readers of new ages. His wife had died years ago in the war of love against a nasty disease. He loved her but in his separated way, touching her but not really there. The day was Tuesday and the meeting of his writer friends was tomorrow he had to get something down by the morning. To his adored cat a sphinx on the deserted table and his manuscript layed, both object half touched by the shadows and the afternoon light. Where did she to I wonder speaking in his lowered voice, she must have agh forget it Walt you think to much, so he made the efort and moved closer to the machine that allowed him to write his words in silence just the pressing of the keys spokes and he liked it felt like home.
coyote azul, redcloak
Moriré como el pájaro: cantando,
penetrado de pluma y entereza,
sobre la duradera claridad de las cosas.
Cantando ha de cogerme el hoyo blando,
tendida el alma, vuelta la cabeza
hacia las hermosuras más hermosas.

Una mujer que es una estepa sola
habitada de aceros y criaturas,
sube de espuma y atraviesa de ola
por este municipio de hermosuras.

Dan ganas de besar los pies y la sonrisa
a esta herida española,
y aquel gesto que lleva de nación enlutada,
y aquella tierra que de pronto pisa
como si contuviera la tierra en la pisada.

Fuego la enciende, fuego la alimenta:
fuego que crece, quema y apasiona
desde el almendro en flor de su osamenta.
A sus pies, la ceniza más helada se encona.

Vasca de generosos yacimientos:
encina, piedra, vida, hierba noble,
naciste para dar dirección a los vientos,
naciste para ser esposa de algún roble.

Sólo los montes pueden sostenerte
grabada estás en tronco sensitivo,
esculpida en el sol de los viñedos.
El minero descubre por oírte y por verte
las sordas galerías del mineral cautivo,
y a través de la tierra les lleva hasta tus dedos.

Tus dedos y tus uñas fulgen como carbones,
amenazando fuego hasta a los astros
porque en mitad de la palabra pones
una sangre que deja fósforo entre sus rastros.

Claman tus brazos que hacen hasta espuma
al chocar contra el viento:
se desbordan tu pecho y tus arterias
porque tanta maleza se consuma,
porque tanto tormento,
porque tantas miserias.

Los herreros te cantan al son de la herrería,
Pasionaria el pastor escribe en la cayada
y el pescador a besos te dibuja en las velas.

Oscuro el mediodía,
la mujer redimida y agrandada,
naufragadas y heridas las gacelas
se reconocen al fulgor que envía
tu voz incandescente, manantial de candelas.

Quemando con el fuego de la cal abrasada,
hablando con la boca de los pozos mineros,
mujer, España, madre en infinito,
eres capaz de producir luceros,
eres capaz de arder de un solo grito.
Pierden maldad y sombra tigres y carceleros.

Por tu voz habla España la de las cordilleras,
la de los brazos pobres y explotados,
crecen los héroes llenos de palmeras
y mueren saludándote pilotos y soldados.

Oyéndore batir como cubierta
de meridianos, yunques y cigarras,
el varón español sale a su puerta
a sufrir recorriendo llanuras de guitarras.

Ardiendo quedarás enardecida
sobre el arco nublado del olvido,
sobre el tiempo que teme sobrepasar tu vida
y toca como un ciego, bajo un puente
de ceño envejecido,
un violín lastimado e impotente.

Tu cincelada fuerza lucirá eternamente,
fogosamente plena de destellos.
Y aquel que de la cárcel fue mordido
terminará su llanto en tus cabellos.
¿Por qué habéis dicho todos
que en España hay dos bandos,
si aquí no hay más que polvo?
En España no hay bandos,
en esta tierra no hay bandos,
en esta tierra maldita no hay bandos.
No hay más que un hacha amarilla
que ha afilado el rencor.
Un hacha que cae siempre,
siempre,
siempre,
implacable y sin descanso
sobre cualquier humilde ligazón:
sobre dos plegarias que se funden,
sobre dos herramientas que se enlazan,
sobre dos manos que se estrechan.
La consigna es el corte,
el corte,
el corte,
el corte hasta llegar al polvo,
hasta llegar al átomo.
Aquí no hay bandos,
aquí no hay bandos
ni rojos
ni blancos
ni egregios
ni plebeyos...

