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(Interlude)

My eyes in 1910
never saw the dead being buried,
or the ashen festival of a man weeping at dawn,
or the heart that trembles cornered like a sea horse.

My eyes in 1910
saw the white wall where girls urinated,
the bull's muzzle, the poisonous mushroom,
and a meaningless moon in the corners
that lit up pieces of dry lemon under the hard black of bottles.

My eyes on the pony's neck,
in the pierced breast of a sleeping Saint Rose,
on the rooftops of love, with whipers and cool hands,
in a garden where the cats ate frogs.

Attic where old dust gathers statues and moss,
boxes keeping the silence of devoured *****
in a place where sleep stumbled onto its reality.
There my small eyes.

Don't ask me anything. I've seen that things
find their void when they search for direction.
There is a sorrow of holes in the unpeopled air
and in my eyes clothed creatures - undenuded!
New York, 1929
A tree of blood soaks the morning
where the newborn woman groans.
Her voice leaves glass in the wound
and on the panes, a diagram of bone.

The coming light establishes and wins
white limits of a fable that forgets
the tumult of veins in flight
toward the dim cool of the apple.

Adam dreams in the fever of the day
of a child who comes galloping
through the double pulse of his cheek.

But a dark other Adam is dreaming
a neuter moon of seedless stone
where the child of light will burn.
Árbol de Sangre riega la mañana
por donde gime la recién parida.
Su voz deja cristales en la herida
y un gráfico de hueso en la ventana.
Mientras la luz que viene fija y gana
blancas metas de fábula que olvida
el tumulto de venas en la huida
hacia el turbio frescor de la manzana,
Adam sueña en la fiebre de la arcilla
un niño que se acerca galopando
por el doble latir de su mejilla.
Pero otro Adán oscuro está soñando
neutra luna de piedra sin semilla
donde el niño de luz se irá quemando.
En la redonda
encrucijada,
seis doncellas
bailan.
Tres de carne
y tres de plata.
Los sueños de ayer las buscan
pero las tiene abrazadas
un Polifemo de oro.
¡La guitarra!
The children observe
a point far, far away.

The oil lamps are put out.
Some blind girls
question the moon,
and through the air rise
spirals of weeping.

The mountains observe
a point far, far away.
Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
Semilleros de nostalgias
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma.
La gran tumba de la noche
Su ***** velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.

  ¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
Muertos a las luces claras
Y no ha de sentir mi carne
El calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
En aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
Como una estrella apagada.
No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso ***** donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.
  Dime
si el aire te lo dice.
  Mañanita fría
yo me puse triste,
y luego me entraron
ganas de reírme.
  No te conocía.
Sí me conociste.
No me conociste.
  Ahora entre los dos
se alarga impasible,
un mes, como un
biombo de días grises.
  La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.
Amparo
¡qué sola estás en tu casa
vestida de blanco!
(Ecuador entre el jazmín
y el nardo).
Oyes los maravillosos
surtidores de tu patio,
y el débil trino amarillo
del canario.
Por la tarde ves temblar
los cipreses con los pájaros,
mientras bordas lentamente
letras sobre el cañamazo.
Amparo,
¡qué sola estás en tu casa,
vestida de blanco!
Amparo,
¡y qué difícil decirte:
yo te amo!
The labyrinths
that time creates
vanish.

(Only the desert
remains.)

The heart,
fountain of desire,
vanishes.

(Only the desert
remains.)

The illusion of dawn
and kisses
vanish.

