El tiempo se escurre de entre mis manos. Pienso infinitamente en ti mientras el sol ardiente persigue a la luna bella, dando lugar a días calurosos y noches inacabables.
Tengo recuerdos sempiternos del loco amor que vivimos.
Tu sonrisa. Tus verdes ojos. Tus besos ardientes con intenciones lascivas. Tus gestos de cariño y picardía en la cama.
Tu desnudez convulsa. La carnal concupiscencia a la que la noche incitaba, mientras tu cintura inquieta me enfermaba de ti.
Mi brazo de almohada y un te amo a continuación.
Todo es un océano basto donde zarpan tus memorias hacia el horizonte de la melancolía. Yo un marinero con miedo a naufragar buscando la luz de tu faro.