Aquí no hay más que átomos,
átomos que se muerden.
España,
en esta casa tuya no hay bandos.
Aquí no hay más que polvo,
polvo y un hacha antigua,
indestructible y destructora,
que se volvió y se vuelve
contra tu misma carne
cuando te cercan los raposos.
Vuelan sobre tus torres y tus campos
todos los gavilanes enemigos
y tu hijo blande el hacha
sobre tu propio hermano.
Tu enemigo es tu sangre
y el barro de tu choza.
¡Qué viejo veneno lleva el río
y el viento,
y el pan de la meseta,
que emponzoña la sangre,
alimenta la envidia,
da ley al fratricidio
y asesina el honor y la esperanza!
La voz de tus entrañas
y el grito de tus montes
es lo que dice el hacha:
«Este es el mundo del desgaje,
de la desmembración y la discordia,
de las separaciones enemigas,
de las dicotomías incesables,
el mundo del hachazo... ¡mi mundo!,
dejadme trabajar».
Y el hacha cae ciega,
incansable y vengativa
sobre todo lo que se congrega
y se prolonga:
sobre la gavilla
y el manojo,
sobre la espiga
y el racimo,
sobre la flor
y la raíz,
sobre el grano
y la simiente,
y sobre el polvo mismo
del grano y la simiente.
Aquí el hacha es la ley
y la unidad el átomo,
el átomo amarillo y rencoroso.
Y el hacha es la que triunfa.
Rui Serra Sep 2015
escrevo
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com o sangue que me alimenta

tentativas frustradas de versar
dançam nesta singela folha
onde a criatividade está ausente,
na poesia sou apenas um trolha

decidi escrever, escrever, escrever
sobre o quê, nunca me apercebi
até ao dia, ao momento
em que decidi escrever para ti

e escrevi
   letras
   palavras
   frases

sobre o amor que existe em mim
Es tan claro el deseo de conocimiento,
que la mayor parte de la información que uno recibe de verdad tiene que desmenuzarla,
clasificarla de la que te alimenta y la que te deja con hambre,
de la que te cura y de la que te enferma,
de la que te da dolor de cabeza y de la que no te provoca ni los gases,
de la que tú sientas que es lo mejor para ti.
Cuando allá dicen unos
Que mis versos nacieron
De la separación y la nostalgia
Por la que fue mi tierra,
¿Sólo la más remota oyen entre mis voces?
Hablan en el poeta voces varias:
Escuchemos su coro concertado,
Adonde la creída dominante
Es tan sólo una voz entre las otras.

Lo que el espíritu del hombre
Ganó para el espíritu del hombre
A través de los siglos,
Es patrimonio nuestro y es herencia
De los hombres futuros.
Al tolerar que nos lo nieguen
y secuestren, el hombre entonces baja,
¿Y cuánto?, en esa dura escala
Que desde el animal llega hasta el hombre.

Así ocurre en tu tierra, la tierra de los muertos,
Adonde ahora todo nace muerto,
Vive muerto y muere muerto;
Pertinaz pesadilla: procesión ponderosa
Con restaurados restos y reliquias,
A la que dan escolta hábitos y uniformes,
En medio del silencio: todos mudos,
Desolados del desorden endémico
Que el temor, sin domarlo, así doblega.

La vida siempre obtiene
Revancha contra quienes la negaron:
La historia de mi tierra fue actuada
Por enemigos enconados de la vida.
El daño no es de ayer, ni tampoco de ahora,
Sino de siempre. Por eso es hoy.
La existencia española, llegada al paroxismo,
Estúpida y cruel como su fiesta de los toros.

Un pueblo sin razón, adoctrinado desde antiguo
En creer que la razón de soberbia adolece
y ante el cual se grita impune:
Muera la inteligencia, predestinado estaba
A acabar adorando las cadenas
y que ese culto obsceno le trajese
.Adonde hoy le vemos: en cadenas,
Sin alegría, libertad ni pensamiento.

Si yo soy español, lo soy
A la manera de aquellos que no pueden
Ser otra cosa: y entre todas las cargas
Que, al nacer yo, el destino pusiera
Sobre mí, ha sido ésa la más dura.
No he cambiado de tierra,
Porque no es posible a quien su lengua une,
Hasta la muerte, al menester de poesía.