Only the desert
remains.
A rolling
desert.
Yo me alivié a un pino verde
por ver si la divisaba,
y sólo divisé el polvo
del coche que la llevaba.
Anda jaleo, jaleo:
ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo.
No salgas, paloma, al campo,
mira que soy cazador,
y si te tiro y te mato
para mí será el dolor,
para mí será el quebranto,
Anda, jaleo, jaleo:
ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo.
En la calle de los Muros
han matado una paloma.
Yo cortaré con mis manos
las flores de su corona.
Anda jaleo, jaleo:
ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo.
Caña de voz y gesto,
una vez y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire de ayer.
La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.
¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
Un minuto después.
Sesenta flores grises
enredaban sus pies.
Mira cómo se mece
una vez y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer.
Arbolé, arbolé
seco y verdé.   La niña del bello rostro
está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
la prende por la cintura.
  Pasaron cuatro jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras.
  «Vente a Córdoba, muchacha».
La niña no los escucha.
  Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura,
con trajes color naranja
y espadas de plata antigua.
  «Vente a Sevilla, muchacha».
La niña no los escucha.
  Cuando la tarde se puso
morada, con luz difusa,
pasó un joven que llevaba
rosas y mirtos de luna.
  «Vente a Granada, muchacha».
Y la niña no lo escucha.
  La niña del bello rostro
sigue cogiendo aceituna,
con el brazo gris del viento
ceñido por la cintura.   Arbolé arbolé
seco y verdé.
Tree, tree
dry and green.

The girl with the pretty face
is out picking olives.
The wind, ******* of towers,
grabs her around the waist.
Four riders passed by
on Andalusian ponies,
with blue and green jackets
and big, dark capes.
'Come to Cordoba, muchacha.'
The girl won't listen to them.
Three young bullfighters passed,
slender in the waist,
with jackets the color of oranges
and swords of ancient silver.
'Come to Sevilla, muchacha.'
The girl won't listen to them.
When the afternoon had turned
dark brown, with scattered light,
a young man passed by, wearing
roses and myrtle of the moon.
'Come to Granada, inuchacha.'
And the girl won't listen to him.
The girl with the pretty face
keeps on picking olives
with the grey arm of the wind
wrapped around her waist.
Tree, tree
dry and green.
Los arqueros oscuros
a Sevilla se acercan.
Guadalquivir abierto.
Anchos sombreros grises,
largas capas lentas.
¡Ay, Guadalquivir!
Vienen de los remotos
países de la pena.
Guadalquivir abierto.
Y van a un laberinto.
Amor, cristal y piedra.
¡Ay, Guadalquivir!
GRANDMOTHER
A singing, child, a singing
about the great stallion,
who would not drink the water,
the water in its blackness,
in among the branches.
Where it finds the bridge,
it hands there, singing.
Who knows what water is,
my child,
its tail waving,
through the dark green chambers?

MOTHER
Sleep, my flower,
the stallion is not drinking.

GRANDMOTHER
Sleep, my rose,
the stallion is crying.
His legs are wounded,
his mane is frozen,
in his eyes,
there is a blade of silver.
They went to the river.
Ay, how they went!
Blood running,
quicker than water.

MOTHER
Sleep, my flower,
the stallion is not drinking.

GRANDMOTHER
Sleep, my rose,
the stallion is crying.

MOTHER
It would not touch
the wet shore,
his burning muzzle,
silvered with flies.
He would only neigh,
to the harsh mountains,
a weight of river, dead,
against his throat.
Ay, proud stallion
that would not drink the water!
Ay, pain of snowfall,
stallion of daybreak!

GRANDMOTHER
Do not come here! Wait,
close the window,
with branches of dream,
and dreams of branches.

MOTHER
My child is sleeping.

GRANDMOTHER
My child is silent.

MOTHER
Stallion, my child
has a soft pillow.

GRANDMOTHER
Steel for his cradle.

MOTHER
Lace for his covers.

GRANDMOTHER
A singing, child, a singing.

MOTHER
Ay, pround stallion
that would not drink the water!

GRANDMOTHER
Don't come here! Don't enter!
Go up to the mountain
through a sombre valley,
to where the wild mare is.

MOTHER* *gazing
My child is sleeping.

GRANDMOTHER
My child is resting.

MOTHER (softly)
Sleep, my flower,
the stallion is not drinking.

GRANDMOTHER (rising, and very softly)
Sleep, my rose,
the stallion is crying.
El grito deja en el viento
una sombra de ciprés.

(Dejadme en este campo,
llorando).

Todo se ha roto en el mundo.
No queda más que el silencio.

(Dejadme en este campo,
llorando).

El horizonte sin luz
está mordido de hogueras.
(Ya os he dicho que me dejéis
en este campo,
llorando).
O secret voice of hidden love!
O bleating without wool! O wound!
O dry camellia, bitter needle!
O sea-less current, wall-less city!

