Surge un temblor luminoso
Tras de la oscura montaña;
Luego una franja de lumbre
Que en el cielo se dilata;
Y después la aurora espléndida,
cual virgen enamorada,
Su frente de nieve y rosa
Levanta en la bruma pálida,
Y lentamente se ocultan
Los astros en lontananza.
Naturaleza despierta,
y allá entre las nieblas vagas,
Que se extiende y se esfuman
Sobre riscos y hondonadas,
Se ven corno blandos rizos,
Se ven corno frentes blancas,
Corno pupilas azules,
Y mejillas sonrosadas.
Trae el viento olor a selva,
y ávido el pecho se ensancha
En esta embriaguez de vida
De la tierra americana
Los nidos están de fiesta,
Están de fiesta las ramas;
Hay ritmos en el ambiente,
El bosque se trueca en arpa,
y el fúlgido sol corona
La cima de la montaña.
«¡Buenos días! buenos días»,
Dice a las flores el aura,
y como amante saludo
A la festiva mañana,
Las campanillas azules
Repican sobre las tapias.