La poesía habla en nosotros
La misma lengua con que hablaron antes,
y mucho antes de nacer nosotros,
Las gentes en que hallara raíz nuestra existencia;
No es el poeta sólo quien ahí habla,
Sino las bocas mudas de los suyos
A quienes él da voz y les libera.

¿Puede cambiarse eso? Poeta alguno
Su tradición escoge, ni su tierra,
Ni tampoco su lengua; él las sirve,
Fielmente si es posible.
Mas la fidelidad más alta
Es para su conciencia; y yo a ésa sirvo
Pues, sirviéndola, así a la poesía
Al mismo tiempo sirvo.

Soy español sin ganas
Que vive como puede bien lejos de su tierra
Sin pesar ni nostalgia. He aprendido
El oficio de hombre duramente,
Por eso en él puse mi fe. Tanto que prefiero
No volver a una tierra cuya fe, si una tiene, dejó de ser la
mía, Cuyas maneras
rara vez me fueron propias,
Cuyo recuerdo tan hostil se me ha vuelto
y de la cual ausencia y tiempo me extrañaron.

No hablo para quienes una burla del destino
Compatriotas míos hiciera, sino que hablo a solas
(Quien habla a solas espera hablar a Dios un día)
O para aquellos pocos que me escuchen
Con bien dispuesto entendimiento.
Aquellos que como yo respeten
El albedrío libre humano
Disponiendo la vida que hoy es nuestra,
Diciendo el pensamiento al que alimenta nuestra vida.

¿Qué herencia sino ésa recibimos?
¿Qué herencia sino ésa dejaremos?
El rosal en su inquieto modo de florecer
va quemando la savia que alimenta su ser.
¡Fijaos en las rosas que caen del rosal:
Tantas son que la planta morirá de este mal!
El rosal no es adulto y su vida impaciente
se consume al dar flores precipitadamente.
En los claustros del Alma la herida
Yace callada; mas consume hambrienta
La vida, que en mis venas alimenta
Llama por las medulas extendida.
Bebe el ardor hidrópica mi vida,
Que ya ceniza amante y macilenta,
Cadáver del incendio hermoso, ostenta
Su luz en humo y noche, fallecida.
La gente esquivo y me es horror el día;
Dilato en largas voces ***** llanto
Que a sordo mar mi ardiente pena envía.
A los suspiros di la voz del canto;
La confusión inunda el alma mía;
Mi corazón es reino del espanto.
No sé qué sepultada artillería
dispara desde abajo los claveles,
ni qué caballería
cruza tronando y hace que huelan los laureles.

Sementales corceles,
toros emocionados,
como una fundición de bronce y hierro,
surgen tras una crin de todos lados,
tras un rendido y pálido cencerro.

Mayo los animales pone airados:
la guerra más se aíra,
y detrás de las armas los arados
braman, hierven las flores, el sol gira.

Hasta el cadáver secular delira.

Los trabajos de mayo:
escala su cenit la agricultura.

Aparece la hoz igual que un rayo
inacabable en una mano oscura.

A pesar de la guerra delirante,
no amordazan los picos sus canciones,
y el rosal da su olor emocionante
porque el rosal no teme a los cañones.

Mayo es hoy más colérico y potente:
lo alimenta la sangre derramada,
la juventud que convirtió en torrente
su ejecución de lumbre entrelazada.

Deseo a España un mayo ejecutivo,
vestido con la enterna plenitud de la era.
El primer árbol es su abierto olivo
y no va a ser su sangre la postrera.

La España que hoy no se ara, se arará toda entera.
Gerardo Manllo Jan 2018
no era hombre
era solo un niño
la primera vez que senti frio

intente alejarme del juego del amor
pensaba que era yo un perdedor
y llegaste tu y todo cambio
senti lleno otra vez mi corazon

crei que eras feliz
crei que yo era suficiente
crei que a pesar de tu pasado
tendrias el valor de confiar libremente
que inocente

dices que te duele
que nunca habias querido tanto
que sabes tu de dolor
si nunca te has ahogado en llanto
que sabes tu de dolor
si me pegaste donde mas me duele
que sabes tu de dolor

ahora vivo del recuerdo
que alimenta mi esperanza
a veces me siento un idiota
por creerme yo estas palabras

he sufrido tanto
que el olvido ya es amigo
que la soledad ya es diaria
que no dejo de soñar contigo

te quiero tanto
que a pesar de todo lo escrito
te deseo de corazon
que jamas te toque vivirlo
4/11/17
Victor D López Jul 2019
Hace de dos seres un alma completa,
Ignora por completo la lógica estéril,
Brinda calor en el mas frio invierno,
Y reemplaza la desesperación con la esperanza.