O night immense with sharpened profile,
heavenly mountain, narrow valley!
O dig inside the heart, voice going,
endless silence, full-blown iris!

Let me be, hot voice of icebergs,
and do nto ask me to vanish
in weeds, where sky and flesh are fruitless.

Leave my hard ivory skull forever,
have pity on me. Stop the torture!
O I am loev, O I am nature!
Murdered by the sky.
Among the forms that move toward the snake
and the forms searching for crystal
I will let my hair grow.

With the limbless tree that cannot sing
and the boy with the white egg face.

With the broken-headed animals
and the ragged water of dry feet.

With all that is tired, deaf-mute,
and a butterfly drowned in an inkwell.

Stubmling onto my face, different every day.
Murdered by the sky!
La Carmen está bailando
por las calles de Sevilla.
Tiene blancos los cabellos
y brillantes las pupilas.
¡Niñas,
corred las cortinas!
En su cabeza se enrosca
una serpiente amarilla,
y va soñando en el baile
con galanes de otros días.
¡Niñas,
corred las cortinas!
Las calles están desiertas
y en los fondos se adivinan,
corazones andaluces
buscando viejas espinas.
¡Niñas,
corred las cortinas!
Sobre el cielo
de las margaritas ando.

Yo imagino esta tarde
que soy santo.
Me pusieron la luna
en las manos.
Yo la puse otra vez
en los espacios
y el Señor me premió
con las rosa y el halo.

Sobre el cielo
de las margaritas ando.

Y ahora voy
por este  campo
a librar a las niñas
de galanes malos
y dar monedas de oro
a todos los muchachos.

Sobre el cielo
de las margaritas ando.
Cantan los niños
En la noche quieta:
¡Arroyo claro,
Fuente serena!

¿Qué tiene tu divino
Corazón en fiesta?Un doblar de campanas,
Perdidas en la niebla.

Ya nos dejas cantando
En la plazuela.
¡Arroyo claro,
Fuente serena!
¿Qué tienes en tus manos
De primavera?

Una rosa de sangre
Y una azucena.

Mójalas en el agua
De la canción añeja.
¡Arroyo claro,
Fuente serena!
¿Qué sientes en tu boca
Roja y sedienta?

El sabor de los huesos
De mi gran calavera.

Bebe el agua tranquila
De la canción añeja.
¡Arroyo claro,
Fuente serena!
¿Por qué te vas tan lejos
De la plazuela?

¡Voy en busca de magos
Y de princesas!

¿Quién te enseñó el camino
De los poetas?

La fuente y el arroyo
De la canción añeja.

¿Te vas lejos, muy lejos
Del mar y de la tierra?

Se ha llenado de luces
Mi corazón de seda,
De campanas perdidas,
De lirios y de abejas,
Y yo me iré muy lejos,
Más allá de esas sierras,
Más allá de los mares
Cerca de las estrellas,
Para pedirle a Cristo
Señor que me devuelva
Mi alma antigua de niño,
Madura de leyendas,
Con el gorro de plumas
Y el sable de madera.