Alimenta el espíritu mas que el manjar mas exquisito,
Sacia la sed mejor que un manantial en el desierto,
Forma una isla celestial en el infierno terrestre.

Discierne la belleza pura no con los ojos sino con el corazón,
Hace que uno aspire a ser mejor de lo que es,
Une a todos los seres conscientes en el universo,
Nacidos del polvo estelar de estrellas fallecidas.

Los que tienen la dicha de encontrar este don celestial,
Despiertan de la eterna pesadilla que es la vida sin llegar a conocer,
El verdadero propósito de la existencia.


True Love

It makes from two beings a complete soul,
It completely ignores sterile logic,
It provides warmth in the coldest winter,
And replaces despair with hope.

It Feeds the spirit more than the most exquisite delicacy,
It sates thirst better than a spring in the desert,
And forms a celestial island in a terrestrial hell.

It discerns true beauty not with the eyes but with the heart,
It makes us aspire to be better than we are,
It unites all sentient beings in the universe,
Born from the stardust of dead stars.

Those who are fortunate enough to find this precious heavenly gift,
Wake up from the eternal nightmare of a life without knowing,
The true purpose of our existence.
After writing this poem I wrote a new speculative fiction short story about the power of love and our absolute need to find it in whatever form we can. I wrote the short story in English and then translated and released it in Spanish with the Latin title "Amor Vincit Omnia" (Love Conquers All). I will eventually release the original still in draft form in English. Spanish speakers can preview the Spanish language version at https://www.smashwords.com/books/view/946600. No human being is truly complete until she/he finds true love. For some to whom it is denied, a beloved pet may fill the spiritual need temporarily. But what if it could be found in a spiritual connection in an apparently inanimate object? Can love truly transcend inter-species barriers, or is the need for love so critically important that a person bereft of it can manufacture it and find find solace in madness? Readers will have to make up their own minds.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.Desdeño las romanzas
de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Marco Bo Aug 2018
by these outskirts of the world, adrift in the post-truth era
a few fragments of scattered certainties here and there
sometimes in the middle of a meadow
sometimes on the asphalt,
between the cracks in the cement
inside puddles
they sink

small splinters of evidence
like inhaling
breeze
that feeds

and in the gestures
in posture
in the look
in the eyes
around the lips
between wrinkles like furrows

to be irrigated with tears
sometimes of joy

under this forgotten suburban sky
small fragments of truth
not in the words
but in the body heat
and in silence
silence
please
-----------------------

nel calore di un corpo

presso queste periferie del mondo
alla deriva nell'era della post-verità
pochi frammenti di certezze sparse qua è là
a volte in mezzo a un prato
a volte sull'asfalto,
tra le crepe nel cemento
dentro a pozzanghere
affondano

piccole schegge di evidenze
come inspirare
una brezza fresca
che nutre

e poi nei gesti
nella postura
nello sguardo
negli occhi
attorno alle labbra
tra le rughe come solchi

da irrigare con lacrime
a volte anche di gioia

sotto questo cielo urbano dimenticato
piccoli frammenti di verità
non nelle parole
ma nel calore del corpo
e del silenzio
silenzio
per favore
...........................
en el calor del cuerpo

en estas afueras del mundo, a la deriva en la era de la post-verdad
algunos fragmentos de certezas dispersas aquí y allá
a veces entre la hierba del campo
a veces en el asfalto,
entre las grietas en el cemento
adentro de charcos
se hunden

pequeñas astillas de evidencia
como inhalar
brisa
que alimenta

y en los gestos
en la postura
en la mirada
en los ojos
alrededor de los labios
entre arrugas como surcos
a regar con lágrimas
a veces de alegría

bajo este olvidado cielo suburbano
pequeños fragmentos de verdad
no en las palabras
en el calor del cuerpo
y en el silencio
silencio
por favor
En su llama mortal la luz te envuelve.
Absorta, pálida doliente, así situada
contra las viejas hélices del crepúsculo
que en torno a ti da vueltas.

Muda, mi amiga,
sola en lo solitario de esta hora de muertes
y llena de las vidas del fuego,
pura heredera del día destruido.

Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro.
De la noche las grandes raíces
crecen de súbito desde tu alma,
y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas,
de modo que un pueblo pálido y azul
de ti recién nacido se alimenta.

Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava
del círculo que en ***** y dorado sucede:
erguida, trata y logra una creación tan viva
que sucumben sus flores, y llena es de tristeza.
Jr Aug 2018
máquina de vapor
acciona su mecanismo
moviendo todos sus engranes

al unísono y al son
que me arriesgo
la máquina mueve también
sus piezas
como bailarinas
no cesan

combustible infinito
el vapor de mi llanto
alimenta los huracanes
de mi mente
y no me deja más lugar
Rococo Aug 2022
Quién buscaría encarar el éxodo y la diáspora,
huérfanos y despatriados, excedentes de un sistema
que transa en la miseria y la vende al por mayor.

Quién llegaría a envidiar ese explosivo martirio,
el bautismo en sangre que sacudió los cimientos y
movilizó las almas de nuestros hermanos vecinos.

Quién desearía encarar al pelotón y sus fusiles,
cuya incandescencia despertaría la herencia en vida
de Morazán. Quién pensaría anhelar el manto rojo de Marte,
que ha cubierto los rostros y galvanizado los temples
de mil revoluciones.

Anónimos, eufóricos y encolerizados, acogidos por el
estruendo y los gritos sin voz de tus millares, aquellos
que se refugian bajo la sombra de tus bosques; que se bañan
en tus costas y caudales, que viven y luchan en las calles
de tus urbes.

Fueron muchos Honduras tus muertos, víctimas del horror
y la violencia que se proyecta hacia el espejo de tus cielos.
Esa violencia superficial y perniciosa, que no traiciona
al cáncer que carcome y se alimenta de la ignorancia o
la cómplice ceguera de tu pueblo, que duerme en los brazos
de un fracaso de siglos; arrullado en la promesa y el sueño
tenue de tus próceres, que murieron a sabiendas del destino
terminal de esta nación agonizante.
una mujer de ojos lujosos y otros pactos conmigo
abre sus pechos bajo el sol lo devora con párpados cerrados
inmóvil en la arena
alimenta sus vestias su potencia su gran casualidad
la riñona se tensa
prepara sus dulzuras las furiosas la húmeda tremenda
calla finge humildad alerta de uñas
cerrada en sí perfecta
contra la luz
bajo sus párpados vigila los movimientos de la noche
este deseo de soledad con vos/amor
que apresa el alma/amor
que alimenta y devora y extiende el alma/ala
de vos a mí/llevadora

de vos lejos de mí/amor que viene y va
dando dolor de vos/pena de vos/dulzura
que bañás mis pedazos/unidos
en la dicha de vos/donde cantan

como veremos los exilios
de vos/país o fiebre/palito
revolviendo tristezas y deleites/amor
como un niño con los ojos cerrados

envuelto en su valor/o libre
en la cárcel de vos/bello amor
dando su amor para que amor conozca
por amor el amor
Manuel Sep 2020
Tu ausencia es mi dulce despertar
Te necesito dejar como el extrañar
ocupándote mas que a mi mismo
Mi ser no tengo
Eres
Dulce soledad que me alimenta
Despierto dormido aveces soñándote
Los días son tus dedicaciones
Asimilando lo frío del tiempo
Las carencia de tu silencio venero
Triste porque no puedo comprar tus sueños
Abrigado por un eterno lamento
que mañana llegará pidiendo
El sueño de tus días del ayer
Valeria Chauvel Mar 2020
Tú que me vistes y desvistes,
y me pintas de ***** a tu antojo,
bestia sórdida, me acorralas,
cuando en tus ojos veo mi cara.

Se alimenta de mi piel sesgada
el clítoris de la sanguijuela,
bebiendo de mi sangre escarlata
como ramera sedienta, aunque gemela.

Veo en el espejo tu cara,
lector bello y dócil… como siempre.

— The End —