Ya nos dejas cantando
En la plazuela.
¡Arroyo claro,
Fuente serena!
Las pupilas enormes
De las frondas resecas,
Heridas por el viento,
Lloran las hojas muertas.
Esquilones de plata
Llevan los bueyes.
  -¿Dónde vas, niña mía,
De sol y nieve?
  -Voy a las margaritas
Del prado verde.
  -El prado está muy lejos
Y miedo tiene.
  -Al airón y a la sombra
Mi amor no teme.
  -Teme al sol, niña mía,
De sol y nieve.
  -Se fue de mis cabellos
Ya para siempre.
  -Quién eres, blanca niña.
¿De dónde vienes?
  -Vengo de los amores
Y de las fuentes.
  Esquilones de plata
Llevan los bueyes.
  -¿Qué llevas en la boca
Que se te enciende?
  -La estrella de mi amante
Que vive y muere.
  -¿Qué llevas en el pecho
Tan fino y leve?
  -La espada de mi amante
Que vive y muere.
  -¿Qué llevas en los ojos,
***** y solemne?
  -Mi pensamiento triste
Que siempre hiere.
  -¿Por qué llevas un manto
***** de muerte?
  -¡Ay, yo soy la viudita
Triste y sin bienes!
Del conde del Laurel
De los Laureles.
  -¿A quién buscas aquí
Si a nadie quieres?
  -Busco el cuerpo del conde
De los Laureles.
  -¿Tú buscas el amor,
Viudita aleve?
Tú buscas un amor
Que ojalá encuentres.
  -Estrellitas del cielo
Son mis quereres,
¿Dónde hallaré a mi amante
Que vive y muere?
  -Está muerto en el agua,
Niña de nieve,
Cubierto de nostalgias
Y de claveles.
  -¡Ay! caballero errante
De los cipreses,
Una noche de luna
Mi alma te ofrece.
  -Ah Isis soñadora.
Niña sin mieles
La que en bocas de niños
Su cuento vierte.
Mi corazón te ofrezco,
Corazón tenue,
Herido por los ojos
De las mujeres.
  -Caballero galante,
Con Dios te quedes.
  -Voy a buscar al conde
De los Laureles...
  -Adiós mi doncellita,
Rosa durmiente,
Tú vas para el amor
Y yo a la muerte.
  Esquilones de plata
Llevan los bueyes.
  -Mi corazón desangra
Como una fuente.
El corazón,
Que tenía en la escuela
Donde estuvo pintada
La cartilla primera,
¿Está en ti,
Noche negra?
  (Frío, frío,
Como el agua
Del río.)
  El primer beso
Que supo a beso y fue
Para mis labios niños
Como la lluvia fresca,
¿Está en ti,
Noche negra?
  (Frío, frío
Como el agua
Del río.)
  Mi primer verso.
La niña de las trenzas
Que miraba de frente
¿Está en ti,
Noche negra?
  (Frío, frío,
Como el agua
Del río,)
  Pero mi corazón
Roído de culebras,
El que estuvo colgado
Del árbol de la ciencia,
¿Está en ti,
Noche negra?
  (Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)
Mi amor errante,
Castillo sin firmeza,
De sombras enmohecidas,
¿Está en ti,
Noche negra?
  (Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)
  ¡Oh, gran dolor!
Admites en tu cueva
Nada más que la sombra.
¿Es cierto,
Noche negra?
  (Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)
  ¡Oh, corazón perdido!
¡Réquiem aeternam!
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques,
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
The moon came into the forge
in her bustle of flowering nard.
The little boy stares at her, stares.
The boy is starting hard.
In the shaken air
the moon moves her arms,
and shows lubricious and pure,
her ******* of hard tin.
"Moon, moon, moon, run!
If the gypsies come,
they will use your heart
to make white necklaces and rings."
"Let me dance, my little one.
When the gypsies come,
they'll find you on the anvil
with your lively eyes closed tight."
"Moon, moon, moon, run!
I can feelheir horses come."
"Let me by, my little one,
don't step on me, all starched and white!"

Closer comes the horseman,
drumming on the plain.
The boy is in the forge;
his eyes are closed.
Through the olive grove
comes the gypsies, dream and bronze,
their heads held high,
their hooded eyes.

Oh, how the night owl calls,
calling, calling from its tree!
The moon is climbing through the sky
with the child by the hand.

They are crying in the forge,
all the gypsies, shouting, crying.
The air is viewing all, views all.
The air is at the viewing.
Singing of children
in the night silence:
Light of the stream, and
calm of the fountain!

THE CHILDREN

What does you heard hold,
divine in its gladness?

MYSELF

A peal from the belltower,
lost in the dimness.

THE CHILDREN

You leave us singing
in the small plaza.
Light of the steram,
and calm of the fountain!

What do you hold in
your hands of sprintime?

MYSELF

A rose of blood, and
a lily of whiteness.

THE CHILDREN

Dip them in water
of the song of the ages.
Light of the stream,
and calm of the fountain!

What does your tongue feel,
scarlet and thirsting?

MYSELF

A taste of the bones
of my giant forehead.

THE CHILDREN

Drink the still water
of the song of the ages.
Light of the stream,
and calm of the fountain!

Why do you roam far
from the small plaza?

MYSELF

I go to find Mages
and find princesses.

THE CHILDREN

Who showed you the road there,
the road of the poets?

MYSELF

The fount and the stream of
the song of the ages.

THE CHILDREN

Do you go far from
the aerth and the ocean?

MYSELF

It's filled with light, is
my heart of silk, and
with bells that are lost,
with bees and with liles,
and I will go far off,
behind those hills there,
close to the starlight,
to ask of the Christ there
Lord, to return me
my child's oul, ancient,
ripened with legends,
with a cap of feathers,
and a sword of wood.

THE CHILDREN

You leave us singing
in the small plaza.
Light of the stream, and
calm of the fountain!

Enormous pupils
of the parched palm fronds
hurt by the wind, they
weep their dead leaves.
But like love
the archers
are blind

Upon the green night,
the piercing saetas
leave traces of warm
lily.

The keel of the moon
breaks through purple clouds
and their quivers
fill with dew.

Ay, but like love
the archers
are blind!
Lámparas de cristal
y espejos verdes.
Sobre el tablado oscuro,
la Parrala sostiene
una conversación
con la muerte.
La llama,
no viene,
y la vuelve a llamar.
Las gentes
aspiran los sollozos.
Y en los espejos verdes,
largas colas de seda
se mueven.
En la torre
amarilla,
dobla una campana.
Sobre el viento
amarillo,
se abren las campanadas.
En la torre
amarilla,
cesa la campana.
El viento con el polvo,
hace proras de plata.
Ya te vemos dormida.
Tu barca es de madera por la orilla.Blanca princesa de nunca.
¡Duerme por la noche oscura!
Cuerpo y tierra de nieve.
Duerme por el alba, ¡duerme!Ya te alejas dormida.
¡Tu barca es bruma, sueño, por la orilla!
En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.
  Caballito *****.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
  ...Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.
  Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
  En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.
  Caballito *****.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
  La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.
  Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
  En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.
  Caballito *****.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
El mariquita se peina
en su peinador de seda.

Los vecinos se sonríen
en sus ventanas postreras.

El mariquita organiza
los bucles de su cabeza.

Por los patios gritan loros,
surtidores y planetas.

El mariquita se adorna
con un jazmín sinvergüenza.

La tarde se pone extraña
de peines y enredaderas.

El escándalo temblaba
rayado como una cebra.

¡Los mariquitas del Sur,
cantan en las azoteas!
Cuando sale la luna
se pierden las campanas
y aparecen las sendas
impenetrables.
  Cuando sale la luna,
el mar cubre la tierra
y el corazón se siente
isla en el infinito.
  Nadie come naranjas
bajo la luna llena.
Es preciso comer
fruta verde y helada.
  Cuando sale la luna
de cien rostros iguales,
la moneda de plata
solloza en el bolsillo.
La señorita
del abanico,
va por el puente
del fresco río.
  Los caballeros
con sus levitas,
miran el puente
sin barandillas.
  La señorita
del abanico
y los volantes
busca marido.
  Los caballeros
están casados,
con altas rubias
de idioma blanco.
  Los grillos cantan
por el Oeste.
  (La señorita,
va por lo verde).
  Los grillos cantan
bajo las flores.
  (Los caballeros,
van por el Norte).
Agua, ¿dónde vas?
Riyendo voy por el río
a las orillas del mar.
  Mar, ¿adónde vas?
  Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.
  Chopo, y tú ¿qué harás?
  No quiero decirte nada.
Yo... ¡temblar!
  ¡Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar!
  (Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están).
Salen los niños alegres
De la escuela,
Poniendo en el aire tibio
Del abril, canciones tiernas.
¡Que alegría tiene el hondo
Silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
por risas de plata nueva.

Voy camino de la tarde
Entre flores de la huerta,
Dejando sobre el camino
El agua de mi tristeza.
En el monte solitario
Un cementerio de aldea
Parece un campo sembrado
Con granos de calaveras.
Y han florecido cipreses
Como gigantes cabezas
Que con órbitas vacías
Y verdosas cabelleras
Pensativos y dolientes
El horizonte contemplan.
¡Abril divino, que vienes
Cargado de sol y esencias
Llena con nidos de oro
Las floridas calaveras!
Dice la tarde: '¡Tengo sed de sombra!'
Dice la luna: '¡Yo, sed de luceros!'
La fuente cristalina pide labios
y suspira el viento.

Yo tengo sed de aromas y de risas,
sed de cantares nuevos
sin lunas y sin lirios,
y sin amores muertos.

Un cantar de mañana que estremezca
a los remansos quietos
del provenir. Y llene de esperanza
sus ondas y sus cienos.

Un cantar luminoso y reposado
pleno de pensamiento,
virginal de tristeza y de angustias
y virginal de ensueños.

Cantar sin carne lírica que llene
de risas el silencio
(una bandada de palomas ciegas
lanzadas al misterio).

Cantar que vaya al alma de las cosas
y al alma de los vientos
y que descanse al fin en la algería
del corazón eterno.
The rose was
not looking for the morning:
on its branch, almost immortal,
it looked for something other.

The rose was
not looking for wisdom, or for shadow:
the edge of flesh and dreaming,
it looked for something other.

The rose was
not looking for the rose, was
unmoving in the heavens:
it looked for something other.
I want to descent the well,
I want to climb the walls of Granada,
To gaze at the heart graved
By the dark stylus of waters.

The wounded child moaned
With a crown of frost.
Ponds, cisterns and fountains
Raised their swords in the air.
Ay what fury of love, what a wounding edge,
what nocturnal murmurs, what white deaths!
What deserts of light went destroying
the sand-dunes of dawn!
The child was alone
Wth the sleeping town in his throat.
A fountain that rises from dream
guarded him from thirsts of seaweed.
The child and his agony face to face,
Were two green entangled showers.
The child stretched on the ground
his agony bent on itself.

I want to descent the well,
I want to die my death by mouthfuls,
I want to fill my heart with moss,
To see the one wounded by water.
Throught the trees of Tamarit
have come the hounds of lead
waiting for the branches to fall,
waiting till they shatter themselves.

Tamarit has an apple tree
with an apple on it that sobs.
A nightingale gathers the sighs
and a pheasant leads them off through the dust.

But the branches are happiness,
the branches are like us.
They don't think of rain, they sleep,
as if they were trees, just like that.

Sitting, their knees in water,
two valleys awaited the Fall.
The twilight with elephantine step
leant against trunks and branches.

Through the trees of Tamarit
are many children with veiled faces
waiting for my branches to fall,
waiting till they shatter themselves.
Through the laurel branches
I saw two doves of darkness.
The one it was the sun,
the other one was lunar.
I said: 'Little neighbours
where is my tombstone?'
'In my tail-feathers,' the sun said.
'In my throat,' said the lunar.
And I who was out walking
with the earth wrapped round me,
saw two eagles made of white snow,
and a girl who was naked.
And the one was the other,
and the girl, she was neither.
I said: 'Little eagles,
where is my tombstone?'
'In my tail-feathers,' the sun said.
'In my throat,' said the lunar.
Through the branches of laurel,
I saw two doves, both naked.
And the one was the other,
and the two of them were neither.
The golden girl
bathed in the water,
and the water turned to gold.

The weeds and branches
in shadow surprised her,
and the nightingale sang
for the white girl.

And the bright night came,
clouded dark silver,
with barren mountains
in the umber breeze.

The wet girl
was white in the water
and the water, blushed.

The dawn came without stain,
with its thousand bovine faces,
stiff and shrouded there
with frosty garlands.

The girl of tears
bathed among tears,
and the nightingale wept
with burning wings.

The golden girl
was a white heron
and the water turned her gold.
I want no more than a hand,
A wounded hand, if possible.
I want no more than a hand,
even if I spend a thousand nights with no bed.

It would be a pale lily of lime,
a dove it would be, chained to my heart,
the guard it would be, who on my last night
would deny the moon entrance wholly.

I want no more than that hand
for daily unction, the white sheet of my dying.
I want no more than that hand
to bear a wing of my death.

All the rest passes.
Blush now without a name. Perpetual star.
The rest is the other; sad breeze,
While the hosts of leaves flee.
To see you naked is to know the Earth.
The Earth glistening, empty of horses.
The Earth, reed-less, pure in form,
closed to futures, horizon of silver.

To see you naked is to see the concern
of rain searching for a fragile waist,
or the feverish sea's immense face,
not finding its own brightness.

Blood will cry in the alcoves,
enter with swords on fire,
but you will not know the cache,
of the toad's heart or the violet.

Your belly is a knot of roots,
your lips a dawn with no outline.
Under the bed's cool roses,
the dead moan, waiting their turn.
I've closed my balcony
for I don't want to hear the weeping,
yet out beyond the grey walls
nothing is heard but weeping.

There are very few angels singing
there are very few dogs barking,
a thousand violins fit in the palm of my hand.

But the weeping's a dog, immense,
the weeping's an angel, immense,
the weepin's a violin, immense
the tears have silenced the wind,
and nothing is heard but weeping.
Flor de jazmín y toro degollado.
Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba.
La niña finge un toro de jazmines
y el toro es un sangriento crepúsculo que brama.
Si el cielo fuera un niño pequeñito,
los jazmines tendrían mitad de noche oscura,
y el toro circo azul sin lidiadores,
y un corazón al pie de una columna.
Pero el cielo es un elefante,
y el jazmín es un agua sin sangre
y la niña es un ramo nocturno
por el inmenso pavimento oscuro.
Entre el jazmín y el toro
o garfios de marfil o gente dormida.
En el jazmín un elefante y nubes
y en el toro el esqueleto de la niña.
¡Alto pinar!
Cuatro palomas por el aire van.
  Cuatro palomas
vuelan y tornan.
Llevan heridas
sus cuatro sombras.
  ¡Bajo pinar!
Cuatro palomas en la tierra están.
Ciprés.
(Agua estancada.)
Chopo
(Agua cristalina.)
Mimbre.
(Agua profunda.)
Corazón.
(Agua de pupila.)
In the sky there is nobody asleep. Nobody, nobody.
Nobody is asleep.
The creatures of the moon sniff and prowl about their cabins.
The living iguanas will come and bite the men who do not dream,
and the man who rushes out with his spirit broken will meet on the street corner
the unbelievable alligator quiet beneath the tender protest of the stars.

Nobody is asleep on earth. Nobody, nobody.
Nobody is asleep.
In the graveyard far off there is a corpse
who has moaned for three years
because of a dry countryside on his knee;
and that boy they buried this morning cried so much
it was necessary to call out the dogs to keep him quiet.

Life is not a dream. Careful! Careful! Careful!
We fall down the stairs in order to eat the moist earth
or we climb to the knife edge of the snow with the voices of the dead dahlias.
But forgetfulness does not exist, dreams to not exist;
flesh exists. Kisses tie our mouths
in a thicket of new veins,
and whoever his pain pains will feel that pain forever
and whoever is afraid of death will carry it on his shoulers.

On day
the horses will live in the saloons
and the enraged ants
will throw themselves on the yellow skies that take refuge in the eyes of cows.

Another day
we will watch the preserved butterflies rise from the dead
and still walking through a country of gray sponges and silent boats
we will watch our ring flash and roses spring from our tongue.
Careful! Be careful! Be careful!
The men who still have marks of the  claw and the thunderstorm,
and that boy who cries because he has never heard of the invention of the bridge,
or that dead man who possess now only his head and a shoe,
we must carry them to the wall where the iguanas and the snakes are waiting,
where the bear's teeth are waiting,
where the mummified hand of the boy is waiting,
and the hair of the camel stands on end with a violent blue shudder.

Nobody is sleeping in the sky. Nobody, nobody.
Nobody is sleeping.
If someone does close his eyes,
a whip, boys, a whip!
Let there be a landscape of open eyes
and bitter wounds on fire.
No one is sleeping in this world. No one, no one.
I have said it before.

No one is sleeping.
But if someone grows too much moss on his temples during the night,
open the stage trapdoors so he can see in the moonlight
the lying goblets, and the poison, and the skull of the theatres